La Sublevación Militar
El triunfo electoral del Frente Popular precipitó la creación de una insurrección armada antirrepublicana. La victoria del Frente Popular provocó ocupaciones de tierras, se restablecieron las reformas del primer bienio como el Estatuto de Autonomía de Cataluña y los trámites para el Estatuto del País Vasco y Galicia. Todo esto se formó a la misma vez un deterioro del orden público, la ‘primavera trágica’, que provocó centenares de muertes. La chispa que encendió el conflicto llegó el 12 de julio, con el asesinato de Calvo Sotelo por un grupo de guardias de asalto. El General Mola planificó el golpe. Fue un golpe exclusivamente militar, donde el objetivo era derribar el régimen republicano mediante golpe de fuerza rápido y establecer un gobierno presidido por el General Sanjurjo.
El Golpe de Estado
El 17 de julio se inicia el levantamiento en Melilla y en poco ahora se extiende por todo el protectorado español. El General Franco se sublevó en Canarias y una vez controlada. La situación se dirigió a Tetuán, donde asumió el mando del ejército del norte de África. El 18 de julio se sublevaron otros jefes militares: Mola, Queipo de Llano, Goded, Cabanellas. El golpe de estado triunfó en buena parte de la península, pero fracasó en Madrid, Asturias, Santander, Vizcaya, Guipúzcoa, Cataluña, Levante, Extremadura y la mayor parte de Castilla la nueva Andalucía oriental. La zona republicana esta partida en dos. El golpe de Estado triunfó en 29 capitales de provincia, mientras que el 21 permanecían leales al gobierno. El ejército quedó prácticamente dividido en dos partes, aunque el ejército republicano carecía de oficiales con experiencia y de armamento. El gobierno tardo en reaccionar y no asumía la gravedad de los hechos. Casares Quiroga dimitió al no poder controlar la situación, le sucedió Martínez Barrio, que trató de negociar con Mola, pero éste se negó. Fue sustituido por José Giral, que decidió entrega de armas a organizaciones sindicales y a los partidos proletarios formando así milicias. Se crearon comité revolucionario populares en el territorio controlado por los republicanos. Así dominó los principales centros industriales y la zona de Agricultura de exportación. Pero los sublevados consiguieron un puente aéreo entre Tetuán y Sevilla, con aviones alemanes e italianos, los dos Estados fascistas más importantes de Europa que estaban dispuestos a facilitar armamento, soldados y técnicos. Se iniciaba así, un conflicto que iba durar casi tres años. La guerra civil conformó dos bandos: los sublevados eran militares de derecha, falangistas tradicionales y todo aquello que se habían puesto la reforma de la República. Su intención era restablecer el orden a través de una dictadura militar y recomponer el poder civil en forma de monarquía o República.
Las Dimensiones Internacionales del Conflicto: Sublevación Militar
La actitud de las potencias del momento hacia la Guerra Civil Española contribuyó a recrudecerla y alargarla, pues en lugar de realizar gestiones para paralizar el conflicto la entendieron como un preludio de la inminente guerra mundial. Las potencias fascistas Italia y Alemania, apoyaron abiertamente a los sublevados a pesar de participar en el Comité de No Intervención. Se trata de un apoyo financiero y sobre todo militar. Aunque Italia proporcionó muchas tropas a Franco, la ayuda alemana fue cuantitativamente menor pero cualitativamente muy superior, sobre todo en lo que respecta a la aviación, la famosa Legión Cóndor que bombardeó Guernica. Portugal también apoyó a los sublevados. Tampoco hay que olvidar el respaldo moral que el Vaticano dio a Franco desde julio de 1937 que influyó en los católicos españoles.
La Zona Republicana
El fracaso del golpe militar desencadenó en la zona republicana una verdadera revolución social. Los comités de los partidos y sindicatos obreros pasaron a controlar los elementos esenciales de la economía: transportes, suministros militares, centros de producción. En el campo, tuvo lugar una ocupación masiva de fincas. En septiembre de 1936 se estableció un gobierno de unidad, presidido por el socialista Largo Caballero y con ministros del PSOE, PCE, Izquierda Republicana y grupos nacionalistas vascos y catalanes. En noviembre se incorporaron 4 dirigentes anarquistas, entre ellos Federica Montseny, la primera mujer ministra en España. El gran desafío del nuevo gobierno era recuperar el control de la situación y crear una estructura de poder centralizada que pudiera dirigir de forma eficiente el esfuerzo de guerra. En la zona republicana se enfrentaron básicamente dos modelos. Los anarquistas emprendieron la inmediata colectivización de tierras y fábricas. Su zona de hegemonía fue Cataluña, Aragón y Valencia. Por otro lado, el PSOE y el PCE intentaron restaurar el orden y centralizar la toma de decisiones en el gobierno, respetando la pequeña y mediana propiedad. La dimisión del gobierno de Largo Caballero dio paso a un nuevo gobierno presidido por el socialista Negrín, tenía una mayoría de ministros del PSOE, pero se inclinaba cada vez más hacia las posturas defendidas por el PCE. La ayuda soviética había hecho que los comunistas pasaran de ser un grupo minoritario a una fuerza muy influyente. Aunque ya era tarde para cambiar el signo de la guerra, a partir de ese momento se impuso una mayor centralización en la dirección de la economía y se terminó de construir el Ejército Popular, acabando con la indisciplina de las milicias.
La Zona Nacional
La muerte del General Sanjurjo, el 20 de julio de 1936 cuando volaba desde Portugal hacia España, dejó a la insurrección sin un líder claro. La necesidad de contar con una dirección única hizo que en octubre de 1936 Franco fue designado Jefe del Gobierno del Estado español y Generalísimo, es decir jefe supremo de todos los ejércitos sublevados. Sus éxitos militares, el estar al frente del poderoso Ejército de África y el apoyo de Alemania con la que mantenía contactos directos explican el ascenso al poder de Franco. En adelante, el Caudillo, como le empieza a denominar la maquinaria propagandística del bando nacional, establece una dictadura personal basada en un régimen militar. En abril de 1937, falangistas y carlistas quedaron unificados en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, conocida como el Movimiento Nacional. El modelo de partido único del fascismo italiano y del nacional-socialismo alemán se imponía en la España franquista. Se concentró en la figura de Franco los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. La Ley de Prensa estableció la censura en todo tipo de publicaciones y el Fuero del Trabajo puso fin a la libertad sindical y estableció el control del estado nacional sobre las organizaciones patronales y obreras.
Consecuencias Económicas y Sociales
La guerra civil fue un hecho traumático, ya que propios familiares peleaban entre ellos por la defensa de sus propios bandos.
- La guerra causó unos 500.000 muertos, a esta cifra se le debe sumar los fallecidos por enfermedades causadas por las penurias de la guerra. La guerra provocó un descenso de la natalidad y 450.000 exiliados, entre los conocidos como ‘niños de la guerra’ y los miles de republicanos tuvieron que abandonar España.
- Las consecuencias económicas fueron desastrosas por la destrucción de infraestructuras y edificios, y la destrucción de la industria, que provocó una economía agraria. La guerra provocó un endeudamiento del Estado y la pérdida de las reservas de oro del Banco de España. Un gran descenso en la producción agraria e industrial, provocó décadas de crisis.
- Las consecuencias sociales por la victoria del bando suponían la recuperación de la hegemonía de la oligarquía, así como la pérdida de los derechos de los trabajadores y ciudadanos. Unas 250.000 personas entraron en prisión por ser contrarias al bando nacional.
- En cuanto a la cultura, hubo una gran pérdida de patrimonio cultural, causado por bombardeos y por el bando republicano. Quedó destruido todo el esfuerzo de regeneración cultural y educativa de la cultura española. La mayoría de poetas, científicos y artistas, murieron o marcharon en el exilio.
- Las consecuencias políticas, se le puso fin a la democracia de la Segunda República y se inició una dictadura.
Las Dimensiones Internacionales del Conflicto: Ayuda Republicana
La República recibió abundante ayuda militar de la URSS, aunque a cambio exigió las reservas de oro del estado y que el Partido Comunista tuviera un importante papel en el gobierno. También México apoyó a la República. Las Brigadas Internacionales fueron de una gran importancia en la guerra, y sobre todo en la Batalla de Madrid. Más de 60.000 combatientes antifascistas de alto nivel combativo acudieron de un gran número de países para luchar por la República. Francia, Inglaterra y EEUU mostraron una actitud ambigua. En principio, Francia, gobernada por el Frente Popular de León Blum, apoyó a la República, sin embargo, por presiones inglesas Francia se vio obligada a no intervenir. Inglaterra mostraba más simpatías ante el bando de Franco pero se negó a cualquier intervención para evitar que el conflicto español se convirtiera en el inicio de una guerra mundial. Estos dos países promovieron la formación del Comité de No Intervención en el que posteriormente tomaron parte Alemania e Italia. El Comité se comportó de manera cínica pues cerró los ojos ante la intervención de las potencias fascistas.