La Industria y el Comercio en España: Transformación y Desafíos


La Localización de la Industria en España

La localización de la industria se explica por la conjunción de una serie de factores que permiten un emplazamiento óptimo, que, en general, es aquel que minimiza los costes (aunque para la empresa pública pueden primar factores políticos, como el desarrollo de zonas económicamente deprimidas buscando un mayor equilibrio regional). La localización industrial en España presenta grandes desequilibrios territoriales. Existen claros contrastes entre áreas industrializadas y áreas de industrialización escasa. Las desigualdades en el reparto espacial de la industria son a su vez fuente de otros desequilibrios territoriales en el reparto de la población, en la riqueza, en la dotación de infraestructuras, equipamientos; y en el peso político, que han afectado negativamente a las regiones españolas menos industrializadas.

Áreas Industriales Desarrolladas

Son los espacios centrales de las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, que son los centros principales de la industria española. Su evolución reciente ha estado marcada por el hundimiento o reconversión de sectores tradicionales y por una revitalización debida a la implantación de los sectores de alta tecnología y de las sedes sociales de las grandes empresas nacionales y multinacionales. Todo ello ha favorecido una creciente terciarización de su industria, manifestada en la aparición de parques industriales y empresariales, en los que las tareas de oficina superan a las propiamente fabriles.

Ejes Industriales en Expansión

A nivel nacional, los ejes principales son los del valle del Ebro y del Mediterráneo. Cuentan con una red de autopistas que los conecta con los principales centros nacionales y del sur de Europa, por lo que han atraído a industrias nacionales y multinacionales. Además, se relacionan con ciudades de antigua tradición industrial (textil, juguetes, calzados, muebles, automóviles).

Áreas de Escasa Industrialización

Áreas menos industrializadas podemos encontrar en Aragón, Castilla y León, y Andalucía. Aquí se crearon algunos enclaves industriales como resultado de las políticas de promoción industrial de la década de 1960. Estos concentraron las inversiones, la producción y el empleo, pero fueron incapaces de difundir la industria hacia áreas próximas, por lo que generaron desequilibrios territoriales. Es el caso de Zaragoza, de Valladolid y Burgos, y del triángulo Sevilla-Cádiz-Huelva. Otras zonas de industrialización escasa se extienden por Castilla – La Mancha, Extremadura, Baleares y Canarias, debido a su localización poco competitiva. En ellas predominan los sectores tradicionales (alimentación y textil) en empresas medianas y pequeñas de baja competitividad.

La Industria Española (1975-1985): Crisis y Reconversión

La crisis económica de 1973 marcó el inicio de una nueva etapa calificada como de 3ª Revolución Industrial. El modelo fordista fue sustituido por otro basado en nuevas tecnologías (microelectrónica, informática, telecomunicaciones…), y el proceso de deslocalización industrial favorecido por el desarrollo de los transportes dio lugar a la aparición de nuevos espacios industriales. En España esta etapa coincidió con el inicio de la transición política hacia el sistema democrático tras la muerte de Franco en 1975. El clima de incertidumbre paralizó las inversiones empresariales y, por otro lado, se retrasaron medidas de ajuste ante la crisis económica. En 1983 el presidente del gobierno español anunció la necesidad de proceder a una reconversión industrial que asegurase la viabilidad de las industrias en crisis.

La consecuencia inmediata de la reconversión fue una desindustrialización, que tuvo un marcado carácter geográfico, pues las empresas más afectadas estaban muy concentradas en el norte peninsular. La reconversión afectó sobre todo a la cornisa cantábrica. El cierre arrastró a miles de empresas, generando serios problemas económicos (paro), demográficos (emigración) y ambientales (contaminación ambiental por el abandono de fábricas y residuos industriales).

Paralelamente a la reconversión se adoptó una política de reindustrialización. Se crearon las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR) que incentivaron la instalación y ampliación de empresas generadoras de empleo para absorber a los parados, diversificar la estructura productiva y fomentar el progreso tecnológico. Se delimitaron siete zonas, localizadas en Galicia (El Ferrol y Vigo), Asturias, País Vasco (Bilbao), Andalucía (bahía de Cádiz), Cataluña (área metropolitana de Barcelona), y Madrid. El éxito fue limitado.

El Comercio Interior

La importancia de este subsector radica en que sirve para distribuir los bienes producidos o importados a los consumidores finales. El comercio interior puede ser minorista, si la actividad se realiza al por menor, o mayorista, si compra, vende o contrata al por mayor. En general los mayoristas no entran en contacto con el consumidor final, sino con distribuidores o intermediarios que acercan el producto al consumidor.

El Comercio Tradicional

  • Comercio tradicional clásico: utiliza un sistema de venta asistida. Son negocios familiares, la variedad y rotación de productos es reducida, es más caro y la compra es más lenta, pero ofrece un trato personal y asesoramiento al cliente. Se encuentra próximo al cliente. Es esencial en las zonas rurales y en barrios de ciudades. Está en fuerte crisis, imposible de competir con otros tipos comerciales. En los años setenta y ochenta, el pequeño comercio entró en una profunda crisis al no poder competir con las nuevas formas comerciales: supermercados, hipermercados, grandes superficies comerciales. La mayor parte pertenecientes a grandes compañías multinacionales.
  • Comercio tradicional moderno: trata de hacer frente a la crisis utilizando estrategias como:
    • Modernizando sus establecimientos.
    • Especializándose en una gama reducida de productos y ofreciendo calidad.
    • Sistema de franquicias: explotan una marca de prestigio, a cambio de un canon y ciertos estándares de calidad.

Evolución del Comercio Interior en España

El comercio interior en España ha sufrido importantes cambios desde los años setenta, pasando desde las pequeñas tiendas tradicionales a una enorme variedad de formas comerciales (hipermercados, centros comerciales, outlet…):

  • Desde los años noventa se han producido nuevos cambios. Supermercados e hipermercados han perdido clientela y volumen de ventas.
  • Frente a estos y buscando una localización estratégica, han aumentado en número y tamaño los centros comerciales, que se han convertido en pequeñas ciudades comerciales y de ocio, en las que conviven y se complementan: hipermercados, tiendas tradicionales, cafeterías, restaurantes, cines, zonas de ocio…
  • En la actualidad, junto a los grandes centros comerciales, han irrumpido con fuerza las tiendas outlet, que venden a precios bajos artículos de marcas que suelen proceder de excedentes de producción, con taras, o de temporadas pasadas. También han proliferado las tiendas de conveniencia, que son autoservicios con un amplio horario comercial y productos diversificados.
  • En los últimos años, la forma comercial que está creciendo más rápidamente es la que se realiza a través de Internet. Su éxito se debe a:
    • La concentración de la oferta en grandes empresas que ofrecen cada vez más productos y más garantías y servicios postventa. Probablemente la más conocida de estas empresas sea “Amazon”.
    • Los consumidores han perdido el miedo secular a utilizar las nuevas tecnologías para acceder al mercado online. Todo ello es consecuencia del aumento de la seguridad en la red.

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