Nietzsche: Contexto, Influencias y Claves de su Pensamiento Filosófico


Marco histórico y sociocultural

La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por el auge de los nacionalismos, fruto del triunfo de la burguesía liberal. Algunas naciones se constituyeron como estados precisamente en estos años, como es el caso de Italia y el de Alemania.

Los ideales nacionalistas se extendieron rápidamente, fomentados por diversas corrientes como el idealismo alemán y el romanticismo. Nietzsche vivió el ambiente nacionalista de su país y reaccionó contra él, rechazándolo hasta el extremo de adoptar la nacionalidad suiza.

Otro aspecto fundamental fue el desarrollo de los movimientos sociales. Los más importantes fueron los de corte socialista y anarquista.

Nietzsche también reaccionó contra estos movimientos sociales por creer que lo único que hacían era extender una moral de esclavos y de rebaño. Según él, se defendía un igualitarismo que implicaba un empobrecimiento cultural y vital. Nietzsche, al destacar el papel creador del sujeto, está defendiendo la individualidad del ser humano frente a todo tipo de masificaciones o colectivismos que, según él, es lo propio de muchos movimientos de su época.

Una de las grandes aportaciones de la ciencia del siglo XIX fue el descubrimiento científico de la vida, llevado a cabo por el evolucionismo, en concreto por Darwin.

Nietzsche sintoniza con muchos aspectos del evolucionismo y de otras teorías biológicas. Según Nietzsche, cada ser interpreta de una forma diferente el mundo, de ahí las diferentes formas de vida. Y lo que origina ese esfuerzo interpretativo es la necesidad de supervivencia.

Marco o contexto filosófico

El vitalismo podemos situarlo a mediados del siglo XIX y alcanza las primeras décadas del siglo XX. Pero en un sentido más amplio, el vitalismo no puede quedar acotado a este momento histórico pues, más que una corriente con líneas definidas y autores precisos, es una actitud y una forma de hacer filosofía, es decir, una forma de plantear los problemas. La filosofía vitalista es una filosofía crítica que nace como una reacción contra el racionalismo y el positivismo.

Contra el racionalismo, por su modo de entender la filosofía y el saber. Para los racionalistas lo más importante son las ideas o los conceptos y olvida, según los vitalistas, elementos fundamentales: lo particular, lo concreto, la historia, la experiencia.

Por otro lado, el vitalismo también es una reacción en contra del positivismo, pues si sólo son reales los elementos cuantificables, todo lo que no lo es en la vida deja de tener valor.

Influencias y Repercusión del Pensamiento de Nietzsche

Influencias

Nietzsche es explícito respecto de las influencias recibidas, destacando la herencia de la cultura griega y romana. Cita, en primer lugar, el nombre del historiador romano Salustio, del que ha aprendido el epigrama como estilo literario. El pensamiento breve, conciso y agudo es propio del estilo de Nietzsche.

Gran admirador de la cultura griega, la cual identifica con Dionisio, en el que percibe la vida, el eterno retorno y el sentimiento trágico. Dionisio y lo que representa le proporciona su forma de ver la vida y la salida de la cultura nihilista occidental y cristiana.

También alaba y admira a los filósofos presocráticos. Heráclito es quien más influye en Nietzsche con su noción de devenir y el eterno retorno.

Nietzsche, así mismo, reconoce la influencia de Schopenhauer y el gran valor de su obra El mundo como voluntad y representación, en el que manifiesta la importancia de la voluntad; todo depende de nuestra voluntad, incluso la representación del mundo.

Repercusión

Nietzsche es uno de los pensadores que más ha repercutido en todos los autores del siglo XX.

Nietzsche, con su intensa tarea crítica, repercute en la “teoría crítica”, propósito de la Escuela de Frankfurt.

Además, con su intento de transformación de nuestra cultura, es precursor de la filosofía de Weber.

Por otra parte, adoptando un método nuevo de hacer filosofía (lo que podemos denominar “interpretación”), está presente y determina toda la filosofía hermenéutica, hasta Vattimo. Y del mismo modo, esta “genealogía” está presente en la obra de Foucault.

Líneas Principales del Pensamiento de Nietzsche

La filosofía de Nietzsche tiene, desde sus comienzos, un claro objetivo: afirmar la vida, exaltar los valores vitales.

Esta afirmación vitalista choca frontalmente con la cultura predominante en Occidente desde hace casi dos mil años. Por esta razón, Nietzsche critica a la cultura occidental en todas sus manifestaciones:

  • La moral: Nietzsche critica “la moral de esclavos” y defiende una “moral de señores”, una moral autónoma, con valores que afirman la vida.
  • Crítica a la filosofía tradicional: ya que, al igual que la religión, ha buscado las respuestas en otra realidad, en un más allá, ya sea la filosofía platónica o kantiana.
  • Crítica a la ciencia: porque sólo aspira a lo inmutable y niega el devenir, la vida.

Del mismo modo, Nietzsche critica el conocimiento y el lenguaje. Respecto al conocimiento, defiende que nuestras visiones del mundo no son más que interpretaciones de la realidad. La cultura occidental en la que estamos inmersos es sólo una interpretación y no podemos darla por definitiva. Con respecto a la crítica al lenguaje, en ella se resumen todas las anteriores (a la moral, a la religión, a la filosofía, a la ciencia). El origen de la negación y olvido de la vida es el funcionamiento del lenguaje. Todo el lenguaje es conceptual. Al utilizar conceptos, tendemos de forma automática a esquematizar y dar una imagen falsa y empobrecedora de la realidad, de la vida. Todo lenguaje es metafórico, utiliza figuras, imágenes. Nietzsche, frente al lenguaje conceptual, propone un lenguaje poético, más atento a lo diverso y a lo plural.

Nietzsche, en su pensamiento, tiene una dimensión crítica, como hemos mostrado, pero también tiene una dimensión constructiva y positiva, pues apela a que el sujeto se reconozca como libre y creador, características esenciales del superhombre, que afirma la vida y afirma el sentido de la tierra; es creador y vital, es también ingenuo; como un niño que vive cada instante como eterno. Esta concepción de Nietzsche de eterno retorno es la fidelidad a la tierra, es vivir como un despliegue infinito de sí y opuesto a la concepción lineal de la tradición judeocristiana.

El superhombre también se caracteriza por la voluntad de poder, que es sinónimo de fuerza, vitalidad y creatividad, que es fundamental para superar el nihilismo en el que se encuentra la cultura occidental. Este nihilismo es la decadencia, la negación de los auténticos valores de la vida, la falta de sentido, y la máxima representación del nihilismo es la “muerte de Dios”. Dios desaparece, muere del corazón de los hombres y en su lugar queda la nada.

Nietzsche, para superar esta situación de nihilismo, defiende la transmutación de valores, tarea de creación, propia de la voluntad de poder para dar paso al superhombre.

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