La sustancia y el conocimiento según Descartes


La sustancia y sus atributos

La sustancia es un concepto fundamental y se define como ‘una cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra para existir’. Así definida, solo Dios sería sustancia, puesto que los demás seres son creados y conservados por Dios.

Esa definición, en sentido amplio, puede mantenerse para indicar la independencia de la res extensa y la res cogitans, que no precisan la una de la otra para existir. Llama atributos a aquello por lo cual una sustancia se distingue de otras. Puesto que ‘entre las cosas creadas algunas son de tal naturaleza que no pueden existir sin las otras, las distinguimos de las que no requieren más que el consumo ordinario de Dios, llamado a estas sustancias y a aquellas, cualidades o atributos de las sustancias’.

Cada atributo es suficiente para dar a conocer a la sustancia, pero hay uno que constituye su naturaleza y esencia y del que todos los atributos dependen. La extensión es el atributo esencial de la sustancia corporal, el pensamiento es la esencia del alma y la perfección es la esencia de Dios.



La estructura de la razón

Hay dos modos de auténtico conocimiento por medio de la razón, una vez que rechazaba la experiencia:

La intuición es una especie de luz natural que tiene por objeto las naturalezas simples. Por la intuición captamos inmediatamente los conceptos simples emanados de la razón misma, sin que quede posibilidad alguna de duda o error. El acto esencial del conocimiento es la visión intelectual, la intuición. ¿Cuál es el objeto de conocimiento? Unos pocos datos elementales que son captados por la intuición y los agregados que ellos constituyen. Estos elementos son los que Descartes llama naturalezas simples. Las cosas, en cuanto son cognoscibles, están formadas por dichas naturalezas.

La deducción es una intuición sucesiva de las naturalezas simples y de las conexiones entre ellas. Todo el conocimiento intelectual se despliega a partir de la intuición de las naturalezas simples: entre unas naturalezas simples y otras, entre unas intuiciones y otras, aparecen conexiones que la inteligencia descubre y recorre por medio de la deducción.



Reglas del método

El método, según Descartes, es más práctico que teórico, es un conjunto de recetas para alcanzar la verdad. En la segunda parte del Discurso del método resume las recetas a cuatro muy sencillas:

‘No admitir como verdadera ninguna cosa sin conocer con evidencia lo que era… No admitir más de lo que se presentase a mi espíritu tan clara y distintamente que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda’

La primera regla es la evidencia y consiste en partir de unos axiomas primitivos totalmente seguros. Esa necesidad de no introducir elementos dudosos se apoya en la seguridad de que la razón, por sí misma, funciona bien y basta con no dejarse influir negativamente desde el exterior. Es la ‘filosofía de la cautela’. La segunda es la regla del análisis hasta llegar a las naturalezas simples para intuirlas; la tercera es la de la síntesis y la cuarta es la regla de la comprobación, por medio de las enumeraciones y revisiones.



Duda y la primera verdad

Descartes plantea 3 motivos para su duda radical: duda de los sentidos: el mundo quizá no sea como lo percibimos. Si alguna vez los sentidos nos han engañado, entonces en una duda radical podremos dudar de la realidad de los datos que nos aportan los sentidos.

También podemos dudar de poder distinguir la vigilia del sueño: el mundo quizá no exista.

Podría plantear que no tuviera ‘razón’, que existiera un ‘genio maligno’ que me hiciera ver como verdaderas cosas que no lo fueran, por lo que tampoco las verdades de las matemáticas son seguras. Pero llegando a la afirmación ‘pienso luego existo’, no puedo dudar de que estoy pensando que dudo, así aparece la primera verdad y fundamental.

Advierte que hay una ciencia, la matemática, que nos ofrece conocimientos absolutamente ciertos, de los que es imposible dudar. Mientras que la experiencia puede engañarnos, la matemática es indubitable. Metodológicamente, también duda de ella. Entonces encuentra una verdad que supera cualquier motivo de duda: ‘pienso, luego existo’. Esta primera verdad, conocida exclusivamente por la razón, es ‘el principio de toda ciencia y todo arte’ y se convierte en criterio de certeza para toda verdad. Todos los conocimientos que no admiten duda son construcciones de la razón, intuiciones de la mente, de las que se pueden deducir otras verdades.

En conclusión, con Descartes se han producido las siguientes identificaciones: verdad es igual a sabiduría, igual a certeza, igual a la supresión de la duda.



Tipos de ideas

A Descartes no le queda más remedio que deducir la existencia de la realidad a partir de la existencia del pensamiento. Hasta ahora cuenta con dos elementos: el pensamiento como actividad y las ideas que piensa el yo, ya que, si no las poseyera, no podría pensar que el mundo existe. Por medio de las ideas se captan las esencias, pero no se garantizan las existencias.

Todo sujeto que piensa tiene ideas, y estas pueden ser: adventicias (ideas del mundo externo, son falsas), facticias (conjunto de ideas adventicias, no tienen valor, un ejemplo es el Centauro) e innatas (ideas que aparecen con claridad en la mente, ya están puestas, un ejemplo es Dios).

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