Mary Patricia Plangman, que era su verdadero nombre, nacíó en Texas (Estados Unidos), en 1921, poco después de que sus padres se divorciaran. Los primeros años de su infancia los pasaría con su abuela, a la que siempre idolatró, quien la enseñó a amar la lectura a una edad muy temprana. A los siete años se trasladó a Nueva York con su madre, que era artista, y con la que mantuvo una relación problemática, así como con su padrastro, Stanley Highsmith, de quien tomaría el apellido. Esta difícil relación con su madre sería luego recreada en algunos de sus relatos; así, en “The Terrapin” un joven apuñala a su madre. A los ocho años leyó el libro La mente humana, de Karl Menninger, cuyo análisis sobre las enfermedades mentales y las conductas anormales influirían en su obra posterior.
Se licenció en 1942 en estudios literarios. Trabajó como guionista en revistas de cómics, y más tarde como comercial para unos grandes almacenes, comenzando a escribir sus primeros relatos a los 22 años. Pero sería a raíz del éxito de la adaptación cinematográfica de Extraños en un tren, su primera novela, por Alfred Hitchcock, cuando Patricia puede vivir exclusivamente de la literatura.
Su homosexualidad y su carácter huraño, acentuado por el alcoholismo, tendrán un fiel reflejo en su obra, así como su admiración y aptitud para las artes plásticas. Su lesbianismo, visto como una enfermedad en una sociedad tan moralista como la americana de su época, es abordado en su novela El precio de la sal, publicada en 1953 bajo el seudónimo de Claire Morgan; años más tarde la reimprimiría con el título de Carol,descubriendo que era ella la verdadera autora y revelando las razones del seudónimo inicial. Su homosexualidad también sería la inspiración de otros relatos; así, su turbulenta relación con la escritora Ann Aldrich inspirarían varias de sus novelas. Prefería la compañía de los gatos y los caracoles a la de las personas y ella misma confesó que su imaginación funcionaba mucho mejor cuando no tenía que hablar con las personas. Algunos de sus contemporáneos la tacharon de misantropía, de misoginia e incluso de antiamericanismo; su inclinación hacia la morbosidad, así como sus ideas políticas de sesgo comunista, no la hicieron vendible en Estados Unidos. Es por ello por lo que se trasladó a Europa en 1963, donde residíó en Reino Unido, en Francia y finalmente en Suiza, donde murió en 1995, a los setenta y cuatro años de edad.
Producción literaria: El talento de Mr. Ripley (1955). Mr. Greenleaf, un millonario americano, le pide a Tom
Ripley que intente convencer a su hijo Dickie, que está viviendo una bohemia dorada en
Italia, para que regrese al hogar. Tom acepta el encargo, y de paso pone tierra por medio
A posibles problemas policiales por estafa, y encuentra a Dickie y a su amiga Marge,
Con quienes establece una turbia y compleja relación. Si al principio de la novela, Tom
Es un tímido joven neoyorquino, al final, es un hombre muy seguro de sí mismo,
Establecido en Europa, y con un nuevo interés, la pintura, aunque esta feliz
Transformación se sostenga en dos asesinatos, en falsificaciones y en mentiras.
Este tema de la relación entre dos hombres, normalmente de un carácter muy distinto a veces, el bien y el mal-, será muy habitual en las novelas la autora. Patricia Highsmith
Escribíó que la idea de esta novela se le ocurríó durante su primer viaje a Europa,
Contemplando a un joven que paseaba por la playa de Positano. A partir de esta
Imagen ideó una historia sobre dos jóvenes parecidos, uno de los cuales acaba por
Matar al otro y asume su identidad. Inicialmente, la novela debía titularse La búsqueda
Del mal, y más tarde Los chicos del placer. Finalmente la publicó en 1955 con el título
Definitivo de El talento de Mr. Ripley. También es conocida como A pleno sol, título de
Su primera adaptación cinematográfica.
La intención principal de la novela, según su propia autora, es mostrar el triunfo del
Mal sobre el bien “y recrearme con ello. Haré que mis lectores también se recreen”. La autora
Analiza y describe minuciosamente la mente del asesino, sus motivaciones, su ausencia
De culpa, su ambigüedad moral, que atrae y repele al mismo tiempo. El libro es uno de
Los principales exponentes del género de psicología criminal, en el que el punto de
Atención del lector se desplaza del proceso de investigación y descubrimiento a la
Visión del asesino, asistiendo como espectador privilegiado a la elaboración y ejecución
Del crimen. De hecho, el lector no desconoce, como ocurre en las novelas policíacas
Tradicionales, la identidad del asesino: al contrario, sabe todos los detalles y las razones
Que lo mueven a actuar. El detective o investigador, héroe hasta entonces de este tipo
De novelas, pasa a un segundo plano, porque lo que interesa es el significado mismo
Del crimen, no su investigación.