Libertad e Igualdad en el Estado Ideal de Rousseau y la Intolerancia Religiosa según Locke


Jean-Jacques Rousseau: La Búsqueda de la Libertad y la Igualdad

Contexto del Autor

Jean-Jacques Rousseau, filósofo suizo (nacionalizado francés) del siglo XVIII, fue un crítico de la sociedad de su tiempo y del exceso de confianza en el progreso. Según él, el desarrollo de la cultura no se ha visto acompañado por un verdadero progreso de la humanidad, especialmente en la moralidad y la felicidad. Sus principales obras son: El contrato social, Emilio y Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres.

El Bien Común: Libertad e Igualdad

El bien más grande, el que debe constituir la meta del sistema legislativo de cualquier Estado, es asegurar la libertad y la igualdad de los ciudadanos.

Ideas Principales

  • El objetivo del Estado es asegurar la libertad y la igualdad de los ciudadanos.
  • Impedir la libertad supone quitar fuerza al Estado. Para que sea posible la libertad, debe respetarse la igualdad.
  • La igualdad no consiste en que todos los ciudadanos tengan el mismo poder y la misma riqueza, sino en que nunca tal poder se ejerza con violencia ni la acumulación de riqueza dé la posibilidad de que unos hombres compren a otros.

Relación entre las Ideas

El texto inicia con la tesis de Rousseau acerca del fin de todo sistema legislativo: la libertad y la igualdad, que son imprescindibles. La primera, para no quitar fuerza al Estado; la segunda, porque sin igualdad no hay libertad. El resto del texto expone los rasgos de la igualdad: no significa uniformidad en el reparto del poder o de la riqueza, sino que excluye la violencia y el exceso de riquezas.

Explicación de las Ideas

Según Rousseau, el pacto social no ha servido para proteger a todos, sino para mantener el poder en manos de unos pocos ricos privilegiados. Como consecuencia, el deterioro moral y la desigualdad han crecido. Rousseau propone un nuevo contrato social para un Estado radicalmente diferente.

En dicho Estado, es fundamental reconocer como meta del sistema legislativo el respeto a la libertad y la igualdad. El objetivo final de las leyes debe ser garantizar que los ciudadanos sean libres e iguales.

Para Rousseau, en el estado natural, antes de la sociedad, los hombres eran libres, iguales y vivían en armonía. No es posible volver a esa situación, pero debemos construir una sociedad más justa, igualitaria y feliz. La libertad debe ser el núcleo del nuevo Estado.

La fuerza del Estado es proporcional al grado de libertad de sus ciudadanos, porque es una asociación voluntaria de individuos que entregan sus derechos a la comunidad, la cual se convierte en una fuerza común más potente. Los individuos se transforman en ciudadanos, quienes convierten su libertad natural en libertad civil. El ciudadano no entrega su libertad a otro individuo, sino a la colectividad. Esta libertad se refleja en la voluntad general, que defiende el bien común por encima de los intereses particulares.

El Estado también debe garantizar la igualdad, imprescindible para la libertad. Esto no significa que todos tengan el mismo poder ni la misma riqueza. El poder nunca se ejercerá con violencia y se someterá a las leyes. La diferencia entre ricos y pobres no llegará al punto en que unos puedan comprar a otros.

John Locke: La Intolerancia Religiosa como Fuente de Conflicto

Contexto del Autor

John Locke, filósofo empirista inglés del siglo XVII, consideraba la experiencia sensible como la fuente y el límite del conocimiento. Su filosofía política sienta las bases del liberalismo moderno y defiende los ideales de la burguesía. Sus principales obras son Ensayo sobre el entendimiento humano y Dos tratados sobre el gobierno civil.

La Intolerancia: Origen de las Guerras de Religión

Las guerras de religión no han tenido su origen en la diversidad de creencias u opiniones, sino en la intolerancia alentada por los jefes de la iglesia.

Ideas Principales

  • Los conflictos en el seno del cristianismo no han surgido por la diversidad de opiniones, sino por la intolerancia.
  • Los jefes de la Iglesia, por avaricia y ansia de poder, han utilizado a las ambiciosas autoridades políticas y a las masas supersticiosas, convenciéndolos de que a los herejes y cismáticos hay que destruirlos.
  • De esta manera, se han confundido Iglesia y Estado, dos realidades que deben estar separadas.

Relación entre las Ideas

El texto parte de un hecho constatable para Locke: las guerras de religión en Europa son fruto de la intolerancia, no de la existencia de varias religiones. El origen de esta intolerancia está en la actitud de las autoridades eclesiásticas, que se aprovechan de la ambición de los políticos y de la superstición de las masas. Todo ello revela la confusión entre Iglesia y Estado.

Explicación de las Ideas

En la Carta sobre la tolerancia, Locke defiende la libertad de conciencia. Consciente de las guerras en Europa, subraya que no ha sido la diversidad de creencias la causa, sino la intolerancia. La causa de la intolerancia está en el comportamiento de los pontífices de la Iglesia, a quienes califica de avaros con ansias de poder. Estos han utilizado a los políticos ambiciosos y a las masas crédulas, convenciéndolos de que hay que destruir a quienes mantienen otras creencias. Es la jerarquía eclesiástica la responsable del fanatismo.

Locke se refiere a la Iglesia católica, que considera la más intolerante y peligrosa, la única, junto a los ateos, que debe ser excluida de la tolerancia. El problema radica en que los jefes de la Iglesia se han adueñado del poder de coerción propio de las autoridades civiles, cuando la única medida disciplinaria de cualquier Iglesia debe ser la excomunión. Toda persecución es anticristiana, pues el principio fundamental del cristianismo es el amor. Los intolerantes van contra el Evangelio y la caridad.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *