El acento consiste en el realzamiento de una sílaba dentro de una palabra. A partir de esta definición podemos abordar tres conceptos fundamentales:
1)Naturaleza del alzamiento. Este fenómeno se puede percibir a través de la duración, intensidad y el tono. En cuanto a la duración, la sílaba acentuada dura más. En cuanto a la intensidad, la sílaba acentuada tiene mayor fuerza. En cuanto al tono, la sílaba acentuada ofrece una variación del tono fundamental de la onda vibratoria.
En acústica, se llama sonido fundamental al sonido provocado por la vibración del cuerpo vibrante en su conjunto.
2)Distinción entre unidad acentuable (sílaba) y unidad acentual (palabra). Esta distinción se debe a la definición de la escuela francesa, en donde unidad acentual es aquella en al que puede recaer el acento, y la unidad acentual en la que contrastan las unidades acentuables. De este modo, según la definición del acento la unidad acentuable es la sílaba y la acentual la palabra, ya que dentro de la palabra contrastan las sílabas acentuadas con las no acentuadas.
3)Funciones del acento. Hablar de las funciones supone considerarlo desde una perspectiva fonológica. Dentro de la fonología, las unidades pueden desempeñar más de una función, pero la función distintiva es la fundamental. En este sentido debemos preguntarnos si el español tiene función distintiva: la tiene dado que no es lo mismo decir cántara que cantará.
La entonación.
A diferencia del acento, la entonación sobrepasa generalmente el ámbito de la palabra y puede considerase como un tema tipo de la fonología de la frase o del enunciado.
En casi todas las lenguas la utilización de las subidas y descensos del tono es análoga: el ascenso tonal suele indicar que lo enunciado no está completo y requiere una conclusión (y de ahí su uso en la interrogación, que pide una respuesta), mientras el descenso melódico suele acompañar al final del enunciado. Igualmente, las elevaciones y descensos del tono reflejan gradualmente los movimientos de la emoción, del la voluntad… Así, los hechos de la entonación parecen organizarse fuera de la típica arbitrariedad o convencionalidad de los signos lingüísticos, y se acercan a los símbolos expresivos y relativamente motivados, como las interjecciones y las onomatopeyas. ALARCOS.
Según el lingüística Alarcos, la unidad de funcionamiento de la entonación se llama unidad melódica, que viene a coincidir con un determinado grupo fónico, coincide con el conjunto de sonidos delimitado por dos pausas. Así pues, para estudiar la entonación de una secuencia de habla, procederemos a dividirlo en grupos fónicos para asignar a cada una posteriormente su propio perfil entonativo. En consecuencia, la entonación total de un determinado enunciado vendrá configurada por la combinación de las líneas de entonación de los grupos fónicos que lo integran. Toda unidad melódica que coincide aproximadamente con el grupo fónico puede ser dividida en las siguientes partes.
1)Rama inicial. Formada por las sílabas átonas que llegan hasta la primera sílaba acentual; esta sílaba acentuad ya queda excluida.
2)Cuerpo. Formado por las sílabas que abarcan desde la primera acentuada inclusive, hasta la última exclusive.
3)
Rama final. Abarca la última sílaba acentuada y las átonas siguientes si las hubiera.
Hay que contar las sílabas que se acentúan.
Podemos encontrar oraciones o secuencias con ausencia de rama inicial, como por ejemplo las oraciones exclamativas: ¡qué no vengas!, interrogativas: ¿qué has comido?, imperativos: Vete a casa, o palabras llanas: Sólo quería bailar.
Existe un componente importante en el campo fonológico como la alteración de la rama final o tonema. El lingüista Tomás Navarro Tomás distingue cinco tonemas para el caso del español:
1.Cadencia o descenso acusado. Es típico de los enunciados neutros en los que simplemente se informa sobre algo
Está lloviendo
No tengo clase hasta las doce
2.Semicadencia o descenso menor: Se da, por ejemplo, en los primeros grupos fónicos de las enumeraciones.
Lo divertido, lo atractivo, lo mejor de todo es estudiar Música.
Los lunes, los martes
, siempre llegas tarde.
3.Suspensión. No supone ni descenso ni elevación, y se utiliza por ejemplo cuando el final del grupo fónico deja cortada una idea pendiente de la continuación. Las secuencias afectadas van hasta el inciso o secuencia explicativa.
Los músicos, sin ensayar, dieron el concierto.
Los alumnos, con gran entusiasmo, entraron en clase.
4.
Anticadencia o elevación acusada. Es típico de las oraciones interrogativas totales o a través de las cuales pedimos una respuesta como sí o no.
¿Me has llamado?
El rumano, ¿es una lengua románica?.
5.Semianticadencia o elevación menor. Es muy frecuente en el penúltimo miembro de una enumeración completa. Hoy es fiesta, mañana no hay clase, pasado también es fiesta y el lunes ya es lectivo. (…) El viernes no, el sábado sí y el domingo también.
Podemos concluir que la dirección de la rama final es el único factor fonológico importante de la entonación. Las otras dos partes de la unidad melódica (rama inicial y cuerpo) tienen importancia pero más bien para cumplir funciones afectivas o estilísticas que funciones propiamente distintivas. Desde el punto de vista funcional, la entonación constituye por tanto un recurso básico de modulación del enunciado, por lo tanto a través de la entonación indicamos también el valor pragmático que el emisor atribuye a sus mensajes.