Participación Política en Democracias: Factores, Actores y Tendencias


Definición y Evolución del Concepto de Participación Política

Una de las definiciones más empleadas de participación política ha sido la que acuñaron en 1972 Verba y Nie: «la participación política se refiere a aquellas actividades de los ciudadanos que están más o menos directamente destinadas a influir en la elección de las personas que gobiernan y/o (a influir) en las acciones que adoptan».

Años después, en 1995, Verba, Scholzman y Brady propusieron una definición que se ha vuelto tradicional en la ciencia política: «la participación política es toda actividad que pretende, o tiene como consecuencia directa o indirecta, influir en la acción del gobierno».

Y cuatro años después, en 1999, Henry Brady propuso una definición más amplia y matizada: «acción realizada por ciudadanos ordinarios dirigida a influir en algún resultado político».

Esta definición se compone de tres elementos cruciales:

  • La participación política es una acción o actividad que realizan los ciudadanos (o en la que los ciudadanos toman parte).
  • Esa acción o actividad la realizan ciudadanos privados individuales, no élites, cargos públicos ni miembros del gobierno.
  • La acción tiene la intención de influir, y/o trasladar demandas a quien está en el poder y influir en sus políticas.

Esta definición de la participación política excluye comportamientos y actitudes que, aunque están relacionados con la política, no se consideran participación:

  • El interés por la política y, en general, las actitudes y valoraciones sobre la misma (cuyo objetivo o intención no sea influir en política).
  • Las discusiones o conversaciones sobre política (cuyo objetivo o intención no sea influir en política).
  • La participación en asociaciones u organizaciones de carácter social (religiosas, culturales, de jóvenes, artísticas, deportivas, etc.)

Por lo tanto, la participación política va más allá de votar o unirse a un partido. Incluye movimientos sociales, iniciativas ciudadanas y ONGs. Estas formas de participación son comunes en democracias occidentales desde los años sesenta y se han vuelto más prominentes después de la crisis de 2008. Pueden ser dentro de los canales establecidos o a través de procedimientos alternativos, con diferentes niveles de legitimidad social y legalidad jurídica.

Actores Políticos: Tipos de Ciudadanos y Especialización

Los actores políticos participan de manera desigual y diversa. Milbrath (1982) clasifica a los ciudadanos en tres categorías según su interés y relación con la política:

  • Los «apáticos», que no muestran interés político.
  • Los «espectadores», que tienen un interés ocasional en la política, principalmente a través del voto.
  • Los «gladiadores», quienes consideran la política como una preocupación principal y participan activamente en acciones políticas.

Esta clasificación se centra en la participación electoral y democrática institucionalizada, pero refleja la baja participación en las sociedades democráticas contemporáneas.

Clasificaciones de la Participación Política

La participación política se extiende más allá del acto de votar y abarca una amplia gama de actividades. Una de las clasificaciones más destacadas fue introducida por Barnes y Kaase junto con sus colaboradores en 1979. En su modelo, diferenciaron entre participación convencional y no convencional.

Participación Convencional

La participación convencional comprende las acciones que se llevan a cabo dentro de las instituciones de la democracia representativa. Estas incluyen:

  • Votar en elecciones.
  • Participar en campañas políticas.
  • Asociarse a organizaciones políticas.
  • Tener contactos con políticos, entre otros.

Son actividades que se realizan a través de canales legales y formales, como los partidos políticos y otros grupos de interés. Esta forma de participación está estrechamente vinculada a algún tipo de organización política y se considera, en principio, legal y legítima.

Participación No Convencional

Por otro lado, la participación no convencional comprende acciones que se desarrollan fuera de las instituciones políticas establecidas. Estas actividades pueden incluir:

  • Huelgas.
  • Manifestaciones.
  • Recogidas de firmas.
  • Ocupaciones de edificios, entre otras formas de protesta.

Son acciones que no se ajustan necesariamente a los canales institucionalizados de participación y, en algunos casos, pueden ser consideradas extralegales, alegales o incluso ilegales. La legitimidad de estas acciones es más subjetiva y está determinada por el grado de aprobación o rechazo de la población en un momento dado.

Es importante destacar que la distinción entre participación convencional y no convencional es relativa y puede cambiar a lo largo del tiempo. Lo que se considera no convencional en un momento puede ser aceptado y ajustarse a las normas sociales dominantes en otro momento. Algunos académicos prefieren hablar de protesta política en lugar de participación no convencional, refiriéndose a acciones dirigidas a mostrar públicamente el desacuerdo con una situación política o decisiones relacionadas con la esfera pública.

El Significado de la Participación en los Sistemas Representativos

Los teóricos de la democracia analizan el papel de la participación política en los sistemas representativos. Históricamente, el proceso de ampliación del sufragio se ha visto como una ampliación de la democracia y la participación ciudadana. Sin embargo, existen dos concepciones extremas sobre qué implica participar políticamente:

  1. Influir en la elección de representantes y sus acciones.
  2. Participar directamente en la toma de decisiones.

Entre estos extremos, hay diversas formas de definir la participación política. En la práctica, la participación está limitada por el sistema de representación, donde los ciudadanos eligen representantes que toman decisiones en su nombre. Aunque los ciudadanos no deciden directamente, su influencia en las decisiones varía según los autores, como Schumpeter y Manin, han señalado.

Factores y Condicionantes de la Participación Política

En las democracias actuales, la participación política es baja, con muchos ciudadanos participando poco o no participando en absoluto. Aunque hay múltiples factores que influyen en la participación o no participación política, los estudios suelen centrarse en el comportamiento electoral, como el voto y la abstención. Esto se debe a que el voto es la forma más común, frecuente e influyente de participación política, y es una actividad individual que es más fácil de analizar en términos de motivaciones individuales.

Condicionantes Sociales, Políticos e Institucionales de la Participación

Es crucial entender quiénes participan en política, tanto como cuántos lo hacen, por dos razones principales:

  1. Las características de los que participan nos ayudan a comprender el significado de la participación política. ¿Una alta participación indica satisfacción con el sistema político, o la insatisfacción reduce la probabilidad de participar? Entender esto es fundamental para analizar la salud democrática de una sociedad.
  2. Si la participación ciudadana influye en las políticas y sus resultados, es esencial saber quién participa y quién no. Esto nos permite identificar qué ciudadanos están haciendo oír sus demandas y qué intereses pueden no estar representados.

Los factores que influyen en la participación política se pueden clasificar de diversas formas. Algunos autores mencionan tres tipos: sociales, políticos e institucionales. Sin embargo, nosotros vamos a agruparlos en dos bloques principales: factores no políticos y factores políticos.

A) Factores No Políticos

Los Recursos Individuales de la Participación

Los recursos individuales juegan un papel crucial en la participación política. Algunas personas están más capacitadas para pagar el costo de la participación que otras, lo que influye en su nivel de activismo político. Entre las características individuales destacadas se encuentran aquellas que afectan tanto a los costos como a los beneficios de participar.

Recursos individuales que afectan a los costos de participar:

  • Estatus social: Cuanto más alto sea el estatus social y educativo de una persona, más probable será que disponga de los recursos necesarios para participar en la política, como tiempo, dinero, información y conocimiento.
  • Edad: La participación política tiende a aumentar con la edad, ya que a medida que las personas envejecen, adquieren más responsabilidades y experiencia, lo que aumenta su interés y familiaridad con el proceso político.
  • Género: A menudo, los hombres tienden a ser más activos políticamente que las mujeres, debido a que generalmente tienen más recursos políticos, ingresos, educación y empleo.
  • Eficacia política: La percepción de la propia capacidad para entender la política y influir en las decisiones del gobierno también influye en la participación política.

En resumen, los costos de participación política varían según las características individuales. En general, cuanto mayor sea el estatus social, la edad y la sensación de eficacia política, menor será el costo de participar y, por lo tanto, mayor será la participación política.

Sin embargo, también es importante considerar los beneficios que las personas obtienen al participar en política, ya que la participación está influenciada tanto por los costos como por los beneficios percibidos.

Recursos individuales que afectan a los beneficios de participar:

  • Intereses: La participación política se ve influenciada por el grado de interés directo que los individuos tienen en los resultados políticos. Por ejemplo, aquellos con una pensión, hijos en escuelas públicas o que desean la construcción de una carretera cerca de su hogar tienen un interés directo en estas políticas y, por lo tanto, están más motivados para participar.
  • Preferencias: Las fuertes preferencias por ciertos resultados políticos o políticas específicas también aumentan la probabilidad de participación. A menudo, estas preferencias están influenciadas por motivos ideológicos, de identificación partidista o intereses personales.
  • Creencias o valores políticos: Los valores políticos, ya sean estables (como el sentido del deber cívico) o coyunturales (como la satisfacción política), influyen en la participación ciudadana. La insatisfacción puede motivar la participación o generar desinterés, lo que afecta la percepción de legitimidad de las democracias contemporáneas.
Los Aspectos Psico-Sociales de la Participación

Los aspectos psico-sociales que influyen en la participación política incluyen la identificación partidista y la identificación ideológica. Estos factores se consideran psico-sociales porque generalmente surgen durante el proceso de socialización y son previos a la influencia del sistema político o del gobierno en el individuo.

¿Cómo influyen estos factores?

  • La ideología influye en la participación, ya que los ciudadanos con una identidad ideológica definida tienden a participar más activamente que aquellos que no tienen una identificación clara o débil. Esto puede tener implicaciones importantes para la representatividad del proceso democrático, ya que la participación diferencial entre ciudadanos con distintas ideologías podría distorsionar el proceso político.
  • Por otro lado, la identificación con un partido político, aquellos que se identifican con un partido suelen participar más activamente en actividades políticas, como votar, participar en campañas y movilizar a otros para votar, debido a su deseo de ver a su partido ganar.

En contraste, aquellos que no tienen una identificación clara con ningún partido tienden a preocuparse menos por los resultados de las elecciones y la acción del gobierno, lo que resulta en una menor participación.

Influencia del Grupo y de la Clase

La influencia del grupo y de la clase juega un papel crucial en la participación política. Aunque las características individuales explican quién participa en política, los cambios en la participación entre distintas elecciones no siempre pueden explicarse por estas características.

En su lugar, pueden surgir diferentes efectos grupales que influyen en la actividad política de los individuos en diferentes momentos:

  • La vinculación a un partido político o la identificación partidista puede motivar a los individuos a participar en función de la competitividad de cada elección.
  • La participación en grupos sociales y organizaciones no políticas puede explicar variaciones en la participación política en distintos momentos.
  • La conciencia de pertenecer a una clase o grupo social tiende a favorecer la participación política al compartir intereses comunes y posiciones políticas.
  • Las redes sociales, como amigos, familiares, vecinos o compañeros de trabajo también influyen en la participación política. Las expectativas dentro de estas redes pueden motivar a las personas a movilizarse y participar en momentos específicos.

B) Factores Políticos que Influyen en la Participación

Los factores políticos que afectan la participación se dividen en estables y menos estables. Los estables incluyen la estructura institucional y los sistemas de partidos, mientras que los menos estables abarcan el grado de movilización política y el contexto electoral. Aunque tanto los sistemas de partidos como las estructuras institucionales pueden cambiar, son más «estables» que el contexto político y electoral y el grado de movilización política. Esto justifica analizarlos por separado, ya que los factores estables son más útiles para estudios comparativos entre países, mientras que los menos estables explican variaciones en la participación dentro de un mismo país en diferentes momentos históricos.

Condicionantes Políticos Coyunturales: el Contexto y la Movilización Estratégica de las Élites

El contexto y la movilización estratégica de las élites son condicionantes políticos coyunturales que influyen en la participación política. La competitividad de una elección y su importancia afectan la participación, tanto por las percepciones individuales de los ciudadanos como por la actividad de los políticos y partidos.

La movilización puede ser:

  • Directa, cuando los líderes incitan a participar.
  • Indirecta, a través de redes sociales y contactos personales.

Esta estrategia no es constante ni universal, ya que los líderes la emplean selectivamente según sus cálculos estratégicos.

Se centran en personas organizadas, con empleo y élites, lo que amplifica las diferencias sociales en la participación. En resumen, la participación política resulta de la interacción entre ciudadanos y líderes políticos que intentan movilizarlos, ya que pocos participan de forma espontánea.

Condicionantes Institucionales: las Instituciones Político-Electorales

La participación electoral en las democracias puede variar considerablemente entre países, incluso cuando la cultura política de los ciudadanos sugiere una tendencia hacia la participación. Robert Jackman propone una explicación alternativa a esta disparidad, centrándose en los factores institucionales que moldean el proceso electoral.

En su análisis, destaca que el voto, siendo la forma más común de participación política en las democracias industrializadas, está particularmente sujeto a regulaciones y características institucionales específicas de cada país. Jackman argumenta que estas diferencias en las regulaciones y leyes electorales pueden influir significativamente en los niveles de participación electoral.

Por ejemplo, las instituciones políticas y las leyes pueden crear incentivos para que los candidatos y partidos políticos movilicen a más votantes, lo que a su vez podría aumentar el porcentaje de votantes en una elección.

Además, la percepción de los ciudadanos sobre la capacidad de su voto para influir en el resultado electoral y en la formación del gobierno también juega un papel importante en su decisión de participar en el proceso electoral.

Jackman identifica cinco factores institucionales que pueden movilizar o desmovilizar a partidos, candidatos y ciudadanos, influenciando así la participación electoral:

  • Competitividad de los distritos electorales: Elecciones más competitivas suelen aumentar la movilización tanto de líderes como de votantes, incrementando la participación electoral.
  • Desproporcionalidad electoral: Sistemas muy desproporcionales tienden a reducir la participación, ya que los partidarios de partidos minoritarios pueden ser desincentivados a votar.
  • Multipartidismo: Aunque ofrece más opciones de voto, el multipartidismo puede llevar a formar gobiernos de coalición, lo que genera incertidumbre sobre el efecto del voto en la formación de gobierno y reduce la participación.
  • Estructura del poder legislativo: Los sistemas unicamerales pueden aumentar la participación al ofrecer mayor certeza de que el voto afectará las decisiones del gobierno, mientras que los sistemas bicamerales pueden reducirla.
  • Leyes de voto obligatorio: Estas leyes incrementan la participación electoral, aunque no garantizan una participación total.

Jackman realizó un análisis empírico en 19 democracias industriales durante los periodos de 1960-70 y 1971-80, concluyendo que la influencia de las instituciones coincide mayormente con sus predicciones. Descubrió que la desproporcionalidad electoral y el multipartidismo reducen la participación, mientras que los distritos competitivos, el unicameralismo y las leyes de voto obligatorio la aumentan.

Esto sugiere que las diferencias en la participación electoral entre países pueden explicarse mejor por factores institucionales que por diferencias en la cultura política de los ciudadanos. Además, Jackman señala que las altas tasas de participación política no son perjudiciales para la estabilidad democrática, ya que dependen en gran medida de los incentivos institucionales para participar.

Blais y Carty cuestionaron hasta qué punto los sistemas de representación proporcional contribuyen al aumento de la participación electoral, adoptando una perspectiva contraria a la de Jackman. Argumentaron que los sistemas proporcionales podrían aumentar la participación por tres razones principales: reduciendo la distorsión en la transformación de votos en escaños, alentar la competencia en distritos plurinominales y ofrecer más opciones de partidos para los votantes.

Aunque algunos autores discrepan, todos coinciden en que las instituciones políticas influyen en la participación electoral. Blais y Carty realizaron un análisis de 509 elecciones en 21 países, abarcando un período más amplio que el estudio de Jackman. Intentaron explicar las diferencias en el porcentaje de votos entre esos países, distinguiendo entre tres tipos de fórmulas electorales: proporcional, de mayoría relativa (plurality vote) y de mayoría absoluta.

Resultados

El estudio revela que el promedio de votantes en todas las elecciones y países analizados es del 78%. A lo largo del tiempo, se observa un aumento en la participación electoral, con una disminución en la variación alrededor de estas medias. Luxemburgo registra el porcentaje más alto de participación (94.6%), mientras que Suiza tiene el más bajo (62.5%).

La variación en los porcentajes de participación parece deberse más a factores institucionales que al tiempo, ya que la variación dentro de cada país a lo largo del tiempo es menor que las diferencias entre países. Se observa que la participación electoral es más alta en sistemas proporcionales que en sistemas de mayoría absoluta o relativa, con una diferencia de aproximadamente 10 puntos. Dentro de las fórmulas de mayoría absoluta, hay una disparidad en la participación entre distritos plurinominales y uninominales, siendo menor en los primeros.

El análisis de regresión muestra que los sistemas proporcionales aumentan la participación en aproximadamente 7 puntos en comparación con los sistemas de mayoría relativa y 5 puntos más que los de mayoría absoluta. Además, la obligatoriedad del voto incrementa la participación en unos 12 puntos, mientras que el tamaño del sistema político y la introducción del sufragio femenino también tienen efectos significativos.

Contrario a lo esperado, se encuentra que la desproporcionalidad no parece influir en la participación, el multipartidismo tiene un efecto opuesto al esperado y la competitividad promueve la participación. En resumen, la representación proporcional incrementa la participación más por sus efectos simbólicos para los ciudadanos que por su relación votos-escaños o el número de partidos existentes.

Tendencias de la Participación Política en el Último Siglo

Niveles de Participación

Las tendencias de la participación política en el último siglo muestran un aumento general en los niveles de participación electoral a nivel mundial desde el comienzo del siglo XX, impulsado por la expansión de la democracia y el aumento del derecho al voto. Sin embargo, esta tendencia ha sido desigual, con diferencias significativas entre países.

En democracias industrializadas, como Estados Unidos y Suiza, la participación electoral ha sido históricamente más baja que en la mayoría de los países europeos, debido en parte a sistemas electorales particulares, como el registro de votantes no automático y la frecuencia de convocatorias electorales.

La organización International Idea proporciona datos exhaustivos sobre la participación electoral, utilizando indicadores como el número total de votantes en relación con el total de posibles votantes registrados o la población en edad de votar. Estos indicadores son útiles para estimar la participación en países donde no hay un censo electoral preciso o donde existen problemas en el sistema de registro de electores.

A nivel global, el número de países que celebran elecciones y el número de personas con derecho a voto han aumentado significativamente en las últimas décadas. Sin embargo, a pesar de este aumento en la población con derecho a voto, la participación electoral ha disminuido desde los años 90, siendo más pronunciada en Europa, tanto en democracias establecidas como en países ex comunistas. En otras regiones como Asia, América y África, las tasas de participación han sido más estables, aunque generalmente más bajas que la media global.

La Participación Española y sus Explicaciones

Hasta la crisis de 2008, en España, se observaban tres niveles distintos de participación electoral:

  • Las elecciones generales registraban la mayor participación, con un rango entre el 73% y el 80% de ciudadanos votando.
  • En un segundo nivel se encontraban las elecciones locales y autonómicas, con una participación del 62% al 72%. Aunque parecía que se participaba más en las elecciones autonómicas, esto se debía en parte a diferencias en la convocatoria de elecciones entre las comunidades autónomas.
  • El nivel más bajo de participación correspondía a las elecciones europeas, con un promedio cercano al 50%, aunque esta cifra variaba considerablemente cuando coincidían con otras elecciones locales.

Sin embargo, después de la crisis de 2008, la participación en las elecciones generales ha disminuido significativamente, mientras que en las locales se ha mantenido, lo que ha llevado a una difuminación de las diferencias de participación entre los diferentes tipos de elecciones que se observaban antes de la crisis.

Boix y Riba realizan una investigación sobre los factores que influyen en la abstención electoral en las elecciones generales españolas. Utilizan datos del CIS y regresiones multivariantes no lineales. Destacan la importancia de la participación y la abstención tanto desde un punto de vista normativo como empírico.

Los estudios sobre la abstención en España han propuesto explicaciones psicológicas y sociológicas, pero han mostrado limitaciones en su capacidad explicativa. Se ha observado que los factores estructurales y sociológicos perdieron relevancia desde finales de los años 80 y no pueden explicar las diferencias de participación entre distintos tipos de elecciones.

Ante estas limitaciones, se han empezado a considerar factores políticos en el análisis de la abstención. Sin embargo, este enfoque aún está en desarrollo. El estudio de Boix y Riba analiza los factores que influyen en la abstención en las elecciones generales de 1982, 1989, 1993 y 1996, considerando variables psicológicas, sociológicas y políticas. Utilizan regresión logística como método de análisis.

Boix y Riba resaltan varias características importantes de la abstención en España:

  • La participación media en las elecciones generales ha sido del 74%, lo que es 6 puntos porcentuales inferior a la media en las democracias avanzadas, aunque considerablemente más alta que en países como Estados Unidos y Suiza.
  • La abstención varía significativamente entre diferentes elecciones y está estrechamente relacionada con el nivel de satisfacción con la situación económica y política en España. Mayor insatisfacción tiende a correlacionarse con menor abstención, lo que sugiere que la movilización electoral depende de la percepción de la eficacia gubernamental por parte de los electores o de las crisis de esa eficacia.
  • La estructura de la abstención ha experimentado cambios significativos desde 1977. Por ejemplo, en 1979, la participación variaba considerablemente entre provincias, desde un mínimo del 42,2% en Orense hasta un máximo del 72,2% en Castellón. Sin embargo, para 1993, esta disparidad se había reducido a la mitad, indicando un proceso acelerado de convergencia hacia la media de participación española en un período de 15 años.

Metodología de la Investigación

Boix y Riva utilizan un modelo logístico para estimar la probabilidad de que los individuos voten o se abstengan en las elecciones generales españolas. Definen la abstención operativamente como aquellos individuos que no votaron, aunque se puede ajustar para excluir a aquellos que quisieron votar pero no pudieron por razones técnicas.

Sin embargo, la abstención declarada en las encuestas es siempre menor que la abstención real en las urnas. Para abordar este problema, Boix y Riva suponen que la abstención declarada es similar a la abstención real, aunque reconocen que sus resultados solo explican la abstención reconocida en las encuestas.

Para determinar las causas de la abstención, consideran diversas variables:

  • Variables que miden recursos individuales, como variables sociológicas individuales y agregadas a nivel provincial.
  • Variables de movilización política.
  • Variables político-institucionales.

El análisis de datos se realiza dividiendo el periodo 1982-1993 en dos subperiodos: 1982-1989 y 1993-1996. Esta división temporal se debe a las variaciones en el sistema de partidos y en la competitividad electoral entre los dos subperiodos, así como a cambios en la medición de variables relacionadas con la ocupación.

Resultados Obtenidos

En lo que respecta a los recursos individuales y la estructura socioeconómica:

  • Edad: La abstención disminuye con la edad, con una probabilidad de abstenerse del 21% para personas de 18 años y del 5% para personas mayores de 80 años. Esta influencia de la edad en la decisión de votar se ha acentuado con el tiempo.
  • Educación: Mayor nivel educativo aumenta la probabilidad de votar, especialmente en el segundo periodo analizado.
  • Ocupación: El estatus ocupacional tiene un efecto limitado en la participación electoral.
  • Hábitat: El lugar de residencia influye en la probabilidad de votar, siendo menor la abstención en núcleos rurales en comparación con ciudades grandes.
  • Desempleo: Aumenta la abstención, con un aumento del 1% en la tasa de desempleo correlacionado con un aumento del 0,3% en la abstención.
  • Tipo de provincia: Las provincias agrícolas e industriales muestran niveles ligeramente más altos de abstención.
  • Renta per cápita provincial: A medida que aumenta la renta per cápita, aumenta la abstención, lo cual contradice la teoría de los recursos y de la modernización, y los autores no pueden explicar este resultado.

En lo que respecta a la movilización estratégica y las instituciones políticas:

A) Satisfacción Global y Abstención
  • Satisfacción individual: El nivel de satisfacción individual de los electores con la situación política y económica no influye en su decisión de votar o abstenerse, posiblemente debido a la influencia de las preferencias ideológicas.
  • Satisfacción colectiva: Sin embargo, el nivel de satisfacción del electorado en su conjunto sí tiene un efecto significativo sobre la abstención. Un aumento en el porcentaje de ciudadanos que perciben un deterioro en las condiciones políticas del país reduce la abstención de manera considerable. Es decir, la insatisfacción política y económica no conduce a una mayor apatía entre los electores, sino a un mayor interés por participar.
  • Conclusión: Los cambios en la estructura de voto se deben más a la movilización de ciertos votantes en momentos de crisis que a cambios en la orientación del voto de los electores que participan regularmente.
  • Hipótesis alternativa: En países donde los electores están fuertemente ligados a bloques ideológicos, el «castigo» no se da mediante un cambio de voto, sino pasando de participar a abstenerse.
B) Movilización Política y Participación Electoral
  • Vida asociativa: La presencia de asociaciones en cada provincia está positivamente relacionada con la participación electoral.
  • Movilización política: Un aumento en la militancia socialista se asocia con una disminución en la abstención, sugiriendo una relación entre la militancia y la movilización.
  • Competitividad electoral: Solo afecta significativamente en el periodo 1993-1996, donde un aumento en la competencia entre partidos se relaciona con una menor abstención, aunque el efecto es pequeño.
C) Instituciones Electorales y Abstención

El tamaño de las circunscripciones electorales en España varía significativamente, lo que afecta a la proporcionalidad de la representación. Por ejemplo, en Ceuta se requiere alrededor del 50% de los votos para obtener un escaño, mientras que en Madrid solo se necesita más del 3% debido a la barrera legal mínima.

Boix y Riba descubren que el tamaño del distrito influye en la decisión de votar o abstenerse:

  • En distritos con una barrera electoral efectiva del 3%, la abstención es del 11%.
  • En distritos medianos (con 7 escaños y una barrera efectiva del 10%), la abstención aumenta al 13,5%.
  • En distritos con 5 escaños, la abstención alcanza el 16,5%.
  • En distritos uninominales, la abstención llega al 27%.

La literatura ha destacado que el tamaño del distrito reduce la proporcionalidad mediante dos mecanismos: el efecto mecánico (menos escaños que partidos) y el efecto estratégico (los votantes se coordinan con los candidatos más viables).

Sin embargo, los resultados de la investigación sugieren un tercer mecanismo: en distritos pequeños, los electores que apoyan a partidos con pocas posibilidades de éxito tienden a abstenerse en lugar de votar estratégicamente.

D) Interés por la Campaña y Participación Electorales

El interés en la campaña electoral tiene un impacto significativo en la decisión de votar, según encuestas postelectorales de 1989 y 1993:

  • La probabilidad de abstenerse es del 3% entre los que muestran mucho interés en la campaña.
  • Es del 29% entre los que no tienen interés alguno.

Una vez considerado el interés en la campaña, algunos efectos de variables analizadas previamente cambian:

  • La influencia de la edad se reduce: la diferencia en la probabilidad de abstenerse entre jóvenes y mayores disminuye del 17% al 4,5%.
  • La influencia del nivel educativo, aunque pequeña, se invierte: entre personas con igual interés en la campaña, más educación se relaciona con mayor probabilidad de abstenerse.
  • El efecto del tamaño del hábitat y otras variables políticas e institucionales permanece estable.

Cuanto más distante esté un elector de la media ideológica española, menor será su probabilidad de abstenerse, aunque el efecto es pequeño: la probabilidad de abstenerse disminuye un 3% al acercarse a los extremos ideológicos.

Sin embargo, la afiliación ideológica y las simpatías políticas no afectan a la probabilidad de votar: no hay diferencias en la participación entre electores de izquierda o derecha, ni entre simpatizantes de partidos o líderes específicos.

Conclusiones

Las fluctuaciones en la participación en España se deben a una variedad de factores, siendo la edad del votante la única característica individual con un impacto significativo en la decisión de votar.

La motivación del elector, medida por su interés en la campaña electoral, es el factor más relevante para explicar la abstención.

La evolución de la situación política y económica del país, junto con la vida asociativa en la provincia de residencia, también influyen en la participación. En momentos de satisfacción generalizada, la abstención es más baja.

Otros factores político-institucionales indican que el electorado español es estratégico: la competitividad electoral, los incentivos para votar y el tamaño de las circunscripciones influyen en la decisión de abstenerse.

A diferencia de Estados Unidos, donde las diferencias individuales determinan gran parte de la variación en la abstención, en España el grado de movilización política es alto y el impacto de las diferencias individuales en la participación es mínimo. La abstención en España se ve más como un fenómeno político, donde los factores político-institucionales son más relevantes que los individuales.

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