Reinado de los Reyes Católicos: Unificación y Expansión de España
6.1 Unión Dinástica: Integración de las Coronas de Castilla y Aragón
El matrimonio (1469) de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón dio origen, al acceder ambos al trono, a una nueva entidad política: la Monarquía hispánica. Esta debe entenderse como una unión dinástica de dos coronas, en las que cada reino siguió rigiéndose por sus leyes, instituciones y moneda. Las Cortes de cada reino permanecieron diferenciadas, incluso existían aduanas entre ambos reinos, conformando un Estado plural que solo tenía en común una misma monarquía. La palabra España aún no tenía un significado político.
Las decisiones reales eran firmadas por representantes de ambos reinos, cuyas instituciones se juraron mutua lealtad. A pesar de este aparente equilibrio, el mayor peso territorial, demográfico y económico de Castilla originó una creciente castellanización de la monarquía y un descenso del peso político de la Corona de Aragón a lo largo de los siglos XVI y XVII.
6.2 La Conquista del Reino Nazarí y la Incorporación del Reino de Navarra
Los Reyes Católicos se propusieron hacer de la conquista de Granada la primera gran empresa política de su reinado. Para unificar la religión católica, era necesario acabar con el último reducto musulmán en la Península. Se inició una guerra en la que los Reyes Católicos utilizaron los recursos militares de Castilla y Aragón. La guerra duró diez años. El último rey de Granada, Boabdil, negoció con los Reyes Católicos las condiciones de la rendición del territorio que aún conservaba, Granada y su vega. Finalmente, se ocupó la ciudad y, en las condiciones de la capitulación (1492), se permitió que los habitantes conservaran su religión, lengua, costumbres y leyes (mudéjares), lo que desencadenaría a corto plazo importantes conflictos. Aunque muchos musulmanes se convirtieron al cristianismo (moriscos), Granada pasó a formar parte de la Corona de Castilla.
En 1512, Fernando el Católico se encontraba en guerra con el rey de Francia (guerras en Italia). Los reyes de Navarra eran aliados de Francia y Fernando les exigió que dieran paso a las tropas aragonesas para atacar a Francia, pero estos se negaron. Apoyándose en esta negativa, Fernando decidió invadir Navarra. En 1515, las Cortes de Burgos proclamaron la incorporación de Navarra a la Corona de Castilla, pero se permitió que los navarros conservasen sus propias instituciones de gobierno y una importante autonomía política.
6.3 La Integración de Canarias y la Aproximación de Portugal
En 1475, tras la proclamación de Isabel como reina de Castilla, Portugal, que apoyaba a su sobrina Juana (hija del fallecido Enrique IV) durante la guerra civil, no reconoció a Isabel como reina hasta la finalización del conflicto en 1479, año en el que Alfonso V (rey de Portugal) la reconoce. Poco después, se produjo una aproximación entre ambos reinos mediante enlaces matrimoniales. Con estos matrimonios, los monarcas castellanos pretendían favorecer la unión política de Castilla y Portugal. Esto pudo realizarse cuando la herencia de ambos recayó en un solo príncipe, como sucedió en 1580 con Felipe II.
Tanto Portugal como Castilla tenían intereses desde mediados del siglo XIV por las rutas atlánticas para expandir sus territorios por la costa africana. Por ello, las islas Canarias eran un punto estratégico. Desde principios del siglo XV, se habían conquistado algunas islas (Lanzarote, Fuerteventura…). En 1479, con el Tratado de Alcáçovas, Portugal reconoció la soberanía de los Reyes Católicos sobre las Canarias. Sin embargo, fue entre 1483 y 1496 cuando los Reyes Católicos completaron la conquista del archipiélago a través de una dura guerra debida a la fuerte resistencia de los pobladores autóctonos: los guanches.
6.4 La Organización del Estado: Instituciones de Gobierno
Los Reyes Católicos pretendieron formar un Estado fuerte basado en una serie de instituciones. La primera y más importante era la Monarquía autoritaria, con la que los Reyes Católicos aglutinaron el poder en torno a ellos, aunque se dejaban asesorar por algunas instituciones como las Cortes. Este era un órgano no permanente (las convocaba el rey), en el que estaban representados los tres estamentos y que tenía carácter consultivo (asesoraban al rey). Poco a poco, las Cortes fueron perdiendo poder a medida que los reyes lo ganaban. Otras instituciones fueron:
- Los Consejos: Órganos permanentes formados por personas de confianza del monarca que lo asesoraban. Había dos tipos: territoriales y ministeriales.
- La Santa Hermandad: Creada en 1476, su función era salvaguardar los caminos de malhechores, con atribuciones policiales, judiciales y de recaudación de impuestos.
- La Audiencia y la Chancillería (Tribunal Supremo): En cuanto a la justicia, se encontraban la Audiencia, la Chancillería y, como último recurso, el Consejo de Castilla.
- La Inquisición: Tribunal eclesiástico encargado de perseguir la herejía en defensa del catolicismo.
- Los Corregidores: Representantes del rey en las ciudades, destacaban en el poder municipal.
Los Reyes Católicos crearon un ejército permanente y un cuerpo permanente que se encargaba de asuntos diplomáticos para reforzar la política exterior. Por último, es importante destacar la figura del virrey, representante de los monarcas que ejercía plena autoridad real.
6.5 La Proyección Exterior bajo los Reyes Católicos: Política Italiana y Norteafricana
Siguiendo la política de la Corona de Aragón desde el siglo XIII, Fernando el Católico continuó con una política de enfrentamiento con Francia y de expansión mediterránea, donde Aragón tenía costas, comercio y posesiones: Baleares, Cerdeña y Sicilia. La conquista de Nápoles era valiosa por su posición estratégica y sus recursos agrícolas y financieros. En 1494, Fernando se enfrentó con Carlos VIII de Francia en una alianza con Venecia, el Papado, Milán y el emperador de Alemania. Francia fue derrotada y Nápoles pasó a la Corona de Aragón.
La lucha contra los turcos y, en general, los musulmanes fue constante, dado el objetivo del reinado de expandir el cristianismo y frenar el avance turco, que ponía en peligro las relaciones comerciales con los territorios italianos y con todos los reinos europeos. Por ello, se llevó a cabo una intensa actividad de conquista en la costa africana, sobre todo a partir de 1505, quedando puntos estratégicos del norte de África (Orán, Trípoli, Melilla…) en posesión de la Corona de Castilla.