La Narrativa del Siglo XX hasta 1939: Autores y Obras Clave


La Narrativa del Siglo XX hasta 1939

Características Generales

Los autores comienzan a alejarse del realismo del siglo XIX para buscar ahora la realidad interior. Se producen una serie de innovaciones puestas en práctica por los autores de la Generación del 98:

  • La historia pierde el protagonismo a favor del discurso.
  • Las novelas se centran en el retrato interior del personaje.
  • La narración se fragmenta en estampas, a veces incluso con saltos temporales, lo que provoca muchas veces indeterminación en los hechos narrados.
  • Se concede ahora mayor importancia a la dramatización; el diálogo de los personajes se convierte en pieza clave.

Pío Baroja

Sus temas preferidos son los de aventuras. Sus protagonistas son seres inadaptados y muchas veces fracasados ‘’luchando’’ en ese campo de batalla que es la vida para Baroja. Los diálogos son sencillos y muy vivos, aunque también se destaca Baroja como un maestro de la descripción. Podemos diferenciar dos etapas en su obra, separadas por la fecha de 1912:

  • 1ª etapa: caracterizada por la variedad temática. Camino de perfección, El árbol de la ciencia, la trilogía La lucha por la vida, Zalacaín el aventurero, Las inquietudes de Shanti Andía.
  • 2ª etapa: con novelas de trasfondo histórico. Memorias de un hombre de acción, Los amores tardíos, El cura de Monleón, El laberinto de las sirenas.

El árbol de la ciencia, su mejor novela, refleja la situación desesperada de la España de la época. Esta obra nos cuenta la historia de Andrés Hurtado, un personaje fracasado en cuya vida introduce Baroja episodios autobiográficos y que acaba suicidándose.

Miguel de Unamuno

Las novelas de Unamuno están centradas en el conflicto íntimo de sus personajes, a través de los cuales Unamuno expresa los temas que le obsesionan: la afirmación de la personalidad, la lucha contra el instinto, el afán de dominio sobre los demás, la muerte y la dicotomía fe/razón, todo ello haciendo siempre una crítica violenta de la realidad española. Tras Paz en la guerra y Amor y pedagogía (1902), y ante las críticas que defendían que sus novelas (centradas en la psicología de los personajes y con carácter subjetivo) no eran verdaderas novelas, decidió llamarlas ‘’nivolas’’. A esta segunda etapa pertenecen Niebla, Abel Sánchez, La Tía Tula y San Manuel Bueno, mártir.

José Martínez Ruíz, ‘’Azorín’’

En la producción novelística de Azorín el movimiento se anula, parece detenerse a través de la descripción para ser fragmentado en instantáneas o cuadros. No le interesan tanto los grandes acontecimientos como las costumbres y la vida cotidiana. En un primer momento su producción estuvo muy vinculada con sus ideales anarquistas y revolucionarios. Sin embargo, en una segunda etapa su pensamiento evolucionó hacia el conservadurismo. Sus mejores novelas son La voluntad, Las confesiones de un pequeño filósofo, Don Juan y Doña Inés.

Ramón María del Valle-Inclán

Con unos inicios claramente modernistas, fue introduciendo innovaciones en su narrativa hasta culminar en el esperpento, su gran aportación a la literatura española.

Las Sonatas (Sonata de primavera, Sonata de estío, Sonata de otoño y Sonata de invierno) tienen como protagonista al marqués de Bradomín, ‘’un donjuán feo, católico y sentimental’’, con el amor, la muerte y la religión como temas centrales. La trilogía de La guerra carlista (Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño) nos ofrece una visión personal del enfrentamiento tradicionalismo-liberalismo.

En Tirano Banderas hace una dura crítica de los gobiernos y gobernantes hispanoamericanos del momento. Podemos destacar asimismo la serie de novelas El ruedo ibérico.

Ramón Pérez de Ayala

Pérez de Ayala produjo una novela de carácter experimental en la que la conciencia juega un papel determinante. Podemos distinguir 2 etapas en su producción narrativa:

  • 1ª etapa: con un tono marcadamente autobiográfico. Destacan las novelas de la Tetralogía (Tinieblas en las cumbres, AMDG, La pata de la raposa y Troteras y danzaderas).
  • 2ª etapa: con temas como el amor, el sexo, el lenguaje y el honor (Belarmino y Apolonio, Tigre Juan y El curandero de su honra).

Gabriel Miró

Maestro de la descripción, la mayoría de sus novelas tiene el paisaje levantino como marco. Con unos inicios de corte modernista, la insinuación narrativa. Sobresalen Las cerezas del cementerio, Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso.

La Vanguardia en la Narrativa

En los años veinte, la vanguardia recibe en España el impulso decisivo de Ramón Gómez de la Serna con novelas como La viuda blanca y negra, El novelista o La nardo. De igual forma, será muy importante la producción novelística de Benjamín Jarnés (Lo rojo y lo azul), Rosa Chacel, Max Aub o Francisco Ayala.

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