Las Lenguas Cooficiales de España
España es un país plurilingüe. Al castellano, como lengua oficial, se unen el catalán, valenciano, gallego y vasco, cooficiales en sus respectivas comunidades autónomas. Cada una de estas lenguas posee, además, variedades dialectales más o menos consolidadas y diferentes hablas locales. Perviven también en algunas zonas restos de dialectos históricos del latín (no del castellano) como el asturleonés y el aragonés.
El Catalán
Hoy en día, el catalán es hablado por unos diez millones de personas en Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana, una franja de Aragón limítrofe con Cataluña, el principado de Andorra, el Rosellón francés y la ciudad de Alguer (Cerdeña). El catalán procede de la evolución del latín en los territorios del antiguo Principado de Cataluña. Este romance se expande hacia el norte (parte del Rosellón actual), hacia el sur (parte de la Comunidad Valenciana) y hacia el Mediterráneo (Baleares y Alguer, en Cerdeña). Las primeras manifestaciones escritas aparecieron en el siglo XII con el Forum Iudicum.
Durante la Edad Media, sobre todo los siglos XIII, XIV y XV, las letras catalanas vivieron una época de esplendor. A partir del siglo XV, la unión de las coronas de Castilla y Aragón propició un auge del castellano y la decadencia del catalán, sobre todo en usos públicos. No obstante, el catalán fue considerada lengua administrativa hasta el siglo XVIII, época en la que Felipe V suprimió los fueros y los privilegios de los reinos confederados y con ello prohibió el uso oficial del catalán, que quedó relegado al empleo familiar y coloquial.
El resurgimiento y la reconstrucción del catalán tienen lugar en la segunda mitad del siglo XIX con la Renaixença, movimiento literario y cultural favorecido por el proceso de industrialización de Cataluña y la aparición de una burguesía ilustrada con una gran conciencia nacionalista. A principios del siglo XX se abre el camino hacia la normalización lingüística. Se publica la primera Gramática normativa (1918), y se crea el Diccionari General de la Llengua Catalana (1932). Tras la guerra civil, se proscribirá su empleo en la enseñanza y en todos los ámbitos públicos. Desde la Constitución de 1978 y de los Estatutos de Autonomía, el catalán reanuda su proceso de normalización lingüística a través de sus propias leyes parlamentarias.
El Valenciano
El valenciano presenta en la actualidad unas características fonéticas, morfológicas y léxicas propias, pero muy similares a las del catalán occidental. La Academia Valenciana de la Lengua (2001) considera el valenciano como una de las variedades geográficas del catalán, cuando dice que «el valenciano forma parte del sistema lingüístico del idioma propio de Cataluña y las islas Baleares», como siempre lo ha reconocido la Real Academia de la Lengua Española y la romanística internacional.
El Gallego
El gallego es hablado por alrededor de unos tres millones de personas repartidas por las cuatro provincias de Galicia, la llamada Terra Navia-Eo del Principado de Asturias, el Bierzo occidental y la comarca zamorana de As Portelas (ambas dentro de la comunidad de Castilla y León). El gallego procede del latín que se hablaba en la provincia romana denominada Gallaecia. El gallego medieval es frecuentemente denominado gallego-portugués. La diferenciación entre gallego y portugués comienza a mostrarse a partir del siglo XV. El ejemplo más significativo es el rey Alfonso X, que figura como autor de las Cantigas de Santa María.
En el siglo XIX, el Rexurdimento hace resurgir la literatura y la conciencia lingüística, siendo Rosalía de Castro una de sus autoras más significativas. Durante la II República se declara al gallego idioma oficial de Galicia junto al castellano; pero nunca llega a implantarse por el estallido de la guerra civil. El Estatuto de Autonomía de 1981 declara al gallego lengua oficial.
El Vasco o Euskera
El vasco lo hablan unas setecientas mil personas repartidas entre las tres provincias de Euskadi, Navarra y el País Vasco francés. Desde la romanización ha sufrido una influencia de las lenguas latinas, en especial del castellano. El vasco es una lengua de origen incierto, anterior a la romanización, y la única lengua peninsular que no procede del latín. Desde los siglos X y XI se tienen noticias de la existencia del vasco. Al principio apareció fragmentado en dialectos. Sobrevivió como lengua aislada, unida a una tradición cultural y literaria oral, de la que quedan huellas en los bertsolaris.
En el siglo XIX el vasco no renace como lo hace el catalán o gallego. En 1918 se celebra el I Congreso de Estudios Vascos, antecedente de la Academia de la Lengua. Durante la II República vive una recuperación en el uso oficial, que se interrumpe con la guerra civil y en el régimen de Franco. Tras la Constitución de 1978 y el Estatuto de Autonomía, el euskera consigue ser oficial. El problema planteado con el vasco es el de la normativización: lograr una norma unitaria para su lengua escrita. Esto ha llevado a algunos filólogos a formular una propuesta reunificadora para ser utilizada en la lengua escrita y se ha creado el euskera batúa.