La literatura española de posguerra: Neorrealismo, renovación y compromiso


La Colmena: Un mosaico de la posguerra española

La Colmena, escrita por Camilo José Cela, es la primera obra de la serie «Caminos inciertos». Concebida en 1945, la novela presenta una estructura compleja, denominada «novela reloj», con seis capítulos y un «Final». La trama se desarrolla en Madrid durante dos días invernales de 1942 o 1943, destacando por su enfoque de «novela abierta», sin argumento sólido ni desenlace.

Con 296 personajes y un protagonismo colectivo, la obra explora vidas entrelazadas en la sociedad madrileña de posguerra. Personajes como Martín Marco, doña Rosa, la familia Moisés, entre otros, conforman un mosaico de existencias mediocres y a menudo moralmente cuestionables. La estructura caleidoscópica y la técnica behaviorista dan vida a esta novela, mientras que el autor, Cela, se posiciona como un «autor oculto» en un enfoque objetivista.

La novela aborda temas sociales como el hambre, el dinero, el sexo y la alienación. A pesar de críticas sobre la falta de un enfoque dialéctico, La Colmena se presenta como un testimonio social de la sociedad madrileña de posguerra. Además, la obra posee un alcance existencial que refleja la desesperanza del autor, situándose en la encrucijada entre lo existencial y lo social. La Colmena es considerada precursora de la novela social de los años 50, destacando por su innovación técnica y su influencia.

El auge del neorrealismo en la novela española

La etapa del neorrealismo, también conocida como realismo social o socialrealismo, iniciada alrededor de 1950, marcó un enriquecimiento en el panorama de la novela. Aunque autores de la época anterior continuaron publicando, se destacaron cinco títulos importantes en 1954, incluyendo obras como El fulgor y la sangre de Aldecoa y El Jarama de Sánchez Ferlosio en 1956, consolidando la corriente.

En esta etapa, se distinguen dos tendencias:

  • El neorrealismo con características humanitarias, considerado una primera fase de la novela político-social.
  • El realismo social propiamente dicho.

Autores como Aldecoa, Fernández Santos, Sánchez Ferlosio, Matute y Carmen Martín Gaite se alinean con la primera tendencia, mientras que Caballero Bonald, García Hortelano, Juan Goytisolo y Juan Marsé se asocian con la segunda. Es notable que algunos escritores transitan entre ambas líneas.

Los temas fundamentales abordados son la infructuosidad, la soledad social, la guerra como recuerdo y sus consecuencias, reflejando un desplazamiento de lo individual a lo colectivo en la narrativa.

Renovación y experimentación en la novela española de los 60

En los años 60, España experimentó cambios significativos en los aspectos económicos y culturales, aunque el cambio político no ocurrió hasta la muerte del general Franco en 1975. La transformación en la novela española, sin embargo, comenzó antes, marcada por obras como Tiempo de silencio de Martín Santos y La ciudad y los perros de Vargas Llosa en 1962. Este período vio el fin del realismo social y la incorporación de figuras consagradas como Cela, Delibes y Goytisolo.

Algunos hitos de esta época son:

  • Tiempo de silencio (1962) de Martín-Santos: Marcó el final de la novela social y el inicio de la renovación intelectual de la década.
  • Juan Marsé: Con obras como Últimas tardes con Teresa (1966) y Si te dicen que caí, criticó la burguesía catalana y ofreció una visión amarga de la posguerra barcelonesa.
  • Juan Benet: Se destacó con su vasto ciclo novelesco en Región, rechazando la imitación de la realidad y destruyendo elementos tradicionales.
  • Cinco horas con Mario (1966) de Miguel Delibes: Una obra que refleja el enfrentamiento entre dos Españas a través del monólogo interior de una mujer.
  • Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo: Utilizando innovaciones narrativas para explorar la identidad del personaje y revisar la historia nacional.
  • San Camilo 1936 (1969) de Camilo José Cela: Un largo monólogo interior situado en los días iniciales de la Guerra Civil.
  • La saga/fuga de J. B. (1972) de Torrente Ballester: Parodiando la novela experimental y recuperando el arte de contar historias en la novela.

El teatro español de posguerra: Entre la evasión y el compromiso

Después de la Guerra Civil en 1939, España se enfrentó a un panorama literario desolador bajo la dictadura de Franco. Muchos intelectuales, educadores y dramaturgos abandonaron el país o murieron. La censura era férrea, limitando la expresión artística y provocando la autocensura de escritores por miedo a represalias.

En este contexto, el teatro de evasión y humor, representado por autores como Jardiel Poncela y Miguel Mihura, prevaleció en las primeras décadas. A partir de 1949, Antonio Buero Vallejo emergió como un referente del teatro comprometido, utilizando simbolismo y críticas encubiertas para abordar problemas existenciales y sociales. Otros dramaturgos como Alfonso Sastre, Alonso de Santos, Santi, Sinisterra y Antonio Gala también se destacaron en diferentes corrientes teatrales. Sastre, en particular, abogó por la modificación activa de la sociedad a través del teatro de agitación social.

En los años 60, hubo una incipiente experimentación teatral y la aparición de grupos como La Fura dels Baus, Els Joglars y Tábano que buscaban la innovación y la improvisación. En resumen, el período de posguerra en España estuvo marcado por la represión, la autocensura y la evasión inicial en el teatro, pero también vio surgir voces comprometidas como la de Buero Vallejo, así como corrientes experimentales y grupos teatrales que anticipaban un cambio más significativo en los años de la transición a la democracia.

La sombra de la guerra en la literatura española de los 40

La Guerra Civil española marcó un antes y un después en la literatura española. Algunos escritores importantes murieron, como Unamuno y Valle-Inclán, y otros tuvieron que exiliarse, como Francisco Ayala. Además, la situación política, la censura y otros factores hicieron que la novela española de los años 40 tuviera que empezar casi desde cero.

En estos años, después de la guerra, España estaba en una situación difícil con la dictadura de Franco, aislada del resto del mundo y con mucha pobreza, hambre y represión. Los escritores tenían que encontrar nuevas formas de contar historias. Las novelas de la época hablaban de vidas difíciles, soledad, tristeza y frustración. Los personajes principales eran personas que encajaban bien en la sociedad de esos años, que tenía pobreza, violencia, persecución política y pocas libertades, pero en esas novelas no se criticaban directamente esas cosas. Eso vendría más tarde, en los años 50.

Un autor importante de esta época fue Camilo José Cela, quien escribió La familia de Pascual Duarte en 1942, una novela que mostraba un mundo frío y violento. Después, Cela se convirtió en uno de los escritores más famosos de España. Otro autor destacado fue Miguel Delibes, conocido por obras como La sombra del ciprés es alargada, que también mostraba una actitud de resignación religiosa.

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