Libre Albedrío y Demostración de la Existencia de Dios: San Agustín y Santo Tomás de Aquino


San Agustín y el Libre Albedrío

En el fragmento de «Sobre el libre albedrío», San Agustín reflexiona sobre el papel del libre albedrío en la relación entre el ser humano y la justicia divina. Defiende que el libre albedrío es un don otorgado por Dios para que el hombre pueda obrar conforme a la razón y al bien. La tesis principal del texto es que el libre albedrío es esencial para que exista justicia, tanto en el castigo como en el premio, y que su correcta utilización está orientada a vivir rectamente.

San Agustín argumenta que el libre albedrío no fue dado para pecar, sino para actuar conforme a la rectitud. Por ello, cuando el ser humano utiliza este don para desviarse del bien, Dios lo castiga justamente. Si el libre albedrío hubiera sido dado tanto para obrar bien como para pecar, no sería justo que el hombre fuera castigado por sus pecados, ya que estaría cumpliendo con un propósito para el que fue creado. Por tanto, el castigo divino evidencia que el libre albedrío fue dado con una intención específica: vivir según la razón y la moral. El autor compara este mal uso con desobedecer la finalidad para la cual algo fue diseñado.

También señala que sin libre albedrío no podrían existir ni pecado ni virtud, ya que las acciones humanas dejarían de ser responsables si no fueran libres. Tanto el castigo por el pecado como la recompensa por las buenas acciones serían injustos si el hombre no tuviera libertad para elegir. Una buena acción realizada sin libertad carecería de mérito moral, y un acto malo sin voluntad no podría ser considerado pecado. Esto refuerza la idea de que el libre albedrío es una condición necesaria para que exista justicia.

Finalmente, el autor afirma que la justicia divina en el castigo y en el premio es un bien que procede de Dios, y que esta justicia solo es posible si el hombre tiene la capacidad de decidir libremente. Así, la existencia del libre albedrío garantiza que las acciones humanas puedan ser juzgadas con justicia, permitiendo que Dios premie lo bueno y castigue lo malo de manera legítima.

Santo Tomás de Aquino y la Demostración de la Existencia de Dios

Santo Tomás de Aquino busca demostrar la existencia de Dios utilizando únicamente la razón y la experiencia, sin recurrir a la fe ni a argumentos de autoridad de la Biblia. Su enfoque es dialéctico, lo que significa que no parte de sus propias tesis, sino que comienza refutando los argumentos contrarios a la existencia de Dios. De esta manera, pretende demostrar que las objeciones a la existencia de Dios no son válidas, lo que le permite defender la idea de que la existencia de Dios puede ser probada racionalmente.

Objeciones a la Existencia de Dios y Respuestas de Santo Tomás

Santo Tomás aborda dos objeciones fundamentales a la existencia de Dios:

  1. La existencia del mal: Si Dios es infinito y el Bien Absoluto, entonces no debería existir el mal. Si el mal existe, parecería que Dios no existe. Santo Tomás responde que el mal no es una entidad por sí misma, sino una privación del bien. Además, el mal puede ser una oportunidad para un bien mayor, como la libertad humana, que implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal.
  2. La simplicidad explicativa: No es necesario recurrir a un principio sobrenatural para explicar el mundo, ya que todo puede explicarse mediante principios naturales (recordando la «navaja de Ockham»). Santo Tomás responde que, aunque la explicación de los fenómenos naturales puede hacerse a través de causas naturales, esto no excluye la necesidad de un principio sobrenatural que dé origen a todas esas causas, es decir, Dios.

Las Cinco Vías para Demostrar la Existencia de Dios

Santo Tomás de Aquino utiliza un método dialéctico y a posteriori (basado en la observación) para probar la existencia de Dios. Formula cinco vías, que siguen un proceso lógico desde un hecho observable hasta la conclusión de que debe existir un ser necesario (Dios):

  1. Vía del movimiento: Todo lo que se mueve es movido por otro. Debe haber un primer motor inmóvil, que mueva sin ser movido: Dios.
  2. Vía de las causas eficientes: Todo tiene una causa eficiente. Debe haber una causa eficiente primera, que cause sin ser causada: Dios.
  3. Vía de la contingencia: Existen seres contingentes (que pueden existir o no). Debe haber un ser necesario que garantice la existencia: Dios.
  4. Vía de la jerarquía de valores: Existen grados de perfección. Debe existir un ser perfecto en grado sumo, causa de toda perfección: Dios.
  5. Vía del orden (teleología): El mundo muestra un orden y una finalidad. Debe existir una inteligencia ordenadora que dirige todo: Dios.

Respuestas a las Objeciones y Limitaciones del Conocimiento de Dios

Santo Tomás reafirma sus respuestas a las objeciones iniciales. El mal es una privación del bien, y Dios lo permite para posibilitar un bien mayor (como la libertad). Añadir a Dios como principio explicativo no es redundante, sino necesario para una comprensión completa.

Aunque las cinco vías demuestran la existencia de Dios, Santo Tomás reconoce que nuestro conocimiento de Dios es limitado. Racionalmente, solo podemos conocer a Dios de forma negativa (lo que no es). Sin embargo, podemos conocer algo de su naturaleza por analogía con el mundo creado, ya que Dios es su causa.

Conclusión: Razón y Fe en la Demostración de la Existencia de Dios

Las cinco vías de Santo Tomás son una forma de demostrar la existencia de Dios a través de la observación y el razonamiento lógico. Rechaza las objeciones contra la existencia de Dios, subrayando que la razón humana puede llegar a la certeza de la existencia de Dios, aunque nuestro conocimiento de Él siempre será limitado y parcial.

Contraargumentos a las Vías de Santo Tomás

Se presentan algunos contraargumentos comunes a las vías de Santo Tomás:

  • Argumento de la Causa Primera:
    • Santo Tomás: Todo tiene una causa, y debe haber una causa primera (Dios).
    • Contraargumento: ¿Por qué detenerse en Dios? Se cuestiona la imposibilidad de una cadena infinita de causas o se plantea que la excepción de un «Dios no causado» es arbitraria.
  • Argumento de la Contingencia:
    • Santo Tomás: Debe haber un ser necesario (Dios) para explicar la existencia de los seres contingentes.
    • Contraargumento: Se critica la idea de un ser necesario, sugiriendo que el universo podría ser un «hecho bruto» sin explicación o que la necesidad aplicada a Dios no es más razonable que aplicarla al universo.
  • Argumentos del Grado y la Teleología (Vías 4 y 5):
    • Santo Tomás: Los grados de perfección y el orden del universo apuntan a un ser máximo y una inteligencia divina (Dios).
    • Contraargumento: Se argumenta que el orden puede explicarse por la evolución o principios naturales, y que la subjetividad de la perfección cuestiona la necesidad de una fuente objetiva como Dios.

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