Ambos movimientos (Modernismo y Generación del 98) son coetáneos, durante el final del Siglo XIX y principios del XX. Aunque actualmente estos dos géneros literarios son considerados como uno solo llamado: la renovación de principios del Siglo XX. El Modernismo se inició en América, mientras que la generación del 98 se inició en España. La separación de ambos géneros se manténía hasta ahora por razones didácticas, aunque ambas se centran en las mismas preocupaciones, ya que el contexto en el que se ubican es muy parecido. La Generación del 98 se inició con el “Grupo de los tres” (Baroja, Azorín y Maeztu). Creado en 1901, a raíz del Desastre del 98. Los géneros más empleados serán la narrativa y el ensayo. El Modernismo se caracteriza por el rechazo de la realidad inmediata a través de dos vías. La primera vía, es el Modernismo externo, en él, se busca principalmente la perfección formal. La segunda vía es el Modernismo intimista. El simbolismo se presenta como efectos musicales y visuales. Los temas que tratan, generalmente, tienen una ausencia de temas filosóficos o sociales profundos. Los principales autores son; En Hispanoamérica, Rubén Darío, su fundador, y en España, escribieron obras modernistas J.R. Jiménez, Antonio Machado, Manuel Machado y Valle-Inclán. Los géneros más importantes durante esos años, fueron: la novela, con una pérdida de la importancia del argumento, experimentación con el tiempo y el ritmo narrativo, el ensayo, principalmente con Unamuno, el cual permite transmitir ideas de los autores, y la poesía, con Rubén Darío como creador, que sufre una renovación en los versos y con la introducción de versos olvidados, como también se cuida más la musicalidad tendiendo así por una rima asonante, que posteriormente llegará a los versos libres. A pesar de que la generación del 98 estaba casi formada en su totalidad por figuras masculinas existen dos escritoras destacadas, que son, Carmen de Burgos y Concha Espinas quienes incluyen temáticas de denuncia social importantes, la misoginia y la lucha feminista.
Novecentismo y Vanguardias son movimientos coetáneos en el periodo entreguerras (1914-1939). En 1914 en Europa se inició una revolución industrial y una lucha entre clases (Anarquismos, socialismo, comunismo, Revolución rusa y primera guerra mundial). En 1936, España sufre una gran inestabilidad política, que lleva al Golpe de Estado de Primo de Rivera y su dictadura, una posterior república y exilio de Alfonso XII, y un segundo Golpe de Estado de Franco y la Guerra Civil. En 1945, Europa está en los llamados “felices años veinte” y un posterior auge del fascismo en la segunda Guerra Mundial. El Novecentismo agrupa a una serie de autores en torno al pensador Ortega y Gasset, y reciben su nombre por su intento de superar la estética del siglo anterior. Este movimiento percibe el arte como algo intelectual, y al contrario q los noventayochistas, estos defienden la europeización y su rechazo a la estética del Siglo XIX, tanto del Romanticismo como del Realismo. Las carácterísticas de este movimiento es que los autores tenían una formación intelectual y estudios fuera de España, tenían una gran preocupación estética, tendían a ejercer una labor educadora, defendían el arte puro, tomaban como modelo a los clásicos griegos y latinos, y todo ello lleva a una literatura para minorías, ya que se requiere un receptor reflexivo y culto. Los géneros más cultivados son el Ensayo, en el que destaca Ortega y Gasset, autor de “La deshumanización del arte” (1925), donde expone teorías estéticas que servirán de base a las vanguardias, y de “La rebelión de las masas” (1930), la Novela, donde se lleva a cabo una renovación basada en la fusión de lo narrativo y lo ensayístico, la originalidad en el tratamiento de las estructuras y el lenguaje y la preferencia por la vida urbana y moderna, que tiene tres tipos: la novela intelectual y critica, la novela lírica y la novela humorística y casi esperpéntica, y la poesía, donde se intenta crear una nueva expresión artística, y se llega a una poesía pura tras pasar por el simbolismo y primeramente el Modernismo. El término “vanguardias” designa la ruptura del anquilosamiento decimonónico y la sociedad burguesa anterior. Cuyas carácterísticas es tener un carácter experimental, todas fueron efímeras (menos Surrealismo), surgen en Europa, especialmente en París, sus ideas quedan encuadradas teóricamente en manifiestos y revistas, y no hubo muchos escritores españoles puramente vanguardistas, pero algunos si asumen algunas ideas. Los movimientos vanguardistas son: Futurismo, Cubismo, creacionismo, dadaísmo, Surrealismo y expresionismo.
La época de este movimiento es de agitación política de los años anteriores a la Guerra Civil Española, iniciada por la dictadura de Primo de Rivera, las revueltas de estudiantes y cierre de universidades, la proclamación de la República, la disolución de la Compañía de Jesús, el triunfo de la derecha en el 33 y del frente popular en el 36. La generación del 27 abarca a los escritores que empiezan a escribir sobre los años 20, cuyo nombre proviene del homenaje al poeta Barroco Góngora, al cual usan de modelo, en el 27. Todos poseen una gran cultura literaria, relaciónándose en la Residencia de Estudiantes de la Institución Libre de Enseñanza, y mantuvieron actitudes liberales en política y durante la Guerra Civil apoyaron a la República, y cuando finalizó muchos se exiliaron. Este movimiento reconoce como maestros a Juan Ramón Jiménez y a Ortega, y los autores son influenciados por los clásicos del Renacimiento y del Barroco, vistos como la base de la poesía española, por la poseía tradicional popular principalmente a Alberti y F.G. Lorca, por el ultraísmo como se observa en Gerardo Diego, y por el Surrealismo como se observa en casi todos los autores, pero principalmente en Vicente Aleixandre. Los autores crearon un lenguaje generacional, concediendo importancia al estilo, cultivando la metáfora y considerando la poesía en su vertiente estética. La aportación más importante de este grupo a la literatura y poseía española fue el interés por la obra bien hecha. La renovación poética la consiguen gracias a la utilización de la imagen y la métrica, a la que incorporan el verso libre. Estos autores eran Pedro Salinas, Jorge Guillén, García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Dámaso Alonso. El movimiento se divide en tres etapas: la inicial que dura hasta 1927, en la que se impone la poesía pura (difícil de entender), y donde Jorge Guillén es el representante con las obras “Cántico” y “Clamor”. Estilísticamente se refina la lengua junto a los versos y estrofas clásicas, y cualquier objeto sirve como material poético. La segunda etapa dura desde 1928 hasta la Guerra Civil, en la que se produce un cambio de estilo poético y se pasa a una poseía más comprometida por la influencia de Pablo Neruda y Cesar Vallejo. El Surrealismo se refleja en los temas, en la creación de metáforas , en las enumeraciones caóticas y en la métrica. En este momento se definen distintas trayectorias poéticas según cada autor. La tercera etapa es la época tras la guerra, donde se considera la separación del grupo provocado por la guerra, ya que Lorca es asesinado y los autores son obligados a escribir tras el exilio. Se destaca “Hijos de la ira” de Dámaso Alonso y ”Sombra del Paraíso e Historia del corazón” de Vicente Aleixandre.