La novela después de la Guerra Civil


EL TEATRO ESPAÑOL ENTRE 1900 Y 1939. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS. Podemos distinguir dos tendencias en el teatro de este periodo: El teatro conservador se plegó a los gustos del público burgués sin intentar innovaciones estéticas. Dentro
de la corriente de la alta comedia, destacó Jacinto Benavente (1866-1954) con sus dramas alejados de cualquier crítica social, como La malquerida, y Los intereses creados. El teatro cómico tuvo como mayor
figura a Carlos Arniches (1866-1943), que recreó el tipismo madrileño su mejor obra, La señorita de Trevélez,, presenta perfiles más amargos y desolados. Otras figuras de cierto relieve en esta corriente fueron
Pedro Muñoz Seca, creador del astracán –caracterizado por la tendencia al chiste fácil y a los argumentos disparatados- y autor de La venganza de don Mendo, y los hermanos Álvarez Quintero, que se valieron de
los tópicos andaluces para escribir un teatro de nula intención social. Por último, el teatro poético ensalzó las gestas del pasado medieval e imperial español en obras como En Flandes se ha puesto el sol, de Eduardo
Marquina,. Por su parte, el teatro renovador es el que mejor ha resistido el paso del tiempo y el que dio las dos grandes figuras del teatro español contemporáneo: Valle Inclán (1866-1936), tras algunas piezas modernistas, emprendíó el camino de la renovación con su
ciclo mítico con las Comedias bárbaras.También en el medio rural se desarrolla Divinas palabras 1920. Respecto a las Comedias bárbaras se acentúan la crueldad, el sarcasmo y la sátira, por lo que supone un
paso decisivo hacia la creación del esperpento lo que conllevará a “luces de bohemia”. La imagen que se ofrece de la sociedad española de la época es monstruosa y muy crítica, la de un país corrupto e inculto que
no premia la inteligencia sino la trampa y la chabacanería. Escrita con un lenguaje muy rico y variado, deforma la realidad de manera grotesca y deja una fuerte impresión de pesimismo La técnica del esperpento
se prolongó en los tres títulos que integran Martes de carnaval.
Federico García Lorca (1898-1936) compuso un teatro simbólico y poético en el que destacan títulos como Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera y La casa de Bernarda Alba, todas ellas de los años 30. En
las obras de Lorca se enfrentan dos fuerzas antagónicas: la autoridad y la libertad. Al final, sus personajes son víctimas de la colectividad y de los prejuicios de una sociedad conservadora. La casa de Bernarda
Alba, su obra maestra, que se estrenó en España 1964, se desarrolla en el asfixiante clima de una Andalucía tradicional. Tanto el protagonismo femenino como la temática se aprecian en sus obras. También hubo intentos renovadores de los noventayochistas Miguel de Unamuno y Azorín y de los novecentistas Jacinto Grau y Ramón Gómez de la Serna, Por último, debemos recordar que durante los años treinta comenzaron su obra dramática varios autores que la continuarían en el exilio, como Rafael Alberti, Alejandro Casona y Max Aub.





LA NOVELA ESPAÑOLA ENTRE 1939 Y 1974. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS.La Guerra Civil supuso una ruptura en la vida cultural española. Las nuevas condiciones políticas afectaron de forma absoluta a la producción literaria. La fuerte censura, la prohibición y el exilio de escritores como Sender, Max Aub y Francisco Ayala ayudaron con la ruptura de la narrativa. Durante los años cuarenta se cultiva una novela realista. Los títulos más destacados son: La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela. Inauguró el tremendismo, corriente caracterizada por la presentación sistemática de los aspectos más desagradables de la realidad. Narrada en primera persona por un hombre a punto de ser ejecutado, desarrolla la vida de Pascual Duarte. El pesimismo domina Nada 1945), de Carmen Laforet, obra que presenta a una joven que se instala en Barcelona para comenzar sus estudios universitarios. Vive en casa de sus tíos, personajes desquiciados a los que, seguramente, la guerra ha trastocado. Durante los años cincuenta se produce un cierto relajamiento de la represión política y de la censura, lo que permitíó que tras cinco años de espera se pudiera publicar La colmena, de Camilo José Cela. La obra presenta una visión desoladora de la realidad contemporánea, en la que dominan la miseria económica y moral. Los novelistas de la generación del 50 cultivaron el Realismo social, cuyo propósito era denunciar tanto la inmoralidad de las clases burguesas como las duras condiciones de vida de los trabajadores. La novela más carácterística de este periodo es El Jarama (1955), de Rafael Sánchez Ferlosio, máximo representante del objetivismo, técnica que consiste en la reproducción de los diálogos de los personajes sin aparente intervención del narrador. El final del Realismo social se produjo en los años 60 se podría decir que a partir de la publicación de Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos. Obra de gran complejidad lingüística y estructural pretende convertirse en un arma literaria. El uso magistral del monólogo interior, así como de otras técnicas como el estilo indirecto libre o los diálogos intercalados en los monólogos fue beneficioso para la literatura. Otras títulos importantes de la renovación estética fueron Cinco horas con Mario (1966), de Miguel Delibes, Señas de identidad (1966), de Juan Goytisolo, Últimas tardes con Teresa (1966), de Juan Marsé, Volverás a Regíón (1968), de Juan Benet.. La renovación estética desembocó en el experimentalismo, que propició novelas Oficio de tinieblas 5, de Camilo José Cela. La vuelta a los cauces tradicionales, aunque sin olvidar la renovación estética, se produjo a partir de la última obra maestra del periodo que nos ocupa: La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza. Por último, nombrar a los novecentistas exiliados desatancando a Sender y Francisco Ayala. También destacar la obra Réquiem por un campesino español (1947), de Sender,





LA POESÍA ESPAÑOLA DESDE 1939 HASTA FINALES DEL Siglo XX. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS. Acabada la Guerra Civil surgen dos tendencias en la poesía española de los años cuarenta: La poesía arraigada representando por partidarios del bando vencedor, cultivan una literatura formalista y ajena a las preocupaciones políticas y sociales. Se dieron a conocer a través de las revistas Garcilaso y
Escorial. Entre los principales autores de este grupo figuran José García Nieto, Dionisio Ridruejo, Leopoldo Panero y Luis Rosales. A finales de la década de publica La casa encendida (1949), poemario muy apreciable y de tono más oscuro que su obra anterior. La poesía desarraigada parte de Hijos de la ira (1944), de Dámaso Alonso. Venciendo las limitaciones de
la censura, algunos poetas expresaron una situación más penosa y pesimista que la expresada por los poetas arraigados. Fue el caso de las composiciones que aparecían en la revista leonesa Espadaña, fundada por
Victoriano Crémer y Eugenio G. De Nora. Hacia finales de la década, de esta poesía desarraigada surge la corriente existencialista de José Hierro o los primeros títulos de Blas de Otero. La poesía social aparecíó en los años cincuenta, tiene como principales autores a Blas de Otero y a
Gabriel Celaya. Ambo aspiraban a cambiar la sociedad con sus poemas. En obras como Pido la paz y la palabra (1955), de Blas de Otero, aparece una continua denuncia de las injusticias sociales, de la falta de libertades y de la situación de los trabajadores. La generación del 50 es un grupo de poetas nacidos en torno a 1930 quienes aspiran a renovar la poesía sin
renunciar a la denuncia política. Alguna obra destacada es Moralidades (1966), de Jaime Gil de Biedma (1966), de autocrítica. Además de Gil de Biedma, pertenecen a esta generación, entre otros, Ángel González, Claudio Rodríguez, José Manuel Caballero Bonald, José Ángel Valente o Carlos Barral. En 1970, la publicación Nueve novísimos poetas españoles de José María Castellet, dio a conocer a una serie de poetas (Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, Ana María Moix Leopoldo María Panero o
Manuel Vázquez Montalbán, entre otros) quienes introducen la cultura popular –el cine, el cómic, el rock, etc.-, cultivan un intenso culturalismo, buscan formas depuradas de expresión y utilizan como principales
referencias a autores extranjeros a los que leen en sus lenguas respectivas.
La poesía española de las últimas décadas del Siglo XX se caracteriza por la proliferación de tendencias y de autores y, pueden distinguirse dos corrientes principales: la del silencio (reflexiva, filosófica, intelectual)
, representada por autores como Andrés Sánchez Robayna u Olvido García Valdés, y la de la experiencia (realista, inspirada en la vida cotidiana, a menudo emplea un lenguaje coloquial), en la que destacan Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes o Carlos Marzal.





Novecentismo. Esta generación comparte una sólida formación intelectual con espíritu científico, una vocación europeísta y un talante liberal. Todos estos autores están preocupados por la regeneración española y ven la sociedad desde una perspectiva reformista y modernista. También persiguen el placer estético a través de la perfección formal, la precisión lingüística y la voluntad de estilo.Uno de los autores más carácterístico novecentista es José Ortega y Gasset(1883-1955) quien destaca por su ideología liberal sus temas filosóficos estéticos y sociológicos y su participación en la Revista de Occidente.Sus obras más destacadas son la deshumanización del arte en 1925 en donde promueve un arte nuevo minoritario y elitista basado en el arte intelectual y en la primaria de metáforas. Ideas sobre la novela 1925 en la que insiste en la necesidad de escribir relatos intelectuales y deshumanizados para el goce estético. España invertebrada 1921 en l que explica la decadencia española por un proceso de disgregación, nacional por los separatismos y social por la lucha de clases. Por último, Rebelión de las masas 1930 en la que difunde que el progreso resulta del sometimiento de las masas a la dirección de una minoría intelectual. O traductor destacable es Juan Ramón Jiménez (1881-1958) quien con su obra “ Diario de un poeta recién casado 1916” supera la etapa del Modernismo y da inicio a una etapa intelectual basada en la búsqueda del conocimiento. Además hace una depuración de la poesía que culmina en la poesía pura basada en la concentración conceptual y la sobriedad expresiva “Belleza 1923”. Por por último llegamos a la tercera etapa con una poesía de carácter metafísico un alto grado de hermetismo y verso libre. “Animal de fondo 1949”. La novela supera los patrones narrativos y estilísticos del Realismo. Gabriel Miró con “el obispo leproso 1926” crea un intenso lirismo y utiliza el predominio de la descripción. Ramón Pérez de Ayala con su obra “Tigre Juan 1926” de carácter intelectual con innovaciones estructurales y técnicas. Ramón Gómez de la Serna con su greguería, combinación de la metáfora y el humor “la viuda blanca y negra en 1920”. Las vanguardias son movimientos artísticos que surgen en Europa en el primer tercio del siglo. Basados en un afán de rebeldía y provocación y un espíritu renovador y lúdico que rechaza la raición artística anterior. El Futurismo utilizado por Filippo Marinetti 1909. Exalta la civilización mecánica y los avances técnicos. Presenta un estilo dinámico y rapidez verbal con la destrucción de la sintaxis y la libertad de palabras. El Cubismo utilizado por Pablo Picasso en “las señoritas de Aviñon” descompone la realidad obteniendo el libertad de conceptos imágenes o frases. Caligramas de Guillaume Apollinaire. El expresionismo fue creado en Alemania 1910. Presenta una visión angustiada y trágica de la existencia. Su estética capta la esencia espiritual de la realidad deformándola. También crea un ambiente agresivo y claustrofóbico. Esperpento de Valle Inclán. El dadaísmo de Tristán Tzara 1916 se basa en una rebeldía pura mediante un ataque a la lógica, convenciones estéticas o sociales y al sentido común. Propugne el Nihilismo como forma de vida y da un uso de lenguaje incoherente. El Surrealismo de André Bretón 1924 propone una nueva manera de concebir el mundo. Y propugnan la liberación del ser human de los impulsos del subconsciente Freud y represión y explotación de la sociedad burguesa Marx. Reivindican el símbolo y mito.Escritura automática. El ultraísmo es una combinación del Futurismo y el Cubismo. Guillermo de Torre. Por último el creacionismo con el escritor Vicente Huidobro se opone a la imitación de la realidad para crear una nueva, autónoma e independiente.

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