La Era de los Castrati y del Concierto
El siglo XVIII vio surgir la ópera seria, destacada por el énfasis en las voces de primeras figuras y castrati, convirtiéndose en el principal género operístico en Europa hasta la Revolución Francesa. Reflejaba la fusión de valores burgueses y aristocráticos, entre el éxito comercial y el patrocinio nobiliario. Este contexto alimentó un intenso debate ideológico sobre la ópera, influenciado por las ideas ilustradas y el ascenso de la burguesía.
La ópera seria evolucionó en Italia durante el siglo XVII, impulsada por la competencia de teatros y compañías, dando lugar a un sistema de estrellas que enfatiza el virtuosismo vocal. Sus características musicales incluyen el aria da capo y un estilo orquestal brillante y ligero. El estilo orquestal es a menudo virtuosístico e incisivo (con pasajes rápidos, tremolos y variedad de ataques) pero simple desde el punto de vista de la textura (a menudo consistente en dos voces reales, aguda de violines y otra de bajos más violas). La ópera seria se abre con un breve fragmento orquestal en tres secciones (rápido – lento – rápido) denominado «sinfonía» que epitomiza estos rasgos y es el germen de la sinfonía clásica.
Evolución del Estilo Antiguo durante el Barroco
Durante la era Barroca, la tradición polifónica renacentista encontró refugio en la música sacra, coexistiendo con las nuevas tendencias del estilo moderno. Esta música sagrada, aunque mantuvo el contrapunto y la imitación, también adoptó elementos como el bajo continuo y el estilo concertante. La composición sobre cantus firmus y el estilo imitativo persistieron como señas de identidad. La fuga, culminación de las técnicas imitativas, se desarrolló en este periodo, adaptando los principios de la polifonía al concierto barroco.
La relación del órgano con lo eclesiástico y la tablatura contribuyeron a su pervivencia. La música sacra barroca, arraigada en la polifonía vocal renacentista, reflejó influencias operísticas e instrumentales. Los maestros de capilla siguieron cultivando este arte, fusionando tradición y nuevas corrientes musicales.
El Clasicismo Musical y la Emergencia de la Burguesía Urbana
En el siglo XVIII hubo transformaciones sociales, impulsadas por el ascenso de las clases medias urbanas y la consolidación de nuevos valores como la razón, el mérito y la justicia. La burguesía tuvo un papel crucial en el desarrollo del movimiento ilustrado, avances científicos y la secularización de la sociedad, dando lugar al surgimiento del Clasicismo en la música.
La música de cámara, de pequeñas agrupaciones instrumentales y vocales, se popularizó entre la burguesía, marcando el declive del bajo continuo y el surgimiento del estilo clásico, caracterizado por una melodía principal cantable y armonía más sencilla. Los conciertos públicos fueron un fenómeno social importante, permitiendo la participación de músicos profesionales y aficionados burgueses.
La sinfonía fue la forma musical más emblemática del período, con un gran repertorio que se extendió por Europa. La ópera popular creció, con géneros como la ballad opera inglesa y la opera buffa italiana. En Francia y España, surgieron géneros autóctonos como la opéra comique y la tonadilla escénica, respectivamente. Estos desarrollos musicales reflejaron la cultura y el crecimiento económico de las clases urbanas emergentes, sentando las bases para futuras innovaciones en la música.
Formas y Géneros Musicales del Clasicismo
En el siglo XVIII surgió el Clasicismo musical, un estilo que reflejaba los valores y el gusto de la creciente burguesía frente al aristocrático y sacro. Se caracterizó por su internacionalismo, expresión más íntima y libre, y una simplificación de la expresión musical, marcada por la prevalencia de la claridad y la sencillez.
Las formas musicales clásicas, como la sonata, se desarrollaron a partir de los estilos barrocos, simplificando las texturas y la armonía. Las obras clásicas se estructuraron en movimientos con formas como la sonata, tema y variaciones, minueto o scherzo, y rondó.
La Revolución Francesa y las guerras napoleónicas alteraron los gustos musicales, provocando el declive de la sinfonía tradicional y el surgimiento de formas más descriptivas y concertantes. Los clásicos vieneses como Haydn y Mozart se convirtieron en referentes, junto con las sinfonías de Beethoven, mientras que la ópera seria inició un proceso de decadencia que daría paso a la ópera romántica, influenciada por innovadores como Cherubini, Spontini y Rossini.
Ópera, Reforma y Clasicismo
En el siglo XVIII, la ópera seguía siendo el evento musical más importante. Se dividía en dos tipos:
- Ópera aristocrática: Dirigida a la aristocracia y alta burguesía, representada por la ópera seria en Italia y la tragedia lírica en Francia, con variantes. Se presentaba en teatros con patrocinio estatal.
- Ópera burguesa: Dirigida a clases urbanas cultivadas, representada por géneros como la ópera bufa en Italia, ópera cómica en Francia, Singspiel en países germánicos y tonadilla en España. Se presentaba principalmente en teatros privados, aunque a veces recibía apoyo estatal y aprovechaba la infraestructura de la ópera seria.
La ópera seria fue objeto de debates por su representación de valores monárquicos. Tres momentos destacados fueron: la crítica de Marcello en 1720, la querella de los bufones en 1752 y la disputa entre gluckistas y piccinnistas en 1775. La decadencia del género permitió la experimentación estilística y marcó la transición hacia la ópera romántica, influenciada por el neoclasicismo y el hedonismo de Rossini.