Nos encontramos ante un retrato grupal en el interior de una estancia decorada con cuadros en las paredes que identificamos como el estudio del pintor en el alcázar real de Madrid.. Aparecen diez figuras situándose casi en su totalidad en la mitad inferior del cuadro creando un gran campo visual correspondiente a la estancia, campo que se amplía mediante el recurso de una puerta que se abre al fondo.
El centro de la obra lo ocupa la figura de una niña rubia de unos cinco años de edad que identificamos como la infanta Margarita. A sus lados aparecen dos damas de honor, conocidas por el nombre de meninas. La menina de la izquierda, Agustina Sarmiento, se inclina hacia la infanta para ofrecerle en una bandeja de plata una pequeña jarra con agua. A la derecha se sitúa una segunda menina, Isabel de Velasco. Delante de ellas, en el ángulo inferior derecho aparecen dos personajes que por sus rasgos identificamos como bufones, que identificamos como María Bárbola y Nícolás quien en una travesura típicamente infantil, coloca el pie encima de un perro mastín tumbado con la intención de molestarlo. Justo detrás de Isabel de Sarmiento encontramos al pintor, Diego Velázquez, quien lleva los elementos propios de su oficio, pinceles y paleta, pues se encuentra realizando su trabajo delante de un enorme lienzo del que sólo vemos su parte trasera. En un plano posterior, entre penumbras distinguimos dos personajes adultos que parecen dialogar. Uno se trata de una mujer que se ha identificado como Marcela Ulloa, señora de honor, mientras que el hombre con el que parece dialogar no ha sido identificado. Al final de la estancia descendiendo unas escaleras y enmarcado por la puerta aperece José Nieto, aposentador de Palacio. En la pared del fondo un espejo nos ofrece el reflejo de dos personajes que identificamos como los reyes Felipe IV y la reina Mariana de Austria. Respecto al tratamiento de la luz en la obra, la estancia aparece en semipenumbra iluminada por dos focos de luz, una ventana que estaría situada a la izquierda de los personales en primer plano, de la que vemos el lateral del marco, y la puerta del fondo abierta. Ello permite que se iluminen los personajes en primer plano y el del fondo dejando el espacio intermedio en penumbras. Por otro lado, respecto a la perspectiva, el pintor domina la perspectiva lineal de manera que la habitación forma un espacio cúbico cuyas líneas convergen en un punto de fuga. Los colores usados son oscuros, sin estridencias, dominando los grises , plateados, azules oscuros y ocres. Respecto a la técnica, Velázquez utiliza pinceladas largas y fluidas junto a otras más cortas y precisas que crean toda una serie de efectos táctiles como el pelaje del perro mastín, las maderas o las telas de los vestidos. Respecto al significado de la Obra, ésta ha sido sometida a las más variadas interpretaciones. Quizás la más aceptada es la de que Velázquez nos muestra un momento fugaz y anecdótico: la visita de la infanta acompañada de su séquito al taller del pintor para presenciar como éste retrata a sus padres, los reyes, reflejados en el espejo del fondo.Estamos ante Las Meninas de Velázquez, 1659. La técnica es óleo sobre lienzo, un retrato de 318 cm x 276 cm. Esta pintura al óleo fue realizada a mediados del S.XVII por uno de los grandes artistas de la historia del arte español: Velázquez. Dedicado al estudio de la pintura desde los once años, este sevillano del Siglo de Oro contribuyó a ennoblecer el arte Barroco español en un momento en el que las artes estaban controladas por la Iglesia y por la Corte. Diego de Velázquez se formó en el ambiente contrarreformista español, sus viajes a Italia supusieron para él un afán de superación y riqueza estética. Sus cuadros reflejan la influencia de Caravaggio y Tintoretto Contexto Velázquez pintó este cuadro en 1656, año perteneciente al reinado de Felipe IV, penúltimo monarca de la dinastía de los Austrias. Hacía más de diez años que había tenido lugar la caída del valido conde-duque de Olivares, y ocho años del final de la Guerra de los Treinta Años con el resultado de la Paz de Westfalia, cuyas consecuencias para España y el reinado de Felipe IV fueron una clara decadencia. En el año en que Velázquez pintó Las meninas, el rey estaba ya muy envejecido y con evidentes signos de cansancio bien demostrados en la obra del mismo autor, Retrato de Felipe IV . Fue en este año de 1657 cuando Inglaterra y Francia pactaron el reparto de las posesiones españolas en Flandes, comenzando un duro ataque contra la monarquía española, que terminó con la derrota de Dunkerque en la batalla de las Dunas por parte de Felipe IV y la firma del Tratado de los Pirineos en 1659. Desde los años 1650, Velázquez por su cargo en la corte y durante su segundo viaje a Italia recibíó el encargo de adquirir diversas obras pictóricas entre las que se encontraban algunas realizadas por Tiziano, el Veronés y Tintoretto.
Velazquez fue enterrado el 6 de agost con la insigniia de caballero de la Orden de Santiago.
El centro de la obra lo ocupa la figura de una niña rubia de unos cinco años de edad que identificamos como la infanta Margarita. A sus lados aparecen dos damas de honor, conocidas por el nombre de meninas. La menina de la izquierda, Agustina Sarmiento, se inclina hacia la infanta para ofrecerle en una bandeja de plata una pequeña jarra con agua. A la derecha se sitúa una segunda menina, Isabel de Velasco. Delante de ellas, en el ángulo inferior derecho aparecen dos personajes que por sus rasgos identificamos como bufones, que identificamos como María Bárbola y Nícolás quien en una travesura típicamente infantil, coloca el pie encima de un perro mastín tumbado con la intención de molestarlo. Justo detrás de Isabel de Sarmiento encontramos al pintor, Diego Velázquez, quien lleva los elementos propios de su oficio, pinceles y paleta, pues se encuentra realizando su trabajo delante de un enorme lienzo del que sólo vemos su parte trasera. En un plano posterior, entre penumbras distinguimos dos personajes adultos que parecen dialogar. Uno se trata de una mujer que se ha identificado como Marcela Ulloa, señora de honor, mientras que el hombre con el que parece dialogar no ha sido identificado. Al final de la estancia descendiendo unas escaleras y enmarcado por la puerta aperece José Nieto, aposentador de Palacio. En la pared del fondo un espejo nos ofrece el reflejo de dos personajes que identificamos como los reyes Felipe IV y la reina Mariana de Austria. Respecto al tratamiento de la luz en la obra, la estancia aparece en semipenumbra iluminada por dos focos de luz, una ventana que estaría situada a la izquierda de los personales en primer plano, de la que vemos el lateral del marco, y la puerta del fondo abierta. Ello permite que se iluminen los personajes en primer plano y el del fondo dejando el espacio intermedio en penumbras. Por otro lado, respecto a la perspectiva, el pintor domina la perspectiva lineal de manera que la habitación forma un espacio cúbico cuyas líneas convergen en un punto de fuga. Los colores usados son oscuros, sin estridencias, dominando los grises , plateados, azules oscuros y ocres. Respecto a la técnica, Velázquez utiliza pinceladas largas y fluidas junto a otras más cortas y precisas que crean toda una serie de efectos táctiles como el pelaje del perro mastín, las maderas o las telas de los vestidos. Respecto al significado de la Obra, ésta ha sido sometida a las más variadas interpretaciones. Quizás la más aceptada es la de que Velázquez nos muestra un momento fugaz y anecdótico: la visita de la infanta acompañada de su séquito al taller del pintor para presenciar como éste retrata a sus padres, los reyes, reflejados en el espejo del fondo.Estamos ante Las Meninas de Velázquez, 1659. La técnica es óleo sobre lienzo, un retrato de 318 cm x 276 cm. Esta pintura al óleo fue realizada a mediados del S.XVII por uno de los grandes artistas de la historia del arte español: Velázquez. Dedicado al estudio de la pintura desde los once años, este sevillano del Siglo de Oro contribuyó a ennoblecer el arte Barroco español en un momento en el que las artes estaban controladas por la Iglesia y por la Corte. Diego de Velázquez se formó en el ambiente contrarreformista español, sus viajes a Italia supusieron para él un afán de superación y riqueza estética. Sus cuadros reflejan la influencia de Caravaggio y Tintoretto Contexto Velázquez pintó este cuadro en 1656, año perteneciente al reinado de Felipe IV, penúltimo monarca de la dinastía de los Austrias. Hacía más de diez años que había tenido lugar la caída del valido conde-duque de Olivares, y ocho años del final de la Guerra de los Treinta Años con el resultado de la Paz de Westfalia, cuyas consecuencias para España y el reinado de Felipe IV fueron una clara decadencia. En el año en que Velázquez pintó Las meninas, el rey estaba ya muy envejecido y con evidentes signos de cansancio bien demostrados en la obra del mismo autor, Retrato de Felipe IV . Fue en este año de 1657 cuando Inglaterra y Francia pactaron el reparto de las posesiones españolas en Flandes, comenzando un duro ataque contra la monarquía española, que terminó con la derrota de Dunkerque en la batalla de las Dunas por parte de Felipe IV y la firma del Tratado de los Pirineos en 1659. Desde los años 1650, Velázquez por su cargo en la corte y durante su segundo viaje a Italia recibíó el encargo de adquirir diversas obras pictóricas entre las que se encontraban algunas realizadas por Tiziano, el Veronés y Tintoretto.
Velazquez fue enterrado el 6 de agost con la insigniia de caballero de la Orden de Santiago.