Metafísica: El estudio de la realidad y sus aspectos generales


METAFÍSICA?

La metafísica s l intento d saber que s l mundo xa saber como movernos en l. S encarga d la realidad, reflexiona sobre todo lo q existe. S caracteriza x: 

  • Ocuparse d los aspectos + generales d la realidad.
    En lugar d tratar sobre cuestiones concretas, surge d 1 proceso d abstracción d los aspectos concretos xa captar aquello + general. 
  • Estudiar la realidad, centrarse en la totalidad d los objetos q existen. La metafísica s define tb como l estudio del ser en tanto q ser. 
  • Estudiar la realidad con 1 enfoque diferente al d los 100cias particulares. La metafísica no recurre ni a la observación ni a la experimentación xa fundamentar sus proposiciones, sino q los basa exclusivamente en l razonamiento.

En metafísica, 2 concepciones pueden abordar la misma realidad, sin q haya nada q impida optar por una y otra concepción. Una concepción metafísica solo s puede rechazar si entra en contradicción consigo misma. 


EL DEVENIR DE HERÁCLITO:

Su concepción del mundo parte de que toda la realidad está en constante cambio, movimiento y devenir. Da a entender que está cambiando constantemente de un estado a otro. Este filósofo apunta a que detrás de todos estos cambios y movimientos hay una perpetua lucha entre contrarios, una tensión entre opuestos. No hay ningún aspecto de la realidad que no tenga origen en la tensión y el conflicto.

Defiende que detrás de todos los procesos hay un orden: El fuego ocupa una posición central. El resto elementos; agua, tierra y aire proceden del fuego y con el tiempo, se convertirán en fuego también. 

El proceso de cambio se inicia con el fuego convirtiéndose en humo, el humo se convierte en nube, que al llover, pasa a ser agua y a su vez, se transforma en tierra. 

Las transformaciones no alteran proporciones de los elementos.

Se refiere a esta ley con el término de logos. Toda la naturaleza está sujeta a esta ley y nada puede contravenirla. 


LO UNO Y LO SIMPLE:

Los primeros filósofos se pensaban que, detrás de la aparente multiplicidad de la naturaleza, debía existir un principio único. 

Los monistas preferían la existencia de un único principio y los pluralistas afirmaron que para explicar la diversidad de la naturaleza, era preciso recurrir a más de un principio. 

FILÓSOFOS MONISTAS:

Tales de Mileto (639-547 a.C): Fue el primer filósofo en preguntarse por el arché, aseguraba que todo procedía de un principio natural, el agua, a partir del cuál se derivaban las demás realidades. 

Anaximandro (610-546 a.C): También se preguntó por el arché, y su respuesta fue que el apeiron (lo indefinido e ilimitado), era el elemento del que derivaba todo. Para él, el origen de todo lo que hay en la naturaleza debe ser completamente diferente de los objetos que existen en ella. 

AnaxíMenes (585-524 a.C): Identificó el arché con el aire. A partir de este elemento se origina toda la naturaleza gracias a dos procesos. El proceso de condensación, que consiste en comprimir lo disperso, y el proceso de rarefacción, que consiste en que lo comprimido se dispersa. 


FILÓSOFOS PLURALISTAS:

Anaxágoras (500-428 a.C.): decía que el universo era una masa completamente mezclada e indiferenciada. Anaxágoras introdujo el concepto de nous (mente), una causa externa que provocó un impulso rotatorio por el que los elementos se fueron separando en círculos. Este impulso explica el movimiento de los astros en el cielo y además fue la causa de que las cosas se fuesen separando. Según Anaxágoras, la realidad se compone de  unas partículas diminutas o semillas que Aristóteles denominó homeo-merías. De la agregación de estas semillas se obtienen los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego, a partir de cuya mezcla surge toda la realidad. Anaxágoras afirmó que cualquier objeto es el resultado de la mezcla de esos elementos.

Empédocles (493-433 a. C.): reconoce la existencia de los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire, a partir de cuya combinación se forman tanto los seres vivos como los inertes. Empédocles caracterizó estos elementos de forma semejante al ser de Parménides:
• El universo es pleno: los cuatro elementos llenan todo el universo, no hay vacío.
• El universo es eterno: no ha sido creado, ha existido desde siempre.
• El universo es finito: tiene unos límites definidos, más allá de los cuales no hay nada.
Para explicar la reordenación y combinación de los elementos, Empédocles introdujo dos fuerzas: el amor y la discordia. La fuerza del amor sirve para explicar por qué los elementos se unen, mientras que la discordia explica por qué se separan.
Empédocles distinguíó, por tanto, entre la materia que compone la naturaleza y las fuerzas necesarias para que se produzcan uniones y desuniones.


Demócrito (460-370 a. C.): es el principal representante del atomismo. Su filosofía radica en afirmar la existencia de los átomos y del vacío:
• Los átomos. La realidad no es infinitamente divisible, sino que está formada por unos minúsculos corpúsculos indivisibles que denominaron átomos. Los átomos individuales, como el ser de Parménides, son esferas homogéneas, indivisibles y macizas. La diferencia reside en que los atomistas conciben una multiplicidad de átomos que, siendo por su tamaño imperceptibles para los sentidos humanos, se distinguen por la forma, el tamaño y el peso. Para el atomismo, la realidad reside en los átomos. El resto, las sensaciones y las percepciones, como el color o el gusto, son meras apariencias que no existen en la realidad.
• El vacío. Los atomistas, a diferencia de Parménides y de la mayoría de filósofos griegos, defendían la existencia del vacío, de la nada. Consideran que el vacío es necesario para que se produzca el movimiento. De esta manera, el atomismo integra también el mecanicismo, concepción filosófica que considera que la única realidad existente son cuerpos en movimiento.
A partir de los átomos y el vacío, los atomistas explicaron toda la realidad: el movimiento de los átomos produce colisiones y agrupamientos. Estos movimientos mecánicos se deben al azar (no obedecen a ningún plan divino, por lo que consideran innecesaria la intervención de una fuerza exterior, como el nous de Anaxágoras) y acaban provocando turbulencias y remolinos, de donde surge el universo tal como lo conocemos. Los atomistas, por otra parte, consideran que el ser humano tiene alma consistente en un conjunto de átomos similares a los que conforman el fuego.


EL SER EN TANTO QUE SER DE ARISTÓTELES:

Aristóteles (384-322 a. C): Es un gran pilar del pensamiento y la civilización occidentales. En su obra «metafísica» plantea dos maneras de entender qué es la metafísica:

La metafísica es el estudio de las primeras causas. Todo tiene una causa y para explicar el movimiento del mundo tiene que existir una causa primera, un motor inmóvil, que se identifica con la divinidad. Es una disciplina teórica con un objeto de estudio concreto y distinguible del resto de disciplinas científicas. Tiene que probar que su objeto de estudio realmente existe. A esta forma de entender la metafísica la llama Teología.

La metafísica es el estudio del ser en tanto que ser. No tiene objeto de estudio concreto sino que estudia los mismos objetos pero desde otra perspectiva. Él añade que se trata de un estudio de las carácterísticas más generales de los seres. Se sirve de conceptos como el de la categoría y distingue entre sustancia y accidentes, materia y forma, acto y potencia.


SUSTANCIA Y ACCIDENTES
La sustancia es todo aquello que existe y que es una realidad concreta.
Cada sustancia es diferente al resto, es individual y forma una unidad. Por ejemplo, mi perro y la mesa sobre la que trabajo son sustancias; los seres imaginarios o los conceptos abstractos no son sustancias. Aristóteles es realista, es decir, considera que independiente de las facultades del pensamiento existe un mundo externo, la realidad sustancial, que es posible conocer y entender mediante nuestro intelecto. 
Descripción. Para describir una sustancia hay que tener en cuenta las muy distintas maneras en las que ese objeto puede presentársenos. Por ejemplo, una mesa concreta tiene una forma, un color, un tamaño… Las carácterísticas que pueden atribuirse a una sustancia y que no pueden existir con independencia de ella se denominan accidentes. Por ejemplo, si se afirma que «Juan está pálido», la palidez es un accidente de cualidad que no puede subsistir con independencia del sujeto.
Aristóteles dio el nombre de categorías a las carácterísticas accidentales que pueden atribuirse a una sustancia. Son, por tanto, los diferentes tipos de predicados que se pueden atribuir a un objeto, siendo limitado su número. Entre las categorías aristotélicas se encuentran la cantidad, la calidad, la relación, el lugar, el tiempo, la situación, la posesión, la acción y la pasión. Mientras que las disciplinas concretas -como la física y las matemáticas- se centran en una categoría concreta, la metafísica analiza todas las formas posibles de aproximarse a la realidad, es decir, todas las categorías que se pueden dar.
• Definición. Según Aristóteles, toda sustancia se define al determinar su género y su diferencia específica. El género es la clase de seres vivos o inertes a la que pertenece una sustancia. Determina las carácterísticas comunes que comparten los miembros de una misma clase. La mente humana lo capta por abstracción. La diferencia específica, por el contrario, es la carácterística que distingue a un conjunto de seres del resto de miembros del mismo género. Por ejemplo, el ser humano se define como «animal racional». El término animal hace referencia al género, mientras que racional es la diferencia específica (la razón) que distingue al ser humano del resto de animales.


MATERIA Y FORMA:

La materia es todo lo aquello capaz de recibir forma. Elemento diferenciado que distingue a los individuos de un mismo género, el principio de individualización. 

La forma es la organización y disposición de la materia. Esencia del objeto, lo universal que hay en tal objeto. 

La materia está siempre dotada de una forma. La materia es imprescindible para que algo exista. Lo que realmente hace que una cosa sea lo que es y no otra cosa es la  forma. 

Gracias a estos dos conceptos, Aristóteles logra mostrar que las formas o ideas en realidad se encuentran integradas en el mundo sensible. 

También demostró por qué la ciencia era posible: tiene que ser estudio de lo universal, no de lo particular. 


POTENCIA Y ACTO:

Potencia: todas las posibilidades de realización que se encuentran en los seres. El acto es la realización concreta a la que han llegado los seres en un momento preciso; es aquella posibilidad que se ha realizado, que ha llegado a hacerse realidad. El acto es, la actualización de alguna carácterística que una sustancia tenía en potencia. 

El paso de la potencia al acto es lo que Aristóteles define como cambio y movimiento. Se distinguen tres tipos:

-Respecto al lugar. Es el movimiento, el pasar de un lado a otro. EJ: Una piedra que cae.

-Respecto al crecimiento o decrecimiento. Propio de plantas. EJ: Semilla que se convierte en árbol.

-Por alteración. El cambio respecto a alguna cualidad. EJ: El paso de a ignorancia al saber. 


CAMBIO Y MOVIMIENTO:

Cuando se produce un cambio, intervienen:

-Una entidad o sustancia que es el sujeto de cambio.

-La privación de una forma que la sustancia tiene en potencia. Lo que le anima.

-La forma, una vez actualizada. Alcanza plenamente lo que es.

El cambio y el movimiento se producen cuando se actualiza algún atributo de los que una sustancia está privada, pero que tiene en potencia. Los cambios siempre se producen entre dos extremos en los que una es la privación del otro. 

El cambio es paradójico porque supone a la vez ser y no ser, tal como había puesto en evidencia Parménides. Para que un objeto cambie, tiene que dejar de ser lo que era y pasar a ser otra cosa. 


LOS UNIVERSALES:

Los universales son términos generales – animal o vegetal, por ejemplo- que se refieren a un conjunto de individuos. Los universales son las ideas o formas platónicas, o los géneros y especies aristotélicos.

Durante la Edad Media, el tema de discusión se centró sobre si los universales se refieren a una realidad objetiva o son expresiones meramente lingüísticas sin un referente real. Para dar respuesta a este problema, surgieron dos posturas: el Realismo y el nominalismo.
-El Realismo. Afirma que los universales son formas que existen con independencia de la mente. Esta concepción se conoce como «Realismo» porque afirma que las ideas o los géneros son reales. El Realismo, su vez, se dividíó en dos tendencias:
*Realismo moderado o aristotélico: Los conceptos universales se refieren a la esencia objetiva de las cosas. Los universales se forman en la mente por un proceso de abstracción a partir de los objetos concretos. 
*Realismo exagerado o platónico: También conocido como «idealismo objetivo», ya que afirma que las ideas existen objetivamente fuera de la mente y son independientes de las cosas concretas. 
-El nominalismo: Niega la existencia de los universales, a los que considera términos abstractos que, se refieren a objetos concretos, pero que en sí mismo son meros sonidos, puesto que no se refieren a ninguna realidad. Esta corriente experimentó un fuerte impulso con Guillermo de Ockham (1280-1349)

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