La Restauración Borbónica y el Siglo XX en España: Política, Crisis y Arte


La Restauración Borbónica y el Siglo XX en España

1. La Época de la Restauración (1875-1902)

En 1875 se restauró la monarquía en España con Alfonso XII de Borbón (1875-1885), hijo de Isabel II.

1.1. El Funcionamiento del Sistema Político

El sistema político de la Restauración se basó en dos pilares: la Constitución de 1876 y el turnismo de partidos.

El turnismo o turno pacífico consistía en la alternancia en el poder del Partido Conservador, heredero de los moderados, liderado por Cánovas del Castillo y apoyado por las clases altas; y del Partido Liberal, heredero de los progresistas, dirigido por Práxedes Mateo Sagasta y sostenido por la burguesía y las clases medias urbanas. Cuando el gobierno se desgastaba, el rey encargaba formar nuevo gobierno al jefe de la oposición, que convocaba y amañaba las elecciones para obtener la victoria. Para ello, recurría a trampas electorales y a la manipulación de los votos: el pucherazo, consistente en guardar en un puchero papeletas electorales que se añadían o quitaban de la urna electoral según el resultado deseado; el voto de los <> o fallecidos, que se inscribían en la lista electoral; y el voto de los <caciques o personas de gran poder económico y social a nivel comarcal o local.

2. Oposición al Turnismo y Crisis del 98

2.1. La Oposición al Turnismo

Surgieron diversos partidos políticos como:

  • El partido republicano
  • El partido carlista
  • El Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
  • El nacionalismo catalán
  • El nacionalismo vasco
  • El nacionalismo gallego

2.2. La Crisis del 98

La pérdida de las últimas colonias españolas se inició con una insurrección en Cuba en 1895, el llamado grito de Baire; y otra en Filipinas en 1896. Estuvieron causadas por el descontento económico y la negativa española a concederles cierta autonomía. Los rebeldes contaron con el apoyo de Estados Unidos, que declaró la guerra a España tras la voladura del acorazado americano Maine en el puerto de La Habana en abril de 1898, al considerarla un sabotaje español. La guerra se desarrolló en el Pacífico (Filipinas) y en el Atlántico (Cuba y Puerto Rico). En los dos escenarios, las flotas españolas fueron destrozadas por los estadounidenses. España tuvo que firmar el Tratado de París en 1898, donde reconoció la independencia de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. La guerra ocasionó la muerte de 50000 combatientes y perjudicó a las exportaciones españolas. Además, provocó una honda crisis moral e ideológica y propició el nacimiento del regeneracionismo, un movimiento intelectual y político que pretendía acabar con la corrupción política y solucionar los graves problemas que padecía el país.

3. El Reinado de Alfonso XIII y la Dictadura de Primo de Rivera

3.1. El Reinado de Alfonso XIII (1902-1931)

El principal problema del periodo fue la guerra de Marruecos. El Tratado de Algeciras (1906) dividió Marruecos en dos protectorados: uno francés, al sur; y otro español; al norte. La ocupación española de su protectorado provocó una guerra con los habitantes del Rif que, en 1909, obligó a movilizar a los reservistas, en su mayoría padres de familia. Este hecho originó violentos disturbios en Barcelona, conocidos como la Semana Trágica. Su dura represión por el Gobierno conservador de Maura llevó a los liberales a romper su pacto de turno con él.

En el exterior, se produjo el Desastre de Annual en la guerra de Marruecos (1921), una derrota militar que causó 10000 muertos y provocó una enorme conmoción en la opinión pública. En esta situación, el general Primo de Rivera dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923 e impuso una dictadura con el apoyo del rey.

3.2. La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

En enero de 1930, Primo de Rivera dimitió, acuciado por la crisis económica de 1929, el incremento del paro y del movimiento obrero, los problemas nacionalistas, y el rechazo de muchos intelectuales. Alfonso XIII intentó entonces volver al sistema parlamentario con los gobiernos del general Dámaso Berenguer, primero, y del almirante Aznar, después. Pero el desprestigio del rey por su apoyo a la dictadura hizo que en las elecciones municipales de 1931 triunfasen los republicanos en las grandes ciudades. En estas circunstancias, el rey abandonó el país, y el 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República.

4. La Segunda República y el Frente Popular

El Frente Popular (febrero-junio 1936) El nuevo Gobierno, presidido primero por Manuel Azaña y después por Santiago Casares Quiroga, decretó una amnistía para los presos políticos de la revolución de 1934 y reanudó las reformas interrumpidas durante el Bienio Conservador; entre otras, la reforma agraria. Estas actuaciones ocasionaron una creciente radicalización política. En la izquierda, ganó peso el sector radical del PSOE. En la derecha, se fundó Falange Española, un partido ultraderechista creado por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador, que quería implantar un régimen fascista. La violencia política del momento se manifestó en la llamada Primavera Trágica de 1936, una oleada de atentados y choques callejeros entre militantes falangistas, comunistas y anarquistas. Por su parte, los sectores más conservadores del Ejército, que desde la victoria del Frente Popular conspiraban contra el Gobierno, decidieron acabar con la República mediante un golpe de Estado dirigido por el general Emilio Mola. El asesinato en Madrid de José Calvo Sotelo, el 13 de julio de 1936, proporcionó el pretexto para la insurrección militar.

5. El Arte Modernista y las Vanguardias

5.1. La Arquitectura Modernista

La arquitectura modernista se desarrolló entre finales del siglo XIX y principios del XX. Su principal representante fue Antoni Gaudí, que realizó edificios de formas ondulantes, decorados con motivos inspirados en la naturaleza, como rocas, formas vegetales y animales. Sus obras más conocidas son las Casas Batlló y Milá, el Parque Güell y la iglesia de la Sagrada Familia, todas ellas en Barcelona.

5.2. Salvador Dalí y Joan Miró

Salvador Dalí (1904-1989) realizó siempre cuadros figurativos caracterizados por un magnífico dibujo. Su originalidad reside en la temática, inspirada en el mundo de los sueños y en el subconsciente. Para la ejecución de sus obras seguía el llamado método paranoico- crítico, consistente en plasmar imágenes y asociaciones entre ellas creadas por la mente en un estado de paranoia o delirio.

Joan Miró (1893-1983) realizó obras que parten de la fantasía, lo irracional y el mundo del sueño. A menudo, contienen elementos humorísticos, imágenes distorsionadas, formas orgánicas retorcidas, elementos de la naturaleza como el sol o la luna, o extrañas construcciones geométricas. Las composiciones se organizan sobre fondos planos de color y están pintadas con tonos brillantes. No fue nunca un surrealista ortodoxo y, a partir de 1940, abandonó esta corriente pictórica para desarrollar un estilo propio.

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