La Monarquía de los Reyes Católicos: Uniformidad Religiosa y sus Repercusiones


La Monarquía de los Reyes Católicos: ¿Uniformidad Política o Religiosa?

La unión matrimonial entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en 1469 marcó el nacimiento de la Monarquía Hispánica, un estado compuesto por la Corona de Castilla y la Corona de Aragón. Si bien no se logró una unificación política completa, ya que cada reino conservó sus propias instituciones, sí existió una clara intención de alcanzar la uniformidad religiosa.

El Poder de Castilla y la Búsqueda de Uniformidad

Castilla, siendo el territorio más poderoso debido a su población y economía, ejerció una fuerte influencia en la nueva monarquía. Sus instituciones, más homogéneas y centralizadas, facilitaron la difusión de sus costumbres, leyes y lengua por el resto de la península. La Monarquía Hispánica, con el objetivo de fortalecer el poder del Estado, creó organismos como la Santa Hermandad e intentó mantener a la Iglesia bajo su autoridad.

Un ejemplo de ello fue la Inquisición española, que respondía directamente a la monarquía y no a Roma. Los reyes se enfocaron en revitalizar las regalías, controlando el nombramiento de figuras eclesiásticas como los obispos. Contaron con el apoyo de figuras influyentes dentro de la Iglesia, como el Cardenal Cisneros, un clérigo de carácter reformador.

La Inquisición y la Búsqueda del Uniformismo Religioso

La creación del Consejo de la Suprema Inquisición en 1478, con jurisdicción en Castilla y Aragón, evidenció la intención de la monarquía de conseguir la uniformidad religiosa. La expulsión de los judíos, muchos de los cuales se convirtieron al cristianismo para permanecer en España, aunque bajo la vigilancia de la Inquisición, ilustra esta búsqueda de un Estado más homogéneo.

Procedimientos Institucionales para la Uniformidad Religiosa

Diversos procedimientos institucionales se implementaron para alcanzar la uniformidad religiosa. El Cardenal Cisneros impulsó una estrategia educativa con la creación de una Biblia políglota, buscando la conversión de los no cristianos. Sin embargo, esta estrategia no tuvo el éxito esperado.

El fracaso del plan de Cisneros llevó a la monarquía a considerar la conquista de Granada y parte del norte de África para frenar la llegada de más musulmanes. En 1492, Granada fue incorporada al Reino de Castilla, aunque a diferencia de los judíos, los musulmanes no fueron expulsados en ese momento.

El Papel del Papado y la Vigilancia Religiosa

En 1478, el Papa Sixto IV concedió a los Reyes Católicos la facultad de nombrar inquisidores, un hecho sin precedentes que reflejaba el deseo de unificación religiosa. La Inquisición se convirtió en una herramienta para evangelizar a los musulmanes y castigar a quienes se negaban a convertirse. Además de los musulmanes, la población judía y los protestantes también fueron objeto de vigilancia y persecución.

Repercusiones Sociales de la Inquisición

La Inquisición tuvo un profundo impacto social, en gran medida negativo. Las denuncias anónimas, la confiscación de bienes antes de la condena y la frecuente aplicación de la pena de muerte crearon un clima de miedo e injusticia. Durante el siglo XVI, la Inquisición condenó y procesó a más de 100.000 personas, dejando una huella imborrable en la sociedad española.

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