Características: Consideran que la literatura debe reflejar la situación social y política del momento. Los temas más tratados son la angustia existencial, las injusticias, la solidaridad o la experiencia íntima. Para evitar la censura utilizan símbolos y alegorías o buscan la complicidad del lector que debía de leer entre líneas y para evitar las represalias, muchos se exilian (supuso una ruptura traumática con la literatura anterior.) Se cultivan tres géneros literarios (novela, poesía y teatro)
Y cuatro tipos de Literatura: existencial, social, experimental y de masas.
AÑOS 40 LITERARURA EXISTENCIAL: Es una época de represión, de malestar y de angustia existencial. El escritor manifiesta su descontento no por la situación social y política, sino por la condición humana, sujeta siempre al dolor, angustia, muerte o lo absurdo de la vida.
AÑOS 50 LITERATURA SOCIAL: El escritor considera que la literatura es un arma de lucha contra el franquismo y ofrece en sus obras un testimonio directo y realista, denunciando la injusticia social y la falta de libertad.
AÑOS 60 LITERATURA EXPERIMENTAL: Se fortalece el franquismo al superar el aislamiento internacional. El escritor se da cuenta de que la literatura de contenido político no era eficaz para luchar contra la dictadura y deciden escribir una literatura más intimista
AÑOS 70 LITERATURA DE MASAS: Con el desarrollo económico surge la cultura pop (consumismo, rock and roll, hippies…) Los escritores reflejan esta sociedad consumista con ironía.
TEATRO DE LOS AÑOS 40:Tarda en renovarse por la censura que lo consideraba un espectáculo que podía alterar el orden público, por los gustos del
público burgués que prefería un teatro de evasión a un teatro crítico y por la ruptura con el teatro de vanguardia (se mueren o se exilian los dramaturgos y se prohíbe la representación de sus obras). Se cultivan tres tipos de teatro: Teatro de propaganda franquista. EL teatro burgués o de evasión: sus protagonistas son burgueses acomodados, que se enfrentan por conflictos matrimoniales. Su finalidad es moralizar y destaca por sus diálogos brillantes, sus entretenidos enredos y juegos escénicos. Su principal representante es Jacinto Benavente con Los intereses creados. El teatro de humor: los dramaturgos pensaban que el humor servía para dar una visión crítica de la realidad y que debía hacerse no con chistes fáciles o con la burla de personajes conocidos, sino con situaciones inverosímiles, gags y el diálogo absurdo. Sus principales representantes son Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está debajo de un almendro y Miguel Mihura con Tres sombreros de copa.
TEATRO DE LOS AÑOS 50 Teatro existencial: expresa descontento y angustia existencial por la situación, pero sin indagar en las causas. Sus principales representantes son Antonio Buero Vallejo con Historia de una escalera (1949) y Alfonso Sastre con Escuadra hacia la muerte (1950). Teatro social o de denuncia: critica el capitalismo desde un punto de vista marxista (la injusticia social o explotación de los trabajadores) y se opone a la dictadura franquista. Sus principales representantes son Antonio Buero Vallejo con El tragaluz (1967) o La Fundación (1974) y Alfonso Sastre con Muerte en el Barrio (1955) Antonio Buero Vallejo: es uno de los más importantes dramaturgos españoles del Siglo XX. Consiguió burlar a la censura dosificando sus críticas, reflejando situaciones cotidianas, utilizando símbolos y con sobreentendidos. Escribíó teatro existencial (Historia de una escalera) y social o de denuncia (El tragaluz y La Fundación). Sus personajes buscan la libertad, dignidad, felicidad o la verdad, pero se enfrentan a una sociedad injusta que se lo impide y se frustran. Sin embargo, cree que hay esperanza porque se puede luchar contra esto con la voluntad y la solidaridad.
TEATRO DE LOS AÑOS 60 El teatro del absurdo: refleja que la vida es intrínsecamente absurda. La trama no tiene lógica, las situaciones son contradictorias y los personajes, incapaces de expresarse. Sus temas principales son la soledad, la incomunicación y el miedo y su principal representante es Fernando Arrabal.
TEATRO EN LA DEMOCRACIA (AÑOS 80) Se cultiva teatro alternativo en locales pequeños por los altos costes del teatro comercial, de crítica ácida sobre instituciones y personajes importantes de la sociedad y experimental con una puesta en escena espectacular y transgresora. Destacan José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro) y José Sanchis Sinterra (¡Ay Carmela!) y sus principales carácterísticas son: o Se desarrolla en un espacio urbano y su puesta en escena es sencilla. O Trata de los problemas que surgen en una ciudad: droga, violencia, marginación… o No tiene argumento sólido. Son escenas breves en las que hay monólogos interiores, sueños (que debe interpretar el espectador) y diálogos multilaterales. A veces se proyectan películas, anuncios, documentales… o Su lenguaje es sencillo: coloquial y argot juvenil. O Critica el capitalismo y la sociedad de consumo no para cambiar el sistema, sino para modificar actitudes. Plantea preguntas al espectador para que reflexione.