1900-50
MIGRACIONES INTERIORES: Durante el primer tercio del Siglo XX (1900-1936) tuvo lugar un importante éxodo rural, las causas
fueron un exceso de mano de obra en el campo debido a la crisis de la filoxera que afectó a la regiones vitivinícolas y el inicio de
la mecanización de los cultivo de cereales. Las principales zonas emisoras fueron Galicia, las dos Castillas, Cantabria, Navarra,
Andalucía y el litoral levantino La migración tuvo como destino las zonas industriales como Madrid, Barcelona y País Vasco que
demandaban mano de obra para la industria. Con la crisis de 1929 y durante la Guerra Civil (1936-1939) el éxodo rural se
estancó, debido a que las grandes ciudades sufrían problemas de abastecimiento, disminuyó la oferta de trabajo en la industria
debido a la destrucción de fábricas durante la guerra. En los años de la posguerra (1940-1950) la emigración continuó estancada,
debido a una lenta reconstrucción de la industria y porque el régimen autárquico franquista fomentaba la permanencia de la
población rural en el campo.
1900-50
MIGRACIONES EXTERIORES: A comienzos de siglo el principal destino de las migraciones exteriores fue América, se calcula en
los primeros años del Siglo XX salieron de España con destino a América unos 180.000 emigrantes al año. Las causas de este
fenómeno migratorio las encontramos en las necesidades de los países iberoamericanos para poblar el territorio, el aumento del
desempleo en las zonas rurales, un servicio militar muy prolongado (3 años), la abolición de la esclavitud hizo demandar mano
de obra para las plantaciones, también había una importante demanda de ciudades recientemente industrializadas y un efecto
llamada de los emigrantes que hacían llegar las oportunidades que brindaba el nuevo continente. Las principales zonas emisoras
fueron Galicia, Asturias y Canarias, las principales zonas receptoras fueron Argentina, Cuba y Brasil. En el periodo comprendido
entre las dos guerras mundiales (1914-1949) la emigración transoceánica decayó debido a la inseguridad durante los periodos
de guerra, la crisis de 1929 que llevó a muchos de estos países a adoptar medidas y hacer más selectiva la entrada de
inimigrantes y finalmente por la irrupción de la Guerra Civil (1936-1939).
1950-2000
MIGRACIONES INTERIORES: A partir de 1950 el éxodo rural alcanzó su mayor volumen, las causas que impulsaron este gran
movimiento migratorio fueron el crecimiento demográfico y una mayor mecanización del campo, que daba lugar a un exceso de
mano de obra en el campo. Por otro lado, el auge de la actividad industrial y el nacimiento de la actividad turística, muy
vinculada al sector de la construcción, generaba y demandaba un gran número de trabajadores, oferta laboral que se multiplicó
de forma considerable durante la etapa del Desarrollismo (1959-1975). Se calcula que se produjeron más de 10 millones de
movimientos migratorios dentro del país. Las principales zonas emisoras fueron Extremadura y Andalucía Las zonas de destino
se ampliaron, conformándose dos ejes: el eje del Mediterráneo (desde Alicante a Gerona) junto con Baleares y Canarias
impulsados principalmente por el turismo, y el eje Del Valle del Ebro (País Vasco, Navarra, Zaragoza y Tarragona), más Madrid y
los polos de desarrollo industrial como Valladolid, Vigo, Zaragoza o Sevilla, impulsado por el sector industrial. La mayor parte de
los emigrantes se establecieron en las capitales de provincia que duplicaron su población durante este periodo. A partir de 1975
y hasta 1990, el éxodo rural se estancó. Entre las causas encontramos la crisis de 1973, que afectó notablemente a la industria
que terminó sometida a procesos de reconversión. De este modo, la regiones industriales tradicionales como Madrid, País Vasco
y Cataluña perdieron su atractivo e incluso comenzaron a perder población. Muchos obreros industriales, ahora jubilados y
muchos trabajadores parados, comenzaron a regresar a sus lugares de origen en zonas rurales, donde comenzaron a
desarrollarse nuevas actividades económicas debido a procesos de suburbanización y deslocalización.
En la actualidad, el éxodo rural tiene unos valores muy bajos, en cualquier caso, la mayoría de las personas que abandonan el
campo ya no se dirigen a las grandes capitales, sino a pueblos o ciudades cercanas, suele estar protagonizado por la mujer,
mientras que el hombre continúa en el campo. Por otro lado, existe un movimiento de la ciudad al campo, debido al fenómeno
de rururbanización, siendo las grandes ciudades las emisoras, mientras ganan población los municipios de las áreas
metropolitanas, bien por la deslocalización de la industria y los servicios o por motivos personales, donde las personas buscan
viviendas más barata, mejor calidad de vida y mejor calidad medioambiental.
1950-2000
MIGRACIONES EXTERIORES: Las migraciones exteriores se revitalizaron tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
coincidiendo con el periodo de posguerra, debido a la enorme pobreza y el exilio de algunos españoles disconformes o
perseguidos por el nuevo régimen fascista. Como en la etapa anterior, las principales zonas emisoras fueron Galicia y Canarias,
las principales zonas receptoras fueron Venezuela (explotación del petróleo), Argentina y Brasil (por el desarrollo de la
industria). A partir de 1960, la migración transoceánica descendíó al compás del declive de la economía latinoamericana y
comienza un gran éxodo hacia países europeos. Las causas que explican la emigración a Europa son la rápida reconstrucción de
las economías europeas con la ayuda del Plan Marshall, que demandaba mucha mano de obra, por otro lado, el fuerte
crecimiento demográfico de España, el excedente de población agraria por la mecanización del campo, y una industria
insuficiente para absorber toda la demanda de trabajo. Se calcula que entre 1959 y 1973 emigraron de forma legal más de un
millón de españoles. Las principales zonas emisoras fueron Andalucía y Galicia, y las principales zonas receptoras fueron Francia,
la República Federal Alemana y Suiza. La crisis de 1973 provocó el fin de la emigración y el retorno de muchos emigrantes.
En la actualidad, España ha dejado de ser un país de emigrantes, convirtiéndose en un país de inmigrantes. Las causas que
explican este cambio son el aumento del nivel de vida que hace de la familia un seguro para los jóvenes ante el desempleo,
también una mayor formación académica que hace aspirar a mejores puestos de trabajo y más remunerados. Esta situación crea
una oferta de trabajo en los empleos más duros, de baja cualificación y peor pagados que vienen a ser cubiertos por población
inmigrante, procedente principalmente del norte de África (Marruecos), Latinoamérica (Ecuador y Colombia) o Europa del Este
(Rumanía). También existe una importante inmigración de países de la UE como Reino Unido o Alemania, en su mayoría
jubilados que vienen a disfrutar de una mejor nivel de vida, consecuencia de las diferencias en el poder adquisitivo, las buenas
condiciones climáticas, y una buena cobertura médica.
CONSECUENCIAS
MIGRACIONES INTERIORES: Las migraciones interiores, en particular el éxodo rural, son las responsables del gran desequilibrio
en la distribución de la población española, que se manifiesta a través de un despoblamiento y envejecimiento del interior
(excepto Madrid) y un rejuvenecimiento y una mayor densidad de población en las periferias. En el ámbito económico, el éxodo
rural ha provocado la aparición de deseconomías de subpoblación en las zonas de origen, debido a que las áreas rurales pierden
al capital humano más joven y capacitado, lo que da lugar a que no tenga lugar una modernización del entorno rural, lo que
repercute en una productividad y rendimientos escasos, por contra, en las zonas de destino se han dado deseconomías de
superpoblación que da lugar a un incremento del precio del suelo y de la vivienda y una congestión de los servicios y
equipamientos. También ha generado problemas sociales, con una falta de integración de la población de origen rural en las
ciudades debido a una alta competitividad, el predominio de relaciones superficiales y secundarias o el desarraigo. Por último,
las migraciones interiores también han dado lugar a problemas medioambientales, con el deterioro de entornos naturales y
ecosistemas tradicionales debido al abandono, así como un incremento de la contaminación atmosférica, generación de
residuos o contaminación acústica en las zonas receptoras.
MIGRACIONES EXTERIORES: Las migraciones exteriores también contribuyeron a crear el actual desequilibrio poblacional,
afectando a zonas como Galicia. También tuvo unas consecuencias positivas en la economía debido a que aliviaron el rápido
crecimiento de la población, disminuyó el paro, y las remesas de divisas enviadas desde el exterior contribuyeron a financiar el
desarrollo económico y reducir el déficit comercial.
Aunque tuvo también consecuencias negativas, porque las remesas de
divisas fueron invertidas en zonas de mayor desarrollo, y el retorno de emigrantes se centró en las zonas más desarrolladas
contribuyendo al desequilibrio de la población. También tuvo consecuencias sociales, debido a que los emigrantes tuvieron
problemas de desarraigo al desconocer la lengua y costumbres de los países de destino, por lo general, tenían salarios más bajos
que los nativos, y fueron los primeros en acusar los despidos tras la crisis de 1973. A su retorno, tuvieron que enfrentarse a
nuevos problemas, como el desempleo o los altos precios de las viviendas.
CONSECUENCIAS DE LA INMIGRACIÓN: La inmigración tiene unas importantes consecuencias demográficas, debido a que
contribuye al crecimiento demográfico a través de un aumento de la natalidad, al tratarse en su mayoría de población joven en
edad reproductora. También incide en la economía aportando mano de obra a los puestos de trabajo más duros y peor
remunerados, contribuye también al crecimiento del PIB, a las arcas públicas y alivia el peso de las pensiones. Algunos sectores
como el trabajo doméstico permite un mayor acceso de la mujer al mercado de trabajo. No obstante, la gran oferta de mano de
obra inmigrante, también contribuye negativamente, al atrasar la modernización de algunos sectores, presiona los salarios a la
baja o aumenta el déficit comercial debido al envío de remesas de divisas a sus países de origen. Entre los problemas sociales, se
asiste a un incremento de actitudes xenófobas y racistas, también se produce una explotación de los inmigrantes, sometidos en
ocasiones a jornadas laborales, salarios, situación legal o coberturas médicas, inferiores a lo establecido legalmente