La novela después de la Guerra Civil


T. 1. LA NOVELA DESDE PRINCIPIOS DEL Siglo XX HASTA 1939 (1)


Durante los primeros años del Siglo XX, se produce una reacción contra el Realismo y el
Naturalismo aunque continuasen estas tendencias narrativas del XIX. En este contexto de reacción y
renovación intelectual, ideológica y artística y como consecuencia de la crisis política, económica y
moral de España, el agotamiento de las formas narrativas realistas y naturalistas y el influjo de
pensadores extranjeros como Schopenhauer, Nietzsche, Kierkegaard, surge un grupo de autores
conocidos como la Generación del 98: Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu, Antonio Machado y
Valle-Inclán, quienes manifiestan su protesta contra las costumbres decadentes de la sociedad española
y pretenden con sus obras crear un nuevo espíritu y una España mejor.
El tema de España lo abordan desde perspectivas muy diferentes, como consecuencia del
individualismo y del subjetivismo carácterístico de estos autores. Sin embargo, todos buscan una imagen
de España diferente a la reflejada en los tópicos y en las tradiciones. En el paisaje, en especial el de
Castilla, a través de una visión subjetiva e idealista, proyectan su propio espíritu y tratan de captar el
alma de Castilla y de sus gentes. Les interesa la Historia del hombre anónimo, la que sucede en la vida
cotidiana y a la que Unamuno llamó intrahistoria. En la literatura, retoman autores medievales como
Berceo, Rojas y Manrique y a clásicos como Góngora o Gracián. Larra les interesa por su profundo
sentimiento de España y en El Quijote ven reflejadas fielmente las conductas de los españoles.
El tema existencial abarca asuntos diversos tales como: la preocupación por el sentido de la vida,
el papel de la religión en la sociedad y en la vida individual, las dudas sobre la existencia del más allá, y
los conflictos psicológicos y morales del ser humano.


T. 1. LA NOVELA DESDE PRINCIPIOS DEL Siglo XX HASTA 1939 (2)


Su técnica estilística se caracteriza por el retorno a la claridad y la sencillez, la presencia de un
estilo personal, el interés en expresar las emociones con un léxico preciso e impregnado de valoraciones
subjetivas, la preferencia por la oración breve, el párrafo corto y la expresión natural.
-Miguel de Unamuno es el escritor más peculiar del 98 por su carácter crítico e independiente. Su
inquietud y su angustia se muestran en todos los temas que aborda. Su producción literaria está marcada
por un fuerte contenido filosófico. Sus inquietudes personales se reflejan en sus novelas, en las que se
suprimen las referencias a la realidad exterior de los personajes y se indaga en las complejidades
espirituales y psicológicas de sus protagonistas. Toda su obra se basa en la preocupación por España, por
la existencia y la muerte, por la relación entre Dios y los hombres, entre la eternidad y la nada y por el
conflicto entre la razón y la fe. Es Niebla (1914) la novela que mejor refleja las carácterísticas temáticas
y formales de sus “nivolas”, como él las llamaba. San Manuel Bueno, mártir (1933) trata sobre la fe y la
inmortalidad junto con dos temas importantes: el dilema entre la verdad dolorosa y la felicidad ilusoria,
y la abnegación y el amor al prójimo como actitud vital. -José Martínez Ruiz, “Azorín” es el escritor del detalle, pues pretende que sus novelas sean un reflejo
delicado y lírico de lo esencial de la realidad. La sencillez, la brevedad de las frases y el orden caracterizan su técnica descriptiva. La preocupación por el tiempo que pasa se percibe en una prosa triste y melancólica. Sus obras se acercan más al ensayo que a la novela, ya que son descripciones de
ambientes y personajes, sin un argumento central sólido (Doña Inés, 1925). -Pío Baroja. El tema principal de su obra es la protesta contra la sociedad, hipócrita, injusta y
aburguesada . Escribe “novelas de pensamiento”, en las que expresa un escepticismo absoluto por los
aspectos religiosos y éticos (La busca, 1904, o El árbol de la ciencia); y “novelas de acción”, en las que
la aventura constituye el argumento central (Zalacaín el aventurero, 1909). 


T. 1. LA NOVELA DESDE PRINCIPIOS DEL Siglo XX HASTA 1939 (3)


En general, en el estilo de
sus novelas, espontáneas y antirretóricas, predominan los párrafos cortos, la sintaxis sencilla y el léxico
claro. -Ramón María del Valle-Inclán es uno de los escritores más originales. Su primera gran obra en prosa
son las cuatro Sonatas (1902-5): Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera y Sonata de
invierno. De carácter modernista, sus temas principales son el amor y la muerte. El tema de Tirano
Banderas (1926) es el del dictador tiránico.
DEL NOVECENTISMO (O GENERACIÓN DEL 14) A LAS VANGUARDIAS
Los Novecentistas comparten con los autores de la Generación del 98 la inquietud por el
problema de España, aunque rechazan su visión dramática y subjetiva; adoptan una postura más
equilibrada e intelectual.
Las carácterísticas generales de este grupo son: 1. La sólida formación intelectual de sus miembros y
su vocación universalista; 2. Visión equilibrada y racional de los problemas del país; 3. Compromiso con
la sociedad; 4. Concepción elitista del arte; 4. Concepción de la novela como género libre; 5.Predominio
del ensayo sobre otros géneros.
Destacan: -Ramón Pérez de Ayala. El elemento intelectual abunda en sus novelas. Presenta un estilo elegante y
experimenta con la técnica (Tigre Juan, 1926). -Gabriel Miró crea con su obra un mundo lleno de percepciones sensoriales, de impresiones personales.
Los objetos son los verdaderos protagonistas de sus novelas (Nuestro Padre San Daniel, 1921). -Ramón Gómez de la Serna convierte la literatura en un juego lleno de incoherencias, aproximándose
así al irracionalismo vanguardista (Cinelandia, 1923). Mediante el humor y la imaginación, da entrada a
lo trivial.
En el ensayo destacan: -José Ortega y Gasset: Es una de las figuras más relevantes del pensamiento español del Siglo XX. En
La deshumanización del arte (1925) expone sus ideas estéticas, de gran influencia posterior. -Gregorio Marañón: En su Don Juan. Ensayo sobre el origen de su leyenda (1940), sorprende la
interpretación del personaje, al que considera poco masculino.


T. 2. LA NOVELA DESDE 1939 HASTA LOS AÑOS 70 (1)


AUTORES Y REPRESENTATIVOS

La Guerra Civil supuso una ruptura total con la literatura anterior y fue un hecho determinante
en la vida cultural posterior. Una de las consecuencias fue el exilio de escritores que configuraron
“La España peregrina”. Por otra parte, los narradores que permanecen se ven condicionados por
una fuerte censura a la que se une la propia autocensura y el desconocimiento de muchos
escritores españoles y extranjeros, cuyas obras estaban prohibidas (Unamuno, Joyce,
Hemingway…).
Década de los 40. Durante los primeros años de la posguerra se produce un estancamiento del
género narrativo. Si dejamos a un lado las novelas triunfalistas de alabanza al régimen y de evasión,
surgen dos tendencias en la novela realista, que expresan la lucha del individuo con el destino o
con su entorno y que dan testimonio de una existencia desoladora y conflictiva, resaltando los
aspectos más desagradables de la realidad, aunque sin entrar en su crítica. La primera se conoce
como tremendismo y es Camilo José Cela quien inaugura esta corriente con su novela La familia de
Pascual Duarte, novela narrada en primera persona que cuenta la vida de un hombre que está a
punto de se ser ejecutado. La segunda corriente es la novela existencialista, representada por la
novela Nada (1945), de Carmen Laforet, que presenta a una joven que se instala en Barcelona para
comenzar sus estudios universitarios, y vive en casa de sus tíos, personajes desquiciados a los que,
seguramente, la guerra ha trastocado. Destacan igualmente Torrente Ballester y Miguel Delibes.
En los años cincuenta se inicia el Realismo social cuyo propósito era denunciar tanto la
inmoralidad de las clases burguesas como las duras condiciones de vida de los trabajadores y
buscan que los lectores tomen conciencia. Hay que destacar La colmena (1951), de Camilo José
Cela, que se enmarca en el Realismo crítico ya que no solo muestra la realidad, sino que también la
explica y la denuncia.


T. 2. LA NOVELA DESDE 1939 HASTA LOS AÑOS 70 (2)


El protagonista es colectivo, se desarrolla en Madrid, en unos días de 1942 y
presenta una visión desoladora de la realidad contemporánea, en la que dominan la miseria
económica y moral. Por otra parte, Rafael Sánchez Ferlosio con El Jarama (1955), es el principal
representante de la técnica llamada Realismo objetivista: el narrador presenta los hechos con
objetividad, por medio de un narrador oculto que pretende pasar desapercibido, sin hacer
comentarios o interpretaciones personales, para reflejar la realidad de un modo imparcial, son
obras en las que aparece un protagonista tipo, predominio del diálogo, estilo sencillo y un tiempo y
espacio concretos y limitados. Otros autores son: Ignacio Aldecoa, El fulgor y la sangre (1954); Jesús
Fernández Santos, Los bravos (1954); Ana María Matute, Pequeño teatro (1954) y Los hijos
muertos (1959); Carmen Martín Gaite, El balneario (1954) y Entre visillos (1957) y Luis Romero
con La noria (1951) completan las obras fundamentales de esta época. La temática es variada. Se
refleja tanto el mundo rural como el urbano.
El final del Realismo social se produjo en los años 60. A la apertura de la censura se sumó la
influencia de modelos europeos y norteamericanos de los años 20, como Kafka, Proust y Joyce, así 

como de la novela hispanoamericana con Vargas Llosa, La ciudad y los perros, y Cortázar, Rayuela,
fundamentalmente.
El cambio se produjo sobre todo a partir de la publicación de Tiempo de silencio (1962), de Luis
Martín Santos, obra de gran complejidad lingüística y estructural, que inaugura una corriente
caracterizada por una gran riqueza expresiva, un mayor cuidado formal y una preocupación por el
estilo, además de presentar los siguientes rasgos:
– Uso del perspectivismo (diversos enfoques de la misma historia)
– Se relega a un segundo plano el argumento: la anécdota tiene un papel más
importante. Finales abiertos.
– En la estructura desaparece el capítulo y aparecen las secuencias (no numeradas).
– Las técnicas más usadas son el contrapunto (combinar diversas historias) y el
caleidoscopio (mostrar muchos elementos a la vez).


T. 2. LA NOVELA DESDE 1939 HASTA LOS AÑOS 70 (3)


 
– Se rompe la regularidad temporal, con avances y retrocesos temporales (prolepsis y
analepsis).
– El protagonista está en conflicto con el entorno o consigo mismo.
– Se utiliza el monólogo interior, que reproduce en primera persona los pensamientos de
un personaje como brotan de su conciencia, desordenados, caóticos.
– Estilística: gran riqueza lingüística. Nuevas palabras (neologismos). Desaparece la
frontera entre prosa y verso así como la puntuación.

Algunos títulos importantes de la renovación estética que siguió a la publicación de
Tiempo de silencio fueron Cinco horas con Mario (1966), de Miguel Delibes, Señas de
identidad (1966), de Juan Goytisolo, Últimas tardes con Teresa (1966), de Juan Marsé,
Volverás a Regíón (1968), de Juan Benet, San Camilo 1936 (1969), de Camilo José Cela,
y La saga/fuga de J.B. (1972), de Gonzalo Torrente Ballester.

Esta renovación desembocó en el experimentalismo, que propició novelas muy complejas pero
casi ilegibles, como Oficio de tinieblas 5, de Camilo José Cela. Los excesos de esta corriente
comenzaron a mitigarse con la publicación en 1972 de La saga/fuga de J.B. De Torrente Ballester,
que parodia el modelo experimental mezclando lo mágico, lo real, lo mítico, la historia…
Por último, no conviene olvidar a obra de los novelistas españoles exiliados, entre los que
destacan Max Aub con Campo francés; Ramón J. Sender con  Crónica del Alba (1942 a 1946)
y Réquiem por un campesino español (1953); Francisco Ayala y Los usurpadores (1949); Rosa Chacel
con Memorias de Leticia Valle (1945) y Arturo Barea con La forja de un rebelde (1940-45).


T.3 POESÍA ANTES DE 1936 (1)


Desde la llegada del Modernismo, a finales del Siglo XIX, hasta el brusco corte de la
Guerra Civil, la poesía española vivíó una etapa de esplendor que justifica la denominación
de Edad de Plata o segundo Siglo de Oro de la poesía española.
La situación de crisis en la cultura occidental a finales del Siglo XIX, agravada en el
caso español por el desastre del 98, provocó un cambio en el rumbo artístico, que propicia la
aparición del Modernismo, un movimiento de ruptura con la estética vigente, que se inicia
en torno a 1880 y cuyo desarrollo fundamental alcanza hasta la Primera Guerra Mundial.
Según Juan Ramón Jiménez no fue sólo un movimiento literario, sino más bien, una “actitud”
que lo impregnó todo, caracterizada en general por su rechazo y rebeldía contra los valores
burgueses. Aunque excesivamente estético en sus inicios (Azul, 1888, y Prosas profanas,
1896, de Rubén Darío), evoluciónó hacia temas trascendentales (Cantos de vida y esperanza,
1905)
Se inspira en dos movimientos de origen francés del Siglo XIX: el Parnasianismo,
tendencia formalista, partidaria del arte por el arte, y el Simbolismo, intimista y revelador,
mediante los símbolos, de la realidad que se esconde tras las apariencias.
Los temas modernistas siguen dos líneas, ambas de influencia ROMántica: la línea
escapista, con la evasión en el espacio (mundo oriental) y en el tiempo (Edad Media), el
cosmopolitismo, el espíritu rebelde y antiburgués; y la intimista, con la expresión de la
intimidad del poeta, el erotismo, el deseo de plenitud irrealizable, la nostalgia, el
desasosiego, la soledad, los paisajes otoñales y los jardines crepusculares.
Formalmente, la nueva estética se caracteriza por la originalidad, la búsqueda de
valores sensoriales y de la perfección formal y el afán de innovación -especialmente en el
terreno de la métrica-.
Entre los poetas, destaca Antonio Machado, para quien la poesía es “honda
palpitación del espíritu” y “diálogo del hombre con su tiempo”.


T.3 POESÍA ANTES DE 1936 (2)


A lo largo de toda su obra intenta expresar los universales del sentimiento, que son: el tiempo, la muerte y Dios. Será el
principal poeta del Modernismo simbolista (Soledades, 1903), pero pronto abandona y
reelabora sus poemas modernistas (Soledades, galerías y otros poemas, 1907), para expresar
de forma auténtica y personal sus preocupaciones vitales mediante símbolos (la tarde, el
camino). En Campos de Castilla (1912-17), obra noventayochista, junto a los temas
anteriores, aparece el de España, además de una serie de poemas dedicados a su mujer,
Leonor. Por último, tiene una etapa de inquietud filosófica representada por Nuevas
canciones (1924), Cancionero apócrifo de Abel Martín y de Juan de Mairena, Canciones a
Guiomar y Poesías de guerra.
Juan Ramón Jiménez (Moguer 1881-Puerto Rico 1958). Premio Nobel en 1956. Juan
Ramón Jiménez se inicia en la estética modernista (Arias tristes), para ir fraguando a lo largo
de su vida un estilo esencial y propio. Su poesía es, en palabras del propio poeta, una poesía
en sucesión, una obra en marcha. Su trayectoria poética ejemplifica la evolución de la lírica
española desde el Modernismo al Vanguardismo. En ella podemos distinguir tres etapas:

La etapa sensitiva (1900-1915), con obras intimistas de influencia ROMántica, y tras su
encuentro con Rubén Darío, obras modernistas, entre las que destacan: Almas de violeta,
Ninfeas, Arias tristes, Jardines lejanos, Baladas de primavera y Pastorales. La etapa
intelectual (1916-1936) es la etapa de la poesía pura, marcada por la publicación en 1917
de Diario de un poeta recién casado que rompe definitivamente con el Modernismo y abre la
poesía española a las innovaciones vanguardistas. La poesía pura se caracteriza por la
brevedad de los poemas, la rima asonante y la ausencia de adjetivación modernista. Tiende
a la concentración conceptual y emotiva. Otros títulos son: Eternidades y Piedra y cielo.
La etapa suficiente o verdadera (1937-1958) trascurre durante su exilio americano, Juan


T.3 POESÍA ANTES DE 1936 (3)


Ramón Jiménez continúa replegado en sí mismo en busca de la belleza y la eternidad. Su
ansia por la trascendencia lo lleva a identificarse con Dios. Animal de fondo (1949), En el otro
costado (1936-42) y Dios deseado y deseante (1948-49).

VANGUARDIAS


Desde principios del siglo, los movimientos europeos de Vanguardia comienzan a
renovar el panorama artístico occidental. Su rechazo de las convenciones morales y artísticas
burguesas y su defensa de una completa libertad formal los llevan a una constante búsqueda
de innovaciones expresivas. En España ya había empezado desde la Generación del 14 una
nueva forma de entender el arte basada en el intelectualismo y la deshumanización. Quien
mejor define esos valores literarios emergentes es José Ortega y Gasset, en su ensayo La
deshumanización del arte (1925), fundamental para comprender las ideas estéticas de esa
década. Además, las vanguardias se conocieron muy pronto a través de revistas, tertulias y
escritores como Gómez de la Serna, conocido por sus greguerías.
Los principales movimientos vanguardistas o ismos son los siguientes:
Futurismo. Nacido en Italia de la mano de Marinetti, alaba las máquinas, la velocidad
y la técnica, evita plasmar la subjetividad del autor y aboga por la destrucción de la sintaxis o
la omisión de los signos de puntuación.
El Ultraísmo. Creado por Guillermo de Torre al publicar el primer Manifiesto ultraísta
en 1919, recoge elementos cubistas y futuristas como el uso de imágenes sugerentes y las
innovaciones tipográficas. Junto al Creacionismo representado por el chileno Vicente
Huidobro, son las principales corrientes vanguardistas de España. Los dos movimientos están
en contra del Realismo, de la sintaxis coherente y de la anécdota; defienden el uso de
imágenes aisladas y buscan en el cine, los deportes, la ciudad y la técnica, sus temas. Las dos
tendencias se mezclan en los poetas del 27: Manual de espumas de G. Diego es un libro
creacionista; Imagen, del mismo autor, tiene una parte ultraísta y otra creacionista.


T.3 POESÍA ANTES DE 1936 (4)


Por último, el Surrealismo, iniciado por André Bretón, plantea la liberación del
hombre del yugo burgués, así como de los impulsos reprimidos por las convenciones
morales y sociales. Aboga por el poder creador del hombre y del lenguaje a través de la
escritura automática, el collage, las asociaciones libres, las imágenes oníricas o las metáforas
inauditas. Podemos destacar Sobre los ángeles de Alberti y Poeta en Nueva York de Lorca.


T.4  EL TEATRO DESDE PRINCIPIOS DEL Siglo XX HASTA 1939 (1)


El teatro de principios de siglo presenta una doble vertiente: por un lado, el teatro que triunfa,
un teatro tradicional, conservador, ajeno a las nuevas tendencias imperantes en Europa y que viene a
satisfacer el gusto del público burgués, que es el que acude a las representaciones, y por otro, el teatro
que pretende innovar, que no es reconocido en su momento.
Varios fueron los factores que provocaron la pobreza del teatro español. El público burgués
acudía a las representaciones con la sola idea de divertirse y rechazaba cualquier obra que le
provocara, preocupara o desconcertara (no le interesaban los problemas sociales o ideológicos ni las
aventuras formales). Los críticos teatrales se plegaban a sus gustos. Los empresarios buscaban el
sostenimiento del espectáculo haciendo concesiones a esos espectadores, y garantizaban así la
financiación de la representación. Los autores se sometían a los deseos de ese público burgués que
sustentaba el teatro, convertido así, en un acto social.

A. TEATRO CONSERVADOR (COMERCIAL)

En él se observan cuatro tendencias:
1. Continuadora del Realismo del Siglo XIX, renovando algunos aspectos, la alta comedia o
comedia burguesa, con Jacinto Benavente (Premio Nobel), quien tras el fracaso de El nido ajeno,
obra crítica en la que analizaba el oscuro lugar ocupado por la mujer de clase media, escribíó otras
obras más acordes con el gusto burgués: Rosas de otoño, Los intereses creados…
2. El teatro poético en verso. Mezcla del Romanticismo y sus dramas ROMánticos y el
Modernismo, es ideológicamente muy conservador y tradicional, con constantes alusiones a las
pérdidas gloriosas del Imperio español. Por su temática, es un teatro eminentemente histórico.
Destacan Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina (Las hijas del Cid).
3. El teatro costumbrista, de tramas nada conflictivas, con los hermanos Álvarez Quintero
(La puebla de las mujeres).


T.4  EL TEATRO DESDE PRINCIPIOS DEL Siglo XX HASTA 1939 (2)


4. El teatro cómico, de tipos populares, situaciones sociales estereotipadas y lenguaje
popular, con Carlos Arniches y El santo de la Isidra. Muñoz Seca es el inventor de un nuevo género,
el “astracán”, una parodia en verso del teatro postromántico (La venganza de don Mendo).
-B. TEATRO INNOVADOR reacciona contra el convencionalismo realista. No triunfó
porque los autores, a veces, escribieron obras irrepresentables y porque su público era minoritario.
Ningún empresario se arriesgaba a montar este tipo de obras. Sus logros se localizan más en lo
literario que en lo escénico. Ramón Mª del Valle-Inclán y Federico García Lorca revolucionaron el
teatro de su época.

B.1. VALLE-INCLÁN


La renovación que el teatro requería encontró en este autor un
experimentador infatigable. Sus primeras tentativas fueron modernistas, al igual que su prosa.
Después vendría el ciclo mítico, con su Galicia natal como escenario y sus personajes rurales en las
Comedias bárbaras, que anticipan ya el esperpento. La primera tentativa se dio con Divinas palabras
(1920), de forma paralela a las farsas (sátira del reinado de Isabel II). Le seguirían otras obras (Los
cuernos de don Friolera) hasta culminar en Luces de Bohemia.
En esta obra, en su escena duodécima, se nos define la nueva fórmula teatral: el esperpento,
basado en la deformación sistemática de personajes y valores, que posibilita el análisis crítico de la
sociedad española del momento. Multitud de personajes grotescos deambulan por un escenario
cambiante y múltiple, utilizando una variedad inusitada de registros lingüísticos, indicados de forma
amplia en sus valiosas y literarias acotaciones. El esperpento es una forma de enfrentarse con la
realidad degradándola, deformándola y, para conseguir este objetivo, Valle emplea un conjunto de
técnicas que Alonso Zamora Vicente ha sistematizado:

1. Distorsión de la realidad, conseguida por dos procedimientos contrarios: el
enaltecimiento que encierra una amarga ironía, o bien la degradación.


T.4  EL TEATRO DESDE PRINCIPIOS DEL Siglo XX HASTA 1939 (3)


2. Humanización de animales, presentados como seres humanos o compartiendo la
vida ellos.
3. Animalización de los hombres.
4. Cosificación de los hombres, al presentarnos a algunos personajes en función de
objetos, despersonalizándolos y degradándolos.
5. Muñequización: deformación de los personajes, que nos son presentados como
muñecos, títeres o fantoches.
6. Literaturización. Consiste en el uso de material procedente de otras obras propias o
no, o bien de personajes extraídos del mundillo de la literatura.
7. El lenguaje también se deforma y retuerce en la obra, mezclando constantemente lo
culto y lo popular, los diferentes registros de lengua, usándolo como un mecanismo
que identifica y caracteriza a algunos personajes.

A pesar del reconocimiento de su calidad, este teatro tan avanzado, que ha llegado a conectar
con el teatro experimental europeo, no fue representado en su tiempo, sino leído.
B.2. Lorca fue de los pocos autores que consiguió cosechar aplausos con este tipo de teatro. Su
teatro parte de tres principios: depurar el teatro poético, incorporar las tendencias vanguardistas y
acercar el teatro clásico al pueblo, con el grupo universitario La Barraca.
Su teatro comienza con las farsas, entre las que destaca La zapatera prodigiosa (1929-30).
Mariana Pineda (1923), drama lírico, en verso, representa un paso adelante en la consecución de un
teatro personal. Paralelo a su evolución lírica hacia el Surrealismo, obras como El público (1923)
demuestran la genialidad de su creación, aunque no será su trabajo más reconocido. Doña Rosita la
soltera es el preludio de su trilogía rural. Entre 1932 y 1936 aparecen Bodas de sangre, Yerma, La
casa de Bernarda Alba.


T.4  EL TEATRO DESDE PRINCIPIOS DEL Siglo XX HASTA 1939 (4)


Sus composiciones presentan un tema común: el enfrentamiento entre el individuo y el poder.
Junto a ello, el protagonismo femenino. La mujer representa el ansia de libertad en una sociedad
patriarcal y machista, y estará marcada por un destino trágico y por pasiones que se verán
condenadas al olvido o al rechazo. Amor imposible; conflicto entre el deseo y la realidad;
enfrentamiento de libertad y autoridad… En definitiva, el tema de la frustración es una constante en
el teatro lorquiano: Bodas de sangre, amor frustrado, Yerma, maternidad frustrada y La casa de
Bernarda Alba, amor y libertad frustrados. 


T. 5. LA POESÍA DE 1939 A LOS AÑOS 70 (1)


La Generación del 36, conocida también como “Primera promoción de la posguerra” y
“Generación escindida”, está constituida por poetas que padecieron la Guerra Civil, sufriendo,
en muchos casos, el exilio, exterior o interior, o la cárcel, como Miguel Hernández, autor que,
a partir de El rayo que no cesa, en su mayoría sonetos, muestra sus temas predilectos: la vida,
el amor y la muerte. Su libro póstumo, Cancionero y romancero de ausencias, es un conjunto
de poemas sencillos sobre la cárcel y la angustia por el destino de su esposa y de su hijo.
Salvo Miguel Hernández, que, en realidad, engarza con el 27, de hecho, es considerado
como epígono o broche final de este periodo, casi todos los demás autores habían realizado
estudios universitarios y se habían criado literariamente con los poetas de esta generación o de
la anterior.
Al igual que con los otros géneros, la guerra supuso un corte brutal en la trayectoria de
la creación poética, muertos Lorca y Machado y exiliados Juan Ramón, Salinas, Guillén,
Cernuda, Alberti y un largo etc. Esta generación se divide en dos grandes grupos, que se
corresponden, inicialmente, a los dos bandos de la Guerra Civil. Dámaso Alonso llamó
arraigada a la poesía del primer grupo y desarraigada a la del segundo:

1. LA POESÍA ARRAIGADA


Poetas como Luis Rosales y Leopoldo Panero, adeptos al
régimen franquista y movidos por “normalizar” la vida nacional, se integran en torno a las
revistas Escorial y Garcilaso con una actitud estética cercana al clasicismo.


T. 5. LA POESÍA DE 1939 A LOS AÑOS 70 (2)


2. LA POESÍA DESARRAIGADA


Los poetas de la revista Espadaña, dirigida por Crémer
y Eugenio de Nora, reaccionan ante la realidad y muestran su desacuerdo con el entorno;
poesía más directa, menos retórica y muy comprometida con el ser humano. En la línea
existencialista y desarraigada se publicaron dos libros de poemas: Hijos de la ira (1944), de
Dámaso Alonso; y Sombra del paraíso (1944), de Aleixandre. Estos supusieron una
renovación de la lírica, al dotarla de un carácter existencialista e incorporar un léxico
antipoético.
Revistas marginales, como Cántico, publican poemas inspirados en la poesía
exquisita y cuidada del periodo anterior a la guerra, como las de Pablo García Baena. El
Postismo, movimiento que se autodefine como el Surrealismo ibérico, publicó su primer
manifiesto en la revista Postismo, fundada por Carlos Edmundo de Ory.

POESÍA SOCIAL


En la década de los 50, la tendencia de la poesía desarraigada va a desembocar en una
poesía concebida como comunicación de denuncia directa de los males sociales. La poesía
debe tomar partido ante los problemas del mundo y debe ser instrumento de cambio político y
social. Así, el poeta se erigirá en portavoz del sufrimiento colectivo.
La preocupación por España y el recuerdo y la superación de los odios provocados por
la Guerra Civil son temas permanentes. Se utiliza un lenguaje claro, directo y coloquial. La
poesía deja de ser un arte elitista o un mero adorno ya que el destinatario ideal es la “inmensa
mayoría”. La aparente facilidad de esta poesía animó a muchos escritores, que causaron una
pronta saturación del género.
Tres obras fundamentales: Cantos iberos (1955), de Celaya; Pido la paz y la palabra
(1955), de Blas de Otero; y Cuanto sé de mí (1957), de José Hierro darán paso a una poesía
social. Y junto a ellos, destacaremos también la poesía de denuncia moral de Gloria Fuertes,
única mujer presente en la Antología de la nueva poesía española que recopilaría Batlló en
1968.


T. 5. LA POESÍA DE 1939 A LOS AÑOS 70 (3)


POESÍA DEL CONOCIMIENTO


En la década de los 60, aparece un nuevo grupo de poetas que considera que el léxico
cotidiano está gastado y, sin renunciar al compromiso con los problemas humanos, vuelve a
preocuparse por el carácter artístico de la poesía, que se concibe como un medio de
conocimiento de la realidad y de las vivencias personales.
Antonio Machado (al que rinden homenaje en Collioure, Francia, en 1959 en el XX
Aniversario de su muerte) se convierte en un modelo ético y estético.
Sus poemas indagan sobre la misma poesía (metapoesía) y presentan una cuidada
elaboración del lenguaje, debido a una exigente labor de depuración, de selección de la
palabra adecuada y de concebir con mayor rigor el trabajo poético.
Los temas se inclinan hacia el intimismo y la recreación de la experiencia individual
(poesía de la experiencia): el fluir del tiempo, la amistad, la evocación de la infancia, la
transmisión de la experiencia personal, el escepticismo, la sensualidad, la marginación
personal, el inconformismo o la preocupación por el ser humano universal.
Entre los poetas considerados de la promoción de los 60 destacan: Ángel González,
con Tratado de urbanismo (1967); Gil de Biedma, con Poemas póstumos (1968) y otros,
recogidos posteriormente en Las personas del verbo (1975); Caballero Bonald, José Ángel
Valente, con La memoria y los signos (1966); José Agustín Goytisolo, con Salmos al viento
(1958); Carlos Barral, con Diecinueve figuras de mi historia civil (1961)…


T.6 LA NOVELA DESDE 1975 HASTA NUESTROS DÍAS (1)


La publicación en 1975 de La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza,
significa el nuevo giro de la narrativa española, que vuelve al »placer de contar»;. A pesar de
que incorpora elementos formales que permiten entroncarla con la novela experimental,
revela una vuelta al Realismo, al interés por la trama argumental, al viejo placer de contar
historias, rasgo que se convertirá en el principal nexo de uníón de las diversas modalidades
de relato en esta etapa. Esta novela tuvo un gran éxito debido a su equilibrio entre un
argumento claro y a sus personajes bien delimitados y la utilización técnicos como el
desorden cronológico, la parodia de otros géneros y la variedad de registros estilísticos.
Utiliza el relato autobiográfico, los documentos, cartas, recortes de prensa, informes, etc.,
de un proceso judicial y la narración en tercera persona para desarrollar una historia
cargada de interés.
Otros autores representativos que comenzaron a publicar en esta década son
Vázquez Montalbán, Álvaro Pombo, José María Merino, Félix de Azúa, Juan Benet y Juan
José Millás, que conviven con narradores de posguerra renovados (Cela, Delibes…) y con
autores de los 60 (Juan Marsé y Martín Gaite, entre otros).
A partir de los 80 y 90 surge un gran número de novelistas nuevos: Javier Marías,
Rosa Montero, Julio Llamazares, Almudena Grandes, Soledad Puértolas, Antonio Muñoz
Molina, Luis Landero…, y novelas muy diferentes en estilo, temas y calidad comparten el
panorama literario.


T.6 LA NOVELA DESDE 1975 HASTA NUESTROS DÍAS (2)


En este periodo se podrían establecer como carácterísticas: la decadencia de los
temas sociales y políticos; la aparición de nuevos temas como el policíaco y los propios de
la novela negra, considerados tradicionalmente como impropios de la literatura de calidad;
la desaparición de los grandes personajes, los protagonistas coinciden con el hombre
corriente y están desprovistos de ideales de redención social; el retorno a las formas
tradicionales de narrar, acentuado con el paso de los años; el uso de registros coloquiales
donde aparecen términos de jerga y palabras malsonantes; la aparición de temas
escabrosos como el erótico, las drogas, el mundo del hampa…

A pesar de las dificultades que implica la relativa cercanía y la proliferación de
autores y de obras de vida efímera, la novela de las últimas décadas se caracteriza por la
continuidad en el uso de formas narrativas tradicionales y por la importancia que se le
confiere al relato. Son narraciones sencillas en las que el novelista pretende contar
historias de carácter realista.
Según su temática se pueden clasificar en:

Novela histórica


Es uno de los géneros de mayor éxito editorial desde los años 80, en el
que se engloban obras que pretenden la recuperación de hechos históricos pasados desde
distintos puntos de vista: fabulación imaginaria del pasado, proyección del pasado sobre el
presente o aprovechamiento de la historia para indagaciones intelectuales y ejercicios de
estilo. Así pues, recrean la Edad Media, el Siglo de Oro (El capitán Alatriste, de Arturo Pérez
Reverté)… En esa tendencia cabría incluir los relatos sobre la Guerra Civil o la posguerra,
que recuperan con cierta distancia la memoria de esta época (Los girasoles ciegos de
Alberto Méndez; Soldados de Salamina de Javier Cercas). El pasado sirve, pues, como
soporte para una reflexión sobre problemas universales, como objeto de revisión crítica,
escenario de aventuras o vía para la desmitificación de ciertos hechos.


T.6 LA NOVELA DESDE 1975 HASTA NUESTROS DÍAS (3)


Novela de memorias


El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina y Memorias de un joven
fascista de Francisco Umbral.
Novela lírica o poemática: Aspira a convertirse en un texto creativo, autónomo y a
difuminar las fronteras con el género lírico. De claro tono subjetivo, manifiesta una
marcada tendencia a la concentración máxima. Estas novelas abordan asuntos como el
amor, la soledad, la memoria, la propia identidad o la incomunicación, vividos por un
protagonista inmerso en la realidad contemporánea, difuminando en ocasiones las
fronteras entre la vida real y el mundo de la fantasía. Abundan el elemento onírico y las
referencias a mitos y símbolos. El lenguaje se vuelve sugerente. Destaca La lluvia amarilla
de Julio Llamazares.

Novela de intriga


Adaptación de un producto típicamente norteamericano al que los
escritores españoles aportan una personalidad propia. Destaca El invierno en Lisboa de
Antonio Muñoz Molina. Aparecen también novelas que no pertenecen con rigor a esta
categoría, pero que incorporan recursos del relato policíaco, como Visión del ahogado de
Juan José Millás, así como narraciones que fusionan la intriga con la parodia del género
policíaco, como El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza.

Novela metaliteraria


El desorden de tu nombre de Juan José Millás y Juegos de la edad
tardía de Luis Landero.

Novela de pensamiento


Cercana al ensayo, se trata de un tipo de narrativa en la que se
difuminan las fronteras entre la novela y el ensayo, pues da cauce a múltiples digresiones
sobre las preocupaciones del autor, en un tono cercano a veces a lo autobiográfico. Un
ejemplo de ello es Sefarad (2001), de Antonio Muñoz Molina, o muchas de las obras de
Javier Marías (Todas las almas (1989), Negra espalda del tiempo (1998), Tu rostro mañana,
(2009).


T.6 LA NOVELA DESDE 1975 HASTA NUESTROS DÍAS (4)


Novela neorrealista o de la generación X: otra tendencia en la novela de los autores más
jóvenes es la de hacer una novela que trata los problemas de la juventud urbana (sus salidas
nocturnas en las grandes ciudades, el uso y abuso de drogas, del sexo, del alcohol y de la
música rock…), con una estética muy cercana a la contracultura: Historias del Kronen (1994),
de José Ángel Mañas; Sexo, prozac y dudas (1997), de Lucía Etxebarría; o Deseo de ser punk
(2009), de Belén Gopegui).
En resumen, estamos en un periodo en el que la novela se ha convertido en el género
hegemónico caracterizado por la vuelta al interés por la historia contada y por una enorme
proliferación de títulos, en los que hay que destacar el incremento de escritoras, la
vinculación entre la labor literaria y la periodística (son frecuentes las colaboraciones en
prensa de los más destacados narradores y cabe citar, en este sentido, los articuentos de Juan
José Millás) o el gusto creciente por el relato corto (y, en los últimos años, incluso del
microrrelato).


LA GENERACIÓN DEL 27 (1)


Los poetas fundamentales del grupo son: Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Rafael
Alberti, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, Jorge Guillén y Gerardo Diego. Se añade a
veces a Miguel Hernández, pues por sus relaciones personales y por la fecha de publicación de
sus libros se le ha considerado como epígono de la Generación del 27.
Hay una serie de actividades y rasgos comunes que dan coherencia al grupo. Podemos
destacar: la convivencia de muchos de ellos en la Residencia de Estudiantes de Madrid, la
colaboración en las mismas revistas (la más importante fue la Revista de Occidente), así como
en tertulias, su aparición en la Antología de poesía española (1915-1931) de Gerardo Diego,
que recoge a todos estos autores y su poética y también la obra de los maestros ( Machado,
Jiménez…) y su participación en el homenaje celebrado en el Ateneo de Sevilla por el tercer
centenario de la muerte de Góngora. Esta fecha del centenario, 1927, es la que da el nombre al
grupo, a esto hay que sumar que en torno a este año la mayoría de estos poetas publicó algún
libro significativo.
Las carácterísticas principales del grupo son:

-Tendencia a la síntesis y el equilibrio entre tendencias opuestas

Aúnan la tradición
propia española -la literatura culta de los Siglos de Oro (Góngora o Garcilaso), la lírica popular,
el Romanticismo (Bécquer) y los modelos inmediatos (sobre todo Juan Ramón Jiménez)- con el
lenguaje cosmopolita de las vanguardias. Persiguen el equilibrio entre lo intelectual y lo
sentimental, entre lo minoritario y la poesía como comunicación y entre lo universal y lo
español.

-Trata temas universales:

el amor (visto desde diversos enfoques, incluido el amor
homosexual), la ciudad, interpretada con una visión futurista y optimista o con una visión
negativa (fealdad, maquinismo), las artes, la naturaleza, como parte del yo poético, que llega
en algunos casos a una visión panteísta.


LA GENERACIÓN DEL 27 (2)


Desde el punto de vista formal, el gran instrumento de esta generación fue la imagen.
Guillén decía que los autores del 27 “hablaban por imágenes” y con ellas consiguieron la
renovación del lenguaje poético. Cultivaron la imagen visionaria, que relaciona los objetos, no
por su semejanza física, sino por las sensaciones que despiertan. En lo que se refiere a la
métrica, combinan las estrofas tradicionales con el verso libre, que responde a otra
concepción del ritmo, pues brota del contenido mismo del poema.
Sus influencias fueron: Juan Ramón Jiménez, auténtico guía del grupo en sus inicios,
pues su poesía pura era el referente indiscutible en el panorama poético español, Ortega y
Gasset tuvo una influencia ideológica y teórica. Otras influencias fueron: Góngora, del que
admiran su capacidad metafórica y, sobre todo, la concepción del lenguaje poético como algo
diferente al lenguaje común, también admiran el dominio del concepto de Quevedo; el estilo intimista de Bécquer, la poesía popular y el Romancero y, por último, la influencia de las vanguardias fue decisiva en los primeros momentos del grupo: Gerardo Diego fue creacionista
y ultraísta; Lorca y Alberti cultivaron el Surrealismo. En general, el talante del grupo en su
primera etapa es típicamente vanguardista: eran jóvenes cosmopolitas, provocadores,
antisentimentales, ingeniosos…Más tarde y debido a las circunstancias políticas y sociales,
evolucionan hacia posturas más comprometidas.


LA GENERACIÓN DEL 27 (3)


Aunque cada uno de los poetas tuvo una trayectoria diferente, se puede hablar de unas
etapas generales dentro de la evolución del grupo:
La primera etapa (años 1924/25 hasta 1929), en la que se aprecia la influencia de Juan
Ramón Jiménez y su poesía pura, así como de los movimientos de vanguardia. Es una poesía
caracterizada por la deshumanización -antisentimental-. Otra pureza más “humana” les llega de
la poesía popular. De 1925 a 1927 hay una marcada influencia clasicista que se aprecia en el
cultivo de estrofas tradicionales, p.E. Égloga, elegía y oda de L. Cernuda
La segunda etapa (años 1927- Guerra Civil). Hacia 1927 se percibe un cansancio del
formalismo puro que coincide con la irrupción del Surrealismo, corriente que vuelve a
preocuparse por lo humano, con temas como la frustración, el amor, el ansia de plenitud…Hay
que tener en cuenta, además, la situación que vive España, ante la que casi todos se mostrarán
partidarios de la República, adoptando muchos, como Alberti, una clara militancia política.
Y la etapa final, tras la Guerra Civil, que va a suponer el desmembramiento del grupo.
La dispersión tras la guerra hace que cada poeta siga su propio rumbo pero dentro de una
poesía humanizada. Con el exilio aparecen nuevos temas, como la nostalgia de España.
Los principales autores del 27 son: Pedro Salinas, Jorge Guillen, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Dámaso Alonso, Rafael Alberti


T.8 LA POESÍA DESDE LOS AÑOS 70 A NUESTROS DÍAS (1)


POESÍA DESDE 1975 HASTA HOY

En 1970 se publica la antología Nueve novísimos poetas españoles, en la que el crítico José
Mª Castellet reúne, entre otros, a Manuel Vázquez Montalbán, Pedro Gimferrer (Arde el mar,
1966), Ana Mª Moix (Call me Stone, 1969), Leopoldo María Panero (Así se fundó Carnaby Street).
En un sentido amplio, este grupo de los Novísimos no puede restringirse a los poetas antologados,
próximos a ellos hay otros poetas que destacan por su carácter culturalista, como Luis Alberto de
Cuenca (Necrofilia, La caja de plata) y Luis Antonio de Villena (El viaje a Bizancio).
Estos escritores presentan explícitamente una decidida voluntad rupturista con toda la
literatura previa y un talante provocador, ignoran la tradición literaria española, excepción
hecha de algún poeta del 27 como Cernuda o Aleixandre, tienen influencias de autores
extranjeros (Eliot, Pound. Cavafis,, Sade,..), manifiestan en sus poemas una tendencia
marcadamente culturalista, (por ejemplo, uno de sus escenarios favoritos es la ciudad de Venecia,
lo que ha hecho que también haya sido usual aludir a ellos de forma un tanto peyorativa como los
venecianos), incluyen, al lado de esta orientación culta de muchos poemas, motivos propios de la
nueva sociedad de consumo y referencias a héroes del cine, del deporte, de la música, los tebeos,
etc., hacen una reflexión sobre la propia poesía (metapoesía), insistiendo en considerar el arte como
fenómeno autónomo,y, por último, se interesan por el lenguaje y eso los lleva a la experimentación
radical con la materia lingüística, a la audacia vanguardista o al barroquismo expresivo. En este
sentido se vuelven a utilizar ciertos procedimientos vanguardistas como el collage (inserción de
otros textos dentro del poema) o el verso libre amplio.


T.8 LA POESÍA DESDE LOS AÑOS 70 A NUESTROS DÍAS (2)


En 1980, con la publicación de la antología Las voces y los ecos, se comienza a hablar de
poesía posnovísima, que se caracteriza por la recuperación del Realismo, el alejamiento de la
experimentación y la vuelta al concepto de poesía como comunicación. Se observa, asimismo, una
mayor presencia del humor, de la ironía y de los temas íntimos. Habría que destacar también el auge
de la poesía femenina y de las antologías de género, aunque lo que también realmente define esta
década es la variedad de tendencias que presenta. Son las más destacadas:

La POESÍA DE LA EXPERIENCIA, que hace referencia a una corriente literaria española de la
segunda mitad del Siglo XX cuyos autores tienen en común que nacieron casi todos alrededor del año 1925. Además, todos se inician en la poesía social a pesar de que no estén totalmente satisfechos con el proselitismo y la retórica que suelen utilizar en sus obras. Es la tendencia poética
más carácterística de los últimos años. Se caracteriza por una tendencia a la recuperación de ciertas
formas métricas (empleo generalizado de endecasílabos y alejandrinos blancos) combinada con el
uso de un lenguaje perteneciente al mundo de lo cotidiano. El tono suavemente elegíaco de muchos
de estos poemas es muy carácterístico. Se aprecia un lenguaje muy elaborado y elegante, sin caer
en excesos retóricos, tampoco faltan elementos irónicos y humorísticos. En cuanto a los temas,
destacan los urbanos (vehículos, bares), extraídos de la experiencia vivida por los propios poetas.
En este sentido, es muy usual recuperar escenas de la infancia o la adolescencia.
Autores como Andrés Trapiello, Luis García Montero (Habitaciones separadas, Completamente
viernes) Felipe Benítez Reyes (El equipaje abierto) Luis Alberto de Cuenca (El desayuno yo otros
poemas), Miguel d’Ors o Jon Juaristi (Los paisajes domésticos) cultivan esta línea poética.

La POESÍA NEOSURREALISTA entronca con la poesía surrealista del Grupo del 27, presenta
una preferencia por el verso de inspiración irracional. Son composiciones con imágenes innovadoras y en las que destaca la fuerza del “yo poético” y la irracionalidad del lenguaje. Destacan Blanca Andreu (De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall ) y Ana
Rossetti, que añade erotismo a sus versos (Los devaneos de Erato, 1980).


T.8 LA POESÍA DESDE LOS AÑOS 70 A NUESTROS DÍAS (3)


La POESÍA ÉPICA vincula las experiencias personales con la historia y los mitos (Julio
Llamazares, La lentitud de los bueyes, 1979).

La POESÍA INTIMISTA , en la que predomina el tema del paso del tiempo y una visión
nostálgica de la realidad (Álvaro Salvador El agua de Noviembre, 1985).

En la actualidad podemos destacar el llamado “Realismo sucio”, heredero de la poesía de
la experiencia, con autores como Félix Chacón (Materiales de derribo) y Karmelo Iribarren
(La condición urbana). También es significativo el cambio en los canales de comunicación
poética que supuso la popularización de Internet (el auge de los blogs, los encuentro en la red
o revistas electrónicas) y un nuevo género que florece –generalmente en recitales- muy acorde
con los tiempos, la micropoesía: pequeños poemas de consumo rápido.


T. 9. EL TEATRO DESDE 1940 HASTA NUESTROS DÍAS (1)


El teatro de después de la Guerra Civil, alejado de las tendencias innovadoras
que triunfan en el exterior, se caracteriza por la pobreza a causa de la muerte y exilio de
autores, directores y actores y de las presiones comerciales e ideológicas.

En los años 40, el teatro oficial, comercial en la línea de la comedia
benaventina, triunfa en los escenarios al saber mezclar elementos tragicómicos con
finales felices, según demanda el gusto del público burgués que es el que acude a las
representaciones. Destacan José María Pemán y Joaquín Calvo Sotelo. El teatro
histórico y político, por su parte, invitaba a olvidar la realidad inmediata y cantaba
glorias y héroes del pasado.

El TEATRO DE HUMOR, precedente del teatro del absurdo, tiene sus
máximos exponentes en: Jardiel Poncela (Eloísa esta debajo de un almendro). Trató
de crear una comedia inverosímil que rompiera con las formas tradicionales de humor.
Un público cerrado a su compresión le obligó a reducir sus experimentos y Miguel
Mihura, con Tres sombreros de copa (escrita en 1932 pero representada 20 años más
tarde por su poder crítico y corrosivo), obra polémica en su momento por su crítica
burlesca de ciertas costumbres burguesas y provincianas. Este mismo autor escribe
después otras comedias más acordes con el gusto dominante (Maribel y la extraña
familia).


T. 9. EL TEATRO DESDE 1940 HASTA NUESTROS DÍAS (2)


En los años 50, en el TEATRO REALISTA (se puede hablar de un teatro
soterrado porque muchas obras nunca llegaron al escenario) están presentes la denuncia
social y las preocupaciones existenciales del hombre. Debemos citar a Antonio Buero
Vallejo (que representa el teatro posibilista frente al imposibilista de Sastre) José
Martín Recuerda, Lauro Olmo y Sastre (Escuadra hacia la muerte).
Buero Vallejo se inicia en el teatro con Historia de una escalera, que viene a dar
testimonio de la realidad social en la posguerra española, a través de una serie de
familias que comparten espacio y tiempo. Otras obras suyas se ganaron el interés del
público: Un soñador para un pueblo, El concierto de San Ovidio o El tragaluz.

En los años 60, hay un movimiento de renovación centrada en la búsqueda de
nuevas formas. Se produce una fuerte reacción contra el Realismo mediante un
TEATRO EXPERIMENTAL en el que, sin perder el contenido crítico anterior,
aparecerán alardes formales, a veces muy audaces. Se rompe con las convenciones
escénicas de espacio y tiempo. El patio de butacas puede convertirse en escenario y
personas del público en actores. La improvisación desempeña un papel importante. El
concepto de teatro ha cambiado: tan importante como el texto lo es el espectáculo.
En esta línea trabajan autores como Francisco Nieva (La carroza de plomo
candente, La señora tártara) y Fernando Arrabal (Pic-Nic, El triciclo). Pero son los
grupos de teatro independiente los que adquieren más auge: Els Joglars y Els
Comediants (Cataluña); La Cuadra (Andalucía); Los Goliardos (Madrid), el Teatro
Experimental Independiente (TEI)… Todos tienen la idea de que la obra teatral ha de
responder a una creación colectiva y con ese empeño se entregan a la tarea.


T. 9. EL TEATRO DESDE 1940 HASTA NUESTROS DÍAS (3)


Tras la muerte de Franco (1975), el teatro sufre una tremenda crisis. Se
montan obras de autores consagrados o se recobran los textos silenciados del pasado
inmediato. Pero entonces, que se podía hacer un teatro en libertad, sin censura,
sorprendentemente el público no asimila los cambios, abandona los teatros y rechaza los
montajes vanguardistas que se hacen de Lorca, Valle, Alberti… El teatro debe encontrar
un nuevo público y los autores deben aplicar nuevas fórmulas dramáticas.
Como reacción se regresa a un tipo de teatro más convencional, basado ante todo
en el diálogo, en la línea del teatro de los años 50. Destacan Antonio Gala (Anillos para
una dama), José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas),
Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano) y Sanchis Sinisterra (¡Ay!,
Carmela).

En la actualidad podemos destacar entre los dramaturgos más representados
a Juan Mayorga : El chico de la última fila, Cartas de amor a Stalin. También
podemos destacar la presencia en la escena española de dramaturgas, como Laila
Ripoll (Los niños perdidos, Santa Perpetua), Itziar Pascual y, quizá la más original
de los últimos tiempos: Angélica Liddell, (La casa de la fuerza).
(monólogos cómicos, comedias mudas…), un teatro musical y nuevos autores.

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