La Revolución Industrial y sus consecuencias: análisis socioeconómico


1. LOS FACTORES REVOLUCIONARIOS

La revolución industrial tiene su plataforma de despegue en la segunda mitad del siglo XVIII en la Europa noroccidental, siendo el país pionero Gran Bretaña debido a una confluencia de circunstancias: la revolución agrícola, los cambios tecnológicos, el mercado colonial y su estructura social y política entre otras.

1.1 La revolución agrícola

Será Gran Bretaña la pionera en la revolución agrícola gracias a diversos factores. Primero, una legislación vanguardista (Enclousure Acts) que permitió que casi toda la tierra se parcelase (privatizar) y cayera en manos de un pequeño grupo de terratenientes con mentalidad comercial. Los nuevos propietarios eliminaron la estructura feudal de la propiedad en busca de mayores beneficios, y esto dio paso a la revolución agrícola.

En segundo lugar, se mejoró el rendimiento de los cultivos por medio de la modernización de métodos y técnicas:

  • La sustitución de la tradicional rotación trienal por el sistema Norfolk, donde se suprimía completamente el barbecho por medio de la alternancia de cosechas de cereales y leguminosas que no agotaban la tierra.
  • El empleo de abonos importados.
  • La mecanización del campo (sembradora (Jethro Tull).

De esta manera la agricultura ya estaba preparada para cumplir sus tres funciones fundamentales en una era de industrialización:

  • Aumentar la producción y la productividad para alimentar a una población no agraria en rápido aumento.
  • Liberar mano de obra agrícola para trabajar en las nacientes industrias de las ciudades.
  • Acumular capital que para invertirlo en los sectores más modernos de la economía.

A lo largo de todo el siglo XIX el peso de la agricultura en la vida económica de los países industrializados se reducirá, aportando un porcentaje cada vez más bajo a la renta nacional.

1.2 Crecimiento demográfico

El ciclo demográfico moderno se caracteriza por el crecimiento de la población debido al descenso de la mortalidad, especialmente la catastrófica y la infantil, además del aumento de la natalidad y de la esperanza de vida.

Este cambio en las tasas demográficas es gracias a la combinación de diversos factores. Primero, las mejoras agrícolas, que permiten alimentar a una población en crecimiento y mitigan las hambrunas. También se da una mayor variedad dietética por la llegada de productos americanos como la patata.

Un segundo factor fueron los progresos en medicina e higiene gracias a la expansión de vacunas, cuyo ejemplo más representativo es la inventada por Jenner contra la viruela; también la construcción de alcantarillado; la depuración de aguas o el alejamiento de los cementerios de los centros urbanos.

Aunque en el siglo XVIII la tendencia demográfica en Europa pasa a ser expansiva se dan diferencias regionales tanto en la intensidad como en el tiempo: el crecimiento es mayor en el norte y noroeste de Europa, pero menor en el centro, este y sur que no se incorporarán plenamente al ciclo demográfico moderno hasta bien entrado el siglo XIX.

La revolución demográfica tendrá unos efectos económicos muy importantes para el proceso de industrialización:

  • La disponibilidad de mano de obra para la naciente industria.
  • El aumento del consumo, lo que incide directamente en el crecimiento industrial.
  • La emigración interior, desde el mundo rural hacia las ciudades, y cuya consecuencia será el crecimiento urbano. Surgen por todas partes grandes ciudades tanto en Europa como fuera de ella. En pocos años la población urbana superará en número a la población rural.

Este rápido crecimiento transforma radicalmente la estructura de las ciudades. Se eliminan las murallas medievales y se crean los ensanches donde surgen barrios con excelentes servicios donde se traslada a vivir la burguesía. Al mismo tiempo aparecen nuevos barrios alrededor de las fábricas donde viven los obreros. Éstos, hacinados en pequeñas casas insalubres, apenas disponen de servicios básicos como alcantarillado, luz, agua o transportes.

1.3 La acumulación de capital

El excedente de capital necesario que desencadenará la revolución industrial en Inglaterra tiene su mayor aportación en el comercio colonial, vinculado principalmente al comercio de prendas de algodón.

Alrededor de este comercio se desarrollará la moderna industria algodonera. Las compañías de comercio marítimo inglesas (Compañía de Indias Oriental y Occidental), consiguieron casi monopolizar el mercado asiático y americano. En estos mercados coloniales los ingleses compraban la materia prima necesaria para los talleres ingleses y después vendían los productos textiles manufacturados en las propias colonias. El enorme capital acumulado será reinvertido en la mejora de infraestructuras (canales, carreteras, ferrocarril…) y en nuevos sectores industriales como la siderurgia.

1.4 Condicionantes financieros

El gobierno inglés se preocupará, junto con otros países que también vivirán la revolución industrial, de desarrollar una legislación que organice el sistema financiero y bancario.

Los bancos evolucionan durante la primera mitad del siglo XIX, de ser empresas individuales, a transformarse en sociedades bancarias por acciones. Los Bancos se convierten progresivamente en participantes muy activos de la vida económica de todas las sociedades industriales gracias a la práctica del crédito, que es una forma de inversión. Por lo tanto, a lo largo del siglo se dará un fenómeno cada vez más intenso de concentración bancaria e industrial que permite abarcar las cada vez mayores inversiones económicas que requieren las industrias.

Para canalizar el capital de los bancos y de los particulares hacia las empresas se crea la bolsa de valores, donde las grandes sociedades anónimas vendían participaciones (acciones) como forma de obtener capital. Al final del año, los beneficios obtenidos eran repartidos proporcionalmente entre los accionistas a razón del número de acciones que hubiesen comprado. La Bolsa de Londres se convertirá en el principal centro financiero del mundo.

También surgen los bancos nacionales, cuyo objetivo es regular la circulación de la moneda, cuya disponibilidad es necesaria para el funcionamiento de las actividades económicas. La moneda metálica, en piezas de oro, plata y cobre, constituía la base de la masa monetaria durante el siglo XIX. Pero aunque el oro sigue circulando como base del mercado mundial, desde mediados de siglo se produce un continuo crecimiento de la moneda fiduciaria o papel-moneda, que es emitida por los Bancos nacionales autorizados por el Estado, con el respaldo del metal precioso que atesoran, por lo tanto, es necesario mantener la relación entre reserva metálica y circulación fiduciaria para conservar el valor de las monedas y la confianza económica.

El Banco de Inglaterra emite billetes desde 1694, el Banco de Francia desde 1800, el Banco de Rusia desde 1817 y el Banco Real de Berlín desde 1847. Al final de siglo, la moneda fiduciaria se ha impuesto en la circulación monetaria a la moneda metálica.

1.5 Las innovaciones técnicas

A mitad del siglo XVIII, el acercamiento entre ciencia y tecnología tendrá como resultado la aparición de la ingeniería mecánica, imprescindible para el desarrollo del maquinismo, base de la revolución industrial. Importantes centros de ingeniería mecánica serán las universidades de Glasgow o Edimburgo.

De entre todas las innovaciones técnicas, la más importante será la máquina de vapor. Los intentos de domesticar el vapor para producir movimientos mecánicos provienen del siglo XVIII, pero el paso decisivo lo dio James Watt, un fabricante de instrumentos de física, de una familia de acomodados empresarios escoceses, que 1769 patenta una máquina donde el vapor, por medio de un condensador, un pistón y una rueda de transmisión, consigue transformar el movimiento alternativo y rectilíneo en otro continuo y circular. Este es considerado el primer motor de la historia.

En 1800 había 110 máquinas de vapor funcionado en Inglaterra, aplicadas no sólo a la minería, sino a los telares, los martinetes, los aperos agrícolas, la acuñación de moneda, la imprenta… Por lo tanto, la aplicación del vapor impulsó la industria, la minería y los transportes. Las fábricas dejaron de localizarse obligatoriamente a orillas de los ríos, apegadas a la energía hidráulica, llevándose a regiones más pobladas o mejor comunicadas, dando lugar al nacimiento de las grandes ciudades industriales.

1.6 Los sectores de producción en la Revolución Industrial Inglesa

  • La industria textil. Los astronómicos beneficios que reportaba el monopolio mercantil colonial a los comerciantes ingleses fueron reinvirtiéndose en mejorar la industria algodonera con el objeto de mejorar la calidad y bajar el coste de producción y así, obtener mayores beneficios.

La consecuencia inmediata fue que la elaboración de prendas de algodón se extendió por medio del sistema de producción doméstico (putting-aut system). Este sistema consistía en que los campesinos con tiempo libre en la estación muerta, elaboraban en sus casas el material textil bruto que les aportaba un comerciante. Una vez tejido el paño el comerciante lo recogía y lo terminaba de elaborar y lo comercializaba.

Estos comerciantes enriquecidos serán los futuros empresarios que darán el salto del sistema doméstico de producción al sistema fabril, donde la mecanización evolucionará rápidamente.

La prenda de algodón implica tres procesos: hilar, tejer y teñir. La relación directa entre hilar y tejer será lo que facilite su rápida mecanización, ya que cualquier avance en una de estas dos fases del proceso fuerza el desarrollo de la otra (si se hila a gran velocidad se tiene que tejer a gran velocidad). Los dos procesos se forzaron mutuamente y permitieron el desarrollo tecnológico.

La lanzadera volante Kay para tejer provocó un desfase con el proceso de hilado, y esto a su vez, motivo el desarrollo tecnológico del hilado con la Spinning Jenny, lo que produjo de nuevo una descompensación. Los dos procesos no se equilibrarán hasta 1784 gracias al telar mecánico Edmund Cartwright, al que se incorporó la máquina de vapor, entrando en una fase de producción masiva de hilado y tejido.

  • La industria siderúrgica.

Hasta finales del siglo XVIII, se había utilizado como fuente de energía el carbón de leña y como fuerza motriz el agua de los ríos. A partir de esta fecha, y gracias a los avances tecnológicos que se producirán en este sector, se acudirá al carbón mineral como fuente de energía, tanto para fines domésticos, como industriales.

El maestro herrero Abraham Darby consigue fundir mineral de hierro gracias a la ayuda del carbón transformado en coque (combustible necesario para que el horno siderúrgico alcance la suficiente temperatura para fundir el hierro).

Este adelanto permitirá sustituir el carbón vegetal por el mineral. La localización de los hornos siderúrgicos se aleja de los bosques y se acerca a las minas de carbón o a las ciudades, donde se puede transportar fácilmente gracias al ferrocarril.

El siguiente avance importante lo aportará el empresario siderúrgico Henry Cort, que inventó el pudddlage system. Por medio de este sistema de descarburación se obtiene un hierro puro y maleable. Otros avances estarán relacionados con el perfeccionamiento del martillo pilón, las laminadoras Cort, las pulimentadoras y perforadoras de Wlikinson, el torno metálico de Mandsley

El problema de la industria siderúrgica, a diferencia de la textil, es que no elabora un producto de consumo directo, además de necesitar una inversión de capital muy elevada, lo que provoca que hasta los años treinta no sufra un desarrollo considerable. A lo largo del siglo XIX, la producción de carbón, hierro y acero se multiplicará rápidamente al compás del crecimiento del resto de la industria.

  • El progreso en el sector de los transportes.

Los avances técnicos van a permitir la transformación de los medios de transporte, tanto marítimos como terrestres. Destacan la aparición del ferrocarril y del barco de vapor:

a. Ferrocarril.

Su origen está en las minas del norte de Inglaterra donde el carbón era transportado en vagonetas que se desplazaban sobre raíles. La aparición de la máquina de vapor ideada por Watt, permitió a Stephenson crear una maquina móvil que impulsará las vagonetas, la locomotora.

El coste de los transportes por tierra de mercancías voluminosas era tan alto, que resultaba fácil convencer a los propietarios de minas carboníferas, de que la utilización de este medio de transporte sería enormemente ventajosa para ellos. Así empiezan a construirse las primeras líneas férreas, primero entre las minas y los centros de producción industrial localizados en las ciudades, o entre las ciudades y los puertos. La primera línea férrea de larga distancias será entre Liverpool y Manchester en 1829. Rápidamente se generaliza por todos los países avanzados.

La importancia del ferrocarril no sólo esta es que es un medio de transporte que consigue integrar el mercado, sino también en la inmensa demanda de hierro, acero, carbón y maquinaria pesada que estimula el crecimiento de otras ramas industriales.

b. El barco de vapor.

Será el norteamericano Robert Fulton el primero en aplicar la máquina de vapor a los barcos que navegaban por los ríos estadounidenses. Posteriormente, la introducción de la hélice facilitó la navegación marítima.

Paralelamente, se fueron realizando obras de adaptación en los puertos y se construyeron grandes infraestructuras que mejoraron la navegación y acortaron distancias. Entre ellas destacó el canal de Suez (1869), que redujo las distancias entre Europa y la India.

1.7 El sistema de factoría

El sistema de factoría es uno de los elementos que define la industrialización. En una primera fase de la industrialización las fábricas son empresas familiares cuentan con poco capital, las instalaciones son pequeñas y el número de obreros reducido. Pero a medida que avanza el siglo, las pequeñas empresas familiares se van trasformando en grandes empresas en forma de sociedades anónimas o limitadas. En ellas se aplican avances técnicos como la máquina de vapor, aumenta el número de trabajadores y las instalaciones son cada vez mayores y más complejas. Además, es sistema de factoría tiende a la concentración geográfica, por lo que aparecen las primeras ciudades industriales como Liverpool, Manchester…

GRAN BRETAÑA, TALLER DEL MUNDO

A mediados del siglo XIX, Gran Bretaña, gracias a la conjunción de factores estudiados en el apartado anterior, se ha convertido en el taller del mundo. Sus fábricas funcionaban con más de 1 millón de caballos de vapor, producía 50 millones de toneladas de carbón, y la mitad de la producción mundial de hierro y algodón. Su red de ferrocarril superaba los 10.000 km, y su volumen comercial superaba los 60 millones de libras esterlinas; además era el principal inversor de capital a nivel internacional.

A Gran Bretaña le seguirán los pasos países como Bélgica, Alemania o Francia, junto con otros focos aislados dispersos por todo el continente europeo.

LA SOCIEDAD DE CLASES

Una de las características más importantes de la sociedad del siglo XIX fue su constante transformación vinculado a dos procesos históricos, las revoluciones liberales y la revolución industrial. Estos dos elementos permitieron el transito gradual de la sociedad estamental del Antiguo Régimen, que distinguía entre estamentos privilegiados y no privilegiados, a la sociedad de clases, donde las diferencias sociales venían marcadas no por la desigualdad jurídica, sino por la posición económica, es decir, los propietarios de bienes (burguesía capitalista), frente a los que solo poseen su fuerza de trabajo (proletarios).

1.1 La Burguesía

Durante la Edad Media burgués era el habitante de una ciudad o burgo. A comienzo de la Edad Contemporánea la burguesía está vinculada a las doctrinas políticas y económicas del liberalismo y a valores morales y sociales, como son el valor del esfuerzo en el trabajo, la familia…Pero la burguesía tampoco será una clase social homogénea y podemos distinguir diferentes grupos:

  • La alta burguesía, que controla los grandes negocios relacionados con la industria, las finanzas y la agricultura, y que tendrán una fuerte influencia en sus respectivos países conforme se vaya imponiendo el sistema político liberal.
  • La baja burguesía o clases medias, que son pequeños comerciantes, artesanos, funcionarios, intelectuales, médicos, abogados…

1.2 Las clases trabajadoras

a. Los campesinos.

A pesar de la industrialización y del éxodo rural hacia las ciudades o hacia América, la Europa del siglo XIX continuó siendo en gran medida un continente de campesinos. La situación del campesinado europeo era muy diversa. En Occidente el campesino era libre, y en muchos casos propietarios de la tierra que trabajaba. En cambio, en Europa oriental no se abolió la servidumbre hasta mediados del siglo XIX (1848 en el Imperio Austriaco y 1861 en el Imperio Ruso).

b. El proletariado.

La revolución industrial provocó el éxodo masivo de campesinos hacia las grandes industrias (textil, siderúrgica o minera) lo que dio lugar al nacimiento de una nueva clase social, el proletariado, compuesto tanto por adultos como por niños que sufrían unas condiciones laborales precarias: no tenían ningún tipo de protección social, por lo cual, un accidente o una enfermedad podían conducir a la miseria al obrero; las jornadas laborales eran muy largas, alcanzando en algunos casos hasta quince horas, y los salarios eran muy bajos lo que les llevaba a unas condiciones casi de subsistencia.

2. DOCTRINAS SOCIALES

Los desajustes sociales y económicos que sufre el proletariado provocarán una gradual reacción frente al modelo de sociedad liberal. Primero surgirán movimientos preindustriales espontáneos de artesanos y agricultores que rechazan su proletarización, destacan el ludismo o la Revuelta del Capitán Swing; posteriormente, vendrán las propuestas del socialismo utópico, el anarquismo y el socialismo marxista o científico, éste último será el que consiga crear en el proletariado una conciencia de clase.

2.1. LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES OBRERAS

a. El Ludismo y la Revuelta del Capitán Swing.

Son manifestaciones de trabajadores ingleses, tanto agrícolas como artesanos textiles, durante las décadas de 1810-1830, que protestan por la pérdida de puestos de trabajo y la reducción de poder de los gremios por causa de los efectos del maquinismo (introducción de máquinas en la producción artesanal y agrícola). Ambas son manifestaciones intermedias entre la revuelta rural de tradición medieval y la acción colectiva propia de la sociedad industrial.

El movimiento ludita. El nombre lo toma del supuesto tejedor Ned Ludd, que destruyó su propio telar ante la impotencia de no poder competir con la moderna industria textil. El ludismo surgió en Inglaterra como una primera respuesta violenta a las crecientes tasas de desempleo entre los tejedores artesanales que tenían que cerrar sus pequeños talleres al no poder competir con la moderna industria textil. Estos artesanos percibieron los nuevos telares mecánicos, capaces de realizar el trabajo de varios hombres, como un peligro para su trabajo, y su reacción fue destruirlos.

La Revuelta del Capitán Swing es la reacción de los agricultores ingleses ante las transformaciones agrícolas como la introducción de máquinas en el campo o la política de cercamientos, que conllevaba la pérdida de sus puestos de trabajo y su proletarización. Los seguidores del capitán Swing destruyeron gran número de trilladoras introducidas en la agricultura inglesa.

b. El Cartismo.

El cartismo es el único ejemplo de acción colectiva de la clase obrera antes de 1848 que conseguirá organizar a los obreros ingleses independientemente de sus oficios, es decir, como clase social. El cartismo será un movimiento de reivindicación política protagonizado conjuntamente, tanto por obreros como por la burguesía. Toma su nombre de la Carta al Pueblo (1838), documento dirigido al Parlamento británico en el que se pedía una mayor democratización de la vida política: sufragio universal secreto, renovación periódica del parlamento, sueldo para los parlamentarios, supresión del certificado de propiedad para ser parlamentario; junto con reformas sociales para los mejorar la vida de los obreros: salarios mínimos, jornada de trabajo de ocho horas.

La novedad del cartismo estaba en que aspiraba a reformar la situación de la clase obrera mediante la vía electoral y parlamentaria, y aunque no logró que el Parlamento aprobara sus peticiones, si aportó experiencia a los movimientos obreros posteriores al vincular estrechamente la acción de los trabajadores con objetivos políticos generales.

c. El Socialismo Utópico.

Durante la primera mitad del siglo XIX las primeras teorías socialistas se propusieron llamar la atención sobre los efectos de miseria y pobreza que el capitalismo tenía sobre los trabajadores. Es la época de los socialistas utópicos se imaginaban soluciones ideales para remediar esta situación sin entrar en las causas profundas Sus propuestas se centraban en la defensa de acciones filantrópicas y caritativas.

Robert Owen (1771-1858) era un joven empresario inglés que protesta contra los desajustes que produce la industrialización y adopta un papel filantrópico en su propia empresa mejorando los salarios, reduciendo la jornada laboral y aplicando medidas sociales como la creación de viviendas, escuelas y fondos económicos asistenciales.

Para Owen también era necesario que el Estado interviniese en materia económica y social por medio de reformas legislativas que mejoraran la vida del obrero.

Owen evoluciono hacia propuestas más utópicas donde rechazaba el proceso de industrialización y defendía la vuelta a una economía agrícola y artesanal llevada a cabo por comunidades donde no existiría la propiedad privada (Nueva Armonía en Indiana).

Charles Fourier (1772-1837) francés que propone como alternativa a la sociedad capitalista una sociedad ideal formada por pequeñas comunidades de hombres y mujeres a las que denominó falansterios, basados en una economía agrícola y artesanal, y donde planifica hasta el último detalle en cuanto al número de individuos, la arquitectura, la creación de guarderías… Aunque algunos falansterios llegaron a funcionar en diferentes países todos ellos terminaron fracasando.

Saint-Simon (1760-1825) no estará en contra del proceso de industrialización, aunque sí criticará duramente los desajustes sociales que produce, por ello se le incluye entre los utópicos.

Saint-Simon elaborará la doctrina de la producción donde distingue dentro de la sociedad entre Ociosos (nobles, clérigos, militares, burocracia) que no aportan nada a la sociedad y Productores (banqueros, industriales, pequeños artesanos y agricultores, obreros…) que son beneficiosos para la sociedad. Saint-Simon estará a favor de un gobierno de tecnócratas (técnicos, científicos, financieros) cuyo objeto es dirigir a Francia hacia la industrialización.

Otros socialistas utópicos aportaran nuevos conceptos que serán recogidos por el movimiento obrero posteriormente. Blank, aportara el concepto del Estado del Bienestar: el Estado debe garantizar el trabajo y su retribución (el derecho al trabajo).

Cavet, habla de sociedad comunista, basada en la democracia y en la igualdad; y Blanqui, será un revolucionario profesional, que defiende que la transformación social sólo puede llegar a través una revolución dirigida por un grupo de conspiradores reducido que establezca la dictadura del proletariado. Los dos últimos se les consideran comunistas primitivos.

2.2 EL MARXISMO O SOCIALISMO CIENTÍFICO

El marxismo es la ideología elaborada por Karl Marx (1818-1883) y Freiederich Engels (1820-1895) a partir de la década de 1840, y supone un avance decisivo en el pensamiento socialista al querer argumentar científicamente las causas de los problemas derivados del capitalismo.

El objetivo de Marx es descubrir las leyes que rigen las historia desde una nueva concepción de ésta, el materialismo histórico. Para Marx la historia es la sucesión a lo largo del tiempo de diferentes modos de producción: esclavista, feudal, capitalista. Cada modo de producción esta compuesto de unas fuerzas productivas: medios de producción (tierras, fabricas…), mano de obra (trabajadores), materias primas… y unas relaciones sociales de producción, que se basan en la relación existente entre dos clases sociales: los poseedores de los medios de producción y los desposeídos. Todos estos elementos forman la INFRAESTRURA de una sociedad. El sistema jurídico-político propio de cada infraestructura esta diseñado a favor de las clase poseedora o dominante y se denomina SUPERESTRUCTURA.

Cuando una sociedad se desarrolla plenamente se genera en su interior nuevas fuerzas productivas que no son propias de esa sociedad y que chocan con la superestructura creándose una fuerte contradicción, es lo que Marx denomina la lucha de clases.

Cuando la contradicción es máxima, se dan las condiciones para que se produzca una revolución y se pase a una nueva sociedad o modo de producción. Por lo tanto, para Marx, el motor de la historia es la lucha de clases entre poseedores y desposeídos.

El Manifiesto Comunista escrito por Marx y Engels en 1848, tendrá como objetivo que el proletariado tome conciencia de clase y emprenda un proceso revolucionario que elimine a la burguesía capitalista que los explota: los proletarios no tienen nada que perder más que sus cadenas, tienen en cambio un mundo por ganar. ¡Proletarios de todos los países uníos!.

Para Marx la revolución que tiene que llevar a cabo el proletariado, tiene que ser una revolución dirigida por el Partido Comunista (la vanguardia de los trabajadores); se tiene que dar a nivel internacional para que tenga éxito; y tiene que ser una revolución social, que a diferencia de anteriores revoluciones políticas, haga desaparecer las diferencias de clase y la propiedad privada. El proletariado, ante la resistencia de la burguesía de ser despojada de su poder, tendrá que utilizar la violencia estableciendo la dictadura del proletariado. El resultado final del proceso revolucionario será una nueva sociedad, la sociedad comunista, donde ya no habrá ni poseedores ni desposeídos, es decir, ni opresores ni oprimidos.

El Capital, publicado en 1867, será el libro elaborado por Marx donde explica el funcionamiento del sistema capitalista y la causa de la miseria de los trabajadores.

Para Marx el sistema económico precapitalista es un sistema de reproducción simple de mercancías, es decir, se elabora una mercancía para obtener dinero y con éste se elabora otra mercancía (M-D-M). Sin embargo en el sistema capitalista se parte del dinero para obtener mercancías con las que obtener más dinero (D1-M-D2). A partir de aquí Marx establece las leyes que rige el sistema capitalista:

  • Es un sistema expansionista: D1-M-D2-M-D3…
  • Se producirán crisis cíclicas del capitalismo provocadas por una superproducción que llevará a una depresión de la economía.
  • Se da una tendencia a la concentración de capital para hacer frente a las constantes innovaciones tecnológicas.
  • Se dará un empobrecimiento progresivo de la clase obrera.

Para explicar el empobrecimiento de la clase obrera Marx elabora la Teoría de la Plusvalía. En la sociedad capitalista el trabajador es una mercancía más que vende su fuerza de trabajo al capitalista (empresario) a cambio de un salario. Durante la jornada laboral, un trabajador elabora una determinada cantidad de producto, pero los propietarios de la empresa no le pagan por todo el trabajo que realiza, sino sólo la cantidad que necesita para la mera subsistencia. Se produce entonces un plus de valor la plusvalía, que es la diferencia que se apropia el capitalista entre el salario del trabajador y el precio completo del producto. Por lo tanto la plusvalía explica el proceso de acumulación de capital, que para Marx esta basado en la explotación y miseria del obrero.

2.3 EL ANARQUISMO

El anarquismo es un término que utiliza por primera vez Proudhon en 1840 y aunque no alude a un cuerpo doctrinal único, si se pueden establecer unas características generales:

  • Por naturaleza el hombre es bueno, libre y social.
  • Creen en la capacidad del individuo para lograr su libertad y una relación igualitaria con los hombres.
  • Rechaza cualquier tipo de organización rígida o jerárquica, el Estado, la Iglesia, el ejército…
  • Al igual que los marxistas, critican el sistema burgués capitalista por ser un sistema que explota los obreros, por lo tanto, están en contra de la propiedad privada, del proceso de industrialización, y de la participación de los obreros en la reivindicación política por medio de la creación de partidos o participación en las elecciones. Para ellos la huelga general, junto con algunas acciones terroristas, será el medio para lograr hundir el Estado burgués.

Los autores más representativos del anarquismo son:

  • Joseph Proudhon, (1809-1865). Se le considera el padre del anarquismo, siendo el primero en expresar claramente su rechazo a cualquier estructura jerárquica de gobierno que oprima al individuo. Concibe que en la sociedad futura el Estado deba desaparecer y ser sustituido por nuevas formas de organización basadas en pequeñas unidades agrícolas y artesanales, que se asocian o que se federan libremente. Entre sus obras destaca ¿Qué es la propiedad? (1840), donde critica la propiedad privada.
  • Mijail Bakunin (1814-1876). Nacido en el seno de una familia aristocrática rusa fue desterrado por sus ideas a Siberia. Se escapó de allí y se exilió en Suiza. Llegando a ser el principal representante del anarquismo europeo. Sus diferencias con Marx fueron tan profundas que sus enfrentamientos condujeron a la crisis de la Iª Internacional. Bakunin no creía en la organización de partidos fuertemente jerarquizados y si en una mayor autonomía de las bases; era enemigo de la acción política del sistema liberal, se oponía a cualquier tipo de Estado y era contrario también a la dictadura del proletariado. Bakunin pensaba que el proceso revolucionario debía estar protagonizado por los campesinos, frente al protagonismo exclusivo de los obreros industriales propuesto por Marx.
  • Kropotkin pensaba que los seres vivos tienen una tendencia mayor hacia la cooperación que hacia el enfrentamiento: Defendía una sociedad sin Estado, en la que todos desempeñarían trabajos manuales e intelectuales, y en la que cada uno vería cubiertas todas sus necesidades. Kropotkin hizo hincapié en la educación como motor de la transformación social, pero no condenó el uso de la violencia.

El anarquismo extendió su influencia por toda Europa, pero especialmente en países donde la agricultura seguía teniendo un importante peso en la economía, tales como Rusia, Italia o España (Andalucía y Cataluña).

3. LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES (AIT)

a. La Primera Internacional

La idea de crear un movimiento obrero internacional tenía una larga tradición, que se remonta a la Revolución Francesa. Pero la primera organización que materializó esta idea fue la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), fundada en Londres en 1864, fruto del intenso contacto establecido entre obreros franceses e ingleses desde principios de la década de 1860.

En la fundación de la AIT participaron tendencias muy diferentes: seguidores de Proudhon, cartistas, owenistas, tradeunionistas y comunistas alemanes. El papel más decisivo le correspondió a K. Marx, que redactó el manifiesto fundacional y los Estatutos, en los que se insistía en el carácter central que para la clase obrera tenía la conquista del poder político como medio para lograr su emancipación económica y social.

La AIT se organizó en federaciones nacionales que actuaban a modo de secciones en cada país. Un consejo general, que era elegido en los congresos anuales de la organización, coordinaría la actividad de la Internacional. Los países en los que la AIT gozó de mayor implantación fueron Francia, Bélgica, España e Italia.

La evolución de la Primera Internacional estuvo plagada de problemas internos, entre los que destacó el enfrentamiento ideológico entre los marxistas y anarquistas en cuanto a la estrategia revolucionaria. Esto, junto con la derrota de la Comuna de París de 1871,

(gobierno obrero revolucionario establecido tras la derrota de francesa frente a Alemania en Sedán), y la represión que en la mayoría de los países europeos se desató sobre las organizaciones obreras, acabaron por debilitar al movimiento internacionalista en Europa.

b. La Segunda Internacional

Fue fundada en 1889 en París convirtiéndose en la gran organización obrera mundial, a pesar de que no integraba a los anarquistas, que fueron violentamente expulsados en los congresos de Zúrich (1893) y Londres (1898).

El partido más influyente fue el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), que estableció la orientación doctrinal de la Internacional: sufragio universal extendido a las mujeres, sanidad y educación públicas, jornadas laborales de ocho horas, prohibición del trabajo infantil, mejoras salariales, seguros sociales….También se denunciaba el colonialismo como una forma más de explotación capitalista o el rechazo a la guerra, que consideraban como un producto del enfrentamiento entre los Estados capitalistas. En la segunda internacional se establecieron símbolos del movimiento obrero como la celebración del 1º de Mayo, como Día de los Trabajadores o el himno de la Internacional.


Pero tampoco esta Segunda Internacional estuvo libre de debates ideológicos internos, principalmente planteados por la tendencia revisionista, que tiene en alemán Bernstein su principal exponente. Éste apostaba por la vía parlamentaria para llegar de manera gradual al socialismo, lo que suponía establecer alianzas del socialismo con partidos no obreros. Sus propuestas fueron abiertamente rechazadas por los que defendían la vía revolucionaria para imponer el socialismo.
Entre los años 1914 y 1917 la Segunda Internacional quedo liquidada por dos sucesos históricos, la Primera Guerra Mundial, que provocó que en los diferentes partidos socialistas europeos tuviera más peso el sentimiento nacionalista que el ideal marxista. La euforia patriótica les llevó a ponerse al lado de los respectivos gobiernos en lo que se llamó la unión sagrada de socialistas y burgueses frente al enemigo de la nación. Por otro lado, la Revolución Rusa que triunfa en 1917 presentaba la alternativa comunista por medio de la revolución bolchevique, y convocaba a todos los partidos comunistas de los diferentes países en la Tercera Internacional o Internacional comunista.

4. EL CATOLICISMO SOCIAL.
La reacción de la iglesia ante las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales que se están dando en el siglo XIX vinculadas al liberalismo (individualismo, laicismo, libertad de conciencia…) es de rechazo y de condena, ya que suponían una perdida de la tutela social y cultural que había ejercido la religión durante siglos sobre la población europea.
A finales del siglo XIX con el ascenso al pontificado del papa León XIII, y su encíclica Rerum novarum (1891) la Iglesia católica comenzó a desarrollar una doctrina social propia, consistente en una intervención mas activa del clero en los problemas de obreros y campesinos, creando asociaciones obreras católicas y pidiendo la intervención del Estado en una legislación social más eficaz, al tiempo que se criticaba alternativas como el marxismo y el anarquismo.
Por tanto, aunque la condena del mundo moderno se mantuvo, la Iglesia católica se esforzó por una mejor adaptación al mismo. El final del proceso fue la fundación de los partidos políticos democristianos, que surgen con fuerza en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.

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