El presente texto es obra del general Miguel Primo de Rivera, redactado para anunciar el Golpe de Estado del 13 de Septiembre de 1923 con el que inició una dictadura que finiquitó el “sistema canovista” nacido con la Restauración en 1874.
El golpista justifica ante la opinión pública su alzamiento argumentando que: a) Su intención es liberar a la Nacíón de los partidos, cuyos gobiernos se caracterizaban por la corrupción y malas prácticas políticas; b) A ojos del dictador hay un desgobierno que se traduce en un cuadro de calamidades y corruptelas; c) Y con el fin de ganarse la adhesión popular y del Ejército enumera en el último párrafo los males que aquejaban al país..
El período de 1917 a 1923 marcado por la inestabilidad política y social, y el creciente protagonismo de los militares, contextualizamos el “caldo de cultivo” en el que Primo de Rivera optó por una solución autoritaria.
Las causas son: a) Un régimen constitucional desprestigiado, que no supo integrar a partidos como los republicanos, nacionalistas, socialistas…; b) El peligro de una “revolución social”, ante el clima de conflictividad obrera y campesina; c) La “cuestión marroquí” que se agravó tras el Desastre de Annual (1921); d) Limpiar el país de caciques y consolidar a España frente a las amenazas de los nacionalismos catalán y vasco a la unidad nacional; etc.
En lo que respecta a los apoyos debemos indicar que logró el beneplácito de los sectores empresariales, especialmente de la burguésía catalana, y de las élites económicas. La Iglesia y un sector del Ejército también apostaron por el golpista, al igual que las clases medias y parte del Partido Socialista Obrero Español y de la Uníón General de Trabajadores. Por encima de todos ellos encontramos al propio rey Alfonso XIII, que temía la amenaza de la caída de la monarquía. – El golpe no encontró prácticamente resistencia, la conspiración, secundada por otros militares, se extendíó rápidamente desde tierras catalanas por el resto del país. Alfonso XIII aceptara el hecho consumado y encargara a Primo de Rivera la formación de gobierno, la población en general se mostró indiferente o proclive al golpe y los partidos políticos, sindicatos, intelectuales, etc., no formularon inicialmente ninguna protesta.
El período de 1917 a 1923 estuvo marcado por la inestabilidad política y social, si a ello sumamos el creciente protagonismo de los militares, entenderemos el “caldo de cultivo” en el que Miguel Primo de Rivera el 13 de Septiembre de 1923 lideraría un Golpe de Estado que dio inicio a su dictadura que se prolongaría hasta 1930 y que pasaría por dos fases:
Directorio Militar (1923-25). No poseía un programa político definido, Directorio Militar compuesto por él mismo como presidente, y los generales de cada una de las regiones militares del país.
Las medidas más relevantes fueron: a) Declaró el estado de guerra durante dos años; b) Suprimíó el régimen constitucional de 1876 y las libertades que dicho texto consagraba. Las Cámaras legislativas, Senado y Parlamento, se disolvieron; c) El cese de las autoridades civiles: los gobernadores civiles fueron sustituidos por gobernadores militares; d) Se prohibieron las actividades políticas y sindicales, y se impuso el orden público con duras medidas represivas; e) Emprendíó una dura persecución de los movimientos vascos y catalán.
Directorio Civil (1925-30). Se sustituyó el Directorio Militar por un gobierno civil con el claro propósito de institucionalizar el régimen, Primo de Rivera intenta perpetuar en el tiempo su dictadura. En esta evolución fue clave la popularidad del dictador, relanzada tras el éxito en el desembarco de Alhucemas (1925). La propuesta se canalizó a través de dos vías: a) La fundación de la Uníón Patriótica, un partido de derechas que nace en 1924 destacando por carecer de un programa y una ideología definida; b) la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva en 1927 encargada de elaborar una constitución, aunque nunca llegó a ver la luz.
La oposición al régimen estaba latente, y a partir de 1926 Primo de Rivera empezó a perder apoyos. La primera tentativa de acabar con el dictador fue la “Sanjuanada” (1926), un pronunciamiento militar que contó con el apoyo de los partidos del turno y los republicanos. Pero el rechazo estaba en más sectores de la sociedad: los intelectuales (Unamuno, Ortega y Gasset, etc.), el mundo universitario (la Federación Universitaria Española -FUE-), los sindicatos, la burguésía catalana… Miguel Primo de Rivera falto de apoyos, incluso por parte de los militares y del rey, presentó su dimisión en 1930 falleciendo meses después en su exilio de Francia.
Alfonso XIII, en la primera etapa de su reinado (1902-12), impulsó un proceso de modernización del régimen de la Restauración en sintonía con el Regeneracionismo surgido tras el “Desastre del 98”. Ante un período marcado por la inestabilidad política, económica y social, se pretendía transformar y renovar el país atacando sus males estructurales, pero sin cuestionar su posición hegemónica y sin alterar sus fundamentos políticos. Era un revisionismo que buscaba una reforma desde dentro del sistema, una “revolución desde arriba”.
El revisionismo conservador, puesto en práctica durante el “gobierno largo” de Antonio Maura (1907-09), desarrolló una ingente labor legislativa y reformista destacando:
-La promulgación de la Ley de Reforma Electoral cuya finalidad era eliminar el fraude electoral y atraer e integrar a las clases medias, igualmente introdujo el voto obligatorio. Del mismo año es la Ley de Administración Local que permitíó la posibilidad de crear mancomunidades, paso previo para generar un cierto autogobierno regional (intento de atraerse a la LLiga Regionalista).
-Se creó el Instituto Nacional de Previsión, que instituyó el “retiro obrero”, un seguro que posibilitaba jubilarse con una pensión. La Ley de Huelga, el descanso dominical y la prohibición de determinados trabajos a niños y mujeres menores de edad fueron otras propuestas en el ámbito socio-laboral.
La segunda tentativa revisionista, más social y popular que la anterior, fue articulada por el Partido Liberal de José Canalejas (1910-1912). Dentro de su programa reformista cabe reséñar:
-La “Ley del Candado” impidió que en el plazo de 2 años se establecieran nuevas congregaciones religiosas sin una autorización previa.
– La supresión del impuesto de consumos, gravaba los artículos de primera necesidad y de ahí su impopularidad, junto con la Ley de Reclutamiento que instituía el servicio militar obligatorio en tiempos de guerra y acababa parcialmente con la práctica clasista de la “cuota”, fueron dos de sus medidas de regeneración democrática.
– Logró que las Cortes aprobasen la Ley de Mancomunidades, aunque no entró en vigor, y bajo su mandato se sanciónó la Ley de Cabildos de Canarias.
El asesinato de Canalejas en 1912 interrumpíó el proceso de reformas y marcó el final de los intentos de regeneración interna de la Restauración, iniciando una etapa de crisis permanente en los partidos del “turno” que tendrá como colofón el Golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923.
La II República (1931-36) surgíó de un intento del cuestionado y desacreditado régimen monárquico de volver a la situación anterior a 1923, pues su vinculación al denostado sistema de la Restauración y a la Dictadura de Primo de Rivera (1923-30) la habían erosionado profundamente y amenazaba con desbancarla del poder.
Frustrada cualquier posibilidad de acuerdo con la oposición republicana, aglutinada en el Pacto de San Sebastián, el presidente Juan Bautista Aznar formó en 1931 un gobierno de concentración y convocó unas elecciones municipales para el 12 de Abril de 1931, con la idea de controlar el poder local con vistas a las posteriores elecciones generales. Estas, sin embargo, arrojaron un resultado muy favorable conjunción republicano-socialista en las capitales de provincia y grandes ciudades, zonas más pobladas y más complicadas de manipular electoralmente. El voto antimonárquico fue interpretado por el rey y su gobierno como un plebiscito en su contra, esto condujo al exilio a Alfonso XIII ante el riesgo de una Guerra Civil, aunque sin renunciar a sus derechos al trono, y a la proclamación de la II República el 14 de Abril de 1931.
Los efectos de la crisis del 29, fueron menores en España, pese a ello, los estragos de la crisis tuvieron al menos tres consecuencias: 1a) La contracción del mercado exterior, las exportaciones disminuyeron en volumen y valor debido a las medidas proteccionistas adoptadas por Inglaterra y Francia -clientes tradicionales- y el hundimiento de los precios; 2a) El colapso de las inversiones extranjeras, la inestabilidad política no era un aliciente para que se quisiera invertir; 3a) Las modificaciones de los flujos migratorios entre España y el exterior, la emigración se interrumpíó y aumentan los retornados, lo que supuso un incremento del desempleo. – El advenimiento de la República acaece en un contexto de conflictividad social, entre otro por los siguientes motivos: a) España era eminentemente rural, pese a ello no se asistíó a la necesaria modernización del medio rural creciendo el número de parados; b) El desplazamiento de trabajadores hacia los sectores industriales y de servicios sufre una ralentización, alcanzando el paro obrero unas cifras desorbitadas; c) Las tensiones sociales se dispararon por la politización de los trabajadores del campo y del proletariado industrial, mientras éstos se afiliaban a sindicatos de izquierda -UGT y CNT-, los propietarios mantuvieron posiciones muy conservadoras. – En suma, los ecos de la crisis de los años 30 ralentizaron los niveles de crecimiento económico, incrementaron el desempleo y la virulencia de los conflictos sociales y políticos impidiendo la consolidación de las instituciones republicanas.
El Bienio Reformista (1931-1933) pretendíó la modernización y la democratización del país. La proclamación de la Segunda República el 14 de Abril de 1931 provocó que se formara un Gobierno Provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora y compuesto por republicanos de izquierda y derecha, socialistas y nacionalistas. Se aprobaron una serie de decretos orientados a ofrecer soluciones iniciales a los grandes problemas. En Junio de 1931, las elecciones a Cortes Constituyentes dieron una clara mayoría de la coalición republicano-socialista. La nueva Constitución de 1931 reflejó sus ideas. – El gobierno republicano-socialista emprendíó un amplio programa de reformas, las principales medidas fueron:
- La reformas socio-laboral: tenían un triple objetivo: regular las relaciones entre patronos y obreros, hacer reformas laborales y mejorar administrativamente el Ministerio de Trabajo, Aprobó la Ley de Contratos de Trabajo, la Ley de Jurados Mixtos y la Ley de Asociaciones. Descendíó el nivel de conflictividad por la colaboración de la UGT, pero se radicalizaron las posturas de anarquistas y comunistas.
- La reforma agraria. Era necesario acabar con la gran propiedad latifundista, mejorar las condiciones de vida del campesinado y aumentar los rendimientos agrícolas. Para ello se aprueba Ley de Reforma Agraria, para su aplicación se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA). Sin embargo, supuso una considerable frustración para los campesinos porque se tardó demasiado en elaborar, aprobar y llevar a cabo. Por un lado, hubo fuertes resistencias por parte de los propietarios y, por otro, la decepción de los campesinos hizo que ocuparan ilegalmente las tierras, producíéndose importantes insurrecciones.
- La reforma religiosa. Tuvieron la firme intención de limitar la influencia de la Iglesia católica y secularizar la sociedad española. La República adoptó, entre otras, las siguientes medidas: a) La extinción, en el plazo de dos años, del presupuesto de clero y culto; b) La disolución de la Compañía de Jesús (Jesuitas) y la confiscación de sus bienes; c) La prohibición a las órdenes religiosas de ejercer la enseñanza; d) El reconocimiento del matrimonio civil y del divorcio. La consecuencia directa fue el descontento de amplios sectores del clero y de parte de la población.
- La reforma militar. Los objetivos eran que el ejército fuese fiel a la República, aumentar su eficacia y reducir el número de oficiales. Se tomaron las siguientes medidas: a) Se colocó al frente de las principales capitánías generales a militares de confianza política; b) Se publicó la Ley de Retiro de la Oficialidad que permitía a todos los oficiales pasarse de forma voluntaria a la reserva sin disminución de sueldo ; c) Se creó la Guardia de Asalto, para mantener el orden público. Ante estas medidas, una parte del ejército se mantuvo fiel a la República, mientras que otros siguieron protagonizando pronunciamientos e intentos de Golpe de Estado.
- La reforma del Estado centralista. Se formalizó el Estatuto de Cataluña (Estatuto de Nuria). El País Vasco, Galicia y Andalucía también promovieron sus estatutos de autonomía, aunque, por un motivo u otro, no llegaron a entrar en vigor. La aprobación del Estatuto de Cataluña junto con la Ley Agraria fueron los motivos de la denominada “Sanjurjada”, que fue un fallido Golpe de Estado protagonizado por el General Sanjurjo.
- La reforma educativa y cultural. Los republicanos aspiraban a una educación primaria gratuita, laica y obligatoria y a la extensión de la cultura al mundo rural. Se crearon más de diez mil escuelas y se incorporó a siete mil nuevos maestros/as. Se crearon las Misiones Pedagógicas en el mundo rural. Pese a todo, la realidad es que la materialización quedó por debajo de las previsiones.
Todas estas reformas se llevaron a cabo en un contexto de crisis económica mundial y con fuertes resistencias, lo que ocasiónó una gran conflictividad social y la división en el propio gobierno, mientras que crecía la oposición.