5.1.1. El concepto de “modelo” y sus repercusiones en la elaboración de una tipología
En general, los modelos son considerados construcciones a medio camino entre la teoría y la realidad. Cruz Martínez, ha identificado tres formas de entender y usar este término:
a) Como realidad material o referencia real b) Como construcción teórica sobre la realidad c) Como “ideal” a seguir o a conseguir. Desde la Orientación educativa, los modelos son “una representación que refleja el diseño, la estructura y los componentes esenciales de un proceso de intervención”, sirve de guía para la acción socioeducativa, y como marco interpretativo de la realidad.
5.1.2. Criterios de clasificación de los modelos de intervención psicopedagógica: implicaciones para la Educación Social.
A) Dos concepciones complementarias de “modelo”.
El concepto de modelo como “marco interpretativo de la realidad” en el que se pueden diferenciar dos perspectivas de la intervención educativa en problemas de aprendizaje e inclusión social: la perspectiva tradicional de la intervención psicopedagógica y socioeducativa, que constituye un determinado marco interpretativo de la realidad, y la perspectiva contemporánea que constituye un marco interpretativo de los problemas de aprendizaje y socialización basado en el enfoque constructivista.
El concepto de modelo entendido como “guía para la acción” que distingue al menos cinco formas de intervenir: Modelo Clínico, de Servicios, de Intervención por Programas, de Consulta y Educativo.
B) Los principios teóricos básicos que fundamentan la intervención.
Los principios de intervención son un conjunto de supuestos teóricos sobre el desarrollo de la persona y sobre las carácterísticas de una intervención educativa, psicopedagógica y/o social, que contribuyen a diferenciar unos modelos de otros. Se trata de los principios de desarrollo, prevención e intervención social.
Estos tres principios están estrechamente relacionados entre sí.
C) La naturaleza de las acciones que configuran diferentes tipos de intervención en la práctica.
Los tipos de intervención que se han diferenciado tradicionalmente son:
Intervención reactiva/proactiva
La intervención reactiva es la que se produce como consecuencia de la aparición de un problema. La intervención proactiva se anticipa a la aparición de los problemas y se articula en torno a un plan o programa de intervención que persigue unos objetivos previamente establecidos.
Intervención directa/indirecta
Por intervención directa se entiende aquella que se realiza sobre la persona del menor con dificultades. La indirecta sería el trabajo de colaboración con las personas que mantienen una relación educativa y/o frecuente con el menor.
Intervención individual/grupal
La intervención individual es la que se produce sobre un sujeto, la intervención grupal se produce sobre el conjunto de individuos que forman parte de una agrupación natural.
Intervención externa/interna
La intervención externa será aquella que se produzca desde fuera de una institución socioeducativa y por profesionales no pertenecientes a la misma. Por el contrario, la intervención interna es realizada por un miembro de la institución.
D) Las estrategias de enseñanza de las habilidades de vida.
Desde el campo de la Orientación profesional se ha venido expresando la preocupación por el retraso y descoordinación con el que se trabajan las capacidades esenciales para una futura inserción satisfactoria de los jóvenes en el mundo laboral (capacidad de trabajar en equipo, de tomar decisiones, de resolver problemas, de autonomía, etc…). Se aprecian en la práctica educativa distintos tipos de estrategias para su tratamiento:
Estrategia aditiva
Desde la escuela y otros entornos, se tiende a “añadir” asignaturas, sesiones, seminarios, etc., en momentos concretos de la dinámica educativa, con una programación específica y paralela a los programas educativos ordinarios.
Estrategia infusiva
Consiste en “diluir” o “diseminar” dichas capacidades en el conjunto de la actividad educativa, a modo de ejes o temas transversales que impregnan todo el programa.
Estrategia integradora
Estrategia intermedia en la que se diseñan programas específicos, pero se integran con coherencia en el conjunto de la programación educativa.
5.3. La opción por un “modelo educativo integral” de intervención en problemas de socialización
El contexto social y educativo demanda y permite hoy una intervención socioeducativa caracterizada por los siguientes rasgos:
La prevención primaria demanda una intervención del educador en estrecha colaboración con el profesorado, con las familias y con los recursos comunitarios. La prevención secundaria y terciaria puede demandar una intervención directa sobre el menor cuando sea necesario, pero si queremos que nuestra intervención sea preventiva y viable, será sobre todo indirecta. Esto implica una intervención ajustada al modelo de consulta o asesoramiento.
La intervención socioeducativa ha de apoyarse en el uso de cuantos recursos puedan mejorar la calidad de la mediación educativa, entre los que se incluyen las nuevas tecnologías y los medios de comunicación social. Hay que optar por un modelo educativo integral de intervención, resultante de recoger las aportaciones de los distintos modelos que sean más adecuadas a nuestro contexto educativo, y más coherentes con la concepción de la Educación Social.
El modelo educativo se define como una intervención proactiva (planificada y preventiva desde un enfoque global de los problemas con riesgos), que puede ser directa (con el menor) o indirecta (a través de la colaboración con su familia y sus profesores), dirigida a toda la población de menores en riesgo con énfasis en el desarrollo personal y comunitario, basado en el enfoque constructivista de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Una nueva propuesta de clasificación de los modelos de intervención.
Dimensión organizativa y administrativa
M. De de Servicios. M. De Programas. M. De Servicios interviniendo por Programas. M. De Consulta.
Dimensión pedagógico-didáctica
M. Clínico (intervención indirecta). M. Educativo.