15.2 La consolidación del régimen en 1957, el modelo autárquico y totalitarista estaba agotado.
Franco y los dirigentes franquistas eran conscientes de que españa debía salir de su aislamiento y buscar reconocimiento de las democracias occidentales. Firman el tratado de Roma que constituye el mercado común europeo, y ese mismo año, comienza la transformación del régimen franquista, con la constitución de un gobierno que deja fuera a falange y supone el ascenso de los tecnócratas, pertenecientes al opus dei, y los reformistas del movimiento y su proyecto común de aproximación económica a la Europa occidental. Sin perder el carácter fuertemente autoritario, el régimen desarrolla la denominada democracia orgánica, la transformación comienza con la ley de principios fundamentales del movimiento (1958), que establecía como forma de estado la monarquía (aún sin rey), que debía ser católica, social y representativa. Siguió con la ley de bases de la seguridad social (1963) completada con la ley de la seguridad social de 1966, la creación del tribunal de orden público para reprimir los llamados “delitos políticos”, la ley de prensa de 1966, propuesta por el entonces ministro de información, Manuel fraga, que levantó algo la presión de la censura. La ley orgánica del estado (1966), última de las leyes fundamentales del movimiento. En 1967 se aprueba la ley de libertad religiosa por la que se concedía libertad de culto a las religiones no católicas. El proceso de institucionalización del régimen franquista concluye con la promulgación de la ley de sucesión a la jefatura del estado (1969), por la que Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, fue designado sucesor de Franco “a título de rey”, la nueva monarquía debía estar apoyada en el espíritu de la sublevación del 18 de Julio y sus principios fundamentales. Con el nuevo proceso de institucionalización del régimen, las distintas familias políticas de la primera etapa pierden su antigua influencia. La figura clave en esta transformación va a ser el almirante Carrero blanco, hombre de confianza de Franco y en quien iba a depositar el proceso de continuación del sistema al nombrarle presidente del gobierno en 1973. Se les denominó tecnócratas o aperturistas, y chocaban con otro sector, encabezado por José Solís, que no acababan de ver claro la continuidad monárquica.2.
Franco y los dirigentes franquistas eran conscientes de que españa debía salir de su aislamiento y buscar reconocimiento de las democracias occidentales. Firman el tratado de Roma que constituye el mercado común europeo, y ese mismo año, comienza la transformación del régimen franquista, con la constitución de un gobierno que deja fuera a falange y supone el ascenso de los tecnócratas, pertenecientes al opus dei, y los reformistas del movimiento y su proyecto común de aproximación económica a la Europa occidental. Sin perder el carácter fuertemente autoritario, el régimen desarrolla la denominada democracia orgánica, la transformación comienza con la ley de principios fundamentales del movimiento (1958), que establecía como forma de estado la monarquía (aún sin rey), que debía ser católica, social y representativa. Siguió con la ley de bases de la seguridad social (1963) completada con la ley de la seguridad social de 1966, la creación del tribunal de orden público para reprimir los llamados “delitos políticos”, la ley de prensa de 1966, propuesta por el entonces ministro de información, Manuel fraga, que levantó algo la presión de la censura. La ley orgánica del estado (1966), última de las leyes fundamentales del movimiento. En 1967 se aprueba la ley de libertad religiosa por la que se concedía libertad de culto a las religiones no católicas. El proceso de institucionalización del régimen franquista concluye con la promulgación de la ley de sucesión a la jefatura del estado (1969), por la que Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, fue designado sucesor de Franco “a título de rey”, la nueva monarquía debía estar apoyada en el espíritu de la sublevación del 18 de Julio y sus principios fundamentales. Con el nuevo proceso de institucionalización del régimen, las distintas familias políticas de la primera etapa pierden su antigua influencia. La figura clave en esta transformación va a ser el almirante Carrero blanco, hombre de confianza de Franco y en quien iba a depositar el proceso de continuación del sistema al nombrarle presidente del gobierno en 1973. Se les denominó tecnócratas o aperturistas, y chocaban con otro sector, encabezado por José Solís, que no acababan de ver claro la continuidad monárquica.2.