La Victoria Electoral Republicana y la Proclamación de la II República
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, convocadas por el jefe del gobierno, Aznar, dieron la victoria a los republicanos. Este vuelco político se debió al sistema caciquil de la Era de la Restauración, que había llegado a un límite insostenible. Por primera vez, un gobierno era derrotado en las elecciones.
En las zonas urbanas, donde existía una opinión pública más formada, se votó en contra de la monarquía, que a nivel local solo estaba representada por los caciques. En el medio rural, donde el voto no se había extendido, se aceptó de manera pasiva el cambio de régimen.
España había madurado y se había producido un cambio de comportamiento político. Ante estos acontecimientos, Alfonso XIII decidió suspender el ejercicio de la potestad real y abandonar el país. La caída de la monarquía se veía como un paso necesario en el camino hacia la modernización, ya que sus miembros se consideraban un estorbo para el progreso. Sin embargo, excluir la monarquía no significaba necesariamente el fin de los problemas.
El entusiasmo inicial de la sociedad española con la llegada de la República fue efímero. Pronto se creó un clima de inquietud y violencia que llevó a España a los «trágicos años 30».
Las causas de esta inestabilidad fueron:
- El impacto de la crisis económica mundial, que dificultó la labor del gobierno republicano.
- La influencia de la crisis en las tensiones sociales, sobre todo en la situación de las clases proletarias.
- La brusquedad de la transformación política.
No se podía pretender una estabilidad inmediata tras un cambio radical de régimen. Un sistema republicano, similar a una democracia, requiere un nivel cultural suficiente y la ausencia de una fuerte tensión social, aspectos que no se daban en la España de los años treinta.
El Gobierno Provisional
El gobierno provisional de la Segunda República, como todos los gobiernos, supuso un relevo en la clase dirigente del país. Formado el 14 de abril de 1931, estaba compuesto por grupos con ideologías y puntos de vista diversos.
1. Los Conservadores
- Dos políticos provenientes de la monarquía: Miguel Maura y Niceto Alcalá Zamora (del sector más conservador de la Derecha Liberal Republicana). Zamora era un político a la vieja usanza y su discurso pertenecía a un periodo pasado.
- Miguel Maura, buen orador y escritor, era inconstante en sus ideas y las expresaba de forma irreflexiva. El partido que lideraban estos dos políticos, formado por antiguos caciques, no era un partido moderno con una base social precisa ni una ideología política clara. Esto explica el fracaso de su opción política.
2. Los Partidos Republicanos
2.1. Acción Republicana
Era el partido más competente y capaz de los republicanos. Su líder, Manuel Azaña, llegó a ser presidente y se convirtió en uno de los políticos más importantes del siglo XX. Azaña era un intelectual con gran capacidad para gobernar y elaborar un programa de reformas.
2.2. Partido Radical
Liderado por Alejandro Lerroux, se le adjudicaron dos carteras ministeriales de poca importancia. Era un refugio de monárquicos de izquierdas y republicanos de derechas. El centrismo del Partido Radical era producto de su negativa a tomar posiciones claras ante los problemas del país.
2.3. Partido Radical-Socialista
Sus miembros insistían en la necesidad de acabar con la dominación tiránica del pueblo. Sus dirigentes eran Álvaro de Albornoz y Marcelino Domingo.
2.4. Los Socialistas
El PSOE estaba representado por Fernando de los Ríos (socialismo de raíz humanista y liberal), Francisco Largo Caballero (de la tradición sindical del partido y protagonista de la radicalización del PSOE) e Indalecio Prieto (partidario de la colaboración con los republicanos).
Desde las elecciones de abril de 1931 hasta la reunión de las Cortes Constituyentes en junio, la unanimidad republicana se centró en la necesidad de resolver cuestiones como la religiosa y el orden público. Maura, como ministro de Gobernación, creó el Cuerpo de Asalto para una eficaz represión de los disturbios. Sin embargo, hubo una lamentable falta de decisión ante la quema de conventos del 11 de mayo, en la que más de un centenar de edificios religiosos fueron destruidos. Estos hechos provocaron la desaparición de la unanimidad inicial.
Las Cortes Constituyentes
En junio de 1931 se celebraron las elecciones a Cortes Constituyentes. Los resultados confirmaron el cambio producido en la vida política española. Para celebrar las elecciones, se aprobó una ley electoral que recogía varios cambios:
- Sustituía los pequeños distritos de la Monarquía por circunscripciones provinciales y de grandes ciudades.
- Ampliaba el censo a los varones mayores de 23 años.
- Recogía un nuevo sistema para la atribución de escaños, que favorecía a la lista mayoritaria.
Estos cambios, junto con la posibilidad de una segunda vuelta electoral, pretendían combatir el caciquismo. Sin embargo, también acentuaban las diferencias en la composición parlamentaria de una elección a otra.
El resultado de las elecciones de junio de 1931 fue un aplastante triunfo de la izquierda, con más de cien escaños socialistas y una cifra similar de escaños entre Acción Republicana, Radical-Socialistas y Esquerra Republicana de Catalunya. Los radicales obtuvieron 91 escaños, mientras que los seguidores de Maura y Zamora (conservadores) solo consiguieron 20. La derecha quedó reducida a un escaño del Conde Romanones. Los agrarios y los católicos vasco-navarros obtuvieron 40 escaños.
La composición de la nueva Cámara presentaba algunos inconvenientes: la inexperiencia de sus miembros (poco preparados intelectualmente) y la debilidad de las derechas, con una representación muy inferior a su fuerza real dentro de la sociedad. Las derechas estaban desorganizadas y debilitadas por el colapso del régimen monárquico.
El Bienio Reformista: Octubre de 1931
Alcalá Zamora y Miguel Maura (Derecha Liberal Republicana) abandonaron el gobierno por la cuestión religiosa. En diciembre, Zamora fue elegido Presidente de la República. Entre diciembre de 1931 y septiembre de 1933, Manuel Azaña se hizo cargo de un gobierno de alianza entre republicanos de izquierda y socialistas, periodo conocido como Bienio Reformista.
1. Reforma del Ejército
Azaña, como ministro de la Guerra en el gobierno provisional, se propuso adecuar la cantidad de militares a las necesidades del país. Se promulgó la Ley de Retiro de la Oficialidad, que permitía a los oficiales retirarse con el sueldo íntegro, pero si permanecían en el ejército debían mostrar su adhesión al nuevo régimen. También se suprimió el Consejo Supremo de Justicia Militar.
2. Cuestión Religiosa
La cuestión religiosa creó muchos enemigos a la República. El artículo 26 de la Constitución establecía la separación de la Iglesia y el Estado. El Presidente Alcalá Zamora y Miguel Maura, al igual que otros católicos, querían una separación amistosa, pero la expulsión de todas las Órdenes Religiosas y la nacionalización de los bienes eclesiásticos causaron un gran escándalo. Se consideraba que España había dejado de ser católica. Además, se prohibió la enseñanza por parte de las Órdenes Religiosas, argumentando que la educación religiosa podía tener una mala influencia.