Los Estados Liberales Democráticos Europeos a finales del siglo XIX y principios del XX


1. Los estados liberales democráticos europeos

Se consolidaron sistemas políticos liberales democráticos, que establecían la separación de poderes, ampliaron el derecho a voto y garantizaron los derechos fundamentales. Las diversas opciones políticas se organizan en partidos que podían propagar sus ideas y presentarse a las elecciones. Tres grandes potencias: Gran Bretaña, Francia y Alemania, fueron ejemplos de diferentes fórmulas políticas en la Europa del cambio de siglo.

1.1 Gran Bretaña, la monarquía liberal

Gran Bretaña vivió durante el largo periodo del reinado de Victoria I, denominado era victoriana. Su sistema político se basaba en el poder de dos grandes partidos: los conservadores y los liberales. A finales de la década de 1890 los liberales perdieron influencia entre los trabajadores, que optaron por el nuevo partido laborista.

El proceso de democratización del sistema liberal inglés se basó en diversas leyes de Reforma. Ampliando el derecho a voto, excepto a los indigentes, los sirvientes y las mujeres, el resto de la población podía votar. A finales del siglo, la enseñanza era obligatoria y gratuita de los cinco a los 13 años, en 1906 el nuevo partido laborista aprobó la reducción de la jornada laboral a ocho horas en las minas y se crearon comisiones para instaurar seguros médicos de vejez y paro.

1.2 Francia, del II Imperio a la III República

Napoleón Bonaparte, presidente de la Segunda República en 1848, realizó un golpe de estado en 1851, con el apoyo de los sectores más conservadores. En 1852 proclamó el Segundo Imperio francés y se coronó emperador. Su mandato se caracterizó por un poder personalista basado en el orden, el crecimiento económico y la persecución de la oposición.

La buena coyuntura económica permitió una cierta paz social: se hicieron grandes obras públicas, creció la industria, apoyada por la banca, y se promulgaron leyes para proteger a los obreros. Las diferencias sociales y la falta de libertades mantuvieron una fuerte oposición al régimen del Segundo Imperio. Napoleón emprendió una política exterior intervencionista que culminó con la declaración de guerra a Prusia.

La derrota francesa en Sedán frente a Prusia en 1870 provocó la caída del imperio de Napoleón III y la proclamación de la Tercera República. Francia se convirtió en la única potencia europea cuyo régimen político era una República. La Tercera República francesa tenía dos cámaras legislativas (Asamblea y Senado) y un presidente electo con pocos poderes. En este periodo se impulsó la democratización política: se restauraron las libertades públicas, se instauró el sufragio universal, se decretó la elección de los alcaldes y se legalizaron los sindicatos obreros.

1.3 La Alemania de Bismarck

Alemania inició la construcción del nuevo Estado y se convirtió en una gran potencia que aspiraba a extender por el continente su poder e influencia. La Alemania del Segundo Reich se forjó bajo la dirección del canciller Bismarck y del káiser Guillermo I. Para evitar un estallido revolucionario, se impulsaron reformas sociales que favorecían a las clases populares: leyes de seguro de enfermedad, de accidentes de trabajo y de pensiones. Alemania fue paradigmática de un modelo de cambio entre el autoritarismo y la reforma democrática.

3. Francia: el modelo de república democrática

La Tercera República francesa se esforzó no solo por crear y consolidar nuevas instituciones políticas, sino por instaurar símbolos y costumbres que unieron a la población con los principios de la Revolución de 1789 y los valores republicanos. Se abrió un proceso de laicización del Estado y de disminución de la influencia social de la Iglesia, y se instauró la escuela obligatoria, laica y gratuita.

Dos grandes partidos republicanos surgieron: en 1880 y en 1905 se fundó un partido socialista, la Sección Francesa de la Internacional Obrera, con gran influencia entre la clase trabajadora. Un sector monárquico conservador se manifestaba en contra de las reformas, y un creciente movimiento obrero de carácter socialista reclamaba cambios de mayor justicia económica.

4. ¿Cómo se convirtió Alemania en una gran potencia?

Alemania se convirtió en una gran potencia económica. A finales del siglo XIX, era el estado más poblado de Europa occidental, había doblado su producción y era la segunda potencia industrial del mundo. Su industrialización se nutría de las técnicas y experiencias de la Revolución Industrial británica. Se basaba en una profunda colaboración entre los industriales, la banca y el Estado. Constituía un proyecto colaborativo para convertir Alemania en una nación poderosa.

Los éxitos económicos estimularon un fuerte sentimiento nacionalista. En 1891 se fundó la Liga Pangermanista, que pedía una expansión territorial que diera al pueblo alemán el espacio que necesitaba. En 1914 se manifestaría de forma agresiva e imperialista.

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