Novela existencial de los años 40


 3.2. LA RENOVACIÓN DE LA NOVELA EN LOS AÑOS 60: MARTÍN-SANTOS, MARSÉ Y Juan GOYTISOLO.A partir de 1960 los autores españoles se fijan en los novelistas europeos que desde principios del Siglo XX se han apartado de la tradición realista: Proust, Kafka, Joyce, la generación perdida norteamericana (sobre todo Faulkner), el noveau Román francés de la década de los 50 y el conocimiento de la nueva novela hispanoamericana.En este proceso de experimentación se dan cita tanto los autores que habían empezado a publicar en los años 40 (Delibes, Cela, Torrente Ballester), como los del medio siglo (Goytisolo, Benet Marsé) y algunos jóvenes como Guelbenzu.La obra de Luis Martín Santos Tiempo de silencio(1962) abre un nuevo ciclo dentro de la narrativa. Se trata de un ciclo que tendrá en 1966 un año crucial, pues en este año se publican tres obras clave que consolidarán la línea inaugurada por la obra de Martín Santos: Cinco horas con Mario de Delibes, Señas de identidad de Juan Goytisolo, y Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé. A ellas hay que añadir Volverás a Regíón (1967) de Juan Benet, San Camilo 1936 (1969) de Camilo José Cela, Parábola de un náufrago (1969) de Miguel Delibes y La saga / fuga de J.B (1972) de Gonzalo Torrente Ballester que termina la corriente mediante la parodia.Con Tiempo de silencio va a empezar a predominar una narrativa que no concibe la literatura como una herramienta de concienciación social, sino que el hecho literario se justifica en sí mismo. Es el Experimentalismo, que se interesa por la narración en sí misma y origina estructuras narrativas complejas y muy elaboradas. De entre sus rasgos, destacamos las siguientes novedades y procedimientos narrativos: Se combinan con la máxima  libertad  las tres personas narrativas. PerspectivismoSe mezclan los modos del relato: estilo directo, estilo indirecto, diálogo y monólogo.Respecto a la historia, el argumento queda muchas veces en un segundo plano (deja de ser el centro de la articulación de la novela) y la acción se construye desde una sucesión de anécdotas, muchas veces insignificantes, a través de las que se construye la mínima acción.La novela, además, está estructurada en secuencias (el capítulo desaparece) separadas por espacios en blanco, sin numerar. Ruptura espacio-temporal.Tras la preocupación anterior por lo colectivo, vuelve ahora a prestarse atención a lo individual, si bien el personaje no va a tener los rasgos propios del protagonista tradicional. Es más bien un antihéroe en conflicto consigo y con el mundo que le rodea, tratando de buscar su identidad.Estilísticamente: desaparecen las fronteras entre prosa y verso; se incorporan distintos materiales procedentes de textos no literarios: expedientes, anuncios, fragmentos periodísticos…; ruptura con el uso convencional de los signos de puntuación y los párrafos o líneas se disponen de maneras especiales. Oraciones cortas alternan con largos periodos sintácticos. En cuanto al lenguaje, la palabra tiene valor en sí misma, se emplean todos los registros pero se cultiva el esteticismo: brillantez expresiva y refinada, que se apoya en el uso de metáforas, cultismos, neologismos, etc. 3.2.1. Luis Martín Santos (1924-1964).Como ya se ha dicho, esta obra es la que abre la nueva corriente experimental de la narrativa de los años sesenta.Tiempo de silencio (1962) se desarrolla en Madrid, con personajes de la ciudad, que son representativos de las distintas clases sociales, desde el aristocrático Matías hasta el Muecas, patriarca de uno de esos barrios de chabolas que crecen en el extrarradio de las ciudades; el protagonista, Pedro, un joven investigador, representante de una clase media venida a menos; un trabajador, Amador, que no un obrero (pues Martín Santos tiene cuidado en no tender puentes con lo claramente social); y prostitutas y asesinos; y todo ello engarzado con una trama simple, pero intercalada de reflexiones de tono culto que acaban por desconcertar al lector medio. Ese es su gran acierto: se trata de una novela en la que el relato reclama la atención sobre sí mismo.Entre las técnicas empleadas destacan: monólogo interior, una amplia gama de registros lingüísticos (desde los vulgarismos de algún personaje hasta la jerga médica de Don Pedro), la superposición de secuencias, múltiples digresiones de tono culto y resonancias clásicas, prolijas descripciones, excursos culteranistas y la recuperación del protagonista (Don Pedro), o la ruptura del objetivismo. Uno de sus valores esenciales es el recurso a un léxico abundante y complejo que se aleja del castellano estándar revalorizando el poder artístico de la prosa. La prosa de Martín Santos obvia la sencillez, su retórica es tan ambiciosa como rompedora, introduciendo, en un alarde de originalidad, el lenguaje científico (Martín Santos era médico) para describir lo más opuesto que haya la ciencia, es decir, el caos social que origina el chabolismo madrileño. Tiempo de silencio pertenece a la corriente experimental pero también se considera una novela social porque es una pesimista denuncia de la situación social de España.3.2.2. Juan GoytisoloCon Señas de identidad (1966) abandona el Realismo de su periodo anterior retomando el subjetivismo de la primera etapa e incluye nuevas técnicas de la novela moderna que dan cuenta de una profunda voluntad experimental: presentación caótica del discurso,  fragmentarismo, la aparición de diversas voces narrativas… La destrucción del lenguaje, que inicia en Señas de identidad y cuyo fin principal es poner en relieve una visión pesimista, burlesca y absolutamente negativa de la España que critica, alcanzará su máxima expresión en las otras dos novelas de la trilogía: Reivindicaciones del conde don Julián (1970), novela sobre el exilio, y Juan sin tierra (1975). Esta tres novelas integran una trilogía que supone la desmitificación de Espala a través de la visión pesimista y burlesca del protagonista, alter ego del autor. 3.2.3. Juan Marsé (Premio Cervantes, 2008).Desde su primera novela, este autor deja claro que su literatura se va a caracterizar por un enfoque intimista, repleto de alusiones autobiográficas. Sus grandes novelas toman como escenario el barrio barcelonés de su niñez y juventud, el del Carmelo de Barcelona, y el tiempo físico que a ellas corresponde, la Barcelona del franquismo, un espacio y un tiempo en que analiza la degradación moral y social de la posguerra que lo preside todo, las diferencias de clase, la memoria de los vencidos, los enfrentamientos entre trabajadores y burgueses universitarios y la infancia perdida, casi siempre apelando a las técnicas del Realismo social, pero experimentando a veces con otros mecanismos narrativos más vanguardistas.Marsé siempre ha defendido que la literatura no debe aburrir al lector, por lo que prácticamente todas sus novelas, con la excepción de Si te dicen que caí¸ responden a una estructura tradicional en la trama, en la que la única dificultad reside en la mezcla de tiempos, de realidades vividas y de realidades imaginadas, aunque esto afecta mucho más a su última época en novelas como El embrujado, Shangai Rabos de lagartija.De entre sus obras, destacan, además de las ya mencionadas, Últimas tardes con Teresa (1966) y La oscura historia de la prima Montse, (1970). 

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