La Escuela de Atenas (1509-1511). RAFAEL SANZIO:
En La Escuela de Atenas aparecen representados una serie de personajes (sabios, artistas y filósofos) que están en el interior de un grandioso edificio cubierto con bóvedas de cañón artesonadas y un amplio espacio central sobre el cual percibimos parte del tambor de una gran cúpula. El marco arquitectónico es un ámbito grandioso de espacios amplios y luminosos que recuerda las grandes construcciones de la Roma imperial y el proyecto de San Pedro del Vaticano. En los nichos laterales aparecen dos representaciones escultóricas: a la izquierda, Apolo que personifica el conocimiento filosófico y el poder de la razón, y a la derecha Atenea, encarnación de la sabiduría.En el centro de la composición se encuentran los dos grandes filósofos de la Antigüedad: Platón con el Timeo bajo el brazo y elevando el dedo índice hacia el cielo (el idealismo) quiere expresar el valor de las ideas, mientras que Aristóteles, sosteniendo la Ética en una mano y con la palma de la otra vuelta hacia abajo (el empirismo) quiere expresar el valor de la experiencia. Se representan así los dos caminos de aproximación al conocimiento. Los personajes aparecen en una gran variedad de posturas y expresiones, lo que supone un estudio detallado y profundo de cada figura. Podemos apreciar una cierta idealización, ya que todos rebosan dignidad en sus rostros y actitudes, como si estuvieran por encima de los aspectos cotidianos de la vida y sus únicas ocupaciones fueran el arte, la ciencia y el pensamiento. El espacio se ha representado de acuerdo con las leyes de la perspectiva lineal. El tema representado en La Escuela de Atenas es, en definitiva, el de la búsqueda racional o filosófica de la Verdad.
La tempestad (1500-1505). IL GIORGIONE:
Se trata de una de las pocas obras que con seguridad podemos atribuir a Giorgione y supone una ruptura total con la tradición veneciana anterior. Se trata de una de las pocas obras que con seguridad podemos atribuir a Giorgione y supone una ruptura total con la tradición veneciana anterior. Aparece una nueva relación entre Hombre y Naturaleza,
El medio natural, es el protagonista del cuadro. Sobre el tema hay numerosas interpretaciones. Entre ellas destacamos la interpretación según la cual el joven es el bello cazador Yasio que observa cómo su amante Ceres amamanta a su hijo Pluto mientras Júpiter aparece al fondo bajo la forma de un rayo. Algunos elementos del cuadro como la cigüeña sobre el tejado, las columnas rotas o la serpiente en el suelo, añaden más interrogantes a esta pintura. La obra supone un enfoque totalmente innovador tanto en su tratamiento pictórico, ya que Giorgione pinta directamente con el color sin un dibujo previo, como en su composición. Esta se encuentra perfectamente equilibrada por los dos personajes que aparecen a cada lado de la escena: a la izquierda, un joven que mira hacia lo lejos y a la derecha, una mujer desnuda, con una tela blanca sobre los hombros, sentada sobre la hierba y amamantado a un niño. En un segundo plano dos grupos de árboles refuerzan la composición enmarcando las ruinas, el arroyo y los muros de la ciudad. Toda la escena está envuelta en una atmósfera sobrecogedora proporcionada por el cielo tormentoso atravesado en esos momentos por un rayo.
Retrato ecuestre de Carlos V (1548). TIZIANO VECELLIO:
En esta obra se conmemora la gran victoria de las armas imperiales sobre los protestantes en la célebre batalla de Mühlberg. Sin embargo, el artista no se recrea en la derrota militar, sino en laexaltación de la figura del emperador que se recorta sobre un bellísimo y plácido paisaje de bosque, con el río Elba, en cuyas proximidades tuvo lugar la batalla, al fondo. Una luz de atardecer ilumina la escena otorgándole un aire de recogimiento, así como un aura especial al personaje. Tiziano realiza un magnífico retrato ecuestre que evoca los monumentos ecuestres de la Antigüedad y que se convertirá en referencia para artistas posteriores, influyendo por ejemplo en los retratos de Velázquez. El emperador aparece como soldado de Cristo y jefe de un ejército victorioso en defensa de la Cristiandad. Su rostro, cuyos rasgos suaviza el artista, presenta un gesto de cierta melancolía, pero también de determinación. Tiziano hace un magnífico uso del color, con una pincelada cada vez más suelta, especialmente de las tonalidades cálidas que dominan en la obra y capta a la perfección las diferentes calidades, desde el brillo de los metales en la soberbia armadura, hasta la suavidad del terciopelo o el pelaje del animal.
Monasterio de El Escorial:
El proyecto lo inicia Juan Bautista de Toledo, que había trabajado en Roma con Miguel Ángel, pero muere repentinamente en 1567, pasando a dirigir las obras su discípulo Juan de Herrera que simplificó el edificio y definió el estilo herreriano o escurialense. La planta es rectangular sobresaliendo un fondo, quedando forma de parrilla, símbolo del martirio de San Lorenzo. En el interior se abren patios. En el centro se sitúa la iglesia, de cruz griega y gran cúpula, bajo ella está el panteón real. Al exterior es una obra austera y sobria, sin ornamento, destacando el muro de granito, solo roto por sencillas ventanas adinteladas. Su elegancia radica en las seis torres, los tejados de pizarra a dos aguas con buhardillas, y los remates piramidales con bolas. Sólo la fachada principal rompe la austeridad con un pórtico de dos cuerpos y la figura de San Lorenzo cobijada en un nicho. Al construirse el Escorial, España es la primera potencia del mundo y Felipe II el mayor defensor de la Contrarreforma, por ello el carácter monumental del edificio. El edificio arquetípico es el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, mandado construir por Felipe II para que sirviera de panteón y residencia reales, además de templo, monasterio y centro de estudios (biblioteca). Conmemora el triunfo de las tropas españolas en San Quintín, el día de san
Lorenzo, por lo que su forma recuerda una parrilla, el atributo del santo.
RETABLO DEL PILAR DAMIAN FORMENT:
El retablo del Pilar comienza a colocarse en enero de 1518. Siguiendo el esquema tradicional se reparte en dos zonas, banco o predela y cuerpo, que acusan en su diferente realización las dos etapas contractuales. En el primero y en la parte del sotabanco es donde hallamos la mayor influencia renacentista italiana, balaustres, pilastras corintias, guirnaldas, cintas, tondos, láureas, etc. El banco consta de siete escenas, dedicadas a los gozos de la Virgen y se disponen de izquierda a derecha: Abrazo ante la Puerta Dorada, Anunciación, Visitación, Nacimiento, Adoración de los Reyes, Santo Entierro y Resurrección. La zona superior del retablo se articula a modo de gigantesco tríptico, con tres escenas: la Presentación de Jesús en el templo, la Asunción y el Nacimiento de María. Son composiciones amplias y claramente visibles, hechas prácticamente de bulto redondo más que en alto relieve, cuya monumentalidad se define por las figuras de tamaño natural, que imponen por su magnitud, por sus diferentes gestos y posturas. Sobre el grupo de la Asunción está el característico expositor de los retablos aragoneses y la figura de Dios Padre. Las tres escenas se cobijan con grandes doseles góticos.
SAN SEBASTIÁN DE ALONSO DE BERRUGUETE:
La escultura forma parte del retablo de San Benito el Real (Valladolid), que actualmente está desmontado e instalado en el Museo de Escultura de la ciudad tras la desamortización. Se trataba de una obra gigantesca con escenas de la infancia de Cristo, la vida de San Benito además de mártires y profetas. San Sebastián pertenecía al ejército romano en tiempos de Diocleciano, al ser descubierto como cristiano, fue condenado a morir aseteado. La escultura de Berruguete realizada en madera policromada, se apoya en un árbol, y con la inestable posición del cuerpo, provoca la angustia del posterior martirio, la ejecución a flechazos. Sus viajes a Italia donde estudió a Donatello y Miguel Ángel se reflejan en la tendencia manierista de la figura y su canon alargado.
CONDE DE ORGAZ EL GRECO:
Se representa la conocida leyenda relativa al milagro que se produjo cuando al ir a enterrar el cuerpo del conde (que en realidad no era conde sino señor) San Esteban y San Agustín, uno de los Padres de la Iglesia, bajaron del cielo para darle sepultura ellos mismos. El Greco, sin embargo, transforma una leyenda medieval en la reconstrucción realista de un funeral de su época. Todos los requisitos de la misa de difuntos aparecen en el cuadro. También están presentes miembros de las tres órdenes religiosas que asistían a los funerales de los nobles en el siglo XVI. La obra tiene una clara intención ejemplificadora. Gonzalo Ruiz de Toledo, ciudadano ilustre de noble linaje, participó en el enriquecimiento de la ciudad mediante donaciones caritativas a instituciones religiosas, entre ellas los agustinos. Por este hecho Dios le recompensó. El Greco nos ofrece una galería de retratos de personajes de su época, entre ellos el suyo propio y el de su hijo. El lienzo aparece claramente dividido en dos zonas: una terrenal y otra celestial. En la primera se representa la escena del milagroso entierro. En el centro, San Esteban, en cuya túnica vemos la escena de su propio martirio, y San Agustín, con barba blanca, sostienen el cuerpo del caballero revestido con una armadura parcialmente dorada. Un nutrido grupo de personajes de la época, dispuestos de acuerdo con una marcada isocefalia (igual altura de las cabezas), asisten al entierro.