1. La arquitectura del movimiento moderno.
La arquitectura del primer tercio del Siglo XX se divide en dos grandes corrientes: Una, europea, denominada Racionalismo, que tendrá a los arquitectos alemanes de la Bauhaus, a los holandeses del grupo De Stijl y al suizo Le Corbusier como principales representantes. Otra, americana, llamada organicismo, cuyo principal arquitecto es Frank Lloyd Wright. En 1932, surge la denominación de estilo internacional para referirse a los edificios construidos con elementos de ambas tendencias.
a. Racionalismo: Le Corbusier.
El objetivo del Racionalismo es construir edificios adaptados a las necesidades del hombre moderno utilizando las modernas técnicas de construcción. Le Corbusier lo expresa gráficamente cuando dice que hay que convertir la casa en una “máquina para vivir”. Los racionalistas reducen los edificios a esqueletos geométricos de hierro y hormigón armado. La resistencia de estos materiales permite eliminar las paredes exteriores de sustentación y sustituirlas por revestimientos de cristal. La decoración reside en cómo se disponen los huecos en las fachadas. El movimiento nace en 1919, cuando Walter Gropius crea la Escuela de Arquitectura y Artes Industriales, en la ciudad alemana de Weimar, a la que denominó Bauhaus (Casa de la construcción). Posteriormente, se trasladó a Dessau. Fue clausurada en 1933, cuando sus profesores tuvieron que emigrar a Estados Unidos tras la llegada de los nazis al poder. Gropius se rodéó de un grupo formado por ingenieros, arquitectos, escultores, pintores y decoradores, que se dedicó a crear prototipos que pudieran ser fabricados en serie. Las casas prefabricadas en acero y cobre, con grandes ventanales de vidrio, buscaban dos objetivos: Obtener volúMenes transparentes y austeros.
Favorecer el espíritu comunitario de la sociedad, al conseguir una arquitectura barata.Estas ideas son compartidas por los renovadores de la arquitectura holandesa, reunidos en torno al periódico De Stijl (El Estilo). Inspirados en la pintura geométrica de Mondrian, este grupo reconstruye la arquitectura de su país, tras el desastre de la I Guerra Mundial, con modernos edificios cúbicos y desnudos. Pero la gran figura del Racionalismo será el suizo Charles Édouard Jeanneret, apodado Le Corbusier (1887-1965). Como teórico, Le Corbusier defiende un orden armónico de la arquitectura regido por un canon de proporciones humanas. Para ello, publicó el Modulor, que fija en 2.16 m., equivalente a la altura de un hombre 1.75 m. Con el brazo extendido. Esta medida tendría también aplicación en el mobiliario y otros objetos incluidos en los edificios. Como urbanista, redactó en 1922 un plan para una ciudad contemporánea de tres millones de habitantes: Estaría formada por hileras de rascacielos aislados, que convergerían radialmente hacia el centro, donde se situarían los edificios administrativos y los comercios.Todos los inmuebles estarían separados por 500 metros de espacios verdes y se conectarían con el centro a través de grandes avenidas.En 1958, este proyecto se llevaría a la práctica en la ciudad india de Chandigarh. Como arquitecto, su mayor preocupación fue la casa, tanto la individual como el bloque de pisos: Deberían erguirse sobre pilares y cubrirse por una terraza jardín plana.
El resto de la estructura se limita a un andamiaje de hierro y cemento sometido a un plan libre para que los arquitectos organicen el espacio según las necesidades de los clientes. Muestras de esta mentalidad son La Villa Savoye (1928-1929), en las afueras de París; y un edificio de apartamentos en Marsella llamado Unité d’Habitation (comenzado en 1947). A partir de los años 50, Le Corbusier comienza a explorar las posibilidades de las líneas curvas y a presentar el cemento armado en su estado natural, con la superficie rugosa. Dos edificios religiosos son buena muestra de ello: La capilla para peregrinos de Notre-Dame du Haut, en Ronchamp. El monasterio dominico de Sainte Marie de la Tourette, en las proximidades de Lyon.
b. Organicismo: Frank Lloyd Wright.
Frank Lloyd Wright (1867-1959), ingeniero y arquitecto, es el máximo representante del organicismo. Las dos ideas básicas de este movimiento son las siguientes:
Los edificios han de concebirse en armónía con el paisaje.Las personas deben sentirse realizadas dentro de su casa. Por tanto, las casas individuales deben estar de acuerdo con la forma de ser sus habitantes. En los edificios colectivos (fábricas, oficinas o cualquier otra cosa), los seres humanos deben sentirse como personas y no como meros usuarios.La larga vida profesional de Wright tuvo dos épocas exitosas separadas por un periodo de oscuridad.
1ª etapa, 1887-1909.
Se dedica a diseñar casas unifamiliares, las llamadas prairi houses (“casas de la pradera”), ubicadas en urbanizaciones residenciales y perfectamente integradas en la naturaleza. Suelen estar organizadas en torno a una gran chimenea central, desde la que parten las habitaciones en varias direcciones y en distintas alturas. El volumen de la casa tiene forma de cruz, cuyos brazos desiguales se injertan uno en otro. Esta estructura se ha comparado con la de las villas de Palladio, igualmente cruciformes y con diseño rectangular en torno a un distribuidor central. Estas casas se pusieron de muy de moda, hasta el punto de hacerse presentes en las revistas femeninas de decoración, como Ladies Home Journal. Un ejemplo sobresaliente es la Robie House, construida en Chicago en 1909.
Etapa de oscuridad, 1909-1936).
Su vida familiar oscurece la profesional. Abandona a su primera mujer y a sus hijos, y se fuga a
Europa con Mamah Chiney, feminista y librepensadora, esposa de un cliente. Cuando regresa a Estados Unidos, esta señora es asesinada, junto a seis personas más, por un criado loco que incendia la casa. Wright huye a Japón, donde vuelve a tener dificultades pues su nueva esposa,
Marian Noel, es morfinómana. Pero un nuevo matrimonio, esta vez con la bailarina yugoslava Olgivanna, le permite rehacer su vida: estudia la arquitectura maya y retoma su actividad como diseñador de edificios.
2ª etapa, 1936-1959.
Con casi setenta años, en 1936, diseña su edificio estrella, la fabulosa Casa de la Cascada:
Se trata de una respuesta a los arquitectos de la Bauhaus que huyendo de Hitler se han instalado en Norteamérica. Le fue encargada por Edgard J. Kaufmann, propietario de unos grandes almacenes. Está situada en el espeso bosque de Pensilvania, en una zona por donde discurre el torrente Bear Run, que da nombre al pasaje. En cuanto vio el terreno, decidíó que la casa iría justo encima de la cascada, junto a la que su cliente se solía sentar a leer en sus días de descanso. El proyecto adquiríó desde sus orígenes un carácter mítico. Los colaboradores de Wright difundieron la idea que el maestro había trazado el edificio en un par de horas, y que ellos habían tenido que desarrollarlo mientras este almorzaba con el cliente. Aparentemente, la idea de Wright superaba los límites de lo razonable, pues los ingenieros consultados opinaron que el edificio se derrumbaría parcialmente, y los albañiles se negaron a quitar los puntales que sujetaban el encofrado; tuvo que ser el propio arquitecto el que quitara el primero. El resultado fue el sueño de arquitecto-poeta, como afirmó el crítico e historiador Henry Russel Hitchcock. Desde que, en 1938, las revistas Life y Time publicaron las primeras fotos, La Casa de la Cascada se convirtió en el modelo perfecto de vivienda, ideal para el reposo, aislada pero en contacto con la naturaleza.A partir de aquí, su fama crece y su actividad se hace frenética:
En 1937, la Compañía Johnson Wax, que fabricaba suelos de parquet, le encarga su sede social en Wisconsin:
oSe trata de un bello edificio de líneas curvas.
oLa planta dedicada a oficinas es de ladrillo y carece de ventanas. Los soportes son columnas delgadísimas que se ensanchan en la parte superior adoptando la forma de una seta o paraguas gigante. Estas columnas sostienen un techo translúcido por el que penetra la luz. O El mobiliario también fue diseñado por Wright.
En 1949, diseñó, para la misma compañía, una torre de cristal con ángulos redondeados donde se ubicaron los laboratorios. A partir de aquí, comienza a experimentar con las formas circulares. Fruto de ello es el Museo
Guggenheim de Nueva York, inaugurado en 1959 para albergar la colección de arte de Salomón Guggenheim, un rico judío que había hecho su fortuna con negocios mineros. Consta de dos partes: un edificio administrativo y la galería de exposiciones. Esta es una espiral continua en rampa que se desarrolla en torno a un gran hueco central, cubierto por una cúpula sobre nervios por la que entra la luz. El visitante sube en ascensor al ático, desde el que desciende a pie para ir contemplando las obras expuestas. Poco después de morir, el dúo Simón & Garfunkel le dedica el disco Puente sobre aguas turbulentas, que fue número de ventas en todo el mundo. En una de sus canciones, los cantautores recordaban So long Frank Lloyd Wright. Nunca un arquitecto había alcanzado una popularidad semejante.
2. Escultura: innovaciones en materiales, técnicas y conceptos.
Dos conceptos revolucionan y dan alas a la escultura del Siglo XX: el hueco y el movimiento mecánico. Y se materializan a través del empleo de nuevos materiales, sobre todo el alambre y la chapa de hierro fundida, recortada y soldada industrialmente “a la autógena”.
El hueco consiste en introducir el vacío en la masa de la estatua, cuando tradicionalmente esta había sido un cuerpo sólido. El precursor de esta tendencia es el ruso Alexander Archipenko (1887-1964). En 1908 llega a París y comienza a aplicar a sus trabajos los planteamientos cubistas, que en ese momento se estaban poniendo de moda. El trabajo Mujer andado da comienzo a una nueva época en la historia de la escultura.
El Cubismo, consistente en representar formas abultadas a partir de huecos, es desarrollarlo por dos españoles:
Julio González, cuya aspiración era “dibujar con hierro en el espacio” para crear así obras abstractas y afiladas. Destaca, por ejemplo, Mujer ante el espejo.
Pablo Gargallo, en cambio, permanecíó fiel a los temas figurativos: La gran bailarina, El gran profeta o Torso de mujer. La segunda aportación del Siglo XX a la escultura es el movimiento mecánico. Se producen obras en las que algún elemento se mueve, impulsado por un motor o simplemente por la fuerza del aire. Estas propuestas escultóricas, denominadas mobiles, serán desarrolladas por el norteamericano Alexander Calder (1898-1976):
En general, son pétalos, discos y palmas, confeccionados en materiales ligeros y unidos por varillas de alambre, que se suspenden del techo y que, a la menor brisa, se mueven y hasta emiten ciertos sonidos. Su mayor realización se encuentra en la terminal del aeropuerto Kennedy, de Nueva York: larguísimas hojas metálicas pintadas de rojo y negro.
Otro ejemplo, este de menor tamaño, es el Mobile sobre dos planos (1955), instalado en Museo de Arte
Moderno de París. En 1937, construye la famosa Fuente de Mercurio, instalada inicialmente en la
Moderno de París. En 1937, construye la famosa Fuente de Mercurio, instalada inicialmente en la
Exposición Universal de París y que se puede disfrutar ahora en la Fundación Miró de Barcelona. Se trata de una catarata de Mercurio al final de la cual este roza una pala que pone en acción una varilla superior de la que cuelga la palabra “Almadén”.
3. La pintura. Las vanguardias históricas
En las dos primeras décadas del Siglo XX, París va a ser la cuna de las vanguardias artísticas. La capital francesa, en los años inmediatamente anteriores y posteriores a la I Guerra Mundial, es una ciudad cosmopolita a la que acuden y en la que trabajan los artistas que realizan propuestas novedosas y rompedoras. Las vanguardias, que surgen tanto en Europa como en América, muestran su rebeldía contra el arte academicista, que ya había sido puesto en cuestión por los impresionistas. Y lo hacen de una manera provocativa, intentando romper con el “buen gusto” impuesto por las clases burguesas. Aun que los “ismos” fueron muchos, y algunos bastante efímeros, destaquemos los que tuvieron mayor recorrido:
En torno a 1905, surgen el Fauvismo y el expresionismo alemán. En 1907, aparece el Cubismo. En 1916, se inventa el dadaísmo. En 1924, se publica el primer manifiesto surrealista. Muchos pintores, transitan por varios movimientos a lo largo de su vida. Observemos la poca duración de los mismos, sobre todo si la comparamos con los cuatro siglos que se mantuvieron el ROMánico y el Gótico, o los tres que estuvieron vigentes el Renacimiento y el Barroco.
a. El Fauvismo y Matisse
El Fauvismo es el estilo pictórico basado en el uso aleatorio de colores intensos y vivos. Lo inicia Henri Matisse cuando, en 1905, decide participar en el Salón de Otoño de París. De manera intencionada, se agruparon todos sus cuadros en la misma sala todos sus cuadros, junto a los Vlaminck y los de Derain. Todos tenían en común su salvaje colorido. Los visitantes abandonaban la sala escandalizados por lo que estos pintores le ofrecían, al considerar estas obras un atentado al buen gusto. Al día siguiente, el crítico Louis Vauxcelles, de la revista Gil Blas, escribía en su crónica: “Donatello parmi les fauves! (“Donatello entre las fieras”). Trataba con este título de salvar una escultura de factura más o menos clásica que habían colocado en la misma sala. Los insultados aprovecharán el calificativo para dar nombre a su movimiento: había nacido el Fauvismo. Al año siguiente, algunos de ellos abandonan el movimiento, seducidos por el Cubismo. Sólo Matisse permanecerá fiel hasta el final de su carrera. El estilo de Matisse se caracteriza por construir sus formas a partir de zonas exaltadas de color que poco tienen que ver con la naturaleza. En 1905, el retrato de su esposa lo titula La raya verde, dominado por una banda de ese color que recorre la cara desde el pelo a la barbilla.En otras composiciones, mezcla los colores chillones con formas curvas originarias del Art Nouveau y con arabescos musulmanes. Citemos, como ejemplos, El postre, los bodegones sevillanos y La danza.Los últimos años de su vida, con una artritis que le impedía pintar, los dedicó a diseñar recortables de colorido brillante. Las tijeras sustituyeron a los pinceles.
b. El Expresionismo alemán y Kandinsky
El Expresionismo consiste en expresar una emoción intensa, distorsionando la forma y el color. Esta tendencia es una constante en el arte alemán desde la Edad Media.
En 1905, cuatro estudiantes que rechazaban el Impresionismo de moda crean en Dresde un grupo denominado Die Brücke (El puente). Toman el nombre de una obra de Nietzsche, Así habló Zaratustra, con la pretensión de vincular el pasado y el futuro del arte alemán.Se inspiraron en las vidrieras góticas, con sus imágenes fragmentadas por marcos de plomo, en las primitivas máscaras africanas y, sobre todo, en Matisse y sus colores violentos. Les gustaba que los llamaran “los nuevos salvajes”. El soporte que utilizan es la xilografía medieval, lo que les permite realizar ásperos grabados en madera con seres angustiados que preludian la tensión y violencia que desemboca en la Gran Guerra. Podemos destacar a Ernst Ludwig Kirchner y su Cartel anunciador de una exposición del grupo El puente, en 1907. Una corriente similar surge en Múnich, que cristalizará, en 1911, con la creación del segundo grupo del Expresionismo alemán: Der Blaue Reiter (El jinete azul). Sus fundadores fueron Franz Marc y Vasily Kandinsky. El origen del nombre lo aclaró este último: “A los dos nos gustaba el azul, a Marc para los caballos, a mí para los jinetes. Entonces el nombre salíó por sí mismo”.
De Franz Marc, podemos destacar la obra Caballos azules, de 1911. El ruso Vasily Kandinsky (1866 – 1944) tenía 45 años cuando se embarca en esta aventura impresionista. Músico, pintor y teórico del arte, había pintado en 1910 la Primera acuarela abstracta, en la que huye de cualquier referencia a la realidad de los objetos, y acababa de redactar el libro De lo espiritual en el arte, en el que, entre otras cosas, afirma: “El problema de la forma es secundario en el arte”. Kandinsky defiende la evasión de la realidad y realiza unas obras salpicadas de manchas de color y de signos gráficos de valor emocional. El jinete azul se disuelve en 1914, con el comienzo de la Guerra Mundial. Su legado lo retomarán los expresionistas abstractos norteamericanos a partir de 1940.
c. El Cubismo y Picasso
El Cubismo descompone las imágenes en figuras geométricas para que reflejen simultáneamente varios puntos de vista. Dicho de otra forma, el Cubismo reduce a cubos la figura, el objeto, el paisaje.
Es el fenómeno más notable del arte contemporáneo, ya que su pone una ruptura con las convenciones plásticas tradicionales, establecidas durante el Quattrocento italiano.
Esta revolución estética es obra del pintor español Pablo Ruiz Picasso (1881-1973), cuya genialidad solo es comparable a la realizada por Freud en el terreno de la Psicología, o por Einstein, en el de la Física.
Los orígenes de Picasso son absolutamente académicos. Su padre, con el que se forma, era profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Málaga. Tras un periodo en La Coruña, se instala en Barcelona, donde frecuenta la cervecería “Els Quatre Gats”, en la que coincide con figuras importantes del Modernismo. Allí se convence de dos cosas: que el academicismo no está de moda y que las nuevas tendencias había que buscarlas en París. Y allí se marcha.
Entre 1901 y 1904, desarrolla lo que se ha denominado el periodo azul. Como reacción contra el Impresionismo, pinta una serie de obras con tipos infelices y dolientes que reflejan su situación anímica, no demasiado optimista. Citemos, de este periodo, El viejo guitarrista.
En 1905, la mejora de su situación personal se refleja en el comienzo de los que se ha llamado el periodo rosa, en el que pinta personajes del circo y de los teatrillos ambulantes. A ella pertenece el cuadro Los saltimbanquis.
A partir de 1906, comienza, con Las señoritas de Avignon, su etapa cubista:
En ese año, queda marcado por los cuadros de Cézanne y por las máscaras africanas del Museo del Hombre.
Representa a un grupo de cinco prostitutas semidesnudas, que se exhiben para captar clientes.
Cuando Picasso mostró el cuadro, sus amigos quedaron horrorizados ante la fealdad de los dos rostros de la derecha, inspirados en el arte africano.
Además, los cuerpos de las mujeres estaban descompuestos en bloques geométricos y ensamblados por intersección de planos.
Para remate, la joven sentada mostraba el rostro, el pecho y las espaldas simultaneando todos los puntos de vista, lo que rompía las reglas de la perspectiva renacentista.
Desilusionado por las críticas adversas, arrinconó el cuadro en el taller. Pero tuvo el convencimiento de una nueva forma de pintar, el Cubismo, estaba naciendo, y continuó experimentando.
Se mantuvo dentro del Cubismo entre 1906 y 1917. Dentro de este periodo, pueden distinguirse dos fases:
a)El Cubismo analítico, que se centra en el paisaje y en la figura humana. El método sigue siendo el mismo: descomponer las figuras geométricamente y ensamblarlas después, mostrando los cuatro planos en el lienzo. De este periodo, destacan las siguientes obras:
o La serie de paisajes de Horta del Ebro. O Los retratos de sus marchantes Ambroise Vollard y Daniel Kahnweilker.
Pero se da cuenta de que este sistema le alejaba de la realidad y le conducía peligrosamente a la abstracción. En 1912, lo abandona al descubrir las posibilidades del collage.
b)El Cubismo sintético tendrá como base el collage, que le permite incorporar elementos compatibles con las pinturas. Por ejemplo, un recorte de periódico permite al espectador distinguir letras, números o palabras enteras; o una partitura, identificar notas musicales. Un menú de un restaurante o una cajetilla de tabaco actuaban de contrapunto real a los dibujos que aplicaba después sobre este soporte. Un buen ejemplo de los bodegones que pinta en estos años es Naturaleza muerta con asiento de rejilla, donde un trozo de hule trenzado sustituye a la silla.
La solución tampoco le convencíó. Desde 1916, recupera la presencia humana y el color al diseñar los decorados y el vestuario para los ballets rusos de Diaghilev.
Aunque los críticos daban por sentado que Picasso abandonaba el Cubismo, lo que en realidad hizo fue alternar obras cubistas con otras realistas, según lo pidiera el tema:
En 1921, realiza las dos versiones de Los tres músicos.
En 1923, centra su mirada en el lenguaje clásico de Rafael Sanzio y en las formas de la antigüedad clásica. Así, pinta La flauta de pan y El arlequín.
En 1937, recupera el Cubismo para su obra más famosa, El Guernica, que le encarga el gobierno de la República española para la Exposición Universal de París.
En adelante, convertido ya en un mito viviente y en un experto en rentabilizar su obra, se dedicó a todo tipo de obras, aunque su fase cubista es la que lo ha encumbrado a la cima de la historia de la pintura de todos los tiempos.