Fernando Es un joven muy atractivo, lo dicen 1 varios personajes y lo dice Buero en acotación “Fernando es, en efecto, un muchacho muy
guapo”.
Trabaja en una papelería, por lo que podemos incluirle en la clase media, aunque en un
nivel muy cercano al proletariado, del que vanamente intenta diferenciarse. No le gusta su
trabajo y tiene la cabeza llena de planes, lo que contrasta con su inacción, no es más que un
iluso incapaz de hacer realidad sus sueños. Cuando manifiesta su propósito de ponerse a
trabajar, Urbano se ríe porque sabe que Fernando no es más que un soñador y un gandul.
Tratando de hacerle reaccionar, Urbano le insulta, pero lo único que consigue es que
Fernando se moleste con él. “Gandulazo” es el adjetivo que mejor lo define.
Los vecinos lo conocen mejor que su propia madre, primera de las mujeres que creyó
en él y en su futuro como ingeniero, escritor, poeta… También creyó en él Elvira, quien, ya
tarde, se da cuenta de que solo eran ensoñaciones del joven. Cuando ya es su mujer solo le
queda lamentarse. Fernando traiciona la confianza de las tres mujeres que más le han querido:
su madre, Carmina y Elvira. Sin embargo, se traiciona sobre todo a sí mismo, eligiendo el
camino más fácil, aceptar el dinero de D. Manuel al casarse con Elvira.
Es insolidario, individualista, contemplativo e intenta madurar por sí mismo.
Urbano En la acotación que precede a su primera 2 intervención, Buero nos explica que Urbano
es un proletario, trabaja de obrero en una fábrica.
Se ve a sí mismo como un hombre incapaz de superarse mediante su talento. Cree que
solo puede enfrentarse a las condiciones sociales amparándose en la fuerza del sindicato. Se
considera de una clase social sometida.
Sin embargo, nos sorprenden los términos de su declaración a Carmina en el segundo
acto, en el que casi nos parece estar escuchando a Fernando.
Urbano ama a Carmina, pero sabe que no es correspondido. Solo decide manifestarle
su amor para evitar que esta pase apuros económicos.
La causa de la frustración de Urbano es de carácter social: fracasa la estructura socio-
económica sobre la que se había apoyado, en la que confiaba y desde la que luchaba para
mejorar las condiciones económicas y sociales de todos los trabajadores.
No sabemos por qué se quiebra la ilusión de Urbano por el sindicato. El autor se limita
a decir que el sindicato fracasó por la falta de solidaridad (ha transcurrido una Guerra Civil entre los dos últimos actos).
Carmina Es una preciosa muchacha de aire sencillo y pobremente vestida.
Enamorada de Fernando desde que era niña. Tras un breve titubeo, acepta la proposición de matrimonio de Fernando al final del primer acto. A través de las palabras del joven, la muchacha vislumbra un futuro feliz.
En el segundo acto, Carmina termina aceptando 3
la petición de Urbano de casarse con
ella para librarse de la vida llena de miseria que seguramente le esperaría tras la muerte de su
padre. Suponemos que continúa enamorada de Fernando, quien es marido de Elvira. Este
matrimonio los lleva a ambos a la desdicha. • ELVIRA
Es una linda muchacha vestida de calle. Ella y su padre gozan de una posición
económica superior.
Está enamorada de Fernando, al que no duda en ayudar económicamente cuando tiene
ocasión y a quien persigue, a pesar de la aversión que él le muestra.
En el paso del primer al segundo acto, Elvira ha conseguido casarse con Fernando. Pero
observamos que el matrimonio no se lleva bien, Elvira se ha arrepentido de su decisión y
reprocha a su marido. Desde que se casó, Elvira ha descendido en la escala económico- social
que disfrutaba cuando vivía con su padre, porque, al
fallecer su padre, no salen de la pobreza.
Además, su matrimonio la lleva a la desdicha.
Solo en un momento deja de disimular ante los demás, casi al final de la obra, y
reconoce el desastre de su matrimonio. Aunque había
intentado disimular unas relaciones
correctas con el resto de los vecinos, al insultar a Urbano y Carmina manifiesta sus prejuicios
de clase. El odio, el rencor y el desprecio de Elvira (especialmente a Carmina) se hace
incontenible.
La obra fue estrenada en el Teatro Español de 1 Madrid la noche del 14 de Octubre de 1949, ya
que había ganado el premio Lope de Vega en
1948 y, además de aportación económica, uno de
los premios era su estreno en dicho teatro. Fue un éxito inmediato que consagró a Buero
Vallejo como dramaturgo de primera línea aclamado por la crítica.
Este drama, con apariencia de comedia o sainete, presenta en tono falsamente amable y
desenfadado la vida de un vecindario humilde en una escalera de vecindad. Nunca se nombra
la fecha exacta ni la ciudad donde está situada la acción, pero hay en el texto suficientes datos
para deducir que se trata del Madrid de los años cuarenta.
Usando un tono cercano al de las fábulas morales y al del teatro burgués y urdiendo una
mezcla de pequeñas historias sin importancia acerca de
la vida de unos vecinos de la clase
obrera madrileña, Buero logró un retrato colectivo de un grupo de olvidados.
Los tres actos de la obra se desarrollan en un tramo de escalera con dos rellanos, allí se
comentan los chismes y se escuchan las discusiones; allí se reflejan los proyectos y los sueños
de todos los vecinos. Todos los vecinos se sienten ligados a ella, algunos la odian porque, al
sentirse encadenados a esta escalera, han ido perdiendo sus sueños; otros la consideran una
vieja compañera.
La crítica considera que la escalera es el elemento central de la obra, un elemento que da lugar a múltiples interpretaciones, como la de considerarla un personaje más de la obra,
símbolo del fracaso y del paso del tiempo, envejece junto a los personajes y es imagen de la inmovilidad social y personal pues asfixia las 2 ilusiones de los personajes, los que pueden salir al exterior, pero siempre volverán a ella.
El título posee una doble lectura, por un lado, encontramos la literal o denotativa que se basa en la narración de una serie de acontecimientos que transcurren en la escalera de una
casa modesta de vecindad; por otro lado, tenemos la
lectura simbólica o connotativa que se
refiere al espacio social cerrado del que los personajes no pueden salir (inmovilismo social).