La prudencia segun aristoteles


A diferencia de Platón, Aristóteles era un hombre bien situado en la sociedad, que gozó del reconocimiento y respeto de sus conciudadanos. Además, se trata del primero en dividir la Filosofía distinguiendo las diferentes disciplinas filosóficas. En él vemos una especialización nunca vista anteriormente. Recoge la Historia de la Filosofía hasta sus tiempos, aunque en ocasiones deforma lo que otros habían dicho. De igual modo, es considerado el padre del Realismo, que perdura hasta nuestros días.

2º Fragmento

Resumen

Este fragmento comienza en “El arte” y termina en “otra manera”. Pertenece a La Ética a Nicómaco, de Aristóteles. En primer lugar, nos dice que entre lo que puede ser de otra manera, es decir, lo contingente, se encuentra lo que se produce y lo que se hace, es decir, la producción y la acción. Los tratados exotéricos muestran que la producción y la acción son distintas y, por lo tanto, el ser racional práctico es distinto al ser racional productivo. Además, no hay arte por necesidad, por Naturaleza. Los tratados exotéricos son los libros de divulgación escritos para el público que no se han conservado, y los tratados esotéricos son textos sistemáticos de clase escritos para alumnos. El arte se refiere a la producción y es un modo de ser productivo acompañado de razón verdadera. Si falta arte, es un modo de ser productivo acompañado de razón falsa.

Nociones: “Producción y acción”

Las dos nociones presentes en este fragmento son la producción y la acción. Nuestro entendimiento tiene dos vertientes: el entendimiento teórico, que busca la verdad teórica; y el entendimiento práctico, que busca la verdad práctica y se dirige al ámbito de lo contingente. Este último se divide en saber productivo (producción) y saber ético (acción). La producción o saber productivo está presidida por la técnica o el arte.
Trata sobre lo que puede ser de otra manera, es decir, lo contingente. La técnica es la única que tiene una utilidad para Aristóteles, es un “saber hacer” y requiere obrar con conocimiento de causa. El ser humano lo repite convirtiéndose en un experto. Además, la técnica es un modo de ser productivo acompañado de razón verdadera y es un concepto universal. La acción o saber ético está presidida por la virtud de la prudencia.
Al igual que el arte, la prudencia trata sobre lo que puede ser de otra manera, es decir, lo contingente. Va dirigida a la actividad humana y a la virtud (areté), implica hacer y saber, y consiste en deliberar rectamente sobre lo bueno y lo malo. Por último, podemos decir que es un modo de ser racional, verdadero y práctico.


3er Fragmento

Resumen

Este fragmento comienza en “La prudencia” y termina en “no”. Pertenece a La Ética a Nicómaco, de Aristóteles. En este texto, Aristóteles nos explica el concepto de prudencia. Para él, el hombre es capaz de deliberar sobre lo que es bueno y conveniente para sí mismo para vivir bien. También aclara que es imposible deliberar sobre lo necesario, porque es inmutable y no cambia, es y no puede no ser. Aristóteles considera que la prudencia tampoco puede ser ni ciencia ni arte; ciencia, porque hace referencia a lo cambiante de la vida; arte, porque el arte posee una función productiva y desarrolla la posibilidad de crear objetos. Por tanto, la prudencia es un modo de ser racional y práctico para deliberar acerca de lo que es bueno y malo para el hombre.


Nociones: “Prudencia y moderación”

Las nociones presentes en este fragmento son la prudencia y la moderación.

Las virtudes dianoéticas se desarrollan en el mundo intelectual y manifiestan la vertiente racional del ser humano. Su objeto son las cosas necesarias, o sea, aquello que no puede ser de otra manera. Aristóteles distingue tres tipos según las funciones de la inteligencia: la función contemplativa, práctica y productiva. El arte desarrolla la posibilidad de crear objetos; la prudencia, la posibilidad de idear objetos, de reflexionar sobre el bien y el mal en función de determinados comportamientos. Es, pues, una especie de sabiduría práctica con la que nos orientamos. La prudencia ayuda a saber elegir bien nuestros actos para dirigir correctamente nuestra vida. Utilizando la prudencia aclaramos el término medio de una acción, deliberando acerca de lo que es bueno y malo. Según Aristóteles, debemos ayudarnos de la prudencia para discernir en cualquier acción cuál sería el término medio en relación con nosotros, ya que este varía según sea la persona. Usando la razón, el hombre se hace bueno, pero debe ser una actividad constante, igual que el música logra su habilidad con la repetición. El hombre se hace bueno practicando la virtud, y el bien del hombre consiste en vivir durante toda la vida de acuerdo con las virtudes dianoéticas o intelectuales, que son la sabiduría y la prudencia. El hombre prudente es virtuoso porque sabe elegir el término medio entre los extremos, uno por exceso y otro por defecto.

Platón dice que para ser feliz hay que ser sabio. Sin embargo, Aristóteles dice que un hombre puede ser sabio, pero ello no favorece su felicidad. Puede conocer mucho, pero si sólo cultiva su entendimiento teórico no es bueno. El entendimiento práctico está en el saber ético, si es sabio mejor, pero basta con ser prudente. Es una condición indispensable, es la virtud que nos enseña a elegir el bien teniendo en cuenta el conjunto de nuestra vida.

Cuando nacemos somos potencia de ser, no sabemos nada y no somos nada, nacemos con un temperamento, una primera naturaleza, unos rasgos heredados. Pero luego, a medida que tomamos decisiones, vamos adquiriendo una segunda naturaleza, que es nuestro carácter. Construimos nuestra manera de ser y ahí tiene su lugar la virtud de la prudencia, haciendo sus opciones prudentemente. Pensamos: “¿qué debo hacer para el conjunto de mi vida?” Porque cuando nacemos tenemos un fin natural: la Felicidad. Combinamos medios y fines y respondemos: “a alcanzar la felicidad”. No caben más preguntas, el fin es igual y único y todos los hombres aspiran a ella.

La moderación será quedarse en el término medio, y no es una medida estándar, cada uno ejercita la suya, establece la suya. De acuerdo con esta reflexión elaboramos un proyecto de vida. De acuerdo a como obremos, viviremos.

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