La Guerra Civil Española (1936-1939): Fases, bandos y consecuencias


La Guerra Civil Española (1936-1939)

1. El inicio de la Guerra Civil

En toda España fiel a la República se crearon numerosos comités locales y provinciales que fueron asumiendo espontáneamente la administración de los ayuntamientos y de las instituciones en cuanto al abastecimiento, la asistencia social, las milicias, el orden público, las comunicaciones, etc. Durante estos tres días clave, el gobierno central tuvo tres presidentes: Santiago Casares Quiroga, Diego Martínez Barrios y José Giral.

En la zona republicana, el ejército prácticamente había desaparecido, ya que el gobierno había licenciado a los soldados que hacían el servicio militar con la ingenua intención de sacar base a los rebeldes. El esfuerzo militar de los republicanos en los primeros meses de guerra fue asumido por las milicias populares.

2. El poder en la zona insurrecta

Los militares o responsables de los sindicatos y los partidos que integraban el Frente Popular fueron asesinados o fusilados sin juicio desde el principio, incluso en las Islas Canarias, núcleo del pronunciamiento del general Franco. La respuesta a la insurrección militar había dejado España dividida en dos zonas, cada una con un ideario radicalmente diferente. Comenzaba una larga guerra civil que los insurrectos habían previsto, y también una revolución y una reacción caracterizada por la violencia política.

La población civil quedó situada forzosamente en uno u otro bando, sin poder decidir mediante elecciones sobre su adscripción, ni sobre las actuaciones sociales y económicas de ninguna de las dos zonas. El gran problema de la población civil fue la subsistencia, especialmente en la zona republicana, cada vez más difícil a medida que avanzaba la guerra, agravada por los bombardeos en las zonas civiles, como el conocido caso de Gernika.

3. Las fases militares de la guerra

3.1. Fase 1: Los primeros meses de la guerra (julio-diciembre de 1936)

La guerra empieza el 18 de julio de 1936. Las tropas sublevadas (ejército) avanzan continuamente y los republicanos retroceden. El 1 de octubre de 1936, Franco toma el mando del ejército. El primer intento que llevan a cabo los insurrectos fue derrocar al grupo de militares que dirigían la capital (Madrid). Franco entra en Córdoba y en Granada y desde Sevilla se dirigió a Madrid por Extremadura, que ocupó a pesar de la defensa que opusieron los republicanos en Badajoz.

Franco intenta tomar Madrid, pero hay 3 batallas importantes:

  1. La Carretera de la Coruña
  2. La Batalla del Jarama
  3. La Batalla de Guadalajara.

Pero el intento de tomar Madrid fracasó. En Madrid queda una junta formada por militares y dirigentes de las fuerzas obreras. Al frente de la junta está el general Miaja, y al frente del mantenimiento del servicio público está Santiago Carrillo. El ejército republicano lleva a cabo una ofensiva sobre el frente de Aragón llamada «Columna Durruti».

3.2. Fase 2: De la batalla del Jarama a la batalla del Ebro (enero 1937-noviembre 1938)

Franco decidió conquistar Málaga y la liquidación del frente del norte, pero encuentra resistencia obrera y popular, especialmente en Bilbao y Asturias. En diciembre de 1937, las tropas republicanas lanzaron una ofensiva contra Teruel. En febrero, las tropas franquistas volvieron a recuperar esta ciudad, después de una batalla sangrienta. El 31 de octubre, el gobierno de la República se había trasladado de Valencia a Barcelona.

Para marzo, el ejército de Franco inició una ofensiva contra el frente de Aragón, situado entre los Pirineos y el Ebro.

La Batalla del Ebro: las tropas de Franco avanzan por el frente de Aragón, por el Mediterráneo y logran cortar la zona republicana en dos.

En abril llegan a Vinaroz y unos días antes había caído Lleida. Una vez incorporada esta parte de Cataluña, el Estatuto de Autonomía de Cataluña queda anulado por Franco. Desde la República intentan volver a unir los territorios y el 25 de julio de 1938 las tropas republicanas atraviesan el Ebro hacia el sur. No avanzan mucho, y el número de muertos es importante. En noviembre, el ejército republicano tiene que retroceder, tiene que volver a cruzar el río hacia el norte.

3.3. Fase 3: Fase final: de la ocupación de Cataluña a la rendición final (diciembre 1938 – 1 de abril de 1939)

El 23 de diciembre de 1938, Franco dio la orden de iniciar la ofensiva final contra Cataluña por Tremp y Seròs. A lo largo del mes de enero cae el resto del territorio catalán. A principios de febrero, el gobierno republicano, el vasco y el catalán pasaron la frontera de Francia.

En febrero de 1939, Manuel Azaña dimite como presidente de la República y Negrín vuelve a Valencia para dirigir la resistencia de la zona republicana. El 28 de marzo, las tropas franquistas ocuparon Madrid y el resto de territorios republicanos. El último lugar fue Alicante, que es donde termina la guerra el 1 de abril de 1939. Huye mucha gente del bando republicano del franquismo y se fletan barcos para trasladarlos a América, México, Francia, Inglaterra y Rusia. La República envía un barco con niños, conocidos como «Los niños de Rusia». En Francia, cuando la ocupa Hitler, Franco le pide una lista de las personas para que las deporten, entre ellas Companys.

4. Las retaguardias

4.1. La retaguardia en el bando republicano

A partir del 20 de julio de 1936, en toda la zona republicana se dieron tres fenómenos simultáneos: la aparición de un nuevo poder, la creación de las milicias populares y la colectivización de la economía.

El presidente de la Generalitat, Lluís Companys, sin poder real, propuso a la CNT que formara un nuevo organismo de poder con todas las fuerzas antifascistas. El 21 de julio de 1936 se formó el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña, integrado por todas las organizaciones catalanas de izquierda. Las primeras derrotas de los republicanos motivaron la creación, el 26 de septiembre de 1936, de un gobierno de unidad presidido por Josep Tarradellas, como consejero primero. El Comité Central de Milicias Antifascistas se disolvió el 1 de octubre y reconoció las instituciones republicanas como las únicas legítimas. Esta revolución se había iniciado el mismo mes de julio a raíz de la colectivización espontánea de la economía. Los trabajadores se encontraron que la mayoría de los dueños habían huido, y la clase trabajadora se hizo cargo de las empresas.

El movimiento colectivizador fue impulsado por los sindicatos, sobre todo por la CNT, y llegó al conjunto de las empresas industriales y también a los oficios tradicionalmente individuales, como los taxistas o los barberos. A diferencia de la nacionalización, la colectivización se caracteriza por la autogestión de los trabajadores. La expansión de este proceso llevó a la creación del Consejo de Economía de Cataluña, constituido por todas las fuerzas políticas catalanas. Este organismo redactó, el 24 de octubre, el Decreto de colectivizaciones y control obrero de industrias y comercios.

Las transformaciones económicas fueron acompañadas de otras medidas revolucionarias como la municipalización de las casas de alquiler, la renovación de la enseñanza a través del recientemente creado Consejo de la Escuela Nueva Unificada (CENU), la legislación que concedía la mayoría de edad a los 18 años y la legalización del aborto durante los tres primeros meses del embarazo.

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