Eugenio Coseriu separa los universales del lenguaje de los universales de la Lingüística. Entre los universales del lenguaje distingue tres tipos primarios:
1. Universalidad Conceptual o Universalidad en cuanto Posibilidad
A este respecto, todas las categorías lingüísticas (incluyendo categorías comprobadas en una sola lengua, y también categorías hipotéticas, siempre que no se hallen en contradicción con el concepto del lenguaje) son universales, en el sentido de que constituyen posibilidades universales del lenguaje: podrían encontrarse en lenguas que no conocemos en la actualidad, o ser adoptados por sistemas lingüísticos que podrían razonablemente imaginarse. Todos los hechos comprobados en las lenguas (o imaginados en lenguas posibles) deben considerarse como universales posibles, como posibilidades universales del lenguaje (independientes de las lenguas particulares).
2. Universalidad Esencial o Universalidad en cuanto Necesidad Racional
A este respecto, es universal toda propiedad que pertenezca a los conceptos de lengua y lenguaje o que pueda deducirse de estos conceptos como tales. La mayoría de los universales esenciales son universales genéricos, es decir, propiedades muy generales (como que toda lengua cambia a lo largo del tiempo, o que toda lengua implica una organización gramatical, etc.)
3. Universalidad en cuanto Generalidad Histórica (o Empírica)
Se trata de la universalidad de las propiedades que se comprueban efectivamente en todas las lenguas, al menos en todas las conocidas.
Los universales correspondientes a estos tres tipos de universalidad se denominan, respectivamente, universales posibles, universales esenciales y universales empíricos.
Los dos tipos secundarios son derivaciones por combinación de los tres tipos primarios. Una de estas derivaciones combina posibilidad y generalidad, limitando el número de los elementos constitutivos posibles de las lenguas. La otra derivación combina posibilidad y necesidad, admitiendo una conexión necesaria entre ciertas posibilidades. Los universales correspondientes a estas dos derivaciones los denominaremos universales selectivos y universales implicativos.
Desde el punto de vista del grado de generalidad de los aspectos del lenguaje a los que se aplican, los universales pueden ser genéricos o específicos; los primeros se refieren a principios y normas del lenguaje y de las lenguas considerados en su manera de ser general, sin especificación de los hechos en que se manifiestan; los segundos se refieren a hechos especificados como tales. Hay, asimismo, dos tipos de universales secundarios, a los que E. Coseriu da el nombre de universales selectivos y universales implicativos. Por otra parte, desde el punto de vista del plano semiótico al que se refieren, los universales pueden ser semánticos, relativos al contenido (tanto léxico como gramatical), materiales, referidos a los procedimientos de la expresión, y conectivos, concernientes a la relación entre los dos planos.
Universales del Lenguaje vs. Universales de la Lingüística
Los universales del lenguaje deben distinguirse rigurosamente de los universales de la lingüística. Si los unos son propiedades del lenguaje mismo, que pueden ser establecidas e identificadas por la Lingüística, los otros son propiedades de la lingüística que sólo se justifican por exigencias de orden interno de la lingüística como ciencia: corresponden a nociones y decisiones formales del metalenguaje.
En síntesis, conviene tener presente la diferencia de estatus epistemológico que existe entre universales generales, que se refieren a aspectos pancrónicos de la actividad lingüística, universales metalingüísticos, que afectan más bien a los modelos de descripción lingüística, y universales estrictamente lingüísticos, con los que nos referimos a la realización de categorías concretas del tipo fonema, morfema, función sintáctica.
La Lingüística Generativo-Transformativa
La lingüística generativo-transformativa distingue entre universales sustantivos (conjunto de conceptos técnicos que el lingüista establece a la hora de construir una gramática, por ejemplo, el uso de categorías sintácticas como Verbo, Sintagma Nominal, Nombre, etc., o el de tipologías SVO – VOS, etc., en el orden de las palabras) y universales formales (reglas de la gramática como la inversión del orden de las palabras en una tipología dada), mientras que Greenberg y B. Comrie hablan de universales implicacionales (unos implican otros, como el de que una lengua con orden VSO deba poseer preposiciones) y universales no implicacionales (por ejemplo, que todas las lenguas tengan vocales no implica que alguna de ellas deba ser nasal).