Nietzsche: La Mentira y la Voluntad de Poder
El lenguaje como herramienta de interés propio
Para Nietzsche, todos somos mentirosos. Usamos el lenguaje socialmente aceptado como vehículo de la verdad, pero lo hacemos buscando nuestro propio interés. Presentamos la realidad de la manera que más nos conviene.
Las palabras: entre la designación y la manipulación
Existe una tensión en el concepto de palabra. Son designaciones de la realidad, pero también se utilizan para hacer aparecer como real lo que no lo es. Para Nietzsche, las palabras son una herramienta de poder para imponer nuestra voluntad.
Convenciones consolidadas: la conveniencia disfrazada de verdad
Las convenciones son expresiones usadas por la sociedad durante mucho tiempo. El individuo busca darles un significado que se ajuste a sus conveniencias. Al presentar la verdad, transformamos la convención en conveniencia, imponiendo nuestra voluntad en el lenguaje.
La verdad como gran mentira
Para Nietzsche, la verdad es una gran mentira histórica que falsea la realidad. Favorece una interpretación teórica y especulativa, alejándola de la vida. Debemos criticar la filosofía y la verdad, ya que han desviado al ser humano de su sentido originario. Su crítica busca arrebatar a la verdad toda objetividad y mostrar su auténtica cara: la voluntad de poder.
La vida: cambio, movimiento y aceptación de la muerte
La vida es voluntad, instinto, deseo, pasión, creación, cambio y movimiento. No es estática, sino que se hace y rehace constantemente. Es inaceptable que el intelecto o la razón traten de aniquilarla, encorsetándola en creaciones falsas. La vida nos muestra una verdad a veces esquivada: la muerte y el aniquilamiento completo, la carencia de sentido.
Marx: La Estructura Económica y la Conciencia Social
Relaciones de producción: la explotación y la competencia
Las relaciones de producción son las que se establecen entre los seres humanos según el modo de producción. En el capitalismo, se concretan en dos: la explotación entre burgueses y proletarios, y la competencia entre proletarios.
Fuerzas productivas: el trabajo y los medios de producción
Las fuerzas productivas son la fuerza empleada para la producción en cada sistema. En el capitalismo, son el trabajo del proletariado y los medios de producción de los burgueses. Estas fuerzas, junto a las materias primas, posibilitan la producción capitalista.
Estructura económica: la organización de la producción
La estructura económica es la unión de las fuerzas productivas, las relaciones de producción y las relaciones de propiedad. Perfila la organización de la producción.
Superestructura jurídica: la legitimación del orden vigente
La superestructura jurídica son las leyes e instituciones que genera la estructura económica para legitimar el orden vigente. Justifica las desigualdades de la base económica.
Conciencia social: la percepción del lugar en la sociedad
La conciencia social es la percepción de uno mismo y del lugar en la sociedad. Nos obliga a situarnos ante nosotros mismos y ante los demás, asumiendo el orden de la producción económica. Marx argumenta que la estructura económica determina la conciencia social. El ser humano se percibe como proletario, en un sentido peyorativo, debido a su trabajo.
Conciencia: una construcción económica y social
En la filosofía marxista, la conciencia es el conjunto de ideas relacionadas con la clase social del individuo. No es racionalidad pura, sino una construcción económica y social. No hay conciencia anterior a la sociedad, sino que deriva de ella.
Ser social: actividades y relaciones según la clase social
El ser social son las actividades y relaciones del ser humano según su lugar en el modo de producción y su clase social. Es la forma de comportarse y convivir, y cómo el trabajo afecta a ambos factores.
Superestructura: justificación e ideología
La superestructura son las producciones culturales, jurídicas, políticas y religiosas generadas por la infraestructura. Su misión es justificarla y legitimarla. Puede ocultar el conflicto de clases sociales de la base económica.
Nietzsche: La Libertad y la Crítica de la Moral
Libertad: la capacidad de elegirse a sí mismo
Para Nietzsche, la libertad no es la capacidad de elegir, sino la de elegirse, hacerse y crearse a sí mismo en cada acto. Es un valor supremo, y propone la desaparición de sus límites.
El «deber»: la imposición de la autoridad moral
El «deber» representa la autoridad moral externa que se impone. Desde la religión, la moral o la política, el individuo recibe imperativos que le obligan a actuar sin desearlo. El deber es negativo, castrador de la vida.
«Yo soy»: la imposición de valores externos
El dragón representa la autoridad externa que afirma ser todos los valores. Busca que el sujeto no vea más allá de las normas externas, que no desarrolle su libertad. Las instancias externas se atribuyen la legitimidad moral, imponiendo su voluntad.
«Quiero»: la expresión de la voluntad humana
El «querer» es la expresión de la voluntad humana. Articula las emociones, sentimientos y pasiones, negados por la razón. Es el enemigo del «deber».
Nuevos valores: la vida y la voluntad
Los nuevos valores darán paso al superhombre, invirtiendo la moral judeocristiana. A los valores teológico-racionales, Nietzsche opone la vida y la voluntad como alternativas para escapar de la decadencia.