1. Introducción
En esta época se produjo el principio del fin del Antiguo Régimen y la Guerra de Independencia.
2. El Impacto de la Revolución Francesa en España
El reinado de Carlos IV tuvo un perfil político diferente al de su padre, Carlos III, que se caracterizó por su actividad reformista. El estallido de la Revolución Francesa en 1789 marcó un punto de inflexión.
- 1º momento (1789-1792): Miedo al contagio revolucionario, extrema vigilancia y recelo a toda influencia francesa, plasmado en las medidas extremas de Floridablanca.
- 2º momento (1793): Se redoblan las medidas anteriores tras la declaración de guerra contra Francia tras la ejecución de Luis XVI. Los resultados militares fueron negativos y España se vio obligada a firmar la paz, otorgando concesiones a Francia.
- 3º momento: La enemistad inicial con Francia se torna en amistad (Tratado de San Ildefonso), que se regeneró por un entreguismo a la iniciativa francesa con el Tratado de Fontainebleau, que autorizó la introducción de tropas francesas en España.
3. España a Principios del Siglo XIX
La situación de España era muy complicada: endeudamiento originado por guerras desde 1776, crisis demográfica por epidemias, crisis agraria de malas cosechas y dificultad en el comercio con América. También había un desprestigio de las instituciones. Godoy (favorito de Carlos IV) era objeto de grandes críticas, pero también se criticaba a los reyes Carlos IV y María Luisa por permitirle poder. Todo contribuyó al descrédito de Godoy. La nobleza lo despreciaba por su origen plebeyo y por haberla apartado del poder, y se unió con el príncipe heredero.
Fernando VII no dudó en conspirar contra sus padres. El clero no perdonaba las medidas desamortizadoras y convenció a las clases populares de la culpabilidad de Godoy. La conspiración de Fernando para destronar a sus padres fue descubierta, lo que llevó al Motín de Aranjuez, donde las clases populares partidarias de Fernando asaltaron el palacio de Aranjuez, provocando la caída de Godoy, la abdicación de Carlos IV y la subida al trono de Fernando VII.
4. La Guerra de Independencia
4.1 La Guerra de Independencia. Origen y Causas.
Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau en 1807. Mientras las tropas francesas tomaban posiciones en España, Napoleón llamó a la familia real a Bayona (Francia). En las abdicaciones de Bayona, Fernando VII devolvió el trono a su padre, Carlos IV, quien renunció a él a favor de Napoleón. Este, a su vez, cedió la corona a su hermano José Bonaparte, con el nombre de José I, convirtiéndolo así en rey de España. El 2 de mayo de 1808, se produjo un levantamiento popular en Madrid, reprimido por tropas francesas. José I Bonaparte llegó a Madrid y contó con el apoyo de pocos liberales españoles»afrancesado» que veían una oportunidad de acabar con el Antiguo Régimen. Sin embargo, la resistencia popular no aceptó a José I y su objetivo era la vuelta de Fernando VII como rey de España. Se crearon Juntas, primero provinciales, que cedieron su poder en septiembre de 1808 a la JUNTA SUPREMA CENTRAL, que traspasó sus poderes a un Consejo de Regencia, que actuaba en nombre de Fernando VII y se estableció en Cádiz. Este Consejo sería el encargado de convocar las Cortes. Pronto se pudo comprobar la existencia de tres corrientes ideológicas principales: absolutistas, reformistas y liberales.
4.2 Fases de la Guerra.
- (1808-09): Avance francés hacia Andalucía que acaba en derrota en Bailén. José I y las tropas abandonan Madrid.
- (1809-12): Napoleón y sus tropas entran en Madrid. Ocupación de Andalucía (menos Cádiz). Los franceses seguían sin tener el control de España. La guerrilla fue importante por su peculiar táctica, que, con el apoyo de la población y el conocimiento de las tierras, hizo difícil que los franceses los detectaran.
- (12-13): Consecuencia de la grave pérdida de Napoleón en Rusia, los franceses tuvieron más dificultades. Napoleón firmó el tratado de Valençay (1813) devolviendo la Corona de España a Fernando VII. Termina la guerra.
4.3. Consecuencias de la Guerra.
Consecuencias políticas, socioeconómicas y demográficas. España quedó como potencia internacional de segunda fila. Las colonias americanas aprovecharon para emanciparse. Hubo pérdidas en agricultura, colapso del comercio y bancarrota de la hacienda. Paralelamente a la guerra, se produjo el primer ensayo para establecer en España una REVOLUCIÓN LIBERAL, ya que la abdicación borbónica creó un vacío de poder real.
5. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.
En septiembre de 1808, las juntas provinciales cedieron su poder a la Junta Suprema Central, que se convirtió en el órgano supremo del país. Sus responsabilidades eran: gobernar el país, dirigir la resistencia militar contra los franceses y convocar una reunión extraordinaria de las Cortes. En enero, la junta central decidió autodisolverse y entregó el gobierno a un Consejo de Regencia. En 1810 se reunieron por primera vez las Cortes en Cádiz, cuyo primer decreto se basó en la soberanía nacional y la separación de poderes, lo que suponía el fin del absolutismo. Las Cortes proclamaron a Fernando VII rey y se propusieron reformar profundamente las instituciones y redactar una Constitución. La Constitución de 1812 fue el resultado de un compromiso entre liberales y absolutistas, estableciendo una monarquía limitada basada en la división de poderes: legislativo (residente en las Cortes con el rey), ejecutivo (residente en el Rey) y judicial (en los tribunales). También se estableció un ejército permanente y una Milicia Nacional.
6. Conclusión.
Cuando Fernando VII regresó, el decreto del 4 de mayo de 1814 declaró nula la Constitución, restaurando así la monarquía absoluta y recuperando la sociedad del antiguo régimen.
Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios.
Introducción.
Entre 1833 y 1874 se produjo una transformación en las estructuras económicas de España: del Antiguo Régimen se pasó al capitalismo. Durante este periodo, la economía se caracterizó por la dualidad: mantenimiento de estructuras tradicionales (sobre todo en la producción agraria) y focos de desarrollo (primeras industrias en la periferia). La medida más importante tomada por los gobiernos liberales fue la desamortización de la tierra, cuyo objetivo era ponerla en venta y convertirla en propiedad privada para obtener dinero para el Estado. Fue un proceso histórico largo que arrancó en el reinado de Carlos IV y abarca buena parte del siglo XIX.
1. El Proceso de Desamortizaciones.
Precedentes.
En el Antiguo Régimen, gran parte de las tierras eran propiedad de manos muertas (Iglesia o municipios) y no se podían comprar ni vender. Los Ilustrados ya lo veían como un problema, pero en esta época era incuestionable»toca» estas propiedades. Por ello, para que se produjeran verdaderos cambios, era necesario desvincular los bienes de la nobleza y desamortizar los bienes eclesiásticos y municipales. Y, aunque fue un periodo difícil, se intentaron hacer las primeras expropiaciones de tierras con Godoy, durante la Guerra de la Independencia y con las medidas de las Cortes gaditanas; pero con la vuelta del absolutismo monárquico se tuvieron que devolver a sus antiguos propietarios. No obstante, las desamortizaciones posteriores serán las más importantes:
La Desamortización Eclesiástica / Desamortización de Mendizábal
En 1836, el ministro progresista Mendizábal, puso en venta una gran cantidad de bienes pertenecientes a la Iglesia. Con esto pretendía alcanzar varios objetivos:
– Conseguir fondos para financiar la guerra contra los carlistas.
Sanear la Hacienda Pública reduciendo su deuda.
– Ampliar el número de seguidores fieles al régimen isabelino, ya que los compradores de bienes desamortizados los podrían perder si triunfaba el carlismo.
– Crear una clase media agraria de campesinos propietarios que, inevitablemente, resultaria un aumento de la producción y, por tanto, de la riqueza nacional.
En las ventas, a parte de metálico, se admitían los títulos de deuda pública por su valor nominal. Esto benefició a los compradores, ya que estos títulos estaban muy desvalorizados en el mercado. Esto provocó que solamente los más adinerados pudieran participar en las subastas de las propiedades; mientras que el campesinado no podía por su incapacidad económica. Esto nos deja claro que no se pretendía hacer una reforma agraria, ni el reparto de tierras a los campesinos, sino que se realizó por y para la economía del país, teniendo como resultado:
– La pérdida del poder económico de la Iglesia, aunque seguía conservando su gran influencia socio-cultural.
– No se produjo un aumento de la producción agraria porque los nuevos propietarios, en general, no emprendieron mejoras, sino que se limitaron a seguir cobrando arrendamientos.
– Reforzamiento de la estructura de la propiedad.
– En las ciudades surge un «urbanismo discriminador», ya que la alta burguesía abarcó las mejores propiedades y los obreros se quedaron con las zonas deterioradas.
2. CAMBIOS AGRARIOS.
Las desamortizaciones dejaron las tierras en manos de la aristocracia y burguesía adinerada, en general. Salvo excepciones, los dueños no tuvieron mucho interés por mejorar ni modernizar sus explotaciones. Por tanto, el incremento de la producción fue más por el aumento de la superficie cultivada que por la introducción de mejoras técnicas. No obstante, durante el siglo XIX la agricultura siguió siendo la actividad económica más importante y, a pesar de todo, aumentó la producción agraria y hubo cierta especialización en los productos gracias a:
– La mejora de los transportes y de los mecanismos financieros que hicieron que avanzara el mercado nacional.
– Antiguos terrenos forestales pasan a ser cultivados.
– Se empieza a dar una agricultura más moderna e intensiva cerca de las grandes ciudades consumidoras.
– Las medidas proteccionistas que impulsó el Estado para proteger la producción nacional. Además, los principales cultivos fueron:
– Trigo) Una producción tradicional que destacaba en las Castilla la Mancha y Castilla y León.
– Vid) Triplicó su extensión gracias a su buen rendimiento y las exportaciones de vino. Sin embargo, la plaga de la filoxera hizo estragos y al finalizar el siglo se redujo su producción y la superficie dedicada a ella.
Olivos) Dobló su extensión, destacando Andalucía y las exportaciones de aceite a Latinoamérica.
Cítricos) Fue el sector donde se produjo una mayor modernización de las explotaciones, al introducir sistemas de riego y fertilizantes.
Conclusión. Si se suman los dos procesos desamortizadores, observamos que se expropiaron unos 10 millones de hectáreas de tierra, lo que supone el 20% de la superficie nacional. Este proceso contribuyó, claramente, al cambio hacia una sociedad burguesa y significó la alianza entre la antigua aristocracia y la alta burguesía, creándose una élite que tomará las riendas del país, pero que pensó poco en su modernización y en las clases populares. Por eso, España continuó siendo un país con una economía agraria y atrasada