La historia literaria española


6.1 DEFINICIÓN Y CarácterÍSTICAS GENERALES Y EVOLUCIÓN

Como Generación del 27 o grupo poético del 27 se denomina a una serie de poetas que, asimilando la rica tradición literaria española e imbuida por las nuevas corrientes de vanguardia, llegó a ser la más brillante promoción de la literatura española del Siglo XX.
El grupo está formado por escritores que publican sus obras más representativas entre 1920 y 1935, y que se reúnen en torno a la Residencia de Estudiantes de Madrid y al Centro de Estudios Históricos. Sus componentes son:

Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados


El nombre de Generación del 27 surge a raíz de la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora, que tuvo lugar en el Ateneo de Sevilla en 1927 y en la que tomaron parte muchos de los poetas del grupo. Aunque no cumplen estrictamente todos los requisitos señalados por Petersen para considerarla una generación literaria, sí existen coincidencias:

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Nacimiento en fechas similares


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Formación, ideología, forma de vida

: todos tienen estudios universitarios, menos Rafael Alberti, y la mayoría de ellos fueron profesores y críticos literarios de gran prestigio.
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Relaciones personales entre sus miembros: todos eran amigos y compartieron experiencias vitales similares. Se les ha llamado generación de la amistad. La Residencia de Estudiantes, fundada en Madrid por la Institución Libre de Enseñanza, jugó un papel destacado. Allí residieron Lorca, Dalí o Buñuel, y otros muchos acudían atraídos por sus actividades culturales, o por la personalidad arrolladora de Lorca.
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Suceso generacional

: el mencionado centenario de la muerte de Góngora
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Identificación con un “guía”:

en la primera etapa tomarán como modelo a Juan Ramón Jiménez; a partir de 1928 a Antonio Machado y Pablo Neruda se les adjudica este papel. Cabe señalar la importancia de Ortega y Gasset por su apoyo al Grupo a través de su publicación “La Revista de Occidente”.
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Existencia de un lenguaje generacional


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Antecedentes comunes:

comparten influencias de las vanguardias,  y lo  popular.


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Afinidades estéticas

: encontramos cierto “aire de época” en su obra. Como denominador común podría señalarse cierta tendencia al equilibrio entre lo intelectual y lo sentimental, entre la pureza estética y la autenticidad humana, entre la inspiración y la técnica
Asimismo, se muestran a medio camino entre lo minoritario y la “inmensa mayoría” y entre lo universal y lo genuinamente español.

Cada uno de los poetas del 27 cultiva la poesía con una voz muy original, sin embargo, como acabamos de ver, todos ellos comparten RASGOS COMUNESen lo que respecta a su estética:


Mezcla de tradición y modernidad
La pasión por la literatura clásica española, tanto culta como popular, posterior al Siglo XV, se percibe en la influencia del romancero en Lorca y Gerardo Diego, de la poesía de cancionero en Alberti, o de Garcilaso de la Vega en Luis Cernuda. La poderosa atracción que Góngora para las  deslumbrantes metáforas. Asimismo destaca la influencia de Bécquer, Fray Luis, San Juan de la Cruz, Quevedo, Lope de Vega o Manrique.
Los poetas del 27 son, además, excelentes compositores de romances y de todo tipo de estrofas tradicionales. Por otro lado, el influjo de Juan Ramón Jiménez y de los “ismos” se observa en la innovadora disposición tipográfica de algunos poemas y en la sustitución de la métrica clásica por el verso libre.


Cultivo intenso de la imagen y la metáfora
Crean un vocabulario poético brillante y sugerente que separa la realidad cotidiana de la literaria.


Variedad de temas
En sus obras encontramos tanto temas vanguardistas, relacionados con la técnica, lo moderno y lo intelectualizado, como temas tradicionales, más humanos. Veámoslos:

Temas propios de la poesía de todos los tiempos:


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El amor

: heredan la visión ROMántica del amor como entrega total. Abundan los poemas en que el paraíso se encierra en una habitación donde triunfa el ser humano, desnudo y elemental.
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La naturaleza

Predomina una naturaleza cercana a la ciudad. Los poetas del 27 son contempladores del mundo cotidiano, y a menudo enfrentan la deshumanización de las ciudades a la visión bucólica y panteísta de un mundo natural plagado de seres indefensos. A veces la naturaleza se convierte en símbolo: de la elevación espiritual, del amor, de la infancia perdida y feliz.
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El tiempo perdido

Es frecuente la nostalgia por el paraíso perdido: geográfico o temporal.
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La plenitud

El goce de lo presente, de lo instantáneo. Exaltan el orden y la armónía del universo.
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La soledad y la incomunicación que conllevan la angustia del hombre que no encuentra sentido a su vida. Es más frecuente en la última etapa del grupo, cuando, acabada la guerra, se plantean los contenidos filosóficos fundamentales para el ser humano.
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La muerte

Ni visión estoica de la muerte, ni aceptación serena. Se enfrentan a ella como una bestia invencible y temor. Es, sin duda, García Lorca el poeta de la lucha diaria y cotidiana con la muerte.
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La preocupación religiosa

Fue escasa en el grupo, exceptuando a Gerardo Diego. Dámaso Alonso escribíó poesía preocupada por lo trascendente dentro de la tradición cristiana.


Temas nuevos:


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Lo intrascendente

: el arte como juego gozoso que rompe la monotonía prosaica de lo cotidiano. Cualquier cosa puede convertirse en materia poética. Hemos de señalar la influencia de vanguardias como el Futurismo, que exaltaba la belleza de la técnica frente al concepto de belleza tradicional. También les atrae el mundo de los toros.
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La ciudad

: insisten en el tema de la comodidad de los nuevos tiempos, los inventos y los transportes. Para ellos ciudad significa progreso  o complejidad social. Con todo, la admiración por las grandes urbes se torna en dolor al comprobar el contraste entre la evolución económica y tecnológica y el sufrimiento de los más desvalidos, como ya hemos comentado.
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El compromiso

Tras la Guerra Civil, la mayor parte de ellos toma conciencia de su situación en el mundo, ante la muerte y el dolor. Una generación que en su nacimiento es tachada de deshumanizada se convierte, con el paso del tiempo y con las circunstancias, en testimonio de resistencia y solidaridad.
En su evolución como grupo poético se distinguen tres fases, que coinciden con el desarrollo de diversas circunstancias históricas en España:

●Primera etapa

: abarca los primeros años veinte, bajo la influencia de las vanguardias y de la poesía pura de Juan Ramón. Se pretende conseguir la belleza total del poema; la depuración del lenguaje, la experimentación y la ausencia de sentimentalismo son sus notas carácterísticas. Pero no todo es deshumanización: lo humano había entrado en su poesía por influjo de Bécquer y de la lírica popular.

●Segunda etapa

: a partir de 1928, las circunstancias históricas de España llevan a la mayoría de los autores a intervenir directamente en política. Cansados de las aventuras formalistas, se inicia en ellos un proceso de rehumanización, en parte debido a la influencia del Surrealismo, pasando a primer término los eternos sentimientos del hombre: el amor, las frustraciones, la libertad, los sueños, la angustia existencial… Y  elaboran imágenes insólitas. Es entonces cuando se interesan por la lírica machadiana, alejándose del hermetismo minoritario de Juan Ramón. La influencia directa de Pablo Neruda con una estética de denuncia que alejara al poeta de la poesía pura. Publica en la revista un manifiesto a favor de una “poesía impura”.

●Tercera etapa:

después de la Guerra Civil, el grupo se dispersa. Algunos poetas han muerto; otros permanecen en España, tutelando a las nuevas generaciones de poetas y evolucionando, en algunos casos, hacia lo que se llamará después la poesía desarraigada; otros se exilian y reflejan en sus obras la nostalgia de una tierra perdida y lejana. Todos coinciden en retomar los temas humanos, ahora agudizados por el sufrimiento de la guerra y sus consecuencias inmediatas.

5.1 LAS VANGUARDIAS: DEFINICIÓN Y RASGOS COMUNES

Con el nombre de vanguardias se designa una serie de movimientos artísticos que se desarrollan en Europa durante el primer tercio del Siglo XX. El término surge en Francia durante los años de la Primera Guerra Mundial [1914-1918]. Su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde, término de origen militar y político, que venía a reflejar el espíritu de lucha, de combate y de confrontación que el nuevo arte del siglo reivindicaba frente al llamado arte decimonónico o académico. De hecho, el propósito común que anima a todos los movimientos vanguardistas es el de renovar radicalmente el arte y la literatura anteriores, abriendo nuevos caminos y creando nuevas formas estéticas, en consonancia con la quiebra del sistema socio-político decimonónico que tiene en la Guerra del 14 su expresión más cruenta. En muchos casos, el espíritu de ruptura o de provocación, a veces no se limita al ámbito artístico, sino que se manifiesta también en la rebeldía contra las normas y convenciones sociales.


   ●Desde el principio, el arte vanguardista adquiere una impronta provocadora contra lo antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara con el arte burgués. Todas las primeras manifestaciones de estos vanguardismos están repletas de actos y gestos de impacto social, como expresión de un profundo rechazo a la llamada cultura burguesa.
Los llamados ismos se sucederán, uno tras otro, en el periodo de mayor intensidad social e ideológica del Siglo XX, el de entreguerras: despuntan inmediatamente antes o durante la Primera Guerra, llegan a su apogeo durante la década de los años 20, entran en crisis a partir de 1929 y desaparecerán en la década de los 30.
En su enfrentamiento con el mundo burgués, unos derivarán hacia el  pensamiento fascista, como es el caso del Futurismo italiano de Marinetti; otros volcarán su rebeldía en el movimiento proletario izquierdista. De esta forma, los dos grandes movimientos que marcarán el Siglo XX, el fascismo-nazismo y el comunismo, serán expuestos y cantados en sus iniciales años de poder a través de una estética y unas formas vanguardistas. El caso más significativo es el del Surrealismo francés y su apuesta por la revolución comunista.
   ●Posteriormente los ismos serán perseguidos y prohibidos por los propios estados, como ocurríó en la URSS estalinista a partir de 1923 y en la Alemania nazi de 1933.
Los ismos no forman un sistema coherente y cerrado sino que son muy diversos y, a veces, contradictorios entre sí, pues frecuentemente una vanguardia se enfrenta a la anterior. Sin embargo, podemos señalar algunos rasgos comunes a todos ellos:
   – Carácter de ruptura y revolución artística contra el arte del pasado, en especial contra el Realismo.
   – Reaccionan contra la sensibilidad ROMántica y presumen de un marcado antisentimentalismo, aunque como los ROMánticos, se creen un genio superior, son vitalistas, activos y apasionados.
   – Pretensión de originalidad y novedad absolutas; rechazo de normas y tradiciones y, en consecuencia, búsqueda y experimentación constante de nuevas técnicas expresivas, a menudo por la vía de la provocación. Los vanguardistas son provocadores: desprecian al gran público y a la burguésía, a la que buscan escandalizar con sus actitudes insolentes y agresivas.
   – De lo anterior se deriva un alejamiento del gran público: el arte vanguardista es un arte para minorías.
   – Escasa duración: los distintos movimientos se siguen unos a otros en intervalos de pocos años.
   – Conciencia de grupo, expresada a través de los respectivos manifiestos con los que se dan a conocer y  que, además de impugnar la tradición cultural, dejan traslucir frecuentemente la idea de que la revolución estética forma parte de un cambio más profundo, de carácter moral y social.

5.3 LAS VANGUARDIAS EN ESPAÑA: CREACIONISMO Y ULTRAÍSMO. RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA

Además de la influencia de la vanguardia europea, fundamentalmente del Surrealismo y el Futurismo, dos son las vanguardias de origen hispánico, y ambas casi exclusivamente poéticas: el creacionismo y el ultraísmo.
  

●Creacionismo

Fue iniciado en París por el poeta chileno Vicente Huidobro, quien lo dio a conocer en España en 1918. El creacionismo no se propone reflejar ni imitar la realidad, sino crear realidades nuevas e independientes.
El poema, por lo tanto, debe crear algo propio y autónomo que se explique y se comprenda por sí mismo, no por su relación o parecido con el mundo exterior. De esta manera, el poeta creacionista debe crear nuevas imágenes y relaciones entre las palabras; y las imágenes no se basarán en la comparación entre dos realidades, sino 


en la relación arbitraria que el poeta «crea» entre ellas. Del creacionismo, que influyó en poetas como Juan Larrea y Gerardo Diego, ha perdurado sobre todo el afán de renovación léxica y de creación de imágenes y metáforas.

●Ultraísmo

El primer manifiesto ultraísta, que recoge abundantes elementos futuristas, cubistas y creacionistas, se publicó en 1919. En el propio nombre del movimiento (ultra) se sugiere su pretensión de ir más allá de la estética dominante. Del Futurismo toma los temas y motivos de la vida moderna (las máquinas, los grandes inventos, los deportes, etc.); del creacionismo, la búsqueda de imágenes y metáforas nuevas; del Cubismo, el interés por la disposición tipográfica y visual del poema. Otras propuestas del ultraísmo son la supresión de la anécdota y el sentimentalismo en la poesía (en coincidencia con la «deshumanización del arte» propugnada por Ortega y Gasset) y la tendencia al juego y a la evasión.Aunque de muy corta duración, el ultraísmo ejercíó considerable influencia en los poetas de la generación del 27 y en los hispanoamericanos César Vallejo y Jorge Luis Borges.
Los ultraístas se conciben a sí mismos como un grupo de literatos rupturistas en relación con la poesía anterior.                     Algunos postulados de los ultraístas fueron los siguientes:
      – Reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora.  Esto significó sobrevalorar el efecto lírico y plantean el lenguaje metafórico. 
      – Tachadura de las frases medianeras, los nexos y adjetivos que consideran inútiles.  Esto llevó a que los poemas se construyeran como una sucesión de metáforas llamativas o puras.  El ultraísmo esqueletizó la poesía. La poesía ultraísta va a ser una poesía sustantiva donde incluso desaparece la rima y la puntuación.
      – Eliminó los trabajos ornamentales y los versos grandilocuentes.  Fue una poesía escéptica que no buscaba transmitir un mensaje ideológico positivo.  Quiso dejar de lado lo sentimental y además, por estar hecha casi entera a base de metáforas, se convirtió en una poesía que rompía el discurso lógico.  Ponía una simultaneidad y velocidad en las imágenes.  Buscaba la poesía pura y en eso contradecía la poesía con mensaje social.
      – Se podría decir que es una poesía extremadamente subjetiva e individualista.
Finalmente podemos señalar que ultraísmo es un término acuñado por Guillermo de Torre en base a un neologismo.
  

●Ramón Gómez de la Serna (1888-1963)

Los vanguardismos llegaron en seguida a España, a través, sobre todo, de publicaciones como Revista de Occidente, fundada por Ortega y Gasset.
Pero el máximo impulsor de las vanguardias en España fue Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), periodista y escritor, figura clave de la Vanguardia, que nacíó en Madrid, hijo de un ilustre jurista, y murió en Buenos Aires.
Su obra se caracteriza por su arrolladora personalidad, hasta tal punto que creó un estilo conocido como el ramonismo, sinónimo de independencia, esteticismo y provocación. Siempre se manifestó como un iconoclasta con respecto  a las artes y tendencias culturales al uso, y se mostró como un “vanguardista de las vanguardias”, como un nihilista que, ante la sociedad caótica y carente de valores que le tocó vivir, respondíó con una extravagancia casi esperpéntica. Fue un autor prolífico que escribíó más de cien libros de todos los géneros como la novela, el ensayo, el cuento, el teatro o el artículo periodístico y de la greguería, que él mismo definíó como “metáfora más humor”. Autor incatalogable, escribíó siempre con ingenio y brillantez, con la seguridad de que cualquier texto, por breve e insignificante que parezca, puede ser una genial obra literaria.


La greguería, un género breve, próximo al epigrama, afirma una tendencia propia de la literatura y el arte contemporáneos: la ruptura con la solemnidad y el gusto por la parodia de las convenciones. Greguería significa agudeza, imagen en prosa que presenta una visión personal, sorprendente y a veces humorística, de algún aspecto de la realidad. Gómez de la Serna define a la greguería como «humorismo + metáfora: el atrevimiento a definir lo que no puede definirse’, es un ‘telegrama poético». Por su brevedad, se relaciona también con el haiku Japónés.
En cuanto a sus novelas, refleja en ellas su carácter crítico y sarcástico, en obras como El chalet de las rosas En cuanto a sus novelas, refleja en ellas su carácter crítico y sarcástico, en obras como  El chalet de las rosas  o  El torero Caracho.  Destacables son también  sus novelas eróticas,  Senos  o  La viuda blanca y negra, en algunas de las cuales aparecen como escenario ciudades europeas que había conocido en sus viajes.
Sus ensayos se centran en el ambiente madrileño, describiendo los rasgos carácterísticos de la sociedad y cultura de la capital y preocupándose por crear un ambiente cosmopolita y moderno. Destacan obras como El Rastro, El prado, Toda la historia de la calle de Alcalá,  sobre Madrid y su ambiente;  Pombo,  sobre sus tertulias en el café homónimo, o  La sagrada cripta del Pombo, en el que retrata otros cafés madrileños y parisinos. También merece la pena mencionar sus  Ismos, en los que recoge las nuevas ideas del arte de vanguardia, o las biografías dedicadas a personalidades de las letras y las artes, como  Óscar Wilde, o Valle-Inclán.
La literatura de Gómez de la Serna es la frontera donde termina la adustez de los prosistas de la generación del 98 y renace el humorismo: un territorio nuevo, regado por la fantasía y el humor. Quizá por ello (y por una cuestión cronológica) se le vincula con el novecentismo y la generación del 14.

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