La Música en la Reforma y Contrarreforma: De Lutero a Orlando di Lasso


La Música en la Reforma y Contrarreforma

De Lutero a Benedicto XIV

En un principio, Lutero mantuvo el uso del latín en la música litúrgica, incluyendo el Kyrie, Gloria y Sanctus. Los salmos se estudiaron atentamente para traducirlos y encontrar la música más apropiada. La posición luterana no asignaba una función relevante a la música en el culto, considerando que desviaba la atención de la palabra. En cambio, Calvino adoptó una postura más moderada, aunque en general compartía la visión luterana. La música litúrgica le era ajena, y si bien permitía el canto de la asamblea, no toleraba los instrumentos ni la polifonía.

A partir de la década de 1530, la Inglaterra de Enrique VIII se separó de la Iglesia Católica Romana por razones políticas. La disolución de los monasterios llevó a las formaciones corales a las catedrales y parroquias. Uno de los efectos en el ámbito litúrgico fue la introducción del inglés junto al latín. Thomas Cranmer, arzobispo de Canterbury, aprobó en 1539 la traducción de las Sagradas Escrituras por Miles Coverdale y años más tarde organizó la nueva reglamentación litúrgico-musical.

A comienzos del siglo XVI, la música instrumental aún estaba estrechamente vinculada a la vocal. Los instrumentos podían utilizarse para duplicar o sustituir voces en las composiciones polifónicas, tanto sacras como profanas. Las breves piezas para órgano destinadas a sustituir las partes vocales se denominaban versos o versículos y podían incorporar parte o toda la melodía del canto llano al que sustituían. La ornamentación se improvisaba, pero con el tiempo los compositores comenzaron a escribirla, lo que influyó en la escritura instrumental del Barroco temprano, probablemente desviándose de la práctica de la improvisación del siglo XVI.

La Canzona

Composición nueva que imita a la canción.

La Canción Profana en la Corte de Enrique VIII

La fuente principal tanto de la canción profana como de la música para conjunto instrumental en la corte de Enrique VIII es el Henry VIII’s Song Books, compilado en Londres alrededor de 1520. Su contenido es fundamentalmente en inglés, siendo el compositor mejor representado el propio rey. Enrique VIII era un apasionado de la música y poseía impresionantes colecciones de violas y flautas de pico. Además de cantar y tocar el laúd, tocaba varios instrumentos de tecla.

La Reforma Inglesa

En algunos aspectos, la reforma en Inglaterra siguió el modelo continental. La falta de liderazgo papal era evidente para los ingleses: «ramera» es como el jefe de San Pablo llamó a Roma. Además, la corrupción y la codicia se veían como una sangría en las finanzas nacionales. Había una diferencia importante entre las reformas inglesas y las de Lutero y Calvino: las de Inglaterra estaban menos influenciadas por las creencias doctrinales y teológicas. Las modificaciones doctrinales solo pasaron a un primer plano gradualmente después de que Enrique VIII rompiera con Roma por razones políticas y personales, e incluso entonces, las reformas teológicas de Inglaterra eran más conservadoras en comparación con las luteranas.

Música de la Iglesia Anglicana

La reforma redujo drásticamente el uso de la música. Hay dos colecciones de música monódica para la Iglesia Anglicana que destacaron por su interés histórico y por la influencia que ejercieron:

  1. El Libro de Oraciones oficial de Thomas Cranmer incluía rúbricas que indicaban dónde y cuándo había que cantar, pero no proporcionaba la música.
  2. El Salterio de Sternhold y Hopkins, con traducciones métricas de los salmos y melodías, tuvo un papel importante en la ayuda a los reformistas luteranos y anglicanos.

Reglamentación del Culto y de la Música

Durante el Concilio de Trento (1545-1563) y la época posterior, el arte en general, y la música sacra en particular, experimentaron la influencia de la estrecha relación entre el poder político-religioso y los músicos. Sin ese filtro no se explicarían las decisiones del episcopado, la relación de Orlando di Lasso con el duque de Baviera, ni la sensibilidad artística de cardenales como Otto Truchsess von Waldburg de Augsburgo, Cristoforo Madruzzo de Trento y Ercole Gonzaga de Mantua.

En la década de 1560, el espíritu de la Contrarreforma, junto con la visión personal de la función de la música, llevó al duque de Mantua, Guglielmo Gonzaga (1550-1587), a transformar el ducado en un estado católico modelo, cuyo emblema fue la Basílica Palatina de Santa Bárbara. Al mecenazgo del duque se sumó una auténtica competencia musical, manifestada tanto en la intención de proveerse de buenos cantantes y músicos para la corte como en la relación directa con compositores como Guerrero, Soriano, Palestrina, Cabezón y Merulo, quienes recurrieron a él como patrón y consejero.

Tras la promulgación del Catecismo Romano en 1566, entre 1568 y 1614 se publicaron los libros litúrgicos para la reglamentación del culto romano (el Breviarium, el Ritual, el Misal, el Pontifical y el Caeremoniale Episcoporum). En cambio, no se preparó una edición oficial de los libros musicales. Entre las décadas de 1570 y 1580 se publicaron en Venecia varios instrumentos (normas) para el canto. En 1582, el boloñés Giovanni Guidetti extrajo de los antifonarios vaticanos el Directorium Chori, que se empleó para la entonación de la plegaria coral en catedrales y colegiatas hasta mediados del siglo XVIII.

Música en Roma

En la década de 1560, mientras veían la luz los escritos de Teresa de Ávila sobre la oración (Camino de Perfección o Las Moradas), en Roma, Felipe Neri quedaba atrapado en las redes de la Inquisición. Felipe Neri, animado por el jubileo, había fundado la Cofradía de la Santísima Trinidad de los Peregrinos. Era inconformista y excéntrico. Hizo un uso instrumental de la música y el canto, que acompañaba a diario la función de la tarde con una antífona mariana, y que asumió un papel importante en el oratorio vespertino dominicano.

La generación de compositores que alcanzó la madurez durante el segundo cuarto del siglo XVI se ha considerado como la generación post-Josquin. Una constante en la crítica artística de los siglos XV y XVI es la noción de progreso. Por entonces se decía que ninguna composición escrita hacía más de 40 años debía ser considerada digna de interpretación. La generación de Josquin desarrolló nuevos tipos de misa y cultivó otros más antiguos con vigor renovado. Dos tipos fueron especialmente importantes:

  1. La misa de parodia, que tomaba como modelo una obra polifónica (generalmente un motete).
  2. La misa de paráfrasis, en la que un modelo monódico (generalmente del Gregoriano) se abría paso por todas las voces, fundiéndose con la polifonía.

Además, había misas para ocasiones litúrgicas especiales.

Cristóbal de Morales (1500-1553)

Nacido y criado en Sevilla, ocupó varios puestos en Ávila y Plasencia antes de ir a Italia, donde fue maestro de capilla en la Capilla Sixtina. El teórico español Juan Bermudo dijo de Morales que era «la luz de España en la música».

La Misa Parodia

El compositor toma un motete o canción polifónica anterior y utiliza su material melódico y armónico. Morales compuso misas a partir de motetes. El motete es una forma litúrgica cuyo origen se remonta al siglo XIII. Su principio constructivo se basa en la división fraseológica del texto: cada frase genera un nuevo tema, desarrollado de forma imitativa o homófona. Morales consideraba que la música «sana los cuerpos y disminuye y aligera el alma de las tentaciones de los espíritus malos».

El Órgano y su Música

En la España del siglo XVI, quienes marcaban las pautas en la construcción de órganos eran los extranjeros: primero los alemanes, luego los franceses y posteriormente los flamencos. La parte sonora del órgano son los tubos (en España, cañas). Cada tubo produce una sola nota. Los tubos están afinados con un temperamento. Existen dos tipos de tubos: de boca o labiales y de lengüeta.

En general, el órgano español del siglo XVI constaba fundamentalmente de registros flautados, sobre todo abiertos, aunque en la segunda mitad del siglo se hicieron frecuentes los tapados con mixturas. En el último tercio del siglo XVI se difundió en el órgano español el teclado partido.

En las iglesias importantes había capillas musicales con instrumentistas de cuerda y viento (ministriles). El órgano tenía su función dentro de ese conjunto, apoyando el canto litúrgico (monodia gregoriana), para lo que no se requerían grandes instrumentos. Se usaban órganos positivos (teclado único, secreto cromático, pocos registros, mecánica simple y ausencia de pedaleo).

Orlando di Lasso (1532-1594)

Nació en la ciudad franco-flamenca de Mons. A los 12 años se encontraba en Italia: primero en la corte de Mantua, luego en Nápoles, Florencia y finalmente en Roma, donde estuvo a cargo de la música de la iglesia de San Juan de Letrán. A los 21 años, tras una breve estancia en Amberes, pasó a formar parte de la capilla musical del duque Alberto V de Baviera en Múnich y pronto fue nombrado maestro de capilla ducal.

Lasso fue un verdadero hombre del Renacimiento, cuyo cargo en la corte y sus viajes por Europa demuestran su condición de hombre de mundo. Sus piezas profanas muestran la variedad de sus gustos. Además de madrigales espirituales, compuso canciones alegres, pastoriles o picantes en diferentes lenguas. Su carácter polifacético, su humanidad y su variedad expresiva lo señalan como una de las figuras más significativas del periodo.

Francisco Correa de Araujo (1584-1654)

Nació en Sevilla. La profesión de su padre, botijero, indica su humilde origen. Fue maestro de capilla y organista. Ganó por oposición la plaza de organista de la Colegiata del Salvador en 1599, con solo 15 años. Ordenado sacerdote en 1608, su origen humilde no le había permitido estudiar, por lo que realizó la licenciatura en 1613. Opositó al órgano de las catedrales de Sevilla, Málaga y Toledo, pero suspendió en todas las ocasiones. Esto lo llevó a demostrar su talento para la composición a través de la docencia.

Sus 69 tientos (forma musical similar a los estudios) son un prodigio de inspiración y técnica. Francisco Correa de Araujo alcanzó prestigio y fama como intérprete y compositor después de abandonar Sevilla. Frente a los comúnmente aceptados 8 tonos del canto llano, Correa siguió la tesis del teórico suizo Henricus Glareanus (añadiendo a los tonos de re, mi, fa, sol, los de la y do, de manera que cada nota del hexacordo tenga sus modos auténtico y plagal, resultando en un total de 12). Correa explotó al máximo las posibilidades armónicas del órgano de su época.

El Renacimiento

La música en la historia del Renacimiento se divide en dos periodos:

  1. Reforma (Lutero, Calvino, Anglicana)
  2. Contrarreforma (1545)

El Renacimiento de las artes no fue parejo en toda Europa, con diversas particularidades regionales.

Italia

En Italia, la visión de los restos antiguos hizo que la influencia de la antigüedad clásica fuera diversa. Se dice que el Renacimiento comenzó antes y se desarrolló mejor en Italia. Tanto las artes plásticas como las musicales siempre habían estado presentes, en la calle y en los monasterios. En Italia, sobre todo en el norte, hubo un auge económico a principios del siglo XIV. La sociedad se dinamizó y surgió un grupo de personas que vieron en el arte una forma de reflejar su riqueza y un interés por conocer científicamente el mundo. El hombre pasó a ocupar el centro de todas las cosas, y surgió un interés por el estudio anatómico y su relación con la geometría.

No solo despuntaron las artes, sino también las matemáticas, la astronomía, la geografía y la anatomía. Se estudiaba el trivium y el quadrivium, relacionándolos con las artes. La arquitectura fue la primera en aplicar estos conocimientos.

En España, la influencia de tres religiones (cristiana, musulmana y judía) desarrolló artes particulares. El último tercio del siglo XVI, coincidiendo con el reinado de Felipe II (1556-1598), vio el desarrollo de un nuevo estilo con notable personalidad. Coincide con el Manierismo europeo (de la maniera = manera), con una diferencia: el extremado carácter religioso del español, que en los inicios de la Contrarreforma rehuía la profanidad y renunciaba a todo artificio.

Lutero (1483-1546)

Fue el iniciador de la Reforma Protestante. Nacido en Sajonia, fue un gran estudioso de la teología y profesor de filosofía. Sus críticas al papado aumentaron de tono a causa de la simonía. Las críticas de Lutero reflejaban el descontento generalizado por la degradación de la Iglesia, ya expresado en la Baja Edad Media por otros reformadores como John Wycliffe y Jan Hus.

La extensión del luteranismo dio lugar a las guerras de religión entre católicos y protestantes. La música sacra alemana se vio involucrada en el proceso de reforma de la Iglesia en el siglo XVI a raíz de la actuación de Martín Lutero. Consideraba la música como una parte indispensable del culto, aunque admiraba las obras de compositores en latín como Josquin des Prez. Se dio cuenta de que la participación de la gente en la religión aumentaría si se le permitía participar activamente en los servicios.

A Lutero, interesado por el arte, solía representársele cantando y tocando el laúd. Su predilección por la música procedía de la tradición flamenca y del universo agustiniano. Para Lutero, la música era la más hermosa de las artes, relacionada con los textos espirituales y bíblicos, lo que la hacía funcional para la predicación. Lutero estudió la terminología espiritual de las escrituras y se planteó el problema de hallar una versión comprensible de las modalidades expresivas del mundo judío. Las reformas luteranas tuvieron gran repercusión en Alemania, Francia, Países Bajos y Escocia.

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