La novela después de la Guerra Civil


Grupo poético de la generación del 27.

En los años 20 se abre paso a una promoción de poetas excepcionales, cuyos nacimientos, amistad e intercambio cultural hicieron que Dámaso Alonso los nombrara generación del 27. Pero, llamarlos generación es erróneo ya que no cumplen los requisitos establecidos por Julius Peterson y deja fuera a novelistas, dramaturgos, y a las Sinsombrero, que fueron mujeres valientes y luchadoras que entraron sin complejo en el mundo artístico, enfrentándose a las normas sociales; entre ellas destaca María
Teresa de León, Maruja Mallo, María Zambrano y Ernestina de Champourcin.

La fecha de 1927 hace referencia a la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora y un acto celebrado en el Ateneo de Sevilla. Muy importante para la difusión de la poesía del 27 es el aumento de revistas literarias (Revista de Occidente, La Gaceta Literaria y Caballo verde) Las dos figuras que ejercieron un magisterio sobre estos poetas fueron Juan Ramón Jiménez en el plano poético, y Ortega y Gasset como influencia ideológica y teórica.


Se pueden dividir en tres etapas:  

Primera: hasta 1927, se siente la influencia de las vanguardias, son orientados hacia la “poesía pura” por Juan Ramón Jiménez.
Cultivan una poesía deshumanizada. Destaca Libro de poemas de Lorca, Marinero en tierra de Alberti y Versos humanos de Gerardo Diego.  

Segunda: de 1927 hasta 1936. Se inicia un proceso de rehumanización, que coincide con la entrada del Surrealismo. Destacan obras como Poeta en Nueva York de Lorca, Sobre los ángeles de Alberti y Los placeres prohibidos de Cernuda  

Tercera: después de 1939. Tras la muerte de Lorca en 1936, los demás parten a un exilio. El grupo se ha dispersado.  

Quizás lo más reséñable de este grupo es su capacidad para unir tradición y vanguardia, lo culto y lo popular. Así mostrando veneración por las formas populares: el Romancero Viejo y Nuevo. Su amor por lo clásicos fue inmenso, especialmente por Góngora.
Del XIX les llega la influencia de Bécquer.
También se percibe la huella de Juan Ramón Jiménez, Gómez de la Serna, Antonio Machado y Rubén
Darío. 


En lo temático, los grandes asuntos del ser humano como el destino, la muerte, la naturaleza y el amor, habitan en las obras de los poetas. El amor tiene un sentido de libertad, aunque a veces lleve al dolor. La naturaleza se entiende como entorno. Estos poetas del 27 añoran la ciudad, el confort, el cine; pero también observan aspectos negativos del desarrollo urbano.  

En lo estético, se muestra una tendencia al equilibrio, buscando una original síntesis entre: lo intelectual y lo sentimental, lo minoritario y lo mayoritario, lo universal y lo español    

La nómina de los poetas que componen este grupo es bastante amplia: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Dámaso
Alonso, Gerardo Diego, García
Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Emilio Prados. Hablar de todos ellos sería interesante, pero extenso, razón por la cual solo nos detendremos en algunos de ellos:  

Pedro Salinas

Durante la Guerra Civil se exilió y enseño en varias universidades norteamericanas. El tema central de su obra es el amor. Su obra más importante es La voz a ti debida, poeta que busca a la amada más allá del mundo real. La amada se convierte en un concepto puro. En Razón de amor, el amor se convierte en sufrimiento puro.


Luis Cernuda


Con una personalidad solitaria, dolorida, muy sensible y vulnerable. Todos sus poemas están reunidos bajo un mismo título
La realidad y el deseo. Rechaza las ataduras métricas y a la rima. Se ciñe al lenguaje coloquial hablado, aunque elaborado y denso. Entre sus títulos destacan Donde habite el olvido.  

Gerardo Diego

Dedico toda su vida a la docencia en muchos institutos. Su poesía destaca por la gran variedad de temas, tonos y estilos. Su obra presenta dos direcciones, la poesía de vanguardia y, la poesía tradicional. Entre sus libros de poemas destacan El romancero de la novia y Versos humanos   Federico García Lorca:
Estudio letras, música y Derecho.
Vivíó el crac del 29 publicando Poeta en Nueva York en 1932. En su obra predomina el tono trágico y la presencia de la muerte en su poesía es una constante. Sus temas aparecen constantemente de folclore andaluz reelaborados por el autor. Su obra lírica más importante Romancero gitano donde manifiesta su simpatía por los seres marginados.  

Rafael Alberti

Se afilio al partido comunista y participo activamente en la política durante la Guerra Civil. Al acabar se exilió.
En 1925 publico Marinero en tierra en donde refleja la nostalgia de su tierra natal malagueña. Posteriormente publica Sobre los ángeles donde rompe con el lenguaje tradicional y ahonda en el Surrealismo.


El teatro de este periodo va a estar muy condicionado por los gustos del público burgués, que es el que mayoritariamente acude a ver este tipo de espectáculos.
Así, los empresarios de esta época tenderán a ofertar un teatro más comercial y en menor medida el más innovador   Teatro comercial   La comedia burguesa:
Su mayor representante fue Jacinto Benavente, premio nobel en 1922, quien rompíó con la grandilocuencia de los dramas de Echegaray, ofreciendo un teatro con mayor interés por el dialogo conversacional con un tono más realista. Benavente tuvo una primera época modernista. En El nido ajeno, censura la opresión de la mujer casada en la sociedad burguesa. Pero este tipo de teatro no tuvo éxito.
Evolucionando hacia un teatro más conservador donde critica de manera superficial las hipocresías de la sociedad burguesa. Destacan obras como Los intereses creados y Señora ama;

Teatro a verso:

  Teatro poético que significo la presencia en los escenarios del arte verbal modernista, unido a una ideología tradicionalista. Sus cultivadores fueron Eduardo Marquina, Francisco Villaespesa y los hermanos Machado


Teatro cómico:


Su finalidad era entretener al público, con espectáculos diversos, como la zarzuela y los sainetes, alcanzó su máximo desarrollo con Carlos Arniches   Quien presenta en sus sainetes una galería de personajes pintorescos de Madrid (chulapos), con sus problemas cotidianos. Destacan sus tragedias grotescas, donde denuncia una serie de lacras sociales como el atraso cultural, la injusticia social y el caciquismo, que son abordados en La señorita de Trevélez
   Otro género del teatro cómico es el del astracán, creado por Pedro Muñoz, caracterizado por los juegos de palabras, los chistes y las parodias a otros géneros.
Su obra más popular es La venganza de don Mendo.  Los hermanos Álvarez
Quintero estrenan una gran cantidad de obras donde hay un predominio por el ambiente andaluz. Como en La reina mora.   Teatro Innovador   Los nombres más destacados fueron Unamuno, Jacinto Grau, quien se dedicó al teatro, pero se le negó el éxito. Destaca su obra El señor de Pigmalión.
También destaca Pedro Salinas, Rafael Alberti y Alejandro Casona 


Federico García
Lorca.   En su personalidad se oponen dos tendencias, su vitalidad creativa y un hondo malestar obsesionado por la muerte. Durante sus últimos seis años de vida se vuelca al teatro, donde dirige la Barraca (grupo teatral ambulante que actúa obras clásicas y modernas por España). En sus obras se repite el tema del enfrentamiento del individuo con su contexto, que lo lleva a una frustración trágica.
El lenguaje de su obra es muy estilizado, aun cuando refleja el lenguaje popular. Del mismo modo es capaz de combinar lo realista y lo simbólico.               Su obra teatral se puede dividir en tres etapas:   En la primera, de tanteo, en cuyas obras late la frustración, cubierta de un tono festivo. Donde critica el tema de los matrimonios por conveniencia, infelices a causa de la diferencia de edad y la falta de amor. Destaca Mariana Pineda.   La segunda, que coincide con el Surrealismo, escribe “comedias imposibles” consideradas así por el mismo, donde convino lo onírico y visionario con el humor y el lirismo. El tema sigue siendo la frustración intima. Destaca El público y Así que pasen cinco años.   La tercera y definitiva es la de grandes dramas rurales, Bodas de sangre Yerma y la casa de Bernarda Alba. El final de todas ellas es trágico.
El lenguaje es realista y a la vez poético, cargado de símbolos y metáforas.


Valle Inclán:
Su esfuerzo por renovar e innovar la escena española es constante. Ruiz Ramón distingue varios ciclos: Modernismo, mítico, de la farsa, esperpento y final. Al mítico pertenecen las comedias bárbaras y divinas palabras. Al de la farsa pertenece La marquesa Rosalinda y Farsa. En el ciclo del esperpento, pertenecen la trilogía
Martes de Carnaval y luces de bohemia, su obra más aplaudida, que refleja la realidad mediante una estética deformante a través de la satirización, la comicidad y la Muñequización.


La novela españolade 1939 a 1974


  Esta novela estará marcada por la Guerra Civil provocada por la sublevación del ejercito contra el gobierno de frente popular, lo cual traerá consecuencias políticas, económicas, sociales y culturales. Esto provocara que el 90% de los intelectuales se exilien    La novela en los años cuarenta
  En esta década la pobreza literaria es enorme, solo el Realismo de Baroja serviría de modelo literario para algunos escritores. Su marco argumental se centrará en la cercana Guerra Civil o en los años sombríos, grises y domésticos de la posguerra. A este tipo de literatura se le aplico el termino de tremendismo, dos fechas destacan como inicio del género
1942 con La familia de Pascual Duarte, obra de Camilo Cela; y 1945 con Nada de Carmen Laforet.   La novela en los años cincuenta   La novela social constituirá lo más carácterístico del género entre 1951 (La colmena) y 1962 (Tiempo de silencio). En los primeros años de los 50 abundaran obras en las que aparece la sociedad española con su evidente falta de libertades, desigualdades sociales y miseria. Gracias a su intención social y estética realista se le llama Realismo Social. Esta nueva novela supera a la existencialista en la innovación técnica y en la actitud ideológica.


En 1954 aparecen narraciones de Ignacio Aldecoa y Jesús
Fernández. La mayor parte de los narradores abandonarán los moldes estéticos del Realismo y preferirán seguir los moldes del experimentalismo. A estos escritores se les llamara Generación de 55   Dentro de la novela social se distinguen dos corrientes:   Objetivismo: tiene como modelo la novela conductista América, pretende que desaparezca la figura del narrador, predominio del dialogo, protagonista colectivo. Destaca El Jarama de Rafael Ferloso   Realismo Critico: Comparte rasgos con el objetivismo, con una intención de crítica social más explícita y el tema de las novelas es la sociedad española contemporánea
  Los autores más destacados son Camilo Celo con La Colmena y Miguel Delibes con El Camino


Novela desde 1962 hasta 1974   Los autores centran sus esfuerzos en la renovación formal y en la experimentación técnica.
1962 es un año decisivo con la publicación de Tiempo de Silencio de Luis Martín Santos. En ese mismo año se publica La ciudad y los perros del peruano Mario Vargas Llosa con la que se inicia el BOOM de la novela hispanoamericana que deja una gran huella en los autores españoles. Autores extranjeros como Proust, Joyce, Kafka y Faulkner

La novela de los años 60 experimentara una gran renovación técnica que lleva a nuevas formas: desaparece el autor, punto de vista único y múltiple, el argumento se difumina, personajes anulados, y se continua con el narrador en tercera persona y primera persona, hay una mayor importancia al monologo interior y se incluyen elementos extraños en la novela. 

 Algunas de las obras más destacadas son Ultimas tardes con Teresa de Juan Marse, cinco horas con Mario de Miguel Delibes. La novela de la década de los 70 enlazan con la renovación iniciada por Luis Martín Santos. La obra se caracterizará por la presencia de lo absurdo y lo onírico, algunos escritores vuelven sus ojos a los recuerdos de la narrativa tradicional. Destaca Escuela de Mandarines de Miguel Espinoza


Primera memoria es una novela escrita por la novelista española Ana María Matute; que forma parte de la trilogía de Los mercaderes; con un género ficción. Es publicado por primera vez en 1960. El lanzamiento de la obra estuvo marcado por la dictadura franquista y el reciente desarrollo económico que mejoro de manera desigual el nivel de vida de la mayoría de población. La obra cuenta la historia de Matia, una pobre niña que, ante el estallido de la Guerra Civil, se ve aislada en la isla de Mallorca. Allí permanecerá bajo la tutela de su abuela, una mujer imponente que oculta detalles de su pasado, y de su tía Emilia. Por fortuna para Matia, la acompañan en la isla su primo Borja y Lauro, alias el chino. En su paraíso insular, alejados de las atrocidades de la guerra, Matia y Borja descubrirán poco a poco la adolescencia y se verán seducidos por el fascinante mundo de los adultos. Ana María usa temas como la orfandad, mostrada en la ausencia de modelos paternos en los personajes; la infancia, que se concibe como un paraíso del todo incompatible con el mundo de los adultos, relacionado a este último también se nos muestra el paso de la infancia a la adolescencia que los lleva a descubrir las crueldades, hipocresías y otras mezquindades de los adultos.


La obra transcurre durante cuatro partes:  El declive, La escuela del sol, El gallo blanco y Las hogueras. La novela está narrada en primera persona (por Matia) en base a dos partes temporales: una de Matia adulta contando sobre los acontecimientos en la isla durante la Guerra Civil y otra de la niña que está contando sobre su vida antes de llegar a la isla de forma retrospectiva. Los dos narradores se concentran en la vida de Matia durante el tiempo que está en la isla. A lo largo de esta se nos muestran muchos personajes, con los que se nos muestra los papeles de género y los estereotipos, principalmente entre Matia, Borja y la abuela. La riqueza lingüística de Primera Memoria es asombrosa, en cuanto a la prosa, utiliza un lenguaje poético, tan adornado de metáforas, que, en ocasiones, fascinada por la belleza de las palabras, pierde el hilo del argumento.   Primera memoria tiene cierta relación con la obra de Camilo Cela, La colmena, ya que en ambas obras se muestra la guerra y sus resultados para la sociedad, en la obra de Cela es mostrado de forma cruda, mientras que en la de Matute, se es transportado al lector a la isla de Mallorca donde nos muestra como la guerra puede afectar tanto a la vida de una niña como a la de muchas personas más.
Ana María
Matute fue sin duda la escritora de mayor prestigio de las letras españolas. Galardonada con premios como el Nacional de las Letras o el Cervantes, dejando un gran registro de obras y premios muy importantes para la historia española.

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