La Guerra Civil Española: Fases, Consecuencias y Evolución Política


La Guerra Civil Española: Fases, Consecuencias y Evolución Política

10.4. Fases militares de la Guerra Civil. La evolución política y económica en las dos zonas. Consecuencias económicas y sociales de la guerra. Los costes humanos

La Guerra Civil española se desarrolló en tres etapas:

 En la primera etapa (Batalla de Madrid, julio 1936 – marzo 1937) los sublevados intentaron tomar
Madrid en varias ocasiones. Las tropas dirigidas por Mola avanzaron desde Navarra y Castilla-León
hacia Madrid, pero fueron detenidas en la sierra de Guadarrama y Somosierra. El general Queipo de
Llano ocupó el sudoeste de Andalucía. Más tarde, Franco llevó de África a Sevilla al ejército con ayuda
alemana y tomó Badajoz. Se desvió a Toledo y fracasó en su intento de tomar Madrid de forma frontal y
envolvente en las Batallas del Jarama y Guadalajara, ya que los republicanos se defendieron con los
milicianos, las Brigadas Internacionales y los tanques soviéticos.
 En la segunda etapa (abril 1937 – noviembre 1938) se desarrolló la Campaña del norte y se
conquistaron los territorios del norte gracias a su aislamiento del resto de regiones republicanas. Esta
campaña tuvo lugar en la primavera de 1937 tras el bombardeo de Guernica por la aviación alemana.
Tras la caída de Asturias, la República perdió los territorios más ricos en recursos minerales e
industriales.
Conquistado el norte por las tropas rebeldes, los republicanos iniciaron la ofensiva del Bajo Aragón y
consiguieron recuperar Teruel (diciembre 1937), pero más tarde fue conquistada otra vez por Franco.
En la primavera de 1938 las tropas de Franco llegaron hasta el Mediterráneo y dejaron a la República
divida en dos, aislando así a Cataluña. Ante esta situación, en julio de 1938 la República lanzó su última
ofensiva con la Batalla del Ebro en la que se intentó frenar el avance de los sublevados hacia Valencia.
Fue la guerra más sangrienta y supuso la derrota casi definitiva del ejército republicano.
 En la tercera etapa (diciembre 1938 – abril 1939) los sublevados toman Cataluña en febrero de 1939 y
Azaña se exilia a Francia. En marzo de 1939, el general Casado dio un golpe de Estado contra el
gobierno republicano e intentó negociar con Franco una rendición con condiciones, pero lo rechazó. El
28 de marzo se tomó Madrid y el 1 de abril finalizó la guerra.
Durante la guerra, en la zona republicana se sucedieron tres gobiernos. Tras las dimisiones de Quiroga y
Martínez Barrio, Azaña encargó a José Giral formar gobierno, quien creó Juntas y Comités
Revolucionarios y armó a los obreros para formar milicias, pero su pobre organización favoreció el avance
de los sublevados. Azaña encargó un nuevo gobierno en septiembre de 1936 a Francisco Largo
Caballero con los partidos socialistas, republicanos, nacionalistas y anarquistas. Aprobó el Estatuto de
Autonomía Vasco, disolvió los Comités Revolucionarios y creó el Ejército Popular. Los fracasos militares y
los sucesos de Barcelona provocaron su sustitución en mayo de 1937 por Juan Negrín. Defendió una política de resistencia máxima intentando conseguir ayuda de los países antifascistas y trató de negociar
una rendición, pero fracasó. La dimisión de Azaña tras la caída de Barcelona y el golpe de Estado de
Casado aceleró el fin de la República.
Por otra parte, el bando nacional no tenía un modelo político común, aunque Mola era el organizador,
Franco tenía mayor prestigio. Para administrar los territorios se creó la Junta de Defensa Nacional que
nombró a Franco Jefe de Gobierno, Estado y Ejército, lo que facilitó su victoria frente a la
desorganización republicana. Franco promulgó en 1937 el Decreto de Unificación por el que se
integraban los nacionales en un partido único, el FET de las JONS, prohibiéndose el resto de partidos y
sindicatos y derogando la legislación republicana. El Estado quedó centralizado con la Ley de
Administración Central del Estado y se crearon diversos ministerios. Para consolidar su triunfo se
promulgó la Ley de Responsabilidades políticas que permitía los fusilamientos y encarcelamientos a los
opositores.
Al comienzo de la guerra, la República controlaba las zonas industriales y las principales ciudades,
pero los campos eran insuficientes para abastecer a la población. El lado republicano perdió el control
político y económico que pasó a manos de las organizaciones obreras. Se colectivizaron las empresas
privadas en Levante, pero se mantuvieron en el País Vasco. Se intentó acelerar la reforma agraria pero
la mala organización provocó problemas de abastecimiento. Para financiar la guerra, la República emitió
deuda pública y depositó el oro del Banco de España en Moscú. Por otra parte, el bando nacional
poseía la mayor parte de las tierras de cultivo, donde se controlaba estrictamente la producción y se
paralizó la reforma agraria. Como no tenían reservas de oro, las deudas creadas por los apoyos en la
guerra fueron negociadas sin problemas.
A consecuencia de la guerra se consideran alrededor de 500.000 muertos, más aquellos fallecidos por
enfermedad y desnutrición a causa de la posguerra, periodo en el cual descendió la natalidad. La
población también se vio reducida por los 450.000 exiliados a diferentes países. Por otra parte, se
destruyeron numerosas infraestructuras durante la guerra, además de edificios, patrimonio cultural,
fábricas y viviendas, lo que conlleva a una economía agraria, endeudada y con poca producción, por
lo que la posguerra queda marcada con el racionamiento, el hambre y la privación de bienes de
consumo. Los españoles se dividieron en vencedores y vencidos sin intento de reconciliación nacional.
Quedó destruido el esfuerzo por regenerar la cultura y la educación y, además, la mayoría de científicos,
escritores e intelectuales había muerto o se habían exiliado. Finaliza con la Guerra Civil la experiencia
democrática y se inicia un largo periodo de dictadura, represión, falta de libertad y supresión de
derechos.

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