Identifica el ámbito geográfico del carlismo y explica su ideario y apoyos sociales.
El carlismo se presentaba como una ideología tradicionalista y antiliberalque recogía la herencia de movimientos similares anteriores, como los malcontents( o agraviados) y los apostólicos.Bajo el lema “Dios, Patria y Fueros” se agrupan los defensores de la legitimidad dinástica de don Carlos, de la monarquía absoluta, de la preeminencia social de la Iglesia, del mantenimiento del Antiguo Régimen y de la conservación de un sistema foral particularista.Entre quienes apoyaban el carlismo figuraban numerosos miembros del bajo clero y una buena parte de la pequeña nobleza agraria. Los carlistas también contaron con una amplia base social campesina y cobraron fuerza en las zonas rurales del País Vasco (menos las capitales Bilbao, Vitoria y San Sebastián), Navarra y parte de Cataluña, así como en Aragón y Valencia.Muchos de ellos eran pequeños propietarios empobrecidos, artesanos arruinados, que desconfiaban de la reforma agraria defendida por los liberales, temían verse expulsados de sus tierras y se opónían a los nuevos impuestos estatales.Además, los carlistas se identificaban con los valores de la Iglesia, a la que consideraban defensora de la sociedad tradicional.Los carlistas no pudieron contar inicialmente con un ejército regular y organizaron sus efectivos en grupos armados según el método de guerrillas. Desde el punto de vista internacional, don Carlos, recibíó el apoyo de potencias absolutistas como Rusia, Prusia y Austria.
Ladesamortizaciónfue el conjunto de leyes que suprimen la amortización y suponen la venta de la propiedad institucional improductiva para ser explotada por nuevos propietarios. La subasta de estas tierras permite aumentar la recaudación de fondos para la Hacienda del Estado. Esta ley está ligada a los cambios provenientes de la implantación del liberalismo en España. Tiene una gran trascendencia, pues significa acabar con la estructura de la propiedad del Antiguo Régimen.En España se da en el Siglo XIX en un proceso que, además del precedente de Godoy, arranca con los decretos de las Cortes de Cádiz, continúa con Mendizábal(1836) y termina con la del Gral. Madoz(1855). Los bienes afectados y desamortizados por Mendizábalfueronlos bienes inmuebles (tierras, conventos y monasterios) y bienes muebles (obras de arte) del clero y de las órdenes religiosas (excepto las dedicadas a la enseñanza y a las tareas hospitalarias).Estos bienes fueron puestos a la venta mediante subasta pública. Mendizábal pretendía así conseguir los recursos necesarios para financiar el ejército liberal, recuperar vales de la deuda y aminorar el grave déficit del Estado. Conseguir el apoyo de los compradores al régimen liberal y crear una clase media agraria de campesinos propietarios.Los resultados no alcanzaron las previsiones.En 1855, una nueva ley de desamortización impulsadaporel ministro Madoz, afectófundamentalmente a los bienes inmuebles de los ayuntamientos(bienes de propios y comunes). También desamortizólas tierras que le quedaban a la Iglesia, a las órdenes militares, a las cofradías y a las instituciones benéficas. Los objetivos eran similares a los perseguidos en 1836, amortizar la deuda pública, financiar las obras públicas y la construcción del ferrocarril. Esta desamortización redujo los ingresos de muchos ayuntamientos, además de privar a los campesinos del uso colectivo de las tierras municipales.
Describe las carácterísticas esenciales de la
.La constitución de 1869, la primera democrática de la historia de España, establecíó un amplio régimen de derechos y libertades: establecía un régimen de monarquía constitucional y democrática. El carácter democrático derivaba de reconocer la soberaníanacionaly el sufragio universal directo para varones mayores de 25 añosos, así como una separacióncompleta de los tres poderes. El rey solo dispóníadelejecutivo, con la capacidad para nombrar y cesar libremente al gobierno. Promulgaba las leyes pero no podía vetarlas y sus poderes quedaban bastante limitados.Sereforzaba el poder legislativo con la creación de unas Cortes bicamerales (Congreso y Senado) elegidas por los ciudadanos que, además, tenían la capacidad de censura sobre el gobierno. Debían reunirse al mismo tiempo.Elpoder judicial recaía en los jueces y tribunales cuyo acceso mediante oposición —frente al anterior sistema de nombramiento por el gobierno—pretendía crear un cuerpo profesional e independiente del resto de poderes del Estado. Reconocía los derechos de manifestación, reuníón y asociación, la libertad de enseñanza, la libertad de profesar de manera pública o privada cualquier religión, aunque el Estado debía mantener el culto católico.Las provincias de ultramar, Cuba y Puerto Rico, gozaban de los mismos derechos que los peninsulares, mientras Filipinas quedaba gobernada por una ley especial.
Identifica los grandes conflictos del Sexenio y explica sus consecuencias políticas
.Larevolución de Septiembre de 1868,que sus protagonistas llamaron la “Gloriosa”, significó el final de la monarquía de Isabel II. Se sucedieron después seis años de gran inestabilidad, en los que hubo varios regíMenes políticos. La carácterística común a todo el período fue la búsqueda de un nuevo orden político y social, en el que la pequeña burguésía de las ciudades y el naciente movimiento obrero van a tener un protagonismo fundamental.ElSexenio Democrático o Revolucionario representó un intento de ampliar el liberalismo e instaurar la democracia, pero aquellos años estuvieron llenos de conflictos de diversa índole: políticos, con la aparición del federalismo, el levantamiento carlista y el estallido de la guerra de Cuba; sociales, con las reivindicaciones de las clases populares y los primeros pasos del obrerismo socialista y anarquista; y económicos, derivados en un contexto de crisis y de lucha entre proteccionistas y librecambistas.La burguésía democrática no consiguió estabilizar un régimen político definido. Ni laregenciadel general Serrano, teniendo como jefe de gobierno a Primo, ni la monarquía democrática de Amadeo I de Saboyá y más adelante laRepúblicapudieron controlar los diversos conflictos que se presentaron.El Sexenio fracasó en su intento de modernización política del país y se impuso de nuevo la solución monárquica, que condujo al período de la Restauración de los Borbones, en la persona de Alfonso XII, el hijo de Isabel II y la vuelta del liberalismo más moderado, que había sido derrotado en la Revolución del 68, ideado por Cánovas del Castillo.
El carlismo se presentaba como una ideología tradicionalista y antiliberalque recogía la herencia de movimientos similares anteriores, como los malcontents( o agraviados) y los apostólicos.Bajo el lema “Dios, Patria y Fueros” se agrupan los defensores de la legitimidad dinástica de don Carlos, de la monarquía absoluta, de la preeminencia social de la Iglesia, del mantenimiento del Antiguo Régimen y de la conservación de un sistema foral particularista.Entre quienes apoyaban el carlismo figuraban numerosos miembros del bajo clero y una buena parte de la pequeña nobleza agraria. Los carlistas también contaron con una amplia base social campesina y cobraron fuerza en las zonas rurales del País Vasco (menos las capitales Bilbao, Vitoria y San Sebastián), Navarra y parte de Cataluña, así como en Aragón y Valencia.Muchos de ellos eran pequeños propietarios empobrecidos, artesanos arruinados, que desconfiaban de la reforma agraria defendida por los liberales, temían verse expulsados de sus tierras y se opónían a los nuevos impuestos estatales.Además, los carlistas se identificaban con los valores de la Iglesia, a la que consideraban defensora de la sociedad tradicional.Los carlistas no pudieron contar inicialmente con un ejército regular y organizaron sus efectivos en grupos armados según el método de guerrillas. Desde el punto de vista internacional, don Carlos, recibíó el apoyo de potencias absolutistas como Rusia, Prusia y Austria.
Compara las desamortizaciones de Mendizábal y
Madoz, y especifica los objetivos de una y otra.Ladesamortizaciónfue el conjunto de leyes que suprimen la amortización y suponen la venta de la propiedad institucional improductiva para ser explotada por nuevos propietarios. La subasta de estas tierras permite aumentar la recaudación de fondos para la Hacienda del Estado. Esta ley está ligada a los cambios provenientes de la implantación del liberalismo en España. Tiene una gran trascendencia, pues significa acabar con la estructura de la propiedad del Antiguo Régimen.En España se da en el Siglo XIX en un proceso que, además del precedente de Godoy, arranca con los decretos de las Cortes de Cádiz, continúa con Mendizábal(1836) y termina con la del Gral. Madoz(1855). Los bienes afectados y desamortizados por Mendizábalfueronlos bienes inmuebles (tierras, conventos y monasterios) y bienes muebles (obras de arte) del clero y de las órdenes religiosas (excepto las dedicadas a la enseñanza y a las tareas hospitalarias).Estos bienes fueron puestos a la venta mediante subasta pública. Mendizábal pretendía así conseguir los recursos necesarios para financiar el ejército liberal, recuperar vales de la deuda y aminorar el grave déficit del Estado. Conseguir el apoyo de los compradores al régimen liberal y crear una clase media agraria de campesinos propietarios.Los resultados no alcanzaron las previsiones.En 1855, una nueva ley de desamortización impulsadaporel ministro Madoz, afectófundamentalmente a los bienes inmuebles de los ayuntamientos(bienes de propios y comunes). También desamortizólas tierras que le quedaban a la Iglesia, a las órdenes militares, a las cofradías y a las instituciones benéficas. Los objetivos eran similares a los perseguidos en 1836, amortizar la deuda pública, financiar las obras públicas y la construcción del ferrocarril. Esta desamortización redujo los ingresos de muchos ayuntamientos, además de privar a los campesinos del uso colectivo de las tierras municipales.
Describe las carácterísticas esenciales de la
Constitución democrática de 1869
.La constitución de 1869, la primera democrática de la historia de España, establecíó un amplio régimen de derechos y libertades: establecía un régimen de monarquía constitucional y democrática. El carácter democrático derivaba de reconocer la soberaníanacionaly el sufragio universal directo para varones mayores de 25 añosos, así como una separacióncompleta de los tres poderes. El rey solo dispóníadelejecutivo, con la capacidad para nombrar y cesar libremente al gobierno. Promulgaba las leyes pero no podía vetarlas y sus poderes quedaban bastante limitados.Sereforzaba el poder legislativo con la creación de unas Cortes bicamerales (Congreso y Senado) elegidas por los ciudadanos que, además, tenían la capacidad de censura sobre el gobierno. Debían reunirse al mismo tiempo.Elpoder judicial recaía en los jueces y tribunales cuyo acceso mediante oposición —frente al anterior sistema de nombramiento por el gobierno—pretendía crear un cuerpo profesional e independiente del resto de poderes del Estado. Reconocía los derechos de manifestación, reuníón y asociación, la libertad de enseñanza, la libertad de profesar de manera pública o privada cualquier religión, aunque el Estado debía mantener el culto católico.Las provincias de ultramar, Cuba y Puerto Rico, gozaban de los mismos derechos que los peninsulares, mientras Filipinas quedaba gobernada por una ley especial.
Identifica los grandes conflictos del Sexenio y explica sus consecuencias políticas
.Larevolución de Septiembre de 1868,que sus protagonistas llamaron la “Gloriosa”, significó el final de la monarquía de Isabel II. Se sucedieron después seis años de gran inestabilidad, en los que hubo varios regíMenes políticos. La carácterística común a todo el período fue la búsqueda de un nuevo orden político y social, en el que la pequeña burguésía de las ciudades y el naciente movimiento obrero van a tener un protagonismo fundamental.ElSexenio Democrático o Revolucionario representó un intento de ampliar el liberalismo e instaurar la democracia, pero aquellos años estuvieron llenos de conflictos de diversa índole: políticos, con la aparición del federalismo, el levantamiento carlista y el estallido de la guerra de Cuba; sociales, con las reivindicaciones de las clases populares y los primeros pasos del obrerismo socialista y anarquista; y económicos, derivados en un contexto de crisis y de lucha entre proteccionistas y librecambistas.La burguésía democrática no consiguió estabilizar un régimen político definido. Ni laregenciadel general Serrano, teniendo como jefe de gobierno a Primo, ni la monarquía democrática de Amadeo I de Saboyá y más adelante laRepúblicapudieron controlar los diversos conflictos que se presentaron.El Sexenio fracasó en su intento de modernización política del país y se impuso de nuevo la solución monárquica, que condujo al período de la Restauración de los Borbones, en la persona de Alfonso XII, el hijo de Isabel II y la vuelta del liberalismo más moderado, que había sido derrotado en la Revolución del 68, ideado por Cánovas del Castillo.