La novela española de 1939 a 1974: existencialismo, realismo social y experimentación


La novela española de 1939 a 1974

La novela existencial: Los años 40

A la ruptura social provocada por la Guerra Civil y a la desorientación lógica en los primeros años de la posguerra, se añade el aislamiento cultural e intelectual por la rigurosa censura del régimen franquista.

Aunque hubo una narrativa de tema bélico, la corriente novelística más interesante es aquella que empezó a tratar la realidad del momento. El malestar, el desconcierto, la desesperanza, la angustia ante la amarga y absurda experiencia de la vida, son los temas de muchas novelas, que han sido englobadas bajo la denominación de realismo existencial. Suele haber un protagonista único (son «novelas de personaje»), que se siente perdido o prisionero en un ambiente cerrado y amenazador. Los dos títulos más representativos son La familia Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela, y Nada (1945), de Carmen Laforet.

La novela social: Los años 50

A principios de los años cincuenta comienza el realismo social. La publicación en 1951 de La colmena, de Camilo José Cela, marca una nueva etapa, con la sustitución del protagonista individual por el protagonista colectivo. En esta década se da a conocer una nueva generación de novelistas preocupados más por la situación social de un país que por lo individual. Estos escritores asignan una función social a la literatura y reflejan de forma objetiva una realidad que pretenden transformar. Frenan la fantasía y la imaginación para centrarse en la vida cotidiana de las clases populares. Con un enfoque casi documental, reproducen su manera de hablar y sus modos de vida. Denuncian la injusticia social, así como la falta de autenticidad y los prejuicios de la burguesía adinerada y de las clases dirigentes.

Las novelas representativas de este periodo, además de las anteriores, son: El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio; La noria, de Luis Romero…

La novela experimental: Desde los años 60 y 70

Durante los años 60, la novela sufre una importante transformación que continuará en la década posterior. El cansancio de la literatura social, así como el acercamiento a la novela europea moderna y a la novela hispanoamericana, son las causas fundamentales de este cambio. La obra clave es Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos. Una de las características de estas novelas es que en ellas el contenido social va perdiendo importancia y hay una mayor preocupación por la técnica y la experimentación. Los nuevos procedimientos narrativos que utilizan los escritores son:

  • El monólogo interior: reproducir el pensamiento de un personaje tal y como se produce en su mente, de forma libre y desordenada.
  • El perspectivismo o diversidad de puntos de vista: las historias pueden contarse desde distintas perspectivas, de modo que cada una de ellas aporta una versión diferente de los hechos que se relatan.
  • Complejidad de la estructura: saltos en el tiempo, alternar historias que se cuentan de forma simultánea, presentar historias cruzadas…
  • Experimentación con el lenguaje: las narraciones combinan distintos registros y niveles del lenguaje.

Son varias las novelas: Señas de identidad, de Juan Goytisolo; Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes; Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé…etc.

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