La novela del Realismo social ( 1954-1962)


L-.LA NOVELA TRAS LA Guerra Civil ESPAÑOLA

La novela posterior a la Guerra Civil: Tras la Guerra Civil, vienen los penosos años de la posguerra, en que el pueblo pasa miserias por estar bajo la dictadura franquista y porque el país fue destrozado por los combates. Es una época en que la novela entra en crisis: España es una nacíón donde rige la censura, donde no es posible la publicación de novelas que denuncien la situación del momento. Por otra parte, muchos de los grandes escritores se van al exilio. Y con respecto a la novelística anterior al momento de la guerra, si bien se podría imitar a autores como Pérez de Ayala o Miró (experimentadores de la generación del’ 14), dada la situación nacional, no hay un ambiente para ello. La generación de la guerra imitará a Baroja, por ejemplo.

Carácterísticas de la novela de posguerra


La situación reinante es, al menos, amarga para la mitad de los españoles, que sufren la derrota. Pero hasta en las gentes de idiosincrasia franquista se conoce el descontento, y ello por la situación de la nacíón: hay hambre y carestía y la vida es mala para todos. La tónica temática, por lo tanto, es bastante pesimista y se convierte en un tópico hablar de lo cotidiano y de la frustración que se da en la vida corriente (soledad, inadaptación, muerte…). Se encubre así lo que la censura no quiere: el malestar general que no puede ser hacho público y que al escritor le está vedado expresar. Como no es factible una novela social, se da entonces lo existencial, es decir, llevar ese malestar al plano personal.

Las corrientes de conformismo y triunfalismo




No.Es
cierto que todos los escritores fueran gente antifranquista. Hubo escritores que en sus novelas plasmaron el afán triunfalista del régimen formado por Franco. García Serrano escribíó, por ejemplo, «La fiel infantería». Pero salvo estos casos, muchos autores que son políticamente conformistas (no están en oposición a Franco) también denotan cierto malestar. Autores como Torrente Ballester muestran una realidad amarga en una novela que, por presiones políticas, toma un carácter triunfalista.

Las distintas líneas de la novelística después de la guerra


Se plantea una duda, y es qué tipo de novelas hacer. Los escritores no van a encontrar un camino único. Así surgen distintas tendencias que son las que siguen: 1-. La imitación de Baroja de la generación del ’36. El desolado Realismo barojiano es una manifestación de descontento de las clases intelectuales frente a la llegada al poder de Franco y sus acólitos. 2-. La continuación de una serie de narradores que gozaron del favor oficial, pero que son muy poco dados a renovaciones estéticas, de la que son, también, muy conservadores (García Serrano, Sánchez Mazas). A partir de 1942, se da un despertar de la novelística en España con «La familia de Pascual Duarte«. Más adelante, hacia 1945, aparece «Nada», importante obra de Carmen Laforet.

La narrativa con Cela, C. Laforet, Delibes


La primera obra que obtuvo un gran reconocimiento de Camilo José Cela es «La familia de Pascual Duarte». Destaca su afán experimentador, al colocar los hechos en una estructura circular en la que la novela comienza por el final. El protagonista escribe una larga carta contando su vida desde la cárcel, ya con la certeza de que será ejecutado. Muestra una visión agria del mundo y de la gente. Esto inauguró una tendencia llamada «tremendismo», corpus mediocre de novelas que destacan los aspectos más sórdidos de la realidad de manera regocijante. Con respecto a la obra de Laforet, es una narración sobre una joven estudiante que se encuentra en un ambiente que la conduce a la sensación de frustración y de vacío. Por otra parte, Delibes revela su honda religiosidad en «La sombra del ciprés es alargada», una novela que presenta el síntoma de descontento y frustración de esos años.

El cambio de lo existencial a lo social


Poco a poco, los escritores van a empezar a presentar más claramente las inquietudes sociales del momento. Es la novela que se da desde los años ’50. A esta línea de novelas se unen dos grandes relatos: «Tiempo de Silencio» de Martín Santos y «La colmena de Cela» se destaca el año 1954 como año inaugural de la novela social más estricta: es la generación de 1955 (Aldecoa, Ana Ma Matute, Sánchez Ferlosio). Se destacan los siguientes aspectos: solidaridad con los humildes, disconformidad con la sociedad española, anhelo de cambio social. Se siguen las ideas de Sartre (la novela debe ser social y denunciar los males de la sociedad como forma de compromiso), que desembocan en un nuevo Realismo conducente al objetivismo. Es lo que se llama conductismo y el término procede de la psicología americana de Skinner: solamente podemos analizar conductas y no psicologías. El autor narra la conducta de los personajes y se limita a ella.

La sociedad española como tema de la narrativa. Técnicas


Las condiciones de vida de las gentes campesinas, el mundo de los obreros y el universo laboral, los ambientes urbanos y su miseria son los

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