La novela después de la Guerra Civil


El novecentista asturiano R. Pérez de Ayala y su novela
Tigre Juan y el Curandero de su honra
El Novecentismo en una corriente literaria que tiene lugar en las primeras dos décadas del Siglo XX, especialmente en la de 1920. Se sitúa, por tanto, entre la G.98 y las vanguardias. Sus principales exponentes son novelistas (Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala, Wenceslao Fernández Flórez), ensayistas (Ortega y Gasset, Eugenio D ́Ors, Gregorio Marañón, Manuel Azaña) y poetas (Juan Ramón Jiménez). A este grupo también se le ha llamado la “Generación de 1914” porsu creciente actividad a partir de la Primera Guerra Mundial. Sus ideas se difundieron gracias a la Revista de Occidente (fundada por Ortega en 1923), el semanario España y el periódico europeísta El Sol. Carácterísticas generales del Novecentismo

– Racionalismo: huida del sentimentalismo y búsqueda de lo intelectual, el rigor y la erudición.
– Antirromanticismo: rechazo de lo pasional y sentimental. Sobriedad alejada de cualquier patetismo.
– Defensa del “arte puro”: la finalidad del arte debe ser estética. Las obras no han de transmitir preocupaciones personales, religiosas o políticas (esto supone una clara diferencia con la G98). El ensayo La deshumanización del arte (Ortega, 1925) proclama este nuevo enfoque.
– Perspectiva europeísta e internacionalista: frente al casticismo del 98 aportan una visión más fría y crítica de la realidad. Su actitud respecto a España es menos visceral (no les “duele España”, sino que juzgan y critican analíticamente su situación)
– Elitismo intelectual: sólida formación, erudición, el arte para la “inmensa minoría” (JRJ).
– Actividad pública: presencia en instituciones, revistas, actividad política y docente… Quieren contribuir a la sociedad en la línea de la Ilustración y la Institución Libre de Enseñanza. Tienen conciencia de minoría elegida.
– Perfección formal: extrema preocupación por la estructura de la obra, el rigor y la pulcritud. Ramón Pérez de Ayala (1880-1962)
Nacíó en Oviedo, fue alumno de los jesuitas de Gijón y estudió Derecho (fue discípulo de su admirado Clarín).
Cuando se traslada a Madrid establece amistad con Ortega y Gasset y participa activamente en la vida cultural de la
capital. Pronto se convierte en un respetado intelectual y durante la República es nombrado embajador en Londres.
Tras la guerra se exilia en Argentina. Sus últimos años transcurren en España.
Su actividad literaria abarca numerosos artículos, ensayos sobre teatro (Las máscaras), poemarios (El sendero
andante) y novelas. Como novelista Pérez de Ayala muestra dos etapas:
1) Una primera etapa de mayor pesimismo y sentimentalidad: Tinieblas en las cumbres, AMDG (evocación
crítica de sus años escolares en los jesuitas de Gijón), La pata de la raposa y Troteras y danzaderas (carácter
autobiográfico, retrata la vida cultural madrileña).
2) A partir de 1920 se inicia una etapa más innovadora, filosófica e intelectual. En este periodo destacan
Belarmino y Apolonio y las dos novelas que forman una misma serie:

Tigre Juan y El curandero de su honra (1926)


Tigre Juan y…Honra critica dos de los principales males que, según Pérez de Ayala, definen a la sociedad española y a las relaciones
amorosas: el donjuanismo y la preocupación por el honor conyugal. Ambientadas en “Pilares” (nombre que encubre a Oviedo),
estas dos novelas presentan la evolución del protagonista: el seductor misógino llamado Tigre Juan (“Tigre” por su carácter
sanguinario y aventurero, “Juan” por mujeriego). Tigre Juan tendrá que “curar” su honra y superar los rencores del pasado y los
prejuicios que le habían hecho comportarse según los códigos de venganza de los “dramas de honor” de Calderón de la Barca
(Tigre Juan era muy aficionado a este autor). En efecto, Tigre Juan vive resentido por la supuesta infidelidad de su esposa, Engracia,
quien finalmente se revela inocente. Tras superar sus complejos, Tigre Juan comprende que el verdadero honor depende de la
conciencia de uno mismo y no de la opinión ajena. La historia concluye con la reconciliación de ambos personajes, quienes deciden
huir de Pilares hacia Madrid.
El estilo de estas novelas (la primera más dinámica, la segunda más analítica) destaca por su profundidad psicológica,
el perspectivismo, las frecuentes digresiones eruditas y ensayísticas, el uso de la ironía y la incorporación de algunos
elementos experimentales propios de la vanguardia (empleo de doble columna para escenas simultáneas).


Camilo José Cela (Iría Flavia, La Coruña, 1916-2002) es uno de los escritores más controvertidos y reconocidos de la postguerra. A pesar de su afinidad inicial con el franquismo (participó en la guerra y ejercíó como censor) su personalidad provocadora y mordaz le llevó a numerosas polémicas con instituciones políticas y literarias. Fue miembro de la RAE y obtuvo el premio Nobel en 1989. Su figura, aún hoy, cuenta con numerosos admiradores y detractores. Cela cultivó diversos géneros: poesía, libros de viajes (Viaje a la Alcarria), colecciones de relatos breves (Esas nubes que pasan, Baraja de invenciones…) y una decena de novelas (algunas de ellas de difícil clasificación): La familia de Pascual Duarte, Pabellón de reposo, Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes, La colmena, San Camilo, Oficio de tinieblas 5, Mazurca para dos muertos, Cristo versus Arizona…
El tremendismo: La familia de Pascual Duarte (1942) La primera novela publicada por Cela fue La familia de Pascual Duarte (1942), relato con el que obtuvo gran repercusión. Se trata de la historia de un campesino extremeño condenado a muerte (Pascual) que rememora en primera persona su sórdida vida. En un contexto miserable y violento (Extremadura antes de la Guerra Civil) se enmarcan acontecimientos truculentos, asesinatos, prostitución, incesto, crueldad irracional… A lo largo del testimonio desolador de Pascual (mata a su esposa, al proxeneta “el Estirao”, a su propia madre…) percibimos su incapacidad para relacionarse con la familia y con la sociedad. La novela concluye con la ejecución del protagonista. En La familia de Pascual Duarte Cela crea un universo deliberadamente desagradable y violento que la crítica
pronto denominó “tremendismo” o “estética de la violencia” (Paúl Ilie). El tremendismo de Cela procede de la novela picaresca (Lazarillo), los viejos romances de ciego, las novelas del Naturalismo (inaugurado por el francés Zola en la segunda mitad del Siglo XIX) y del ambiente primitivo y esperpéntico de Valle-Inclán. En esta primera novela Cela combina diversos narradores: además del testimonio de Pascual también aparecen documentos policiales y notariales.

Hacia la novela social: La colmena (1951)

Tras Pabellón de reposo (suma de monólogos de enfermos mentales de un psiquiátrico) y una recreación del Lazarillo, Cela publica en el año 1951 su cuarta y más famosa novela: La colmena. Debido a problemas con la
censura española (alusiones al sexo y a lo carcelario), la obra se publica en Buenos Aires. Se trata de una narración marcadamente experimental en la que Cela plantea un “protagonista colectivo”:
Madrid. En efecto, La colmena aglutina a más de trescientos personajes, en su mayoría caracteres de la pequeña burguésía venida a menos por la guerra. Sorprende cómo el autor prescinde de la estructura clásica
(planteamiento-nudo-desenlace) y propone un modelo fragmentado con múltiples secuencias o cuadros de extensión variable. Esta ruptura de la unidad espacio-temporal recuerda ciertos relatos de Valle-Inclán, Baroja y especialmente la novela Manhattan Transfer (1925) del prosista norteamericano Dos Passos. En Dos Passos y en
Cela la narración salta de unos personajes y lugares a otros, de modo que el lector contempla accionessimultáneas y paralelas. A esta forma de cruzar personajes y ambientes se le denomina “técnica caleidoscópica”. Las múltiples perspectivas, la ironía y el “contrapunto” (contrastar historias sin conexión previa) son otros elementos destacables del estilo de esta narración.
El propósito de La colmena es ofrecer una visión panorámica del Madrid de posguerra. El presunto caos espacial y temporal resulta aparente, pues se logra unidad y la continuidad al condensar el relato: todo sucede en Madrid en apenas dos días de 1943. Los espacios, aunque diversos, resultan familiares: cafés, casa de vecinos, prostíbulos, la calle… Más que una sólida trama, La colmena es un conjunto de anécdotas unidas como las celdas de un panal. El título alude a ese cosmos de seres insignificantes que se relacionan en un presente atemporal, repetitivo y vacío. El carácter pesimista se hace explícito en el subtítulo que acompaña a “La colmena”: “Caminos inciertos” (título para una serie de novelas que Cela no llegó a publicar). Así se representan el futuro y la desesperanza de hombres resignados a soportar una vida monótona. Esta visión desencantada ha hecho que La colmena fuese relacionada con la “novela social” (si bien Cela no denuncia las desgracias e injusticias,simplemente las refleja). Su pesimismo vital también aproxima la novela a las corrientes existencialistas de mediados del Siglo XX y al Realismo crítico del escritor norteamericano William Faulkner.


Nos hallamos ante un enunciado oracional ya que nos transmite un mensaje con sentido pleno, posee autosuficiencia sintáctica y semántica y entonación propia. Su esquema sintagmático se entorna a varios verbos, una perífrasis verbal modal de posibilidad “puede afirmarse” y otros en forma personal “hace”, “marcan” y “están”, en cuyo interior se establece la llamada relación predicativa que es aquella que se entabla entre el lexema verbal y los morfemas de número y persona donde subyace el sujeto gramatical o morfológico. 

Nos encontramos ante una oración compuesta por coordinación, la cual está compuesta dos proposiciones compuestas por subordinación unidas por el nexo coordinante copulativo “y”. 
La primera proposición está compuesta por una oración nuclear “puede afirmarse”, el cual es una perífrasis verbal, modal de probabilidad, en la cual vemos un “se” que funciona como índice de pasiva refleja ya que si lo omitimos el sujeto “que hoy la ciencia se hace en norteamérica” pasaría a ser CD. El sujeto gramatical de este núcleo oracional se expande en un sujeto que es una proposición compuesta por subordinación la cual funciona como una subordinada sustantiva que tiene función de Sujeto Paciente. Esta oración está encabezada por la conjunción completiva “que”, está formada por un núcleo oracional “hace” cuyo sujeto gramatical se expande en un sujeto paciente “la ciencia” ya que nos encontramos antes del verbo un “se” que es un índice de pasiva refleja. El sujeto es un sintagma nominal formado por el determinante artículo determinado “la” que funciona como actualizador y “ciencia” que es un sustantivo que funciona como núcleo del sujeto. En el predicado de naturaleza verbal “hoy se hace en norteamérica” encontramos una función adyacente al verbo que es el CCL “en norteamérica” ya que se puede sustituir por “allí”, el cual está formado por la preposición “en” que funciona como enlace y “norteamérica” que es un sustantivo que funciona como núcleo del CC. Otra función adyacente al verbo es el adverbio de tiempo “hoy” que funciona como un CC de tiempo ya que se puede sustituir por “en ese momento”. 

En la segunda proposición vemos cómo la primera le cede la oración nuclear “puede afirmarse” con lo cual toda la segunda proposición es igualmente una oración compuesta por subordinación sustantiva que funciona como Sujeto Paciente. Está encabezada por un “que” y consta de un predicado verbal en el que el núcleo oracional es “están” verbo en el cual se forma la relación predicativa en la que subyace el sujeto gramatical que en este caso se expande en un sujeto léxico “las universidades que marcan la pauta en todos los marcos del saber científico” en el que nos encontramos el sustantivo “universidades” como núcleo, el determinante artículo determinado “las” precediendo, y un CN de “universidades” que es “que marcan la pauta en todos los marcos del saber científico” que es una oración compuesta por subordinación adjetiva ya que está precedida por el pronombre relativo “que” el cual lo podemos sustituir por “el cual” o “las cuales”. Dentro de esta subordinada tenemos el núcleo oracional “marcan” en el cual se forma la relación predicativa en la que subyace el sujeto gramatical que se expande en este caso al sujeto léxico “que” ya que es funtivo y tiene la función de su antecedente. Como funciones adyacentes al núcleo oracional encontramos el CD “la pauta” ya que se puede sustituir por “lo”, “la”, “los”, “las” formado por el determinante “la” que funciona como actualizador y el sustantivo “pauta” que es el núcleo del CD. La otra función es un CCL “en todos los marcos del saber científico” que está formada por la preposición “en” que funciona como un enlace, el actualizador “todos” que es un determinante indefinido y el determinante artículo determinado “los” que funciona también como un actualizador, el sustantivo “marcos” es el núcleo del CC y “del saber científico” que funciona como CN del sustantivo anteriormente nombrado, el cual está formado por el artículo contracto “del”, el núcleo “saber” y el CN “científico”. Sabemos que es un CCL debido a que lo podemos sustituir por “ en ese lugar”. Como funciones adyacentes al verbo “están” dentro de la oración nuclear nos encontramos con el CCL “en Estados Unidos” ya que lo podemos sustituir por “en ese lugar” y que está formado por la preposición “en” que funciona como enlace y el sustantivo “Estados Unidos” que es el núcleo del CC. 

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