Moral de Rebaño y Domesticación
¿Qué clase de ser humano es ese?, se pregunta Nietzsche, que ha hecho depender toda su existencia de la fe en Dios, es decir, en un supuesto mundo verdadero que se encontraría en el «más allá». La respuesta, para él, es que se trata de un ser humano sin la fuerza suficiente como para crear, por sí mismo, el mundo real que desea. Nihilista, sostiene Nietzsche, es el que cree que el mundo, tal como es —es decir, terrenal y material—, no debería existir, y que el mundo, tal como debiera ser —es decir, el mundo idealizado—, existe, de tal modo que solo es cuestión de encontrar el camino para llegar a él.
Nihilista es, pues, la persona que adopta una actitud pasiva e infantil limitándose a creer en la realidad de lo que él mismo se inventa o de lo que otros inventan y le imponen. Esta actitud se debe a que el nihilista no es capaz de aceptar la vida como es, con sus cosas buenas y sus cosas malas, es decir, con sus incertidumbres, con su sufrimiento, con sus catástrofes y, finalmente, con la muerte.
Nietzsche piensa que el occidental contemporáneo es así de infantil y nihilista como consecuencia de siglos de una determinada práctica de culturización y educación, a la que él denominó directamente «domesticación». A esta «domesticación» han contribuido, de manera importantísima, el idealismo metafísico-platónico y el cristianismo. Ambos han tratado siempre de hacer valer una verdad y una moral únicas para todos, es decir, una moral de rebaño. De acuerdo con este tipo de moral, se intentaban imponer unas normas y unos valores únicos, inmutables y uniformes para todas las personas, pues se pretendía impedir el desarrollo de los tipos nobles y fuertes, es decir, impedir el surgimiento de individuos que representen una sustancial diferencia respecto al común de los demás.
Bueno y Malo: Noble y Esclavo
En el Tratado primero de La genealogía de la moral, Nietzsche desarrolló su explicación de cómo se origina la diferencia de valor entre bueno y malo. Bueno y malo designan la diferencia de cualidades y actitudes existentes entre los «nobles» y los «esclavos». En principio, bueno y malo son dos términos que designan la diferencia de cualidades y actitudes existentes entre los nobles y los esclavos. Los esclavos son aquellos a los que los nobles califican como malos —malos en el sentido en que se dice de alguien que es malo jugando al fútbol o que no sirve para las matemáticas—. En cambio, los esclavos califican a los nobles de malos en el sentido de malvados, o sea, moralmente malos.
A este propósito, Nietzsche considera que el acontecimiento central de la historia de Europa fue la rebelión de los esclavos al final del Imperio romano. Con ella, se produjo la victoria del cristianismo y la imposición de una «moral de esclavos», con la consiguiente eliminación de la «moral de los señores».
La Moral de los Esclavos
La moral de los esclavos se caracteriza por estar inspirada por el resentimiento. El resentimiento es la agresividad, el rencor y el odio del débil hacia el fuerte. Este resentimiento, este odio y este rencor surgen del hecho de que el débil no es capaz de expresar abiertamente su hostilidad y busca estrategias enmascaradas para hacer daño al fuerte. El resentimiento lleva al resentido a inventar falsos valores para culpabilizar a los fuertes, crearles mala conciencia y, de ese modo, tratar de vencerlos. La moral de los «esclavos» es propia de la sociedad cerrada, es decir, de la sociedad en que predomina la moral de rebaño.
La Moral de los Fuertes
La moral de los fuertes, en cambio, está ligada a una voluntad de poder, a una voluntad afirmativa que busca la expansión de su fuerza y una continua autosuperación. Dicha voluntad no acepta los valores absolutos, sino que inventa sus propios valores. No es contraria a ayudar a los menos fuertes, pero a condición de que esta ayuda no tenga lugar por compasión ni bajo el efecto del sentimiento de culpabilidad, sino que se deba a un sentimiento de riqueza interior, una sobreabundancia y un sentimiento que necesita entregarse de una manera desinteresada. Dicha voluntad, en fin, se encuentra asociada a la idea del superhombre.
Consecuencia de la Moral de los Esclavos
Para Nietzsche, la consecuencia última de dos milenios de educación en los valores e ideas de la moral de los esclavos, es decir, la consecuencia última de la concepción platónica y cristiana, es la situación de gregarización, de mediocridad y de pasividad características del europeo de hoy. De acuerdo con esta situación, se han originado valores completamente negativos. ¿Cuáles son estos valores? Estos valores son los siguientes:
- Autosacrificio
- Obediencia
- Castidad
- Sumisión
- Compasión
- Esperanza en el más allá
- Humildad
- Pobreza
Estos valores, según nuestro autor, son propios de una humanidad debilitada y decadente.