La Música como Lenguaje: Un Análisis Semiótico


Música y comunicación: un análisis de la música como lenguaje. La semiología.

La comunicación es hacer llegar un mensaje desde un emisor a un receptor. El proceso comunicativo consiste en un intercambio de signos que transfieren la información, y los signos unen significante y significado.

La semiología es la disciplina que estudia los sistemas de signos, y fue concebida en el siglo XIX por Saussure. La semiología estudia los signos que establecen la comunicación animal (zoosémica), comunicación de las máquinas (cibernética) o de células vivas (biónica), y los de la comunicación humana.

Un signo es cualquier elemento perceptible que representa o sustituye una idea, sentimiento o realidad. Tipos de signo:

  • Según el sentido por el que se perciben.
  • Según la relación entre significante y significado:
    1. Indicios (relación de causa-efecto).
    2. Iconos (la relación es de semejanza).
    3. Símbolos (significante y significado se asocian por convención entre emisor y receptor).

La comunicación no es exclusiva del ser humano, pero la capacidad de compartir el pensamiento mediante símbolos compartidos sí es privativa del ser humano. El lenguaje humano puede ser de dos tipos: verbal y no verbal.

El estudio de la música como sistema de comunicación se encuentra en el campo de la semiología o semiótica musical. En su estudio se mueve entre las disciplinas que se centran en el texto musical como material sonoro (teoría de la música, musicología), las que prefieren enfocarse en el sujeto oyente (ciencias cognitivas, psicología de la música) o las que se centran en los discursos sociales de la música (etnomusicología, antropología musical, sociología de la música).

1.1 El lenguaje verbal

El lenguaje humano es la facultad que tienen los hombres de entenderse por medios de signos vocales articulados que constituyen un sistema estable.

Las características del signo lingüístico son la existencia de significante y significado y la arbitrariedad en la unión de estas dos caras, salvo en el caso de la onomatopeya, si bien el signo es arbitrario a priori (relación con el significado) pero no a posteriori (relación del significante con la comunidad lingüística). El signo lingüístico es lineal en el tiempo, además forma un sistema o estructura (conjunto de elementos solidarios entre sí, que cada uno tiene un valor en oposición a los demás). Pero lo fundamental es la doble articulación, según Martinet definitorio del signo lingüístico (unidades significativas y unidades distintivas, con forma fónica), pues las anteriores características las comparte el lenguaje con otros sistemas.

1.2 La música como lenguaje

La música comparte con la cinematografía y el teatro la organización temporal: la discursividad. Pero la música es de una discursividad absoluta, pues sólo se expresa en el tiempo sin necesidad de escenarios espaciales, como sucede en el cine y el teatro. En este sentido tiene paralelismo con otro discurso exclusivamente sonoro, el lenguaje hablado.

El número de sonidos en estos lenguajes sonoros es limitado, y los sonidos básicos son irreductibles. El sentido surge del orden, fenómeno que conocemos como articulación, y que en el lenguaje hablado además presenta la característica de la llamada doble articulación, que divide el signo lingüístico en dos niveles, el de los significados y el de los significantes.

En cambio la música es un discurso sonoro no significativo. La música sería un lenguaje de segundo nivel; su esencia es la expresividad, no la significación.

Encontramos los componentes que son característicos de un lenguaje como medio de comunicación: un mensaje, un emisor y un receptor. La pieza musical es un objeto de encuentro entre emisor y destinatario.

El principio rector del discurso musical es la repetición, equivalente al principio de simetría presente en la naturaleza y en las artes plásticas. La repetición es principio rector en un primer nivel rítmico, en un segundo nivel en la melodía, y por último a un nivel más amplio en las secuencias, fundamentales en la estructura formal.

Otro principio característico de la música es el de la simultaneidad (la audición de múltiples hechos sonoros percibidos a la vez por el oyente).

Las funciones comunicativas pueden sin embargo compararse entre los sistemas sonoros: música y habla, así como el de la utilización expresiva de los ruidos en los medios audiovisuales:

  • Expresiva (transmisión de emociones y sentimientos).
  • Denotativa o referencial (en cuenta el referente y su contexto).
  • Poética (centrada en el mensaje como tal).
  • Fática (orientada hacia el destinatario, de interpelación directa).
  • Metalingüística (centrada en el código del mensaje).
  • Conativa o apelativa (igualmente centrada en el destinatario).

Elementos y componentes sonoros esenciales para el lenguaje musical:

Altura y duración de sonidos con organización de escalas (relación con aspectos melódicos y armónicos), ritmo y timbre.

  • La expresión del ritmo como flujo de apoyos en el discurso musical cuenta con un pulso motor, alternancia de duraciones y patrones de esa alternancia de duraciones. Tiene un aspecto relevante de la actividad motora y es el primer acercamiento al lenguaje musical en la infancia.
  • El timbre expresa la cualidad o naturaleza de un sonido en particular. Posee una relación sinestésica que ha llevado a su comparación con el color en el mundo visual. Dependiendo de los estilos musicales puede tener una gran importancia como factor constructivo.
  • La melodía es elemento muy destacado en la comunicación directa en nuestra cultura. El paradigma melódico surge de las alturas y duraciones de los sonidos en ordenación pertinente según los esquemas de escalas y modos. La melodía puede provenir bien del desarrollo motívico, con la transformación de un pequeño y característico motivo denominado tema, o bien de la periodización de una frase más extensa.

Modos de escucha

En el acto comunicativo musical podemos distinguir distintos modos de escucha, no excluyentes entre sí.

  1. Escucha simple o eufónica, una escucha de carácter primario y no activa.
  2. Escucha formal o significativa, de conocimiento técnico.
  3. Escucha semántica o cultural, de conocimiento del entorno de creación de la obra musical.
  4. Escucha emocional o empática, con vinculación emocional.

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