Vamos a proceder al análisis de un texto perteneciente al género periodístico, y más concretamente, al subgénero del artículo de opinión.
Se titula «La traición» y está firmado por el escritor y periodista Julio Llamazares, colaborador habitual de El País, el diario de ámbito estatal en el que se publica el artículo que nos ocupa. Este autor es conocido, principalmente, gracias a la publicación de novelas como «La lluvia amarilla» o «El río del olvido», entre otras.
El emisor se apoya en un lenguaje claro y accesible justificadamente, ya que se dirige a un receptor colectivo.
Es decir, quiere transmitir su mensaje a un público amplio y heterogéneo, lo que lo convierte en un texto divulgativo. Tomando como excusa una noticia de actualidad como es la proximidad del polémico festejo del toro de la vega en Tordesillas, se convierte en una dura crítica a la violencia en las tradiciones.
Resumen:
A través del discurso expositivo-argumentativo, el autor logra, al mismo tiempo, presentar la información y aportar razones con las que persuadir al receptor, haciendo uso a menudo de la subjetividad («a uno le da hasta miedo saberse parte de un pueblo capaz de hacer todas estas cosas»). En este apartado nos referimos a la modalización, que revela la actitud del escritor con respecto al tema que trata. Destacaremos la utilización de la primera persona del singular («me afirmo en la convicción»), con la que el autor decide estar presente de forma voluntaria en el texto, y de la primera persona del plural («en este país hemos hecho»), con la que consigue la complicidad del receptor. Del mismo modo, es llamativo el empleo de adjetivos y sustantivos valorativos (gran debate, barbaridades) que desprenden un juicio, en este caso, negativo, que dan a conocer hechos («se acerca el toro de Tordesillas, que llenará…»), aunque también se puede observar alguna interrogación retórica («¡Qué hemos hecho para merecer esto?»).
En cuanto a las funciones del lenguaje, cabe destacar la apelativa, que pretende llamar la atención del receptor («detenga por lo menos esa sangría de vidas humanas»). Asimismo, la expresiva pone en manifiesto las emociones del emisor («pero ya que los animales no alcanzan a despertar la compasión de esos españoles…»).
La tesis se localiza al principio del segundo párrafo:
«En el nombre de la tradición en este país se han hecho y siguen haciéndose barbaridades sin fin, la mayoría utilizando el toro para ellas, pero también a otros animales». La estructura es, por lo tanto, deductiva.
Así pues, el discurso se organiza siguiendo la estructura propia de los textos argumentativos: una introducción, que abarca el primer párrafo, donde el autor expone cómo miles de vidas se ponen en peligro de forma frívola, justificándolas en nombre de la tradición; un cuerpo argumentativo (el segundo párrafo) que pone de manifiesto el primitivismo de las tradiciones en España, con el objetivo de ridiculizarlas; y, finalmente, una conclusión con la que Julio Llamazares cierra su texto, refiriéndose a la fiesta del toro de Tordesillas y acusando a las autoridades de una cobardía que impide que esta tradición se erradique.
El autor defiende su tesis aportando determinados argumentos, entre los que destacan los de ejemplo («tirarse toneladas de tomates unos a otros hasta acabar irreconocibles y rodando por el suelo, llevar a hombros imágenes religiosas(…)») y los de consecuencia («…ni consiguen que reaccionen las autoridades que en numerosos casos tienen miedo a sus vecinos(…)»).
Por otro lado, Julio Llamazares enriquece el lenguaje apoyándose en los recursos estilísticos, que incrementan su expresividad. Destacaremos un símil («detengan por lo menos esa sangría de vidas humanas… como si se tratara de un dios impío, se producen cada año en nuestro país en el que la tradición y la barbarie se confunden muchas veces»), con su uso pretende llamar la atención y advertirnos de que en estas fiestas se producen muchas muertes inútiles que podrían evitarse. También encontramos un polisíndeton. Al repetir los nexos «o» y «y», añade fuerza y energía a la expresión de los conceptos («el mayor número de butifarra o huevos duros sin beber agua o demostrar la hombría explotando pólvora y la testosterona saltando o emborrachándose hasta caer al suelo»). No obstante, lo que más destaca en este texto es la ironía, pues a través de ella consigue ridiculizar unas tradiciones que al autor le parecen absurdas en nuestros días («no solo el hombre desciende del mono sino que muchos no han descendido aún»).
En el nivel léxico-semántico podemos encontrar un campo asociativo relacionado con el tema en cuestión. Su hiperónimo es «tradición» y sus hipónimos son juegos, toros, virgen, pueblo, pólvora… También podemos apreciar repeticiones, tales como tradición, fiestas, pueblo… Sabemos que estas repeticiones no son adecuadas, pero en este caso contribuyen a darle coherencia al texto, y para que no resulten excesivas, el escritor recurre a determinados sinónimos como tradición-cultura. Asimismo, hay algún caso de antonimia (tradición-barbarie). Finalmente, advertimos un caso de familia léxica (España-españoles), cultismos (antropología, barbarie), extranjerismo (shock) y coloquialismo («quítame allá esa virgen»). Con estos últimos logra hacer un cambio de registro para acercarse al lector.
Campos asociativos, hiperónimo, hipónimos, repeticiones, sinónimos, antónimos, familia léxica, cultismos, extranjerismos, coloquialismos, vulgarismos (tacos), siglas, acrónimo, etc.