TEMA 7. EL TEATRO ESPAÑOL A PARTIR DE 1936
En los inicios del franquismo, España vivíó lo que se ha denominado quinquenio negro: una época caracterizada por el hambre, la pobreza, la represión, el silencio y el terror de un régimen que arrasó con todos los restos del bando vencido.En España los tres años de Guerra Civil habían provocado el exilio de gran parte de los intelectuales que habían apoyado la República. A su vez, el triunfo definitivo de las fuerzas franquistas sumíó al país en un régimen de terror y ejecuciones que ha hecho que España siga siendo, a día de hoy, el segundo país del mundo por número de personas desaparecidas. El dictador impuso un régimen fascista sostenido por el ejército con la convivencia la Iglesia Católica, acabó con la libertad de prensa y forzó el exilio y el silencio de miles intelectuales, profesores, escritores…Lo cual produjo una terrible ruptura de la vida cultural del país, que había florecido anteriormente.
Los años 60 fueron los del desarrollismo y gracias al turismo y a la emigración, España se abríó a nuevas influencias y costumbres y comenzó a recibir de nuevo noticias del extranjero.
la muerte del dictador desencadenó un proceso de democratización que, pese a las dificultades, convocó las primeras elecciones democráticas desde la guerra y promulgó la vigente constitución. Además se produjo la recuperación para el público español de gran cantidad de obras que habían sido prohibidas durante el franquismo.
La Guerra Civil dejó un panorama teatral desolador y precario y muchos intelectuales relacionados con el teatro emigraron a lo largo de la contienda. Con esto, tan solo Benavente,Jardiel Poncela y Pemán (anteriores a la guerra) continúan estrenando España tras el conflicto. A esta situación de vacío se añadieron los destrozos de la guerra, que habían dejado inservibles muchos teatros, y la censura oficial y eclesiástica estricta con las artes escénicas.
El teatro de la posguerra se caracteriza por estar concebido como espectáculo de entretenimiento y ocio, por ser conservador (poniendo en escenas los dilemas morales de la vida cotidiana), por centrarse en diálogos ingeniosos y por mostrar una escasa penetración psicológica de los personajes.
Desde los años 30, muchos jóvenes escritores habían intentado renovar el panorama teatral mediante un uso inteligente y moderno del humor, entre los que destaca Enrique Jardiel Poncela. Éste, contradictorio e insatisfecho, se declaraba conservador aunque su dramaturgia era crítica y revolucionaria en sus formas. En ella destacan la novela de humor Amor se escribe sin hache,Cuatro corazones con freno y marcha atrás como obra innovadora y la comedia disparatada Eloísa está debajo de un almendro.
En el teatro humorístico, sobresale el cineasta y dramaturgo Edgar Neville con su obra El baile. A su vez, podemos destacar a Miguel Mihura con Tres sombreros de copa, cuyo estilo es ágil y desenfadado al presentar la ironía, los equívocos y la exageración con gran inteligencia, y con La codorniz, una de las escasas publicaciones que se atrevíó a desafiar la censura franquista.
Dos pasiones colman la vida de Alejandro Casona: la pedagogía y el teatro. El asturiano estrenó en los años cuarenta y cincuenta sus obras más importante : La dama del alba, Los árboles mueren de pie y La dama del alba, su obra más lograda y conocida.
La década de los 50 supuso para España un desbloqueo internacional y el final del racionamiento, pero no terminó con las desigualdades sociales, ni con la represión, ni con la censura. El primer aviso lo dieron un grupo de jóvenes universitarios en 1945 al publicar el fundacional del grupo Arte Nuevo, rechazado por Alfonso Sastre y Medardo Fraile entre otros. Buero Vallejo, medíó en la polémica defendiendo un teatro “lo más arriesgado posible, pero no temerario”, que se ve reflejado en su obra Historia de una escalera
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Ésta obra presentaba un conjunto de novedades, tanto técnicas como temáticas y su espacio escénico es un tramo de escaleras de un edificio de vecinos de distintas generaciones.
El teatro de Buero Vallejo se caracteriza por la denuncia mediante un lenguaje escénico simbólico de la situación social impuesta, una ambientación sórdida y degradada, unos personajes marcados por frustraciones, referencias al pacto de silencio de la sociedad de la posguerra y el uso del relato histórico como espejo en el que analizar la época contemporánea.
Además, Buero destacó con otras obras simbolistas como En la ardiente oscuridad y La fundación y aprovechando el gusto por el teatro, utiliza personajes de la historia de España como a Velázquez, pintor de Las meninas.
La carrera de Alfonso Sastre alternó estrenos muy comentados con prohibiciones que convertían en míticas las piezas. Las carácterísticas de las tragedias complejas son la combinación de lo épico y grotesco, la mezcla de multitud de registros, la creación de héroes irrisorios por lo ridículo y el protagonismo colectivo mediante el uso en escena del coro, que actúa como clase social.
La corriente del Realismo social tuvo otros autores de importancia entre los que descuellan Lauro Olmo con La pechuga de la sardina y Alfonso Paso con Los pobrecitos, obras que quedaron inéditas en su tiempo. Mientras tanto, autores como Alfonso Paso a partir de sus éxitos, seguían estrenando obras de excelente factura , que alternaban comedias acomodadas al gusto del público, como el caso de Antonio Gala. Éste último, se mueve en registros diversos que van del lirismo al teatro musical, la tragedia, la farsa o el drama, como se puede ver en Anillos para una dama.
En los años 60, a España llegaban algunos de los ecos de lo que sucedía en el exterior. A su vez, la censura comenzó a relajarse permitiendo la aparición de un teatro vanguardista cultivado entre autores como Francisco Nieva o José Ruibal.
En las piezas de Francisco Nieva , asistimos a la imposibilidad de realizarse de unos personajes acorralados por las normas sociales, denunciando en esta obra la falta de libertad con elementos transgresores como si fuesen algo cotidiano.Con sus textos y puestas en escena, busca conmocionar al público y romper tabúes. Él ha clasificado su obra en diversos capítulos: Teatro furioso(denuncia la represión moral sobre el individuo) con Nosferatu y Teatro de farsa y calamidad(más narrativo y complejo) con Los españoles bajo tierra.
Fernando Arrabal es el más internacional de los dramaturgos de la segunda mitad de siglo. Fundó el grupo Pánico, que busca un teatro en el que se aúnan la crueldad del teatro de Artaud y el origen surrealista. Sus obras se caracterizan por combinar situaciones absurdas y por que sus personajes se comportan de modo irracional, que se manifiesta en obras como Pic-Nic o Fando y Lis.
En los últimos años de dictadura, animados por la relajación de los mecanismos de censura y por la popularidad creciente del teatro como fenómeno de masas capaz de burlar esos mecanismos, surgieron diversas compañías teatrales. Entre ellas destacan: Los Goliardos, que se han dedicado al teatro de cámara con montajes de clásicos de autores; Els Comediants, que ha cultivado un teatro sin escenario, cómplice con el público, colorista y desenfadado que busca la crítica humorística y la parodia y el juego mediante la incorporación de elementos de circo y Els Joglars, teatro de crítica política atento a las nuevas tecnologías, que ha incorporado la parodia y la provocación para lograr sus objetivos. En esta compañía destacan los montajes Ubú president o Daaalí.